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jueves, 19 de febrero de 2015

CAPÍTULO TREINTA Y UNO



Cuando llegó ante la puerta de Peter, Lali se paró por un momento a arreglarse el pelo. Estaba feliz por volver a verle, y al mismo tiempo temía su reacción cuando le contara lo de Philip, porque después de haber sido sometida a chantaje. Pensaba contárselo inmediatamente, sin esperar más.

—¡Bienvenido! –exclamó alegremente al entrar.

Peter se encontraba de pie junto a la ventana, de espaldas a ella y contemplando el cielo oscuro y lúgubre que presagiaba una noche de lluvia.

—Cierra la puerta. ¿Me has echado de menos? –preguntó sin volverse.

Lali sonrió.

—Sí –dijo abrazándole por la cintura desde atrás y apoyando la mejilla en su espalda rígida.

—¿Cuánto me has echado de menos?

—Si me miras, te lo demostraré.

Peter dio media vuelta y, sin mirarla, se dirigió al sofá y se sentó allí.

—Ven aquí.

Lali obedeció e intentó descifrar la extraña expresión de su rostro en la penumbra… parecía imposible y distante en sus ademanes. Cuando se disponía a sentarse a su lado, la cogió por la muñeca y la obligó a hacerlo sobre su regazo.

—Demuéstrame cuanto me quieres –dijo con voz ronca.

Entonces la estrechó entre sus brazos y la besó ardientemente al tiempo que la tumbaba el sillón y le abría la blusa.

—¿Me deseas ahora?

—Sí –gimió Lali, retorciéndose bajo sus caricias.

De repente la agarró de los brazos y la zarandeó con fuerza.

—Pues entonces abre bien los ojos. Quiero estar seguro de que te das cuenta de que quien está sobre ti soy yo, y no Philip Whitworth.

—¡Peter! –gritó Lali.

Sosteniéndola brutalmente, Peter la obligó a ponerse de pie con él.

—Escúchame, ¡Por favor! –exclamó Lali aterrorizada ante su mirada inhumana—. Deja que te lo explique…

—Explícame eso –le ordenó, obligándole a mirar las cuatro fotocopias extendidas sobre la mesa.

Junto a las fotocopias, había unas ampliaciones de fotografías en las que se la veía a ella inclinada sobre un Cadillac y una copia de un documento del estado de Michigan que demostraba que aquel coche era de Philip Whitworth.

—¡Por favor, Peter! ¡Yo te amo!

—Lali, dime. ¿Me amarás todavía dentro de cinco años cuando tu amante y tú salgan de la cárcel?

—Peter, por favor, escúchame. Philip no es mi amante, sino un pariente lejano. El me dijo que pidiera trabajo en Lanco, pero te juro que nunca le he dicho nada –Lali empezó a tartamudear tremendamente impresionada por el desprecio con que Peter la miraba—. Hasta… hasta el día en que nos encontramos en el baile, me dejó tranquila, pero ahora está chantajeándome. Me amenazó con contarte una serie de mentiras si yo no…

Peter la contemplaba con expresión sarcástica.

—¡Claro! Tu pariente te está chantajeando.

—¡Sí! Philip creía que tú pagabas a alguien para que le espiara y me envió aquí con la misión de descubrir la identidad del espía, y…

—Aquí el único que paga un espía es Whitworth. ¡Y el único espía eres tú!

La soltó entonces, y trató de empujarla lejos, pero Lali se asió a su brazo desesperadamente.

—Por favor, escúchame –le suplicó casi fuera de sí. Peter se libró de ella de un manotazo, y Lali se dejó caer en el suelo entre sollozos histéricos—. ¿Por qué no me escuchas? –gritaba—. ¡Lo único que te pido es que me escuches!

—¡Levántate! –rugió Peter—. Y abróchate la blusa –mientras ella obedecía, abrió la puerta y llamó a unos agentes de seguridad que esperaban fuera—. ¡Sáquenla de aquí!

Antes de salir de allí, Lali le dirigió la última mirada suplicante, pero el rostro de Peter parecía una máscara si vida.
 

Los guardias la condujeron en silencio hasta la puerta. La noche se extendía sobre Detroit y con ella había llegado una lluvia furiosa, sacudida por ráfagas de viento. Lali alzó la cabeza, buscando distraídamente el coche de la policía. Los guardias que la escoltaban retrocedieron, pero uno de ellos, antes de marcharse, se quedó mirando su blusa empapada y le preguntó en tono compasivo:

—¿No tiene abrigo, señorita?

Lali miró al vacío. Su abrigo y su bolso se habían quedado arriba en el despacho de Peter.

—Sí –dijo con un hilo de voz—. Arriba.

El guardia dudó un momento.

—Voy a por ellos –dijo al fin, y volvió al interior del edificio con sus compañeros.

Lali se quedó inmóvil en la acera, mientras la lluvia helada la empapaba con su multitud de agujas. No le llevaban a la cárcel, entonces, no sabía dónde ir, sin dinero y sin llaves.

Como una autómata, empezó a andar por Jefferson Avenue, cuando vio dos figuras familiares que se dirigían al edificio.

—¡Pablo! –gritó esperanzada cuando Eugenia y él estaban a punto de pasar de largo sin verla.

Pablo se volvió rápidamente, pero todas las esperanzas de Lali se borraron al ver su mirada acusadora, llena de furia.

—No tengo nada que decirte –replicó sin detenerse.

Sin fuerzas ya para nada, Lali echó hacia atrás sus cabellos empapados y siguió andando, cuando de pronto, Pablo, cogiéndola del brazo, la retuvo.

 —Toma –le dijo en tono hostil—. Ponte mi abrigo.

Lali se desasió de su mano.

—No me toques. No quiero que nadie vuelva a tocarme.

En la expresión de Pablo hubo un brillo de preocupación que no tardó en extinguirse.

—Ponte mi abrigo –repitió—. Vas a coger una pulmonía con este frío.

A Lali le importaba muy poco morirse de frío en aquellos momentos.

—Dime, ¿Tú también crees lo que cree Peter?

—Sí, lo creo.

—En ese caso, no quiero tu abrigo. Cuando se sepa la verdad, quiero que le digas a Peter de mi parte que no quiero volver a saber nada de él. ¡Qué no se le ocurra buscarme!

Sin saber a ciencia cierta a dónde se dirigía, Lali anduvo varias manzanas hasta llegar a la única puerta donde habían de admitirla sin pedirle nada a cambio. El restaurante de Tony.

Lali llamó con los nudillos en la puerta trasera, temblando de frío y de pena.  Pronto apareció Tony.


—¿Lali? –dijo—. ¡Lali! ¡Dios mío! ¡Dominic, Joe, vengan rápidamente!

Continuará...

24 comentarios:

  1. No seas guacha no me lo dejes ahí .. Subió otro porfaaa
    @x_ferreyra7

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  2. Subi otro porfavor no dejes asiiii..

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  3. No seas guacha no me lo dejes ahí .. Subió otro porfaaa
    @x_ferreyra7

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  4. Pobre Lali la situación tb es dificil de creer porque todo apunta para no creerle.Ojala y Peter descubra la verdad pronto

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  5. ohh sube otro porfas, ya quiero saber como sigue!!!

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  6. Ayy nooo pobre Lali aunque para Peter tb es fea la situación, ojala y la escuche

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  7. Tony si k la escuchará.
    Tenía derecho a réplica para defenderse, y Peter ,no se lo permitió.

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  8. Ayyy dioss, porq no la dejan explicar????????

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  9. en parte peter tiene razon, esta enfadado y es normal que actue asi. No tanto por la empresa sino porque la quiere y cree que lo ha engañado.

    Creo que Eugenia y Pablo lo van a hacer entrar en razon

    Espero maas

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  10. sigue por favor! Justo te quedas en lo mas intrigante bueno al menos para mi, y Pablo mas tierno no puede ser

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  11. Q Peter no le crea y se sienta traicionado ante las pruebas puedo entenderlo,q no la escuche ya me parece injusto de su parte,ahora Pablo no estaba al tanto del tema,no era q Lali quiso renunciar por eso y él hizo q P lo impidiera...q le pasa,yo crei q ahi iba a estar el aliado de ella para q Peter entrara en razón....muy buen cap!!!!!!!!!!!

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  12. Terrible! Pero es que, lose to, pero insisto una verdad así no se puede retrasar tanto como ella lo hizo

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