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martes, 13 de enero de 2015

CAPÍTULO DOCE



Lali pidió las llaves al mayordomo a las once y media, pero cuando llegó a su coche, se encontró con la desagradable sorpresa de que éste se encontraba bloqueado por otros seis vehículos, por lo menos. Cuando después de conseguir localizar a los propietarios, éstos retiraron los coches, ya eran las doce, y Lali no podía más con sus nervios. Por fin, se puso en camino, temiendo que Peter no la hubiera esperado.

Cuando llegó al final del camino que él le había indicado, puedo ver una gran casa de fachada acristalada en forma de “ele”; una típica residencia veraniega de las que abundaban en la costa del Pacífico.

Lali salió a toda prisa del coche y subió corriendo por la escalera de la entrada, hasta la puerta, Apretó el timbre; esperó, nada. Volvió a apretarlo; esperó un rato más largo, nada tampoco. La tercera vez, sabía ya con seguridad que no había nadie dentro para abrirle. Lali miró tristemente al jardín de césped que se extendía a sus pies, Ni siquiera cabía la esperanza de una puerta trasera, pues la casa terminaba en el mismo precipicio que descendía hasta el lago.

No quedaba más que pensar que Peter no la había esperado, creyendo, por su tardanza, que había optado por marcharse a Missouri. Él no tenía el coche allí, así que lo más probable era que se hubiera marchado a algún lugar con el dueño de aquella casa.

Lali echó a andar por el sendero que conducía a la salida, desolada y con ganas de llorar. No podía quedarse allí sentada esperando que Peter acudiera a dormir aquella noche, y tampoco podía volver a casa de los Middleton sin él, pues ella no era más que su acompañante. Se sentía como una tonta por haber intentado hacerle una jugarreta a un hombre que era un maestro en semejantes menesteres. Por pasarse de lista iba a tener que pasarse aquel día en la carretera, de vuelta a Missouri, en vez de disfrutar de unas horas maravillosas con Peter.

Cuando se disponía a entrar en el coche, oyó un extraño ruido metálico a su izquierda y, al volver la cabeza, vio que había unas escalinatas excavadas en la roca que descendían hasta la playa por ese lado. Con el corazón palpitante, inició el descenso sospechando que allí había alguien.

Se detuvo en el último escalón; paralizada por la emoción y la alegría; ante sus ojos se erguía la figura alta y ágil de Peter, vestido únicamente con sus pantalones blancos de tenis. Se encontraba muy ocupado arreglando el motor de una pequeña lancha sobre la arena, de espaldas a ella.

En un momento determinado, consultó su reloj de pulsera y luego miró con evidente impaciencia a su derecha. Lali siguió su mirada y quedó conmovida por lo que allí vio. Peter había extendido dos mantas sobre la arena, bajo una sombrilla, y un poco más allá, un mantel preparado con cestas de picnic que tenían el aspecto de estar repletas de comida.

Lali, con una sonrisa, avanzó hacia él.

—¡Hola! –gritó alegremente
.
Peter, que en aquel momento se encontraba agachado manipulando una llave inglesa, le dirigió una mirada fría e impenetrable.

—¿Creías que ya no vendría? –preguntó Lali en tono inocente.

Peter sonrió con sarcasmo.

—Ah, ¿es que no era eso lo que querías hacerme creer?

Aquello no era una pregunta, sino una acusación en frío. El primer impulso de Lali fue negarlo, pero termino por asentir con la cabeza sin poder contener una sonrisa.

—Exactamente— admitió, satisfecha al ver que el enfado de Peter desaparecía, sustituido por una mirada de interés—. Dime, ¿te daba pena que me hubiera marchado así, sin despedirme?

—Muchísima pena. Oye, Lali –añadió, poniéndose de pie y avanzando hacia ella.

Lali retrocedió un paso.

—¿Sí?

—¿Te apetece comer algo antes?

—¿Antes? –repitió Lali en un susurro—. ¿Antes de qué?

—Antes de ponernos a navegar.

—¡Vaya! –exclamó Lali, rompiendo a reír a carcajadas—. Sí, gracias, comeré algo. Me encanta navegar.

Aquel día resultó ser uno de los más felices de la existencia de Lali. Llevaban dos horas navegando y durante ese tiempo se había establecido entre ellos una agradable camaradería. Habían charlado y reído hasta la saciedad, y en aquel momento descansaban en silencio. Lali contemplaba el puro cielo azul, surcado por algunas nubecillas blancas. Peter, sentado en la proa, la miró sonriente y ella le devolvió la sonrisa. Luego, volvió la cara al cielo, consciente de que los escrutadores ojos verdes de Peter no se separaban de ella.

—Podríamos echar aquí el ancla para tomar el sol y pescar un poco. ¿Te apetece? –preguntó Peter.

—Sí, estupendo.

—Con un poco de suerte, podremos pescar algo de pescado azul para la cena –comentó Peter, sacando dos cañas de pescar—. También hay unos salmones estupendos en el lago, pero para capturarlos necesitaríamos cañas especiales, y además, es muy complicado.

Lali había ido a pesar muchas veces con su padre por los ríos y arroyuelos de Missouri, pero nunca lo había hecho desde una embarcación. No tenía idea, por tanto, de cómo era aquella caña especial ni las complicadas maniobras que habría que hacer con ella, pero estaba dispuesta a averiguarlo, pues si al hombre del que estaba enamorada le gustaba la pesca, a ella también.

—¡Ha picado uno! –exclamó Peter media hora después, tirando del sedal.

Lali dejó caer su caña y corrió hacía él excitadísima, dándole órdenes a gritos.

—¡Mantén la caña arriba y el sedal tenso! ¡No dejes que se afloje! Ahora será mejor que sueltes un poco el sedal.

—Eres un poco mandona, ¿no te parece? –exclamó Peter con una sonrisa y tirando con fuerza—. Bueno ¿qué te parece? –exclamó con orgullo casi infantil señalando el hermoso pez que se retorcía en el extremo del anzuelo.

Al ver su sonrisa ilusionada y sus ojos brillantes, Lali sintió que el amor que Peter despertaba en ella crecía y le oprimía el pecho con una emoción desconocida.

—Es un pez grandísimo –dijo.

Y en aquel momento, aparentemente sin importancia, Lali tomó una decisión inquebrantable.


Aquel hombre era ya dueño de su corazón; era justo que aquella misma noche tomara posesión de su cuerpo.

Continuará...

15 comentarios:

  1. K rápido k se enamoró!!!.y ya quiere darlo todo.

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  2. Por querer jugarle una broma casi le sale mal,pero en realidad parece q ella es como aire fresco para él q dicho sea es un divino,un osito en piel de león,Buena decision la de lali aunq intuyo q algo interferira,espero equivocarme!
    Muy linda nove,me encanta cada dia más!

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  3. Ahora a esperar para ver cuando peter demuestra que también está enamorado...me encanta

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  4. +++++++++++++++++++++++++++++++++++

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  5. maaaaaaaaaas cappppppss

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  6. Coincido con Chari. Todo muy rápido, me parece.

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  7. Me gusto el cap! Menos mal Peter se le paso el enojo rápido con su aceptación! Uy que decisión tomo Lali!

    DANII y yo mas que feliz de estar de nuevo el blog con vos subiendo novela!
    Tenemos que hablar! 😄

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