22 de mayo de 1893
Lali le estaba causando
problemas a Gimena.
—Duque de Perrin. —Frunció el
ceño—. ¿Cómo es que lo conoces?
Esta no era la reacción que Gimena
esperaba de Lali. Había mencionado al duque solo de manera muy casual mientras
trataba de convencer a Lali de que pasara algún tiempo fuera de Londres.
—Da la casualidad de que es mi
vecino. Nos conocimos durante uno de sus paseos diarios.
—Me sorprende que le
permitieses que se presentara. —Una doncella con blusa blanca, falda negra y un
largo delantal de peto se acercó y les llenó los vasos con agua mineral. Gimena
lo había arreglado para que se encontraran en un salón de té para señoras. No
confiaba en que los sirvientes de Lali no contasen chismes—. Pensaba que, por
lo general, te mantenías lejos de canallas y libertinos.
—¡Canallas y libertinos!
—exclamó Gimena—. ¿Qué tiene eso que ver con su excelencia? Es muy respetado,
para que lo sepas.
—Tuvo un accidente de caza,
casi mortal, hace unos quince años. Después de eso se retiró de la sociedad. Y
para que lo sepas, hasta entonces había sido un auténtico libertino, un jugador
y un réprobo de la cabeza a los pies.
Gimena se llevó la servilleta
a los labios para disimular que se había quedado boquiabierta. El duque había
sido su vecino cuando ella era joven. Y volvía a ser su vecino ahora. Pero
tenía que admitir que no tenía ni idea de lo que había hecho durante los más de
veinte años que habían pasado.
—Bueno, no puede ser peor que
Carrington, ¿o sí?
—¿Carrington? —Lali se la
quedó mirando fijamente—. ¿Por qué lo comparas con Carrington? ¿Estás pensando
en casarte con él?
—¡No, desde luego que no!
—negó Gimena acaloradamente. Al instante siguiente, deseó no haberlo hecho,
porque Lali la miraba con el ceño fruncido, suspicaz.
—Entonces, ¿qué haces
invitándolo a cenar? —Su voz se volvía más estridente a cada palabra—. Dime que
no estás planeando alguna locura para convertirme en la próxima duquesa de
Perrin.
Gimena suspiró.
—No hay ningún mal en ello,
¿verdad?
—Madre, creo haberte dicho ya
que voy a casarme con Benjamín, una vez que me haya divorciado de Tremaine. —Lali
habló lentamente, como si se dirigiera a un niño muy lerdo.
—Pero no podrás divorciarte
hasta dentro de un tiempo —señaló Gimena, sensatamente—. Tus sentimientos hacia
Benjamín pueden haber cambiado para entonces.
—¿Me estás llamando voluble?
—No, claro que no. —Cielos,
¿cómo se le explica a una chica que su futuro esposo tiene menos cerebro que un
mosquito?—. Solo digo que, bueno, no creo que Benjamín sea el hombre más
adecuado para ti.
—Es bueno, amable y cariñoso,
y no tiene absolutamente ningún vicio. Me quiere mucho. ¿Qué otro hombre puede
ser mejor para mí?
Caramba. Aquella chica la
estaba poniendo a prueba.
—Pero tienes que pensarlo con
mucho cuidado. Eres una mujer inteligente. ¿De verdad puedes respetar a un
hombre que no posee la misma perspicacia?
—¿Por qué no acabas de una vez
y dices que es corto de entendederas?
Muchacha estúpida.
—De acuerdo, creo que es corto
y que tiene un cerebro más espeso que el pudin Nesselrode. Y no puedo soportar
la idea de que te cases con él. No te llega ni a la suela del zapato.
Lali se levantó con calma.
—Me alegro de haberte visto,
madre. Te deseo una estancia agradable en Londres. Lo lamento, pero no podré ir
a Devon la semana que viene ni la siguiente ni la de después. Buenos días.
Gimena resistió el impulso de
ocultar la cara entre las manos, estaba desconcertada. Había tenido mucho
cuidado en no mencionar a Peter ni criticar a Lali por la petición de divorcio.
¿Y ahora tampoco podía afirmar algo obvio relativo a Benjamín?
Lali llegó a casa echando
humo. ¿Qué le pasaba a su madre? Había pasado un milenio desde que Lali acabó
por aceptar la falta de sentido de un título. Pero la señora Espósito seguía
aferrada a la ilusión de que una corona de hojas de apio curaba todos los
males. Fue a buscar a Creso. Nada ni nadie la sosegaban como hacía Creso, con
su comprensión paciente y su afecto constante. Pero Creso no estaba en su
habitación ni en la cocina, donde iba en ocasiones cuando recuperaba el
apetito.
De repente, sintió un
escalofrío de miedo.
—¿Dónde está Creso? —le
preguntó a Goodman—. ¿Está…?
—No, señora. Está bien. Creo
que está con lord Tremaine en el invernadero.
Así que Peter había vuelto de
dondequiera que hubiera estado la semana anterior.
—Muy bien. Iré a rescatarlo.
El invernadero se extendía
casi a todo lo ancho de la casa. Desde el exterior, era un oasis de verdor,
incluso en los días más grises del invierno; las parras y las frondas de los helechos
tejían una cascada verde al otro lado de las paredes de cristal. Desde el
interior, la estructura permitía ver sin impedimento la calle y el parque que
había más allá.
Peter estaba desparramado, de
forma poco elegante, en un sillón de mimbre al fondo del invernadero, con los
brazos extendídos sobre el respaldo del sillón y los pies, descalzos, apoyados
en una otomana de mimbre delante de él. Creso estaba tumbado, roncando, junto a
él.
Peter estaba de perfil a ella,
aquel perfil fuerte, perfecto, que antes que tanto le había recordado a la
estatua del Apolo de Belvedere. Apartó la mirada de las ventanas abiertas al
oír que se acercaba, pero no se levantó.
—Milady Tremaine —dijo, con
burlona cortesía.
Ella no le hizo caso, cogió a
Creso —que se debatió y resoplo para luego acomodarse en sus brazos y seguir
con su siesta— y dio media vuelta para marcharse.
—Esta tarde, en el club, me
han presentado a lord FredericK —dijo su esposo—. Fue un encuentro edificante.
Ella se volvió como un rayo.
—Déjame que lo adivine.
Encuentras que tiene tanta inteligencia como un huevo duro.
Que se atreviera a decir lo
contrario. Tenía ganas de darle una bofetada a alguien. A él.
—No encontré que fuera una
persona elocuente ni de mundo. Pero no era esa la intención de mi comentario.
—¿Cuál era esa intención,
pues? —preguntó ella, desconfiada.
—Que sería un esposo excelente
para cualquier mujer. Es sincero, firme y leal.
Lali se quedó estupefacta.
Gracias.
La mirada de Peter volvió al
mundo exterior. Una brisa agradable invadió el invernadero, alborotándole el
pelo, liso y espeso. Los carruajes que abandonaban el parque se agolpaban ahora
calle abajo. El aire resonaba con las llamadas de los cocheros, advirtiendo a
sus caballos y a los demás cocheros que tuvieran cuidado con el atasco.
Al parecer, la corta
conversación había tocado a su fin. Pero el asombroso elogio que Peter había
hecho de Benjamín había abierto una oportunidad que no podía dejar pasar.
—¿Harás lo que es honorable y
me liberarás de este matrimonio? Quiero a Benjamín y él me quiere a mí. Deja
que nos casemos mientras todavía somos jóvenes para forjar una vida juntos.
En su perfecta inmovilidad
percibió una súbita rigidez.
—Por favor —dijo Lali
lentamente—. Te lo ruego. Devuélveme la libertad.
La mirada de Peter siguió fija
en la marea cotidiana de faetones y birlochos, la exhibición del orgullo y la
vanidad de Inglaterra.
—No he dicho que sería un buen
marido para ti.
—¿Y qué sabrás tú de lo que es
ser un buen marido para alguien? —Lamentó las palabras en cuanto salieron de su
boca. Pero no había manera de retirarlas.
—Absolutamente nada —reconoció
él, sin vacilar—. Pero por lo menos vi algunos de tus defectos. Te encontraba
interesante y atractiva pese a ellos o, quizá, debido a ellos. Lord Benjamín
adora el suelo que pisas, porque tú tienes la clase de fuerza, resistencia y
carácter con la que él solo puede soñar. Cuando te mira, solo ve el halo que ha
creado a tu alrededor.
—¿Qué hay de malo en ser
perfecta a los ojos de mi amado?
Sus miradas se encontraron.
—Lo miro y veo a un hombre que
cree que, en esta casa, vamos a ser tan castos como Dios Padre y María. ¿Sabe
que lo estás protegiendo de la verdad? ¿Sabe que unas cuantas mentiras enormes
al servicio del amor no significan nada para ti? ¿Sabe que tu fuerza puede
llegar a la crueldad más despiadada?
Lali habría escupido en el
suelo, de no haber sido educada por Gimena Espósito.
—Te miro y veo a un hombre que
sigue anclado en 1883. ¿Ese hombre sabe que ya han pasado diez años? ¿Sabe que
yo he seguido adelante, que es él quien se muestra implacable y cruel ahora? ¿Y
de verdad cree que pienso decirle al hombre que amo que voy a ser fecundada por
otro, en contra de mis deseos?
Alguien se rió a lo lejos, una
risita aguda, femenina. Creso gimió y rebulló en sus brazos. Lo estaba
aplastando con la rigidez de su abrazo. Soltó un suspiro entrecortado y obligó
a sus músculos a relajarse.
Él se llevó dos dedos a la
sien derecha.
—Haces que suene muy feo,
querida. ¿No crees que me merezco sacar algo de este matrimonio antes de que
saltes a tu «felices para siempre»?
—No lo sé —dijo ella—. Y no me
importa. Lo único que sé es que Benjamín es mi última oportunidad de ser feliz
en esta vida. Me casaré con él, aunque tenga que convertirme en lady Macbeth y
destruir a todos los que se crucen en mi camino.
El entrecerró los ojos. Tenían
el verde oscuro de un bosque de pesadilla.
—¿Preparándote para volver a
tus antiguas tretas?
—¿Cómo puedo tener escrúpulos
cuando tú no dejas de recordarme que no los tengo? —Su corazón era un pantano
de amargura, hacia él y hacia ella misma—. Empezaremos nuestro único año esta
noche. No más tarde. No cuando tú tengas, finalmente, ganas. Esta noche. Y no
me importa lo más mínimo que tengas que pasarte el resto de la noche vomitando.
Él se limitó a sonreír.
Continuará...
X el momento va ganando Peter.
ResponderEliminarParece k logra sacarla d sus casillas.
Estoy deseando saber lo k pasó en el pasado .
+++++++++++++++
ResponderEliminarUffffff q es esto, los dos son unos tercos!!"!"
ResponderEliminarMassssss
ResponderEliminarMe ponen nerviosa jajaja...que se acuesten ya así se rompe esta tensión absurda y reconocerán los dos que todavía se aman...aunque digan que no...
ResponderEliminarOtroooo, estos dos están loquitos el uno por el otro, pero muy dolidos!!
ResponderEliminarAAAAh jajaja
ResponderEliminarEsta genial
Me encanta, esta súper bueno. Espero mas PRONTO!
ResponderEliminarLos dos necesitan perdonarse para poder seguir adelante!
Ya quiero saber como será esa primera ves juntos depues de 10 años
Ya quiero leer el otro cap promete estar bueno
ResponderEliminarQue se perdonen! Esta increíble seguila
ResponderEliminarMas porfaaas!
ResponderEliminarSe viene rock laliter ? Espero que ya.Está genial está historia
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