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miércoles, 26 de diciembre de 2012

Capítulos DIECINUEVE y VEINTE


A Peter le comía por dentro. Todo lo que Benjamín le había dicho seguía resonando en su mente una y otra vez como un eco interminable, y por mucho que intentara ignorarlo y justificarlo como ilusiones infundadas de un hombre desesperado, a veces no estaba tan seguro de cuál de los dos estaba más desesperado. Necesitaba tiempo no sólo para pensar, sino también para hablar con Lali a solas. Por eso decidió esperar, e intentar entender la situación.

El fin de semana después de la fiesta llegaron los primeros copos de nieve, aunque no llegaron a cuajar en el suelo. Sin embargo, en la segunda semana de diciembre, las temperaturas ya habían descendido por debajo de cero, y las previsiones anunciaban bastante nieve para los días siguientes.

Entre tanto, Peter continuaba trabajando en la sala de juegos para las niñas. Necesitaba hacer algo para tener las manos y la mente ocupadas, algo que no le permitiera pensar en las palabras de Amadeo, aunque por mucho que lo intentara, no podía quitárselas de la cabeza.

En parte el problema se debía a que su relación con Lali, y ahora ya no sabía si se podía llamar así, era algo de lo que nunca habían hablado abierta y sinceramente, debido a las circunstancias.

Cuando Pablo y él conocieron a Lali en la universidad, Peter se dio cuenta inmediatamente de que a su hermano también le gustaba Lali. Sabiendo el tipo de mujer qué ella era, y lo que quería de la vida, se dijo que Pablo y Lali tenían muchas más cosas en común que Lali y él, principalmente porque entonces él estaba muy involucrado en su carrera, y no podía abandonarla para casarse.

Por eso, enseguida se dio cuenta de que él no encajaba en la foto, al menos no en la foto de Lali.

Y por eso enterró sus sentimientos en lo más profundo de su corazón y se hizo a un lado, dejando el camino despejado para su hermano, mientras él continuaba con su carrera profesional. Pero nunca había hablado con nadie de sus verdaderos sentimientos hacia Lali, y quizá ese había sido el primer error.

Poco después de la boda de su hermano, supo que Pablo y Lali tenían problemas para tener hijos, pero no sospechó hasta qué punto afectaba emocionalmente a su hermano hasta que le pidieron ayuda con la inseminación artificial. Entonces, Peter hubiera hecho cualquier cosa por salvar a su hermano y a su matrimonio con Lali. Su responsabilidad era cuidar de Pablo, tal y como se lo había prometido a sus padres antes de morir, y eso fue exactamente lo que hizo.

Aunque a costa de qué, se preguntaba ahora.

No se arrepentiría de nada, pero ¿qué había de malo en querer algo para sí mismo?

¿Un hogar, una familia, sus hijas y la mujer que siempre había amado?

Tras la muerte de su hermano, pensó que podía tener una oportunidad con Lali, pero al ver lo devastada y afectada que estaba, prácticamente al borde del colapso, no tuvo valor para planteárselo, por temor a que eso lo apartará definitivamente de ella. Tenían un acuerdo: no hablar nunca de la paternidad de las niñas, y temía que abordar el tema podría significar el hundimiento definitivo de Lali.

Por eso no le habló de sus sentimientos hacia ella, ni hacia las niñas, ni lo que pensaba del hecho de que tuviera que ocuparse de ellas sola, y decidió darle algún tiempo.

Si había esperado más de diez años, ¿por qué no podía esperar unos pocos meses más? Pero entonces Amadeo había entrado en escena, y Peter decidió que ya era hora de sentarse a hablar con Lali, con total sinceridad, y eso incluía averiguar exactamente cuáles eran sus sentimientos hacia los dos.

Sin embargo, Peter no quería precipitarse. Primero quería estar seguro de elegir el momento y el lugar donde poder hablar tranquilamente y en privado durante al menos unas horas, cosa no muy sencilla en una casa que compartían con las dos niñas y la abuela.


Su oportunidad llegó tres semanas después de la fiesta de Halloween. Peter estaba dando los últimos toques a la sala de juegos del sótano, cuando Lali le llamó desde arriba para avisarle de que tenía una llamada.

—Peter: Ahora mismo subo —gritó desde abajo.
La sala de juegos estaba prácticamente terminada. Sólo faltaba el espejo, que iban a llevar e instalar al día siguiente por la tarde.

Su otro proyecto, el del edificio de carruajes como él lo llamaba, también progresaba a buen ritmo. Todas las paredes interiores eran nuevas, así como los sistemas de calefacción, de agua, y de electricidad. Había tenido cuidado de que el equipo de la empresa de construcción fuera a trabajar por las mañanas, cuando Lali y las niñas estaban en el colegio, para no despertar su curiosidad.
—Lali: ¿Peter?
—Peter: Estoy aquí —dijo él, empujando la puerta del sótano.
Al verla, sonrió.

Ahora que ya habían terminado las reuniones con los padres, Lali no estaba tan ocupada por las tardes. Y ahora que la sala de juegos estaba terminada y las niñas podían jugar en ella, Peter esperaba poder pasar más tiempo con ella. Como una pareja normal, pensó.
—Lali: Te llaman por teléfono —repitió ella, dándole el teléfono móvil.
Peter la estudió un momento. Tenía la sensación de que cada vez que lo llamaban por teléfono, ella se ponía tensa y más callada.
—Peter: Gracias.
Lali giró sobre sus talones y volvió al salón.

—Peter Lanzani —dijo Peter, apoyándose contra la encimera, y sonriendo—. Sí, Sam, estoy bien. ¿No me digas? ¿Y cuándo empiezo? —frunció el ceño—. ¿El próximo semestre? —se echó a reír—. Hace mucho tiempo que no piso un aula. ¿Cuándo empieza el próximo trimestre? ¿La tercera semana de enero? —Peter lo pensó un momento—. Sí, sí, creo que podré. Mándame los contratos. Ya tienes la dirección. Sí, estoy seguro, Sam, pero gracias por preguntar. Y en cuanto tengas lo otro, avísame. De acuerdo, buenas noches.
Con un suspiro de satisfacción, Peter cerró el móvil y sonrió. A partir de la tercera semana de enero, él, Peter Lanzani, sería el nuevo profesor del Departamento de Comunicaciones de la universidad laboral de la ciudad.

Sin embargo, todavía no pensaba decirle nada a Lali. Quería tener todos los elementos de la ecuación bajo control, y todavía tenía que limar algunas asperezas. Sacudiendo la cabeza, Peter sonrió y fue a buscar a Lali.


Lali estaba de pie en el salón, contemplando los copos de nieve que descendían suavemente desde el cielo al otro lado de la ventana. Según las predicciones del tiempo, al día siguiente tendrían al menos diez centímetros de nieve, pero parecía que la nieve estaba llegando un poco antes.

Frotándose los brazos con las manos, se estremeció.

Normalmente, le encantaba esta época del año, justo antes de las vacaciones de Navidad, y después del Día de Acción de Gracias. Ahora que habían terminado las reuniones con los padres, por fin tenía más tiempo para estar con las niñas, pero este año se sentía embargada por una insoportable tristeza.

Y conocía muy bien el motivo: “Peter”.

En las últimas semanas, Peter estaba recibiendo muchas llamadas. No pasaba una tarde sin que alguien le llamara, y ella empezaba a prepararse, empezaba a preparar sus defensas para proteger su corazón, sabiendo que se acercaba el momento en que de repente Peter anunciaría su partida. Otra vez.

Y esta vez, pensó, se llevaría su corazón con él. A pesar de sus esfuerzos por mantener sus emociones a raya.

Desde su primera cita oficial, y a través de las muchas veladas que habían disfrutado juntos, y de sus salidas en familia con las niñas, Lali supo y fue confirmando día a día que estaba perdiendo la batalla, y perdiendo su corazón.

Se había acostumbrado a tener a Peter en casa, echándole una mano, no sólo con las niñas sino con todo, incluidas las tareas del hogar. Ya no tenía que pensar en sacar la basura dos veces por semana, porque era Peter quien se ocupaba. Los sábados ya no tenía que hacer toda la compra y recados ella sola. Se los repartían entre Peter y ella, y entre los dos terminarán mucho antes.

Se había acostumbrado a tenerle compartiendo las cosas cotidianas, y no sabía cómo se las iba a arreglar cuando él se fuera.

Esta vez, Peter había estado más tiempo que de costumbre, y había dedicado muchas horas a construir la sala de juegos para las niñas. También dedicó largos ratos a las dos gemelas, ayudándolas con los deberes, llevándolas a ballet, enseñándolas a montar en bicicleta.

Las niñas también se habían acostumbrado a tener a Peter en sus vidas, y ahora daban por hecho la presencia de Peter en la casa.

Lali intentó prepararlas para el momento de la partida de Peter, diciéndoles que el tío Peter no estaría allí siempre, pero sus palabras parecían caer en oídos sordos. Las gemelas estaban totalmente convencidas de que esta vez Peter se quedaría para siempre.

Y ella no tenía ni idea de qué hacer.
Capítulo VEINTE

Quizá, decidió, lo único que podía hacer era disfrutar de Peter mientras estuviera allí, y pensar en cómo superar la decepción de su partida más adelante, después de que se fuera.

—Peter: ¿Lali? ¿Estás bien?
Preocupado, Peter se acercó a ella y le puso una mano en el hombro. Con gesto ausente, Lali le cubrió la mano con la suya.
—Lali: Estoy viendo la nieve —dijo, girando ligeramente la cabeza para sonreírle—. Es precioso, tan lleno de paz y tranquilidad. Como si no hubiera nadie más en el mundo.
—Peter: Lo sé —dijo él.
Apoyó el mentón sobre la cabeza femenina, y deslizó las manos por su cintura.
—Peter: Hace tanto tiempo que no estaba aquí en invierno, que había olvidado lo maravilloso que es.
Lali rió, y se apoyó contra él, deseando sentir su calor.
—Lali: Dímelo la próxima vez que tengamos una tormenta.
—Peter: Lo haré —dijo él—. La sala de juegos ya está terminada. Mañana traerán e instalarán los espejos, así que ya se podrá utilizar. Espero que a las niñas les guste y disfruten de ella.
—Lali: Peter —se volvió hacia él, y le rodeó la cintura con los brazos—. Eres un encanto —dijo ella, en voz baja—. Sobre todo con las niñas.
Peter arqueó una ceja.
—Peter: ¿Y otras veces, con otras cosas? —bromeó él—. ¿No soy un encanto?
—Lali: Bien, Peter, lo reconozco, siempre eres un encanto —rió ella.
—Peter: Pero no creo que eso sea un calificativo que guste mucho a los hombres, Lali. Se me ocurren otros mucho mejores que «encanto».
Lali rió otra vez.
—Lali: Sí, pero no se lo digas a una mujer. Es el mayor cumplido que le puede hacer a un hombre.
— Peter: ¿Y qué me dices de Amadeo? —preguntó Peter, incapaz de resistirse—. ¿Él también es un encanto?
—Lali: ¿Benjamin? —preguntó ella, extrañada.
Benjamin era lo que más lejos estaba en ese momento de su mente.
—Lali: No lo sé, supongo —lo pensó un momento—. Sí, supongo que lo es.
Peter frunció el ceño.
—Peter: A mí sí que se ocurren otros calificativos para él —le aseguró—, y te aseguro que ése no es uno de ellos.
—Lali: Peter, por favor, Benjamin es un hombre muy amable.
A pesar de la ridicula invitación a pasar un fin de semana con él, pensó para sus adentros.

A Peter no le hacía ninguna gracia que Lali les pusiera a Benjamin y a él en la misma categoría. Se quedó pensativo unos segundos.
—Peter: Lali… ¿eres feliz? ¿Feliz de verdad?
—Lali: ¿Te refieres a ahora? ¿A este momento?
Lali lo miró a los ojos, sin soltar su cintura, sin dejar de sentir su fuerza y su calor. No era muy difícil adivinar que era feliz.
—Peter: Sí, supongo que sí —admitió con una sonrisa—. Especialmente, en este momento —añadió.
—Lali: ¿Por qué lo preguntas?
Peter se encogió de hombros.
—Peter: No lo sé, las últimas dos semanas parecías un poco deprimida y distraída, y quería saber si te preocupaba algo.

Si lo que le había dicho Amadeo era cierto, Lali tendría que decirle tarde o temprano que iba a pasar un fin de semana con él, y que Peter ya no era bienvenido en su vida. Era lo que más temía. Además, sabía que si eso ocurría, él no tenía ni idea de qué iba a hacer. Lo único que sabía era que nunca se alejaría de sus hijas, que nunca las abandonaría.

Nunca. Jamás.

La sola idea le aterraba.
—Lali: No creo que haya nada que me preocupe — acertó a decir ella, sin querer admitir que su tristeza se debía a que Peter pronto se iría, y era consciente de que no podía hacer nada para evitarlo—. Supongo que estás últimas semanas tenía muchas cosas en la cabeza. Con las reuniones con los padres, el recital de ballet de las niñas, las fiestas, y ahora casi la Navidad.
—Peter: Es verdad —dijo él—. Pero espero haberte ayudado.
—Lali: Claro que me has ayudado. Me has ayudado muchísimo. No sé qué habría hecho sin ti, y desde luego las niñas no tendrían una sala de juegos si no fuera por ti. Te lo agradezco muchísimo, y si he olvidado decírtelo, lo siento.
—Peter: No, no, no lo has olvidado —dijo él.
Lo último que quería de Lali era su agradecimiento.
—Lali: Peter, estaba esperando a que terminarás y subieras para recordarte que mañana no tienes que ir a recoger a las niñas al colegio.
—Peter: ¿No? —preguntó él, arqueando una ceja.
—Lali: No, Peter. Acuérdate que el lunes te dije que las niñas no tienen clase mañana, porque es el día de las reuniones de los profesores, ¿te acuerdas?
—Peter: Más o menos —dijo él.
—Lali: Mi madre va a llevarlas a ver El Cascanueces. Van todos los años. Se levantan pronto, van en tren al centro, comen en un hotel, y van a la primera sesión de la tarde. A las niñas les encanta. Y después mi madre les lleva a ver escaparates y las decoraciones navideñas por la avenida Michigan. Cuando vuelven por la noche, casi son incapaces de tenerse en pie.
—Peter: Y eso es bueno, supongo.
Lali rió una vez más.
—Lali: Ya lo creo. A ellas les encanta, y a mi madre también. Es una costumbre muy especial.
—Peter: Es una lástima que tú no puedas ir —dijo él, apretándola aún más contra su cuerpo.
Lali sonrió con tristeza.
—Lali: Alguien tiene que hacer de responsable, supongo que me toca a mí.
—Peter: Sabes, Lali, a veces te vendría bien contar con la ayuda de alguien.
Lali clavó los ojos en el pecho masculino, después negó con la cabeza.
—Lali: Ya lo hice una vez, Peter —dijo—. ¿Lo recuerdas? Conté con Pablo y mira lo que pasó —alzó los ojos y le sonrió—. Además, Peter, he aprendido que cuando una mujer depende de un hombre, si él decide hacer las maletas y largarse, la mujer se queda no sólo sola sino también un poco perdida. Si dependes de alguien, y de repente desaparece, puede afectar a mucha gente.

Y ella lo sabía. Eso fue exactamente lo que ocurrió cuando Peter fue a verla después de la muerte de su hermano, y era exactamente lo que iba a ocurrir ahora. Lali se había dejado llevar, y se había permitido depender de Peter, y ahora, cuando él se fuera, el dolor y la soledad serían insoportables.
—Peter: Sí, pero Lali, no todos los hombres son como Pablo.
Peter titubeó un momento. Su lealtad hacia su hermano seguía siendo fuerte, pero la conducta de Pablo había sido imperdonable.
—Peter: Lali, siento mucho que Pablo te defraudara tanto.
Sorprendida, Lali alzó los ojos hacia él. No solían hablar mucho de Pablo ni de su matrimonio. Peter conocía y había visto lo suficiente para saber que no fue un buen matrimonio, pero Lali dudaba de que se diera cuenta de lo terrible que había sido en realidad.
—Lali: Peter, tú no tienes la culpa. Pablo fue incapaz de aceptar sus propios demonios.
—Peter: Pero eso no le daba ningún derecho a desahogarse contigo y con las niñas —protestó—. Sobre todo con las niñas.
—Lali: Lo sé —suspiró—. Pero afortunadamente todavía eran muy pequeñas cuando Pablo murió, y no recuerdan prácticamente nada de él. Cosa que agradezco —añadió, apartándose el pelo de la cara.
—Peter: ¿A qué hora volverán tu madre y las niñas mañana a casa?
Lali sonrió. Se daba perfecta cuenta de que Peter estaba cambiando de conversación. Siempre era así. Había muchos temas tabú entre ellos, muchas cosas de las que nunca podían hablar con naturalidad. Quizá eso cambiará en el futuro, pensó, esperanzada.
—Lali: Tarde, probablemente después de cenar.
—Peter: ¿Por qué no salimos tú y yo a cenar? No merece la pena cocinar sólo para nosotros. Además es viernes, y salir es una buena manera de empezar el fin de semana. ¿A menos que tengas otros planes?
Ella negó con la cabeza.
—Lali: No, no tengo ningún otro plan.
Peter suspiró para sus adentros, aliviado al saber que no tenía ninguna cita con Amadeo.
—Peter: Entonces, ¿qué dices?
—Lali: De acuerdo, Peter, siempre y cuando pueda llevar ropa cómoda. Mañana tengo un día de reuniones, y no estoy segura de cuándo volveré a casa.
—Peter: ¿Normalmente es antes o después de la hora acostumbrada?
Ella se encogió de hombros.
—Lali: Depende de cómo vayan las reuniones. ¿Qué tal si te llamo desde el colegio cuando esté a punto de salir?
—Peter: Estupendo. Iré a recogerte.
—Lali: Sólo si me llevas también por la mañana, porque si no tendré que dejar el coche en el aparcamiento del colegio hasta el lunes. Y eso no me gusta nada.
—Peter: Está bien. Te llevaré por la mañana.
—Lali: ¿Estás seguro?
—Peter: Seguro.
Lali bostezó. Estaba mucho más cansada de lo que pensaba.
—Lali: Es tarde. Será mejor que me acueste. Mañana tengo que levantarme pronto.
—Peter: De acuerdo —dijo él, pero sin soltarla.
—Lali: ¿Peter? ¿Ocurre algo?
—Peter: No, Lali. De hecho, creo que dentro de unos días todo estará perfecto.
Insoportablemente afectado por su cercanía, Peter la apretó aún más contra él.
—Lali: Peter.
Los dedos de Lali se cerraron en la tela de la camisa, e intentó retirarse. No se hacía ningún favor, ni a ella ni a su corazón, dejándose llevar por él y las maravillosas sensaciones que despertaba en ella.

Peter bajó la cabeza y le tomó la boca con la suya antes de que ella pudiera protestar o rechazarlo. Hacía mucho que no la acariciaba, que no la besaba. A pesar de los besos y abrazos fugaces que compartían durante el día, no era suficiente. Peter quería algo más que besos y caricias robadas. Lo quería todo.

Sujetándose a su camisa, Lali gimió suavemente, la nieve y el viento helado olvidados y derretidos por el calor que recorrió su cuerpo, cegándola a todo excepto a las sensaciones que se habían apoderado de su ser.

Apretándose contra él, sintió la fuerza del deseo masculino contra ella, y alzando las manos, le rodeó el cuello con los brazos y respondió al beso con la misma pasión que emanaba de él.
Inconsciente, tiró de su camisa, deseando sentir la piel desnuda del pecho musculoso bajo sus manos.

Peter gimió, incapaz de pensar, sólo de sentir la intensidad y el calor del deseo y la pasión que le quemaba, y estaba a punto de hacerle perder el control.

Moldeó con las manos las esbeltas y curvilíneas caderas, y las apretó aún más contra su deseo.
Casi a regañadientes, arrancó su boca de la boca femenina, y se maldijo por haberse dejado llevar. Ese no era el momento, ni el lugar, ni la forma adecuados. No había esperado tanto tiempo para tomar a Lali como si fuera un adolescente con las hormonas disparadas.

La respetaba demasiado.

Para ella, quería que todo fuera perfecto.
—Lali: Será mejor que me vaya —dijo ella, saliendo de su abrazo.
Se dirigió a las escaleras con pasos temblorosos, echando una última mirada a la nieve que caía al otro lado de la ventana.
—Lali: Espero que no tengamos más nieve que los diez centímetros previstos para mañana.
—Peter: Eh, a mí me encantaría una buena tormenta de nieve, de las de antes. He estado en el desierto, no lo olvides.
—Lali: No lo olvido, Peter —respondió ella con una sonrisa—. Pero eso sólo puede desearlo alguien que hace mucho que no se ha quedado aislado por la nieve. Buenas noches, Peter.
—Peter: Buenas noches, La.

Peter se quedó un largo rato en el salón, después de que ella se fuera, sabiendo que la cena del día siguiente era por fin el momento que había estado esperando. Las niñas necesitaban un padre, y ¿quién mejor que su padre de verdad?

Mañana por la noche, Lali y sus hijas serían finalmente suyas.

Continuará...
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 JOJOJO ¡FELIZ NAVIDAD PARA TODOSS!
Bueno... sé que navidad fue ayer pero quería decirlo de todas maneras... jeje :P

Perdón por no hacer maratón anteayer, y por no postear el bonus ayer. Lina tenía razón escogí una fecha nada feliz para maratones ni bonus! ESPERO que todas TODAS la hayan pasado super lindooo con el espiritu navideño (REGALOS jaja)... NO ya encerio LA FAMILIA y la comida... ñum...

Yo la pase... bien... Mis papás decidieron que la mejor forma de divertirse era Mar del Plata!! querían pasar un verano romántico y todo eso... POR ESO SE FUERON SIN MI! Yo me quede en lo de la abuela, nadie podía quedarse con ella porque la mayoría de la familia o estaba de viaje o vive en otro país y era la única, yo no tengo problema con esto pero.... verán mi abuela es... ¿como les explico? es como mamá solo que diez veces peor!!!... Aunque cocina delicioso pero no dejaba q saliera o q mis amigos vengan y me aburri un poquito... mmm... Te amo abuela!!!... Y por mucho que les soprenda: NO ella NO TIENE internet!... no tenía ni una computadora de este siglo!... pero fue una navidad interesante... nos la pasamos viendo animal planet!... jajaja ... Y como les fue a ustedes???... 

15 comentarios:

  1. Me alegra k estes con nosotros otra vez Dani!!!! yo me la pase en familia una comida de navidad sencilla con parientes del lado paterno... miss you and i am glad you're back!!!

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  2. llego en el mejor momento la nove, al menos para mi... nada mejor que una buena lectura para olvidarse por un momento del mundo real =)

    espero mas nove prontito!!! y sobre todo te deseo que termines el año genial, y que el que entra traiga todo cosas buenas BESO!

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  3. feliiz navidaad, queremos mas nove! maratooon :)

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  4. siiiiiiiiiiii subisteee!!
    te espero maratoooooon hooooooooy si es posible ajjaja
    espero q los planes de peter funcionen jiji
    maaaaaaaaaaaaaaaaas porfas por navidad?
    pero q sea lindooo

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  5. Feeeliz navidad!! Hermosi cap :D
    espeero mas, beso :)

    Arii

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  6. y creo que tuve una navidad un poco mas interesante... en casa viendo pelis... menos instructivo que animal planet pero que se le va a hacer

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  7. me encanta me encantaaaaaaaaa

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  8. La mía fue una Navidad atípica, se vine una símil tornado, termine comiendo a la luz de las veles con todo el pueblo a oscuras, lloviendo je!
    Me encanta más!

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  9. kdwasihfkfef YA QUIERO QUE PETER LE CUENTE A LALI TODAS LAS NOVEDADES, EN ESPECIAL LE DE QUE SE VA A QUEDAR CON ELLAS =$ ME ENCANTARON LOS CAPS MUCHAS GRACIAS POR PUBLICAR TANTO DANIIII, y ahora yendo a lo importante no te preocupes por no haber podido publicar porque seguro se te re complicaba :S jajaja pobrecita!!! mi abuela es igual, no seran la misma abuela no? :P lo descarto solamente porque pase la navidad con mis abuelos jajajajaj por suerte la pasamos re bien estabams nosotros cuatro osea mis hermanos y yo, mi mamá, mi cuñada, mi sobrinos y mis abuelos :D y al otro dia fui a lo de papá a almorzar con el y la novia :) por suerte estuvo todo el dia lindo sacando el calor que hizo que era insoportable :| bueno me parece que te conte mi semana mas o menos(? jajjjaja perdon es que me deliro escribiendo.
    MUCHAS GRACIAS POR PUBLICAR LOS CAPS Y EL BONUS ME ENCANTOOO DANIII MUCHISISISISMAS GRACIAS <3 MASSS POR FAS Y ESPERO QUE TENGAS UNA LINDA SEMANA @LuciaVega14

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  10. Ahhh que capitulos mas geniales te juro q este peter me mata de amor me lo como con patatas aunque se lo dejo a lali por favor q estes juntos ya para q el ididota de amadeo no moleste!! MAS MAS

    @casiamaia Amaia

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