Capítulo 29

Nochebuena 

Tuvieron que apartar algunos de los regalos colocados debajo del árbol de Navidad para que Gas y Agus montaran el tren eléctrico que circularía alrededor. Luz estaba eufórica y chillaba de alegría mientras corría detrás del tren, vestida con su pijama rojo de franela. Renfield se acercó con recelo y lo observó todo sin fiarse demasiado. 

Habían acordado que Luz podía abrir un solo regalo esa noche y que dejaría el resto para la mañana de Navidad. Como era de esperar, había elegido la caja más grande, que resultó ser la del tren. 

En otra caja estaba la casita de hadas que Lali había empezado a hacerle, junto con los tubos de pintura, las bolsitas que contenían el musgo y las flores secas, el tubito de cola con purpurina y el resto de los materiales que Luz necesitaría para decorarla. 

Peter se había sentado en el sofá al lado de Lali, que estaba enderezando un montón de cuentos navideños que habían estado leyendo. 

—Lali: Es tarde —murmuró ella—. Debería irme pronto. 

Al ver que Peter se inclinaba para hablarle al oído, sintió un agradable escalofrío. 

—PeteR: Quédate esta noche conmigo. 

Lali sonrió. 

—Lali: ¿No tenian una regla que prohibía traer invitadas a dormir? —le preguntó en voz baja. 

—Peter: Sí, pero hay una excepción: puedo invitar a una mujer a dormir si luego me voy a casar con ella. 

Lali le lanzó una mirada de reproche. 

—Lali: Lanzani, me estás presionando. 

—Peter: ¿Ah, sí?... En ese caso, seguro que no te gusta uno de los regalos que pienso darte mañana por la mañana. 

Lali notó que le daba un vuelco el corazón. 

—Lali: ¡Ay, Dios! —Escondió la cara entre las manos—. Por favor, que no sea lo que creo que es... —Separó los dedos para mirarlo. 

Peter le sonrió. 

—Peter: Tengo motivos para sentirme esperanzado. Últimamente, te cuesta mucho decirme que no. 

Cosa que era más o menos cierta. Lali bajó las manos y lo miró. A ese hombre tan guapo y tan sexy que había cambiado su vida en tan poco tiempo. Sintió una oleada de felicidad tan intensa que apenas pudo respirar. 

—Lali: Eso es porque te amo —confesó. 

Peter la abrazó, inclinó la cabeza y le dio un beso dulce en los labios. 

—Luz: ¡Uf! —exclamó—. ¡Se están besando otra vez! 

—Agus: Sólo podemos hacer una cosa —le dijo—. Irnos arriba para no verlos. 

—Luz: ¿Ya es hora de irme a la cama? 

—Agus: Hace media hora que pasó tu hora de irte a la cama. 

Luz abrió los ojos de par en par. 

—Luz: Papá Noel vendrá enseguida. Tenemos que dejar preparadas la leche y las galletas. 

—Lali: Que no se te olviden las zanahorias para los renos —le recordó mientras se apartaba de Peter y se levantaba para acompañar a la niña a la cocina. 

—Luz: ¿Crees que Papá Noel se asustará cuando vea a Renfield? —le preguntó, y su voz llegó hasta el salón. 

—Lali: ¿Con todos los perros que ha visto? Qué va... 

Gas se incorporó y estiró la espalda. 

—Gas: Listo. Yo también me voy a la cama. 

—Agus: Vendrás mañana por la mañana, ¿no? —le preguntó. 

—Gas: ¿Lali hará el desayuno? 

—Peter: Al menos, supervisará el proceso. 

—Gas: Entonces sí. —se detuvo al llegar a la puerta y volvió la cabeza para mirarlos—. Me gusta esto —dijo con un deje reflexivo, sorprendiéndolos—. Tiene un aire... muy familiar. —Se detuvo un momento para despedirse de Lali y de Luz, y se marchó. 

—Agus: Creo que mejorará poco a poco —comentó—. Sobre todo cuando acabe lo del divorcio. 

Peter esbozó una sonrisa torcida. 

—Peter: Creo que todos mejoraremos. 

Luz volvió al salón y dejó sobre la mesita del sofá un plato con galletas y un vaso de leche. 

—Luz: Renfield, no vayas a comértelas, ¿eh? 

El bulldog meneó el trasero con alegría. 

—Agus: Vamos, bichito —le dijo a Luz—. Te acompaño a la cama. 

La niña miró a Peter y a Lali. 

—Luz: ¿Subirán a darme un beso de buenas noches? 

—Lali: Dentro de un momento —le prometió—. Vamos a recoger todo esto y a dejar algunas cosas preparadas para mañana. —Observó con ternura a Luz mientras la niña subía las escaleras. 

Cuando Peter fue a desconectar el tren, Lali se acercó al plato de galletas y se sacó un trozo de papel del bolsillo. 

—Peter: ¿Qué es eso? —le preguntó cuando regresó a su lado. 

—Lali: Una nota que Luz me ha dado para que la deje con las galletas. —Se la enseñó—. ¿Sabes a qué se refiere? 

Querido Papá Noel: 

gracias por hacer realidad mi deseo. 

te quiere 

LUZ

Peter dejó la nota en la mesa para abrazar a Lali. 

—Peter: Sí —dijo, mirando esos ojos castaños—. Sé a lo que se refiere. 

Y mientras inclinaba la cabeza para besarla, Peter Lanzani por fin creyó en la magia. 

-FIN-

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Y se acaboooooo... estuvo chiquita pero muy tierna... creo que las más tierna que subimos... 

ESPERO que les haya gustado!!! 

y esta es LA NOVE N° 23 !!!!!! :DDDDD yeeeeeeeeeee! 

Bueno ahora vamos por la 24... en un rato subo el primer cap... ;) 

no se vayan....