Viernes, 3:10 P.M.
Para la mayoría de los habitantes de Chicago, enero
significaba tres cosas: frío penetrante, vientos cortantes y ventiscas de
nieve. Pero para Lali Espósito, recepcionista del Bachester, un hotel de cuatro
estrellas de la Magnificent Mille de Chicago, enero significaba sólo una cosa:
una noche impresionante y alucinante con Peter Lanzani, el capitán de Las
Aguilas de Nueva York.
Las Aguilas venían a la ciudad una vez al año, y siempre
pasaban la noche en el Bachester. Lali y Peter llevaban tres años quedando esa
única noche, una cita sin ninguna otra clase de compromiso. Los planes eran
siempre los mismos: Peter le daba disimuladamente su llave antes de que el
equipo se fuera al United Center para jugar el partido. Cuando Lali salía de
trabajar a las once, se iba a la habitación y lo esperaba. Peter aparecía poco
tiempo después y entonces empezaban los fuegos artificiales, que duraban hasta
altas horas de la madrugada. Al día siguiente, Peter y su equipo salían
disparados hacia el siguiente partido y Lali regresaba a su casa. La única
persona del hotel que conocía esta cita carnal que se repetía una vez al año,
era Candela Vetrano, la cocinera jefe del hotel y amiga de Lali.
Desde detrás del mostrador de recepción, con el traje
negro almidonado, el pelo largo y oscuro recogido en una coleta y una expresión
atractiva y amable, Lali sabía que era un modelo de eficacia y cordialidad. Es
decir, hasta que Las Aguilas traspasaban la puerta y lo revolucionaban todo con
sus bulliciosas voces. Enseguida Lali y Peter se miraban a los ojos, y el aire
profesional empezaba a abandonarla mientras la invadía una pura lujuria animal.
Quería tumbar a Peter en la alfombra turca del vestíbulo y recorrerlo de arriba
abajo con las manos. Y por la forma en que la miraba, estaba segura que él quería
lo mismo. La sonrisa de Peter, que incluso cuando era sólo amistosa, ya era de
infarto, era lenta y sexy.
Desesperada por algo que la distrajera, Lali se alegró
cuando un pareja de mediana edad con abrigos de piel se plantó delante de ella
para preguntar si el Instituto de Arte estaba lo suficientemente cerca como
para ir a pie.
-Lali: Sí, lo está —contestó alegremente, y les dio un
pequeño mapa indicándoles la mejor ruta.
—¿Quieres caminar? —se quejó el marido— Está nevando, eso
sin mencionar que estamos a diez grados bajo cero.
—Un poco de ejercicio no te va a matar —replicó la
esposa. Lali apartó la mirada. Había perdido la cuenta de la cantidad de
parejas que habían discutido delante de ella. Pero la mujer tenía razón: El
hombre era tan grande que con el abrigo de piel parecía un oso.
—Tomaremos un taxi —declaró el marido. Se volvió para
mirar a Lali— ¿Puede llamar a uno?
Lali sonrió otra vez. Le encantaba su trabajo, pero a
veces, al final del día le dolía la cara.
-Lali: Normalmente hay taxis en la puerta del hotel,
señor. Si no hay, el portero llamará a uno.
—Gracias. —Sin esperar a su mujer, se fue hacia la
puerta.
La mujer le dirigió a Lali una mirada de resignación mientras
se ponía los guantes.
—Gracias.
-Lali: Ha sido un placer.
Lali observó cómo se marchaban, sintiéndose orgullosa de
haber podido ayudar. Le encantaba poder orientar a los clientes del hotel sobre
lo mejor que podía ofrecer su ciudad adoptiva. Chicago rezumaba energía,
cultura, espíritu… que era por lo que había huido de Nebraska hacia la Ciudad
del Viento a la primera oportunidad que tuvo. Desde niña, siempre había soñado
con vivir en un lugar donde siempre hubiera cosas nuevas que hacer y explorar,
un lugar donde pudiera reinventarse a sí misma. Haber podido hacer realidad sus
sueños era una fuente constante de placer y orgullo.
—No parecían muy felices.
Lali se sobresaltó ante el sonido de la voz de Peter,
asombrándose ante su habilidad para acercarse a ella a hurtadillas.
-Lali: Hola —dijo ella quedamente— ¿Qué tal el vuelo
desde Nueva York?
-Peter: Horrible. Con muchas turbulencias. Algunos
muchachos se han mareado.
-Lali: Dicen que por la noche podemos llegar a tener un
metro de nieve —Había pasado un año desde la última vez que lo había visto,
pero era como si hubiese sido ayer. No quería ni pensar en cuántas veces
durante los últimos doce meses sus pensamientos habían volado hacia él
preguntándose qué estaría haciendo en ese momento. Pero desde el principio
habían acordado no complicar las cosas: cuanto menos supieran de la vida del
otro, mejor.
-Peter: ¿Un metro de nieve? Creo que es el clima ideal
para acurrucarse en la cama.
Lali, temiendo que se reflejaran en su cara todos los
pensamientos pecaminosos que estaba teniendo, desvió la mirada al reloj de
pulsera.
-Peter: Habitación 334 —dijo en voz baja— Bajaré la llave
cuando me vaya a jugar.
-Lali: Muy bien.
Él extendió la mano, apretándole discretamente la suya.
-Peter: Por cierto, estás preciosa.
Lali alzó los ojos y lo miró, incapaz de ocultar su
placer.
-Lali: Cada año dices lo mismo.
-Peter: Porque cada año es verdad —miró por encima del
hombro hacia sus compañeros de equipo que esperaban todos delante de los
ascensores— Debería irme. Tengo que descansar antes del partido.
-Lali: ¿Crees que ganaran?
Peter esbozó una sonrisa confiada.
-Peter: Siempre lo hacemos.
-Lali: ¡Eh, ten cuidado! —le avisó, señalándole con el
dedo— Es a mi equipo al que estás menospreciando.
-Peter: Ha hablado una verdadera chica de Chicago.
Lali se puso nerviosa sólo de pensar en decirle la
verdad. Le gustaba que creyera que era de la ciudad.
—¡Eh, Lanzani! —gritó una voz desde los ascensores—
¡Vamos!
-Peter: ¡Ya voy! —contestó. Le guiñó un ojo al Lali— Te
veré más tarde. Estoy impaciente.
Lali se sonrojó.
-Lali: Y yo.
Viernes, 7:40 P.M.
A Peter nunca le habían gustado los precalentamientos,
pero sobretodo los odiaba cuando eran el equipo visitante. Y no sólo porque
fuera muy consciente de ser considerado el malo de la película por los hinchas
del equipo de casa, sino porque no podía realizar el intenso ritual que
acostumbraba a hacer en su propia cancha. En Nueva York, sabía que lo único que
se interponía entre él y el fracaso era el orden en el que ataba las zapatillas
(primero el izquierdo) y el número de vueltas que daba a la cancha (cuatro en
el sentido de las manecillas del reloj y cuatro en sentido contrario) antes de estar
listo para jugar. Sus compañeros de equipo nunca se burlaban de sus
excentricidades. Todos los jugadores de rugby eran supersticiosos, sobre todo
los capitanes. Tenías que estar un poco loco para estar allí noche tras noche
permitiendo que te taclearan.
Intentando concentrarse, Peter realizó sus rituales, antes
de colocarse en medio del campo, demostrando a sus compañeros de equipo que no
tenían de qué preocuparse. ¿Tiros a los palos? Sin problema. ¿ tackles? Pan
comido. ¿Drops? Incluso dormido, chicos. Mientras transcurría el calentamiento,
la excitación dio paso al aburrimiento y se puso a soñar despierto con Lali y
con todas las cosas que pensaba hacerle al regresar al hotel. Normalmente era
capaz de mantener a raya ese tipo de pensamientos hasta acabar el partido. Pero
esa noche, no podía. El deseo se había transformado de susurro a grito mientras
se imaginaba a sí mismo despojando lentamente a Lali de su americana, dejando
al descubierto la blanquísima blusa con aquellos diminutos botones de perla
que…
—¡Eh, Lanzani! ¡Despierta!
Peter parpadeó ante el sonido de la voz de su entrenador,
avergonzado de haber estado tan ensimismado en sus pensamientos que había
permitido que les metieran un tanto. Sus compañeros de equipo lo miraban
inquisitivamente; no era normal en él dejar pasar un tiro así. Corriendo
lentamente Peter se acercó al entrenador Nicolás Vázquez cuyo ceño podría
reducir a hombres hechos y derechos a meros idiotas balbucientes.
-Nicolás: ¿Qué demonios ha pasado?
-Peter: Lo siento —se disculpó— he perdido la
concentración un momento.
-Nicolás: ¿Que has perdido la concentración? ¿Qué excusa
de $%&XX es esa?
-Peter: No volverá a pasar.
Nicolás le hincó un dedo en el pecho.
-Nicolás: Podes estar jodidamente seguro de que no
volverá a pasar. Porque si pasa…
Nicolás dejó la amenaza allí, colgando. Peter asintió con
brusquedad.
-Peter: Lo he entendido.
-Nicolás: ¿Seguro?
-Peter: Sí.
-Nicolás: Pues vuelve a llevar tu trasero a la cancha y mantén
esos ojos de bien abiertos, ¿entendido? No podemos permitirnos el lujo de
perder contra este equipo.
Mirándolo por encima del hombro con el ceño fruncido
Nicolás volvió al banquillo y Peter regresó a la cancha, molesto consigo mismo
por pensar en Lali y perder la concentración. Normalmente, pensaba en ella
cuando estaba solo. Incluso algunas veces, se había encontrado hablando con
ella en su mente y se sentía tentado de buscar el número de su casa y llamarla.
Pero se contenía, sabiendo que eso sería una violación de las reglas básicas
que tan cuidadosamente habían establecido desde el principio.
Necesitaba un ritual para desterrar a Lali de sus
pensamientos. Cerrando los ojos, se imaginó a Las Águilas venciendo al gran
equipo de Chicago, tres veces —una por cada año de su acuerdo— Cuando abrió los
ojos, estaba listo para jugar.
Continuará...
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Espero que les guste esta nove tanto como la anterior! ^-^
La nove "Traiciones Pasadas" está lista para descargar!... si la quieren solo hagan click sobre la imagen!...
-Danú: Te quieroooo gracias por pasarte aunque sea un ratito sé que ahora está mui ocupada!! :)
Besos a todos!!....
Me encanta esa nocheeeeeeee!Como todas jajaja
ResponderEliminarMas noveeeeee
besos
@porLali_ITALIA
Jaja Peter se distrajo pensando en Lali
ResponderEliminarme gustó el primer capítulo
espero el segundo.
mas nove!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarmas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarmas nove
ResponderEliminarme encantooo masss ♥
ResponderEliminarMe gusto! Sube otro capitulo!!
ResponderEliminarYo ya me enganché,a parte lo diferente es q empieza con "acción"desde un comienzo.Esta bueno recorrer el camino inverso!Qué pasará después?
ResponderEliminarespero el prox.Gracias por ya subirnos otra!
muy bueno el capitulo... Espero el próximo capitulo!!!
ResponderEliminarme encanto el primer capítulo! quiero ver como van a ser los otros! :D
ResponderEliminarME encanto el caaap!!
ResponderEliminarespero el segundo!! :)
Me encanto este comienzo.. quiero más
ResponderEliminar@vale_cadenas
La primera distraccion en tres años,jajaja,si parece k piensa mas veces en ella,a lo largo del año,y ahora se da cuenta.Necesita un ritual para sacarla d sus pensamientos,ja k bueno.
ResponderEliminarBuenicima !!!!!!!
ResponderEliminarMe encanto
Un beso
leti2311
Ai amei el primero capitulo genis besos espero mas....
ResponderEliminarMuy bueno el capitulo!
ResponderEliminarSe me buena la nove!
Besos
@vagomi
mas nove!!!! =)
ResponderEliminarjaja peter todo hermoso y misterioso :P jaja pero me encanto que pensara tanto en lai :P
ResponderEliminar:D mas nove!!1
ResponderEliminarmasssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
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