Capítulo 80

Lali nunca había visto a Pablo tan incómodo.

—Pablo: No lo sé.

—Lali: Pablo —dijo utilizando deliberadamente su nombre. Hablaba en voz baja pero de un modo insistente, tenso—. Me ofreció su amistad. Pensé que podía contar con ella. No le estoy pidiendo ayuda ni consejo... Le estoy pidiendo que no se interponga en mi camino. Usted sabe dónde está. Si no quiere decírmelo, lo encontraré de otro modo. Recorreré todas las calles de esta ciudad...

—Pablo: No puede hacerlo. Es peligroso...

—Lali: Y lo encontraré por mi cuenta. Pero, como amigo mío, no puede negármelo.

—Pablo: No es justo que utilice nuestra amistad.

—Lali: Estoy intentando conservar a mi marido. Las reglas no importan. Tal vez, cuando esté usted casado, pueda soportar mejor la desesperación, pero espero que no sea así. Y bien, ¿dónde está Peter?

—Pablo: Señora Lanzani... no puedo decírselo.

—Lali: Lo entiendo —dijo ella con los ojos brillantes de determinación—. Entonces, me voy. ¿Podría sugerirme al menos por dónde podría empezar a buscar? ¿Cerca de Long Wharf? ¿Por Marketplace...?

—Pablo: Dios, no. Lali, no. Podría pasarle a usted cualquier cosa, y yo nunca me lo perdonaría...

—Lali: Si algo me ocurre, le aseguro que no le culparé. Y supongo que Peter tampoco. Bueno, tengo mucho territorio que cubrir, y debo empezar. Adiós.

—Pablo: Espere. —la miró con una mezcla de asombro e indignación.

Nunca habría imaginado la capacidad que tenía ella para manipularlo o para presionarlo de un modo tan injusto. Ambos sabían que él se sentiría responsable si saliese sola y le ocurriese algo.

Le habían inculcado que tenía que comportarse como un caballero en cualquier situación... Pero, por todos los santos, ¿qué se suponía que tenía que hacer un caballero al enfrentarse a algo así?

—Pablo: Está en Parker House —dijo finalmente; su aspecto indicaba que se odiaba a sí mismo por ello—. Está comiendo.

Lali asintió muy despacio con una amarga sonrisa.

—Lali: Por supuesto. A la carta a cualquier hora. Debería haberlo supuesto.

Él la agarró por la muñeca ligeramente cuando ella se dio la vuelta para marcharse.

—Pablo: Espera, Lali... Quiero decir, señora...

—Lali: Voy a ir a Parker House. No intente detenerme.

—Pablo: No le va a servir de nada ir allí.

—Lali: Tengo que ver con mis propios ojos que ella está con él.

—Pablo: Espere a que él se lo explique. No intente arrinconarle.

—Lali: Eso ya no le incumbe a usted.

Pablo le soltó la muñeca y se pasó la mano por su pelo negro como ala de cuervo, intentando descifrar qué hacer.

—Pablo: Espere. Espere aquí. Voy a decirle al editor que se encargue de todo, volveré en un par de segundos. Voy con usted. No se mueva. No se vaya.

Desapareció tras la puerta y recorrió la redacción, bramó unas cuantas órdenes y regresó al pasillo de entrada. No había nadie allí excepto el portero, que había vuelto a su puesto.

—Pablo: ¿Dónde está? —preguntó un tanto alterado.

—Me temo que no lo sé, señor Martínez. Salió en cuanto usted cruzó la puerta.

Maldijo violentamente y salió a la calle. El coche del periódico acababa de volver. Informó al cochero de que tenían que ir a Parker House, y le dijo que sería mejor que se apresurase.

Continuará...

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Hola hola holaaaaaaaaaaaaaaaa!!!
como estan???? listas para terminar la nove??
bueno ya saben.... :D
+15 +NOVE