Capítulo 76

—Lali: Oh, estás aquí —dijo con una sonrisa al entrar en la biblioteca y encontrar a Alai rebuscando entre las estanterías. 

Alai se detuvo al verla, manteniendo en precario equilibrio una pila de libros sobre su brazo izquierdo—. Sé que Nina está durmiendo y no podía encontrarte.

—Alai: Me apetecía echarle un vistazo a los libros... —empezó a decir.

—Lali: Realmente te gusta leer, ¿no es cierto?

—Alai: Novelas —dijo, y Lali rió encantada.

—Lali: Déjame ver qué has escogido... Mmm, algunas de mis favoritas... Cerco de nieve... La mano oculta... Cumbres borrascosas...

—Alai: Esa es mi favorita.

—Lali: ¿Has leído St. Elmot? ¿No? Te la encontraré; tienes que leerla. Trata sobre un largo y apasionado romance, y sobre una chica pobre que se hace rica y famosa... Veo que solo has buscado en estos estantes...

—Alai: Los de los otros estantes parecen aburridos.

—Lali: Sí —dijo arrugando la nariz—. Son los estantes de Peter. Estos son los míos.

—Alai: Tienes muchos libros nuevos —dijo con respeto mientras observaba las ordenadas hileras de libros.

—Lali: Cuando era más joven, mi padre solía reprenderme por gastar tanto dinero en libros en lugar de comprar cosas más prácticas. —sonrió al recordar y se sentó en la silla de Peter—. Gracias a Dios, Peter nunca se ha quejado. No le importa que compre muchos libros.

—Alai: Clay siempre se escandalizaba porque decía que yo leía demasiado. No podíamos comprar libros, necesitábamos el dinero para... otras cosas.

—Lali: ¿Para pagar a los médicos? —preguntó rememorando las cartas en las que detallaba los problemas de Clay.

—Alai: Y para contratar gente para que nos ayudase. No podíamos hacerlo todo nosotras solas —dijo Alai tras dejar los libros sobre el escritorio de Peter y apoyarse en él—. Tan solo estábamos Clay, Nina, madre y yo en la plantación. Ninguno de nosotros era un experto en ese tipo de trabajos. Contratamos al hijo de un vecino para que nos ayudase... Era perezoso, pero cuando le azuzabas trabajaba bien.

—Lali: Lo lamento. —En un gesto impulsivo, se inclinó hacia delante y tocó la mano de la muchacha.

—Alai: ¿Porqué?

—Lali: Lamento que las cosas hayan sido tan duras para ti... y que no tuvieses libros o...

—Ali: En ese momento, no me parecía tan mal. Nunca se da cuenta una de lo mal que van las cosas hasta que echa la vista atrás. Las cosas habrían resultado un poco más sencillas, por supuesto, si Peter hubiese estado allí para echarnos una mano... Pero no fue así.

Debió de ser cuando Peter se trasladó al Norte. Lali se sintió obligada a defenderlo.

—Lali: No forma parte de su carácter darle la espalda a quien necesita ayuda —dijo—. Quizá si alguien hubiese intentado hacerle entender...

—Alai: No fue culpa suya. El quería ayudar. Peter regresó a la plantación después de la guerra, pero no le dejaron quedarse. —Alai la miró sorprendida—. ¿Nunca te lo ha contado?

—Lali: A decir verdad, no —admitió. No pudo evitar pensar cómo sacarle información extra a Alai. Si la dejaba hablar, tal vez Alai le proporcionase un buen torrente de información—. Creo que hubo algún problema entre Peter, Clay y Nina...

—Alai: Y también con mi madre. A ella nunca le gustó. Supongo que sabes por qué...

—Lali: Porque era... era... el hijo de otra mujer, ¿no? —preguntó dubitativa.

—Alai: Así es. Clay y yo éramos Price legítimos. Madre siempre decía que nosotros éramos los auténticos hijos. Y... —Alai miró a su alrededor y bajó la voz— decía que Peter solo había sido un error. Se lo decía a la cara, montones de veces.

—Lali: ¿Y cómo reaccionaba Peter?

—Alai: Se limitaba a sonreír. Su sonrisa hacía enloquecer a madre... No podía soportar tenerlo cerca. Cuando mi padre lo traía de visita, tardaba días en recuperar la calma.

—Lali: ¿Y tú y Clay qué pensaban de él?

—Alai: A mí siempre me gustó. A Clay más bien no, pero nunca discutían. No hasta lo de Nina.

—Lali: ¿Quién era ella? —preguntó intentando no parecer ansiosa o impaciente—. ¿Era vecina vuestra?

—Alai: No exactamente. Pero su familia vivía en el condado. Era una Stanton, una de las cuatro hermanas, la segunda. Nina era la más guapa. Todo el mundo lo decía. Le gustaba tontear con los chicos, pero no le interesaban los muchachos del condado.

Lali se inclinó hacia delante, escuchando con total atención. Espoleada por su interés, Alai empezó a hablar libremente.

—Alai: Y entonces, murió la madre de Peter, y se vino a vivir con nosotros cuando tenía diecisiete años. Madre habría preferido matarse a tenerlo bajo el mismo techo, pero padre no atendió a sus quejas. Adoraba a Peter. Así que madre tuvo que apechugar. Pero le ayudó el hecho de que todas sus amigas entendiesen su situación y se compadeciesen. Además, no lo veía demasiado. Siempre estaba de un lado para el otro por el condado con sus amigos.

—Lali: ¿Era un gamberro?

—Alai: Supongo que sí —aceptó—. Peter era... salvaje. Siempre andaba metido en problemas, salía de uno para meterse en otro. A todo el mundo parecía gustarle, pero nadie quería que se relacionara con sus hermanas... Ya sabes por qué. Nina decía que Peter habría sido el muchacho más popular del condado si hubiese tenido una familia como Dios manda. Montaba, peleaba y disparaba mejor que nadie, y era listo como el demonio. Por lo que me han dicho, todas las chicas le tenían echado el ojo. Nina dice que era el hombre más guapo que jamás había pisado la frontera del condado. Pero a todas les atemorizaba el que las viesen a menudo con él. Habría arruinado su reputación.

Lali absorbía toda aquella información en completo silencio. Peter siempre había sido un tipo difícil de clasificar, incluso en Virginia. Nunca volvería a sorprenderla el pensar lo mucho que estaba luchando por conseguir su propio espacio en el Norte. No había duda de que nunca había expresado el más mínimo deseo de volver al Sur. Nunca había pertenecido a ningún lugar.

—Lali: ¿Cómo se llevaban Peter y Nina? —preguntó con un nudo en la garganta. Le abominaba pensar en ellos juntos, pero tenía que saber qué había habido entre ambos. Alai parecía entender a la perfección qué era lo que deseaba saber.

—Alai: En cuanto Peter la vio, no la dejó en paz. A los Stanton no les gustaba la idea de que la cortejase, pero tenían cuatro hijas que casar, y él iba a disponer de una buena herencia tarde o temprano. Una de las hermanas de Nina la retó a que saliese con él. No ha querido decirme nunca qué pasó, pero sí me dijo que al principio de la tarde él apenas había logrado sacarle un par de palabras, y que entrada la noche ya le propuso casarse con él. Entonces, conoció a Clay.

Realmente, tenían muchas más cosas en Común, a excepción de que Clay era un Price y Peter...

—Lali: Era hijo ilegítimo —dijo—. Clay debió de parecerle mejor partido.

—Alai: Ella amaba a Clay —replicó a la defensiva—. Era guapo y buena persona, y...

—Lali: Estoy convencida de que así era. —Lali intentó reparar su error—. Lo siento. No era eso lo que quería decir. Por favor, continúa... Ibas a contarme lo que pasó entre Nina y Clay.

—Alai: Se casaron. Peter intentó impedirlo, pero no pudo. Se peleó con Clay, y le dijo algo. Fuera lo que fuese, nunca volvieron a dirigirse la palabra. Después de la boda, Peter se puso como loco. Bebía y no dejaba de hacer locuras. Finalmente, papá lo envió lejos, esperando que se convirtiese en un caballero. Y entonces estalló la guerra.

—Lali: ¿Y después de la guerra? ¿Por qué no le dejaron quedarse en la plantación?

—Alai: Principalmente, fue cosa de Clay. Le habían herido en la espalda y siempre estaba enfermo. Creyó que si Peter volvía a vivir con ellos, ocuparía su lugar como jefe de la plantación y se quedaría con Nina. Y madre no lo quería allí... Y Nina... Discutió con Peter en el porche, y le insultó de mil maneras. Él se puso furioso y...

—Lali: ¿Y qué? —insistió fascinada por la historia. Alai enrojeció.

—Alai: Se echó a reír en su cara porque decía que se había casado con Clay por su dinero y por la plantación, pero el dinero había desaparecido y la plantación estaba arruinada. Se rió de ella. Nina agarró una fusta de montar que alguien había dejado en el porche y le pegó con ella. Por eso tiene esa cicatriz en la sien, cerca del ojo.

—Lali: Oh, Dios —susurró alzando la mano hasta su boca para taparla. Los celos que había sentido por Nina se transformaron en una corriente de empatía por Peter. Aquel arrebato de generosa empatía la llevó a estremecerse ante el retrato que había realizado Alai.

Ser herido de tal forma por alguien a quien amas... Y especialmente teniendo el orgullo de Peter. Es algo que jamás puede olvidarse. Nina le había dejado una marca. Si Lali pudiese estar segura de que tan solo era superficial... Pero ¿y si era una marca más profunda en el alma y todavía no había cicatrizado? Temía no poder llegar a descifrarlo nunca.

Continuará...

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capitulon!!

maratón YA YA YA!!

+15 +NOVE

-Amanda: Uff!! que dormida soy!! jajaja LO SIENTO!!! recuerdo que estaba apunto de enviarte las noves y no sé... me distraje con algo!!! :) jeje! ven a lo q me refiero con DORMIDA!! ya mismo te las mando y ahora si no me distraigo con nada!!!