El día después de que Nina se marchase, Lali empezó a
sentir que no pasaría mucho tiempo hasta que su matrimonio volviese a la senda
adecuada.
Como había sido su costumbre durante los meses anteriores
a la enfermedad de Peter, acudieron a la iglesia el domingo y visitaron a los
amigos y conocidos que no habían visto desde hacía tiempo. Aunque a nivel
religioso Peter había sido escandalosamente indisciplinado y costaba llevarlo a
la iglesia, Lali siempre conseguía encontrar algún modo de obligarlo a que la
acompañase.
Mientras la congregación salía de la iglesia de la calle
Arlington, el aire de Boston estaba preñado de los sabrosos aromas de
centenares de rustidos de domingo, guardados en el horno durante el servicio
eclesiástico para poder comerlo entre las dos y las tres.
—Peter: Gracias a Dios que ha acabado —murmuró. El sermón
había sido largo y vigoroso aquella mañana, plagado de azufre y referencias al
fuego del infierno.
A Peter se le había hecho eterno. Había pasado la mañana debatiéndose entre el
placer y el dolor que le suponía tener a Lali al lado. Extremadamente
consciente de su dulce fragancia y su suavidad, no dejó de tener pensamientos
que muy poco tenían que ver con la misa. Se sintió más como un pecador que como
un feligrés.
Lali miró escandalizada a su alrededor para comprobar que
nadie lo había oído mientras pasaban junto a las dos blancas columnas junto al
resto de la gente.
—Lali: Calla. ¡Alguien podría oírte!
—Peter: No me gusta que me riñan como si fuese un escolar
que necesita que le digan lo que tiene que hacer...
—Lali: No sé de ninguno más, pero tú sí lo pareces, y voy
a decirte lo que tienes que hacer —susurró—. No hemos venido a misa desde hace
meses.
—Peter: Lo cual ha sido...
—Lali: Oh, no lo digas —le imploró, y compuso una rápida
sonrisa cuando pasaron junto a los Treadwell y los Nicholson. Se detuvieron e
intercambiaron unos cuantos cumplidos—. Buenos días. Qué hermosa mañana de
domingo, ¿no les parece? Sí, ha sido un estupendo sermón.
En cuanto retomaron la marcha camino del carruaje, Peter
borró de su cara aquella afable expresión.
—Peter: No sé por qué siempre tienen que comentar el
tiempo que había pasado desde la última vez que nos vieron aquí...
—Lali: Podríamos evitarlo viniendo todos los domingos.
—Peter: O dejando de venir.
Aquellas palabras sonaron tan desvergonzadas que Lali
gruñó de un modo a medio camino entre la risa y la exasperación, y se soltó de
su brazo.
—Lali: Estoy empezando a pensar que no eres más que un
pagano.
La miró y sonrió. Su aspecto era poco menos que angelical
con el cabello bañado de luz y sus brillantes ojos marrones.
—Lali: No me mires de ese modo —dijo obligándose a
fruncir el ceño en lugar de echarse a reír—. Me preocupa el mal ejemplo que vas
a ser para nuestros hijos.
—Peter: Perdóname si no me muestro muy preocupado por
nuestros hijos. —Torció los labios formando una mueca burlona—. No creo que
tengamos que preocuparnos por ellos durante un tiempo, a menos que hayas
planeado un método de concepción que yo desconozco.
—Lali: No puedo creer que seas tan maleducado para decir
algo así en domingo —dijo con fría dignidad provocándole la risa.
—Peter: ¿Estás preocupada por mi salvación? —La miró con
una maliciosa sonrisa y todo su letal encanto.
—Lali: Alguien tiene que hacerlo, pues está claro que tú
no lo haces. Y deja de reír. ¡Estoy hablando en serio!
—Peter: Me encanta ese aire piadoso que adoptas los
domingos —señaló con una media sonrisa— De acuerdo. Si quieres ir a la iglesia
todas las semanas, iremos todas las semanas. Pero dudo que saque algo en claro
de eso.
Aquella concesión la apaciguó un poco.
—Lali: Eso está bien. No espero milagros. Pero como
mínimo tampoco te causará ningún daño.
Peter la ayudó a subir al carruaje, y le brillaron los
ojos al fijarse en la menuda y hermosamente torneada silueta de su cuerpo.
No tenía planeado prometerle nada a Lali, pero había
utilizado la palabra «hijos», y el corazón se le había acelerado. El hecho de
pensar en tener hijos e hijas con Lali le llenó de un placentero sentimiento de
expectativa.
En cierto sentido, se arrepentía de no haber centrado
toda su atención en Lali. Le gustaba tenerla solo para él; de eso no había
duda. Podría pasar el resto de su vida así, totalmente feliz estando los dos
juntos.
Pero los dos juntos con hijos... ¡Vaya familia iban a
formar!
Continuará...
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Mmmm parece como que todo ya terminó no????
creen que Nina ya no cause más problemas???
CHICAS! estamos a POCOS CAPS de terminar
LOS SIGUIENTES capítulos son RE IMPORTANTES!!!!
NO SE LOS PIERDAN!!!!! :D
+15 +NOVE
massssssssssssss
ResponderEliminarotro
ResponderEliminardaledaledale
ResponderEliminarNOOOOOOOOOOOOOOOO MALVADA SIEMPRE ME HACES LO MISMO, ME HACES ESAS PREGUNTAS Y ENTRO EN CRISIS!!! JAJAJAJAJAJA @LuciaVega14
ResponderEliminarMás!!! Ahora esperemos que todo vuelva a su cause!!!
ResponderEliminarNO ME DEJES ASI CUANTOS CAPS FALTAN???? :D
ResponderEliminarmas nove x favor!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarAhhh espero que no aparescamas "esa" no la soporto. Peter un desvergonzado divino jajaja, lo amoo y yo si qiero hijos para ellos :D ...
ResponderEliminarmas por favooor.
María.
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COMO QUE NINA PUEDE CAUSAR AUN PROBLEMAS? ES JODA NO?? NO LA QUIERO MAS A ESA QUIERO LALITEEEEEEEEEEEEEEEEEEER
ResponderEliminarMAS NOVEEEE
ME ENCANTOOOO EL CAP!!!!! LO AMEEEEE ♥ AL FIN ESTAN MEJOR Y PIENSAN EN HIJOS =$
ResponderEliminarME MATA CUANDO PONES IMPORTANTES TE JURO QUE QUIERO SABER LOS SIGUIENTES CAPS YA YYAAYAYA!
ResponderEliminarAJAJAJA
ME ENCANTA MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
masssssssssssssssssssss
ResponderEliminarOtroooooo
ResponderEliminarSubi otro
ResponderEliminarmasssssssssssssssssssss
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaaas noveee!!
ResponderEliminarTE GUSTA SEMBRAR LA DUDA.
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