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sábado, 30 de junio de 2012

CAPÍTULO 15



Cuando Lali salió de los servicios del bar de carretera donde le acababa de pedir un cigarrillo a una señora, vio que Peter estaba ligando de nuevo con una camarera.

Aunque él le había dejado claro que no tenía intención de tomarse en serio su matrimonio, verlo actuar de esa manera la deprimió. Cuando lo observó asentir con la cabeza a algo que le había dicho la camarera, Lali se dio cuenta de que su marido le estaba dando la excusa perfecta para ignorar los votos matrimoniales. La horrible escena de la tarta y lo que él había dicho después deberían haberla liberado de su compromiso. Él no tenía intención de mantener los votos, ¿por qué tendría que hacerlo ella?

Porque su conciencia no le ofrecía otra opción. Reunió valor y, componiendo una sonrisa, se dirigió hacia el reservado de vinilo naranja. Ni la camarera ni Peter le prestaron atención cuando se deslizó en el asiento. Una tarjeta identificativa con forma de tetera indicaba que la chica se llamaba Tracy. Estaba muy maquillada, pero no se podía negar su belleza. Y Peter parecía un hombre encantador que le ofrecía una amplía y perezosa sonrisa y una mirada apreciativa.

Por fin él pareció darse cuenta de la presencia de Lali.
—Peter: ¿Ya de vuelta, hermanita?
«¡Hermanita!»
Él le dirigió una sonrisa desafiante.
—Peter: Tracy y yo estamos conociéndonos.
—Tracy: Estoy tratando de convencer a tu hermano de que me espere —dijo la camarera —Termino el turno en una hora.
Lali supo que si no ponía fin a ese tipo de cosas de inmediato, Peter pensaría que podía ignorar alegremente sus responsabilidades durante seis meses. Se inclinó hacia delante y le dio a la camarera una palmadita en la mano que tenía apoyada en la mesa.
—Lali: Eres una buena chica, cariño. Se ha mostrado muy tímido con las mujeres desde que le diagnosticaron ese problema médico. Yo no hago más que decirle que los antibióticos hacen milagros y que no debe preocuparse por esas molestas enfermedades de transmisión sexual.
La sonrisa de Tracy vaciló. Clavó los ojos en Lali, luego en Peter y palideció.
—Tracy: El jefe me echará una bronca si hablo demasiado tiempo con los clientes. Tengo que irme. —Se alejó apresuradamente de la mesa.
La taza de café de Peter tintineó sobre el platillo.
Lali se enfrentó a él.
—Lali: Ni se te ocurra decir nada, Peter. Hemos hecho unos votos sagrados.
—Peter: Pero yo no creo en ellos.
—Lali: Eres un hombre comprometido. Y los hombres comprometidos no ligan con las camareras. Por favor, procura no olvidarlo.
Él le gritó de vuelta a la camioneta, insultándola con palabras tales como «inmadura», «egoísta» o «intrigante». Sólo se calló cuando se pusieron en marcha.

Habían recorrido en silencio casi dos kilómetros cuando ella creyó oír lo que parecía una risita ahogada, pero cuando lo miró, vio la misma cara severa y seria de siempre. Como sabía que el alma rusa del oscuro Peter Lanzani no poseía ni la más mínima pizca de sentido del humor, dio por hecho que se había equivocado.

Al atardecer, Lali estaba muy cansada. Sólo esforzándose al máximo había sido capaz de terminar de limpiar la caravana, de ducharse, de preparar algo de comer y de llegar al vagón rojo a tiempo de atender la taquilla. Se habría demorado mucho más si Peter no hubiera limpiado los restos de tarta la noche anterior. Dado que había sido ella la que la había tirado, había sido una sorpresa que la ayudara.

Era sábado y escuchó sin querer las breves conversaciones que mantenían los trabajadores que se acercaban a recoger los sobres de su paga. Peter le había contado que algunos de los trabajadores que montaban las carpas y trasladaban el equipo eran alcohólicos y drogadictos, pero que los sueldos bajos y las malas condiciones no atraían a empleados más estables. Algunos llevaban años trabajando en el circo sólo porque no tenían otra parte donde ir. Otros eran aventureros atraídos por el encanto del mundo circense, pero generalmente nadie duraba mucho tiempo allí.

Peter alzó la mirada del escritorio cuando Lali entró en la caravana; en su cara se había dibujado lo que ella comenzaba a pensar que era un ceño perpetuo.
—Peter: Las cuentas de ayer no cuadran.
Había sido muy cuidadosa al dar el cambio y estaba segura de no haber cometido ningún error. Acercándose por detrás, miró las hojas pulcramente escritas.
—Lali: ¿Dónde?
Peter  señaló el libro de ingresos que había encima del escritorio.
—Peter: He cotejado los números de las entradas con los recibos. Y no coinciden.
Tardó sólo un momento en darse cuenta de qué era lo que pasaba.
—Lali: No coinciden porque regalé algunas entradas de cortesía. Fueron como una docena.
—Peter: ¿Entradas de cortesía?
—Lali: Para las familias pobres, Peter.
—Peter: ¿Decidiste ser caritativa?
—Lali: No podía aceptar ese dinero.
—Peter: Sí podías, Lali. Y de ahora en adelante lo harás. En casi todos los pueblos, el circo es patrocinado por una organización local. Ellos dan pases especiales, y también los doy yo si se da el caso. Pero tú no, ¿entendido?
—Lali: Pero...
—Peter: ¿Entendido? —Ella asintió con la cabeza. — Bien. Si piensas que alguien merece un pase, me lo dices y yo me ocuparé de ello.
—Lali: De acuerdo.
Lali se puso en pie y frunció el ceño.

—Peter: Hoy vuelve Euge. Le diré que te busque un maillot para la función. Cuando ella pueda atenderte, enviaré a alguien para que se ocupe de la taquilla.
—Lali: Pero yo no soy artista.
—Peter: Esto es el circo, ángel. Todo el mundo es artista.
La curiosidad que sentía por la misteriosa Euge hizo que ignorase la mueca de Peter.
—Lali: Nico me dijo que Euge fue una famosa trapecista.
—Peter: Es la última de los Suarez. Su familia era al trapecio lo que los Wallenda a la cuerda floja.
—Lali: ¿Por qué dejó de actuar?
—Peter: Podría volver a hacerlo. Euge sólo tiene treinta y cinco años y se mantiene en muy buena forma, pero dejó de ser la mejor y se retiró.
—Lali: Parece que se lo tomó en serio.
—Peter: Muy en serio. Mantente tan apartada de su camino como te sea posible. —Peter se dirigió a la puerta. —Recuerda lo que te he dicho sobre la caja del dinero. No la pierdas de vista.
—Lali: De acuerdo.
Con una brusca inclinación de cabeza, Peter desapareció.

Lali se encargó de la venta de entradas sin problemas. El flujo de gente cesó en cuanto empezó la función, y ella se sentó en las escaleras de la caravana para disfrutar de la brisa nocturna.

Miró la casa de fieras y recordó que Sinjun, el tigre, estaba allí dentro. Ese mismo día, mientras trataba de quitar las peores manchas de la alfombra, había pensado en él, tal vez porque pensar en el tigre era mucho más sencillo que pensar en Peter. Sentía un inquietante deseo de echar otro vistazo al feroz animal, pero desde una distancia segura.

Un Cadillac antiguo entró en el recinto acompañado de una estela de polvo. De él se apeó una mujer de aspecto exótico con una brillante melena rubia.

Mientras la mujer se dirigía hacia la entrada del circo, Lali vislumbró su cara: piel pálida, rasgos bien definidos y boca voluptuosa enfatizada con un lápiz de labios color carmín. Aquella mujer mostraba tal seguridad en sí misma que era imposible que fuera una visita y Lali supo que sólo podía tratarse de Eugenia Quest.

Un cliente se acercó a comprar entradas para la segunda función. Lali charló con él unos minutos y, cuando se fue, Euge había desaparecido. Tan pronto como despachó a todos los que acudieron a la taquilla, Lali comenzó a curiosear el contenido de un sobre lleno de recortes de viejos periódicos locales.

El número de Peter con el látigo era mencionado en varios artículos fechados dos años antes y no se volvía a mencionar hasta hacía un mes. Ella sabía que los circos cambiaban las actuaciones y que los artistas iban de un lugar a otro, lo que hizo que se preguntara dónde habría actuado Peter en la época en que no viajaba con el circo de los Hermanos Quest.

Cuando acabó la primera función apareció uno de los trabajadores.

—Soy Pool. Peter me ha enviado para que me encargue de la taquilla. Tienes que volver a la caravana para probarte un maillot.
Lali le dio las gracias y se dirigió a la caravana. Cuando entró, se quedó sorprendida al ver a Eugenia Quest delante del fregadero lavando los platos del almuerzo rápido que Peter y Lali habían tomado unas horas antes.
—Lali: No tienes por qué fregar eso.
Euge se volvió y se encogió de hombros.
—Euge: No me gusta esperar sin hacer nada.
Lali se sintió doblemente insultada: primero por no tener la cocina limpia y luego por la tardanza. No añadiría a esos pecados ser maleducada.
—Lali: ¿Te gustaría tomar una taza de té? ¿0 quizás un refresco...?
—Euge: No. —cogió un trapo y se secó las manos. —Soy Eugenia Quest, pero supongo que ya lo sabes.

Al verla más de cerca, Lali fue consciente de que la dueña del circo llevaba un maquillaje más llamativo del que ella hubiera elegido. No es que no le quedara bien, era hermosísima, pero combinado con aquella ropa colorida y algo provocativa junto con aquellos extravagantes complementos, resultaba evidente que sus patrones de belleza habían sido influenciados por la vida en el circo.
—Lali: Soy Lali Esposito. O más bien Lali Lanzani. Todavía no me he acostumbrado al cambio.

Una profunda emoción cruzó por el rostro de Euge. Una profunda repulsión combinada con una hostilidad casi palpable. Al momento, Lali supo que Eugenia Quest no sería su amiga.

Continuara....
___________________________

+30 y massssssssss!!! :D
en el siguiente LALITERR!!! 

41 comentarios:

  1. No aguanto mas. E muero ;D

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  2. Uyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy me muero quiero el siguiente cap yaaaaaa!!!

    que pasa todas enamoradas de peteR???
    alai euge?? ajajaj
    MASSSSSSSSSSSSS!!

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  3. Masssssssssssssssssssss

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  4. más!! me muero de intriga

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  5. Cuando va a ser el primer beso laliter???

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  6. me encanta, quiero el siguiente ya...

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  7. Maaaasssss noveeee ya quiero ver q peter se derrita x lali y ella le
    De de su propia medicina

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  8. uuuuy quiero mas novee :)
    espero el cap laliteeer *-*

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  9. quierooooooooooooo mas!!!!

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  10. massssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

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  11. noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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  12. mas novee!! laliteeeeeeeeeer!!
    @frases_offca

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  13. MAAAAAAAAAAAAAAAAAAS!:)

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  14. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas

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  15. el proximo laliter? adfechudvhywwdvhiynvwrhbvsfiivbjesg esssstoi ansiosaaaa ;)

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  16. me encanta, MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSs

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  17. Que pasara entre peter, lali y euge???

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  18. MASMASMASMAS!!!!!!!!!!!!!!!

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  19. Que hay entre euge y peter o que hubo?

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  20. quiero mas y ahora que es laliter no puedes dejarme asi!!!!!!!!!

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  21. ay algo que me dice que voy a odiar a euge

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  22. MMMM QUIERO MAS NOVE.... Y ME INTRIGA COMO VAYA A SER LA RELACION DE LALI CON EUGE... SUBE MAS..!!!!
    BESOS Q ESTES BIEN!!!!

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  23. maasmaas maas porfis porfis quiero ver quee ppasa me quedee super picadaa seguilaa me encantaa :DD

    @FernandaLazaroG

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  24. Otra enemiga,dios no será q pueda conseguir a alguien q la apoye un poquito,o Euge esta atras de Peter?

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  25. maaaaaaaaaaaaaassssssssssss

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  26. Lali va a llegar a trasformar a la gente d ese circo.

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  27. Pobrecita Lali todos la tienen contra ella u.u ya quiero leer cuando Peter se de cuenta que se enamoró =$

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