El lunes por la mañana, al entrar en la oficina, Lali fue
recibida por un montón de miradas curiosas que se volvían a su paso. Muy
extrañada, dejó el abrigo en el perchero y se encaminó a su escritorio, donde
la esperaba Susan Brook junto con otras cinco o seis empleadas.
—¿Qué ocurre? –preguntó asombrada, aunque aquella mañana
le parecía imposible que nada consiguiera enturbiar su felicidad.
—Eres tú la que tiene que contárnoslo –respondió Susan—.
¿No eres tú esta?
Y diciendo aquello, le enseño una fotografía del
suplemento dominical del periódico. Lali la miró con los ojos desmesuradamente
abiertos. Se trataba de una página enteramente dedicada al baile benéfico, y en
el centro de la misma había una foto a todo color de ella con Peter, bailando y
sonriéndose el uno al otro. El comentario de debajo, decía: “El industrial de Detroit J. Pedro Lanzani y su acompañante”.
Lali contempló a las mujeres y les dijo:
—Se parece a mí, ¿verdad? ¡Qué coincidencia!
Mentía así porque no quería que su relación con Peter se
hiciera pública hasta que llegara el momento oportuno, pues estaba gura de que
sería la comidilla de todos en la oficina.
—Entonces, ¿no eres tú? –preguntó decepcionada una de las
mujeres.
Nadie notó el repentino silencio que se acababa de
extender por la oficina, acallando los murmullos.
—Buenos días –escuchó Lali a sus espaldas—. Hola, Lali.
Era Peter, y hablaba tan cerca de su oído, que temió que
fuera a besarla allí mismo.
—Hola –murmuró.
Peter miró por encima de su hombro el periódico que
estaba extendido sobre la mesa.
—Estás preciosa en esa foto, pero, ¿quién ese tipo tan
feo que está bailando contigo?
Sin esperar respuesta, Peter entró en el despacho de
Pablo. Lali deseó en ese momento que la tierra se abriese a sus pies y la
tragase; tal era su vergüenza.
—¡Qué coincidencia tan sorprendente! –exclamó Susan en
tono burlón.
Al cabo de unos minutos, Peter apareció de nuevo y le
pidió a Lali que subiera con él a su despacho. Una vez allí, a solas con ella,
la abrazó y la besó largamente.
—Te he echado mucho de menos. Pero no tenemos más remedio
que volver a separarnos, porque debo salir dentro de una hora a Casano. Rossi
llamó y nos contó que unos cuantos norteamericanos están merodeando por su
propiedad, husmeándolo todo y haciendo preguntas. Ya hemos enviado un equipo de
agentes de seguridad, y Rossi se ha escondido en un lugar donde no hay
teléfono. Pablo vendrá conmigo. Eugenia ya ha sido enviada allí para intentar
tranquilizar a Rossi. Volveré el miércoles o el jueves como muy tarde. A
propósito, Lali; me parece que todavía no te he hablado de Eugenia.
—No te preocupes, Peter. Julia me lo contó todo –dijo
Lali, un poco triste pero aliviada, pues así contaba con un par de días para
pensar de qué forma iba a explicarle su relación con Philip—. ¿Cómo es que
Pablo va contigo?
—El presidente de Lanco se jubila el mes que viene, y
Pablo ocupará su puesto, así que aprovecharemos el viaje para charlar de los
objetivos de Lanco a corto y largo plazo. Y además, por qué no decírtelo… le
estoy muy agradecido a Pablo por lo que ha hecho por nosotros, y por eso me
gustaría ayudarle con Eugenia. ¿Qué mejor que reunirlos en Italia? A propósito
–añadió—. Esta mañana me ha llamado un periodista preguntándose por nosotros.
Le he dicho quién eres y también que… eres mi novia. Cuando la noticia se
publique, me temo que los chicos de la prensa no van a dejarte tranquila.
Lali ocultó con una sonrisa su inquietud.
—No me importa, cariño.
En el hospital, Jack Collins, el director de seguridad de
Global Industries de Detroit, descansaba en una habitación bajo los efectos de
un sedante. De pronto, el teléfono sonó.
—Jack, soy Rudy.
—Hola. ¿Has averiguado algo acerca de Lali Espósito?
—Sí –respondió Rudy—. Sabemos que vive en una lujosa
urbanización de Bloomfield Hills y que un tipo de edad madura le paga el
alquiler. Hablé con el conserje y me dijo que el individuo en cuestión. Le
tiene puesto el piso a su amante. La última que vivió allí era una pelirroja,
pero por lo visto, el viejo Whitworth la sorprendió un buen día con otro hombre
y la echó de allí. El conserje dice que la señorita Espósito lleva una vida
normal y tranquila, y que Philip Whitworth no frecuenta la casa. Lo cual no es
de extrañar, porque con los años que tiene…
—¿Qué dices? –preguntó Jack, luchando a duras penas
contra el sopor.
—Whitworth. Philip A. Whitworth. Me imagino que ya estará
perdiendo facultades y…
—¡Cierra la boca y escúchame! Dentro de un momento van a hacerme
unas pruebas y me han dado un sedante. Ve ahora mismo al despacho de Peter
Lanzani y cuéntale lo que me acabas de decir, ¿entendido? Y dile también… dile
que creo que esa chica es una espía en el asunto Rossi.
—¿Cómo? ¿Qué es ella? ¡No lo dirás en serio! Esa…
—¡Cállate y escúchame! Si Peter Lanzani se encuentra
fuera, cuéntale lo que me has dicho a Mike Walsh, el abogado de la corporación.
Pero no se lo digas a nadie más, y vigílala constantemente. Instala una cámara
oculta en su despacho y síguela a todas partes. Que te ayude alguien de
seguridad…
El martes por la mañana, una inesperada llamada
telefónica vino a interrumpir la tranquila felicidad de Lali. Se trataba de
Philip.
—Lali, querida, ¿podríamos comer juntos hoy? Necesito hablar
contigo.
No era una invitación, sino una orden. Lali deseaba con
todas sus fuerzas colgar el teléfono sin más contemplaciones, pero no se
atrevió por medio a que Philip le revelase a Peter su identidad antes de que
ella tuviera la oportunidad de explicárselo ella misma. Además, también tenía
que contar con que estaba viviendo en el apartamento de Philip y no podía
moverse de allí, porque en ese caso Peter no podría localizarla por teléfono… o
tendría que contarle otra mentira, y ya estaba cansada.
—De acuerdo. Pero tendré que volver pronto a la oficina.
Podemos quedar en el restaurante de Tony, a las doce. ¿Sabes dónde es?
—Sí, pero será imposible. No sabes lo difícil que es
conseguir mesa…
—Llamaré con antelación y reservaré una –dijo Lali
Dominic, el hijo de Toni, la
recibió con una sonrisa pesarosa y la acompañó a través del comedor lleno de
gente hasta una mesa apartada.
—Lo siento, Lali, pero no he
podido reservarte una mejor. Si llamas antes la próxima vez, te acomodaremos
más a tu gusto.
Philip Whitworth la estaba
esperando bebiendo un Martini. Se levantó educadamente hasta que estuvo sentada
y después le ofreció un vaso de vino. Lali le notó tranquilo, sereno, casi confiado,
y tuvo un mal presentimiento.
—Y ahora –comenzó—, supongamos
que me cuentas qué tal te van las cosas con nuestro común amigo…
—¡Con tu hijastro, querrás
decir! –le corrigió Lali con acritud.
—Sí, querida mía. Pero, por
favor, procura no pronunciar su nombre. Recuerda que nos encontramos en un
lugar público.
—Pues verás, como dentro de un
par de días vas a leerlo en los periódicos, te anticiparé la noticia: Peter y
yo estamos juntos.
—Felicidades. ¿Le has hablado
ya de la relación que te une conmigo? El día que nos encontramos en el baile me
pareció que no sabía nada.
—Tengo intención de decírselo
enseguida.
—A mí no me parece buena idea,
Lali. Peter nos guarda cierto rencor a mi mujer y a mi…
—¡No le falta razón!
—Ah, veo que ya conoces la
historia. Teniéndolo en cuenta, imagínate su reacción cuando se entere que has
vivido como si fueras mi amante y que has usado vestidos que yo he comprado
para ti.
—¡No digas tonterías! Yo no
soy tu amante…
—Eso lo sabremos tú y yo.
Pero, sinceramente, ¿tú crees que él se lo va a creer?
—Si yo se lo digo, me creerá.
Philip la miró con una sonrisa
perversa.
—Me parece que le va a
resultar un poco difícil creerte si piensa que me has contado todo lo de su
proyecto en Casano.
Lali se sintió invadida por el
pánico.
—Yo no te he contado nada
acerca de Casano… ¡ni una palabra!
—El creerá que me has contado
lo de Casano.
Lali intentó ocultar el
temblor de sus manos, mientras el miedo iba haciendo presa en ella.
—¿Me estas amenazando con
decirle que soy tu amante y todas esas mentiras?
—No es exactamente una amenaza
–dijo Philip con voz aterciopelada—. Lo que quiero es que entiendas que tú y yo
estamos a punto de hacer un trato y que no te encuentras en situación de
rechazar mis condiciones.
—¿De qué trato me hablas?
—Si quieres que guarde
silencio, tendrás que proporcionarme la información que yo te pida.
—¿Pero tú te has creído que yo
voy a prestarme a eso? ¿Lo crees de verdad? –exclamó Lali—. Prefiero morir
antes de causarle daño, ¿comprendes?
—Estás exagerando. Yo no me
propongo hundir a ese hombre. Lo único que quiero es salvar mi empresa, que se
tambalea por culpa de la competencia que nos hace Lanco.
—¡Qué lástima! –siseó Lali.
—A ti puede traerte sin
cuidado, pero Whitworth Enterprises es el único patrimonio de Ben, su herencia,
y para mi esposa eso es muy importante. De todas formas, es inútil discutir si
quieres ayudarme o no, porque no tienes elección. El viernes se cumple el plazo
para presentar ofertas por los contratos más importantes. Quiero saber con
exactitud a qué cantidad se eleva la oferta de Lanco –diciendo esto, sacó un
trozo de papel del bolsillo en el que estaban escritos los nombres de cuatro
proyectos, y se lo puso en la mano a la fuerza—. Ahora tengo que volver a mi
despacho –añadió, echando hacia atrás su silla.
Lali estaba tan furiosa que ya
no sentía miedo.
—¿Estas ofertas son muy importantes
para ti?
—Mucho.
—¿Por qué? ¿Por qué tu mujer
quiere conservar la empresa para su hijo? ¿Es muy importante para ella?
—Más de lo que te imaginas.
Entre otras cosas, si yo intento vender mi compañía ahora, que es la última
alternativa que me queda, nuestro estado de cuentas pasaría a conocimiento del
Archivo Nacional, y eso sería muy embarazoso.
—Ya –dijo Lali, haciendo acopio
de sangre fría para convencerle de que estaba dispuesta a aceptar—. ¿Y prometes
que si te ayudo no le contarás a Peter ninguna mentira?
—Te doy mi palabra de honor.
Continuará...
________________________________________________
Lo siento!!!! Esta última semana fue horrible para mí, el trabajo, super cansada! Lamento no haber tenido tiempo para postear!! Trataré de apurar esta nove (que ya se acaba) máximo máximo yo creo que en esta semana... a demás les tengo una sorpresita que postearé prontito!... :D
Una vez más LO SIENTO MUCHO!! y espero que disfruten el cap de hoy!
Que horrible ese tipo. Presiento que en el próximo CAP se pudre todo entre Peter y Lali y no lo quiero leer
ResponderEliminarEspero k Lali no le crea nada a Philip,y k hable ya mismo con Peter.
ResponderEliminarLo odio al tipo ese .. Y lali tiene que hablar con pitt YAAA
ResponderEliminar+++++++
@x_ferreyra7
Como que se acaba?? tan rápido.. todo sr sabra pronto lali no debe confiar en la palabra de ese tipo, no es de fiar
ResponderEliminar+++++++++++++++++++++++++++++++++++++
ResponderEliminarAy noooooo lali deberia haber hablado ya con peter!! Puñetero Phillip que se esta aprovechando de ella -.-
ResponderEliminarINMA
Esto huele a problemas
ResponderEliminarNooo todo estaba tan bien.Tan cortita es la nove
ResponderEliminarWoaaaa!!!
ResponderEliminarApenas también tuve tiempo de leer el cap! Pero ya me pondré al corriente...
Nunca pensé que la Podrías chantajear..
Uhhhhh creo que le va a contar y adiós a todo
Ay no pero Lali si es boba, le debió de decir hace mucho la verdad
ResponderEliminar