Peter estaba soñando.
Manos, muchas manos, lo estaban transportando. Se una
nube que flotaba en el cielo. Algo deliciosamente fresco le tocó la frente.
Percibió un intenso perfume a rosas. Oyó voces en torno a él... dulces,
reconfortantes. Y luego, de repente, cesó el movimiento y se hizo el silencio.
Con un gran esfuerzo, logró abrir los ojos. Vio a una
mujer. Una mujer hermosa de cabello castaño y resplandeciente. Le estaba
sonriendo.
—Ahora está a salvo —le dijo, apretándole suavemente la
mano—, pero está muy grave. Tiene que intentar recuperarse con todas sus
fuerzas. Yo me quedaré a su lado hasta que se cure. Se lo prometo.
Peter la miró fijamente, abrumado por la belleza de aquel
rostro, la suavidad de aquel tacto, la dulzura de aquella voz. La mirada de
sincera preocupación de aquellos ojos hizo que se sintiera confuso. « ¿Dónde
estoy? ¿Quién es esta mujer? ¿Y por qué diablos me encuentro tan asquerosamente
mal?» Le latía la cabeza, le ardía hombro y era como si tuviera una enorme losa
encima del pecho. Intentó mover el brazo, pero desistió cuando le atravesó una
fuerte punzada de dolor.
La mujer apretó algo maravillosamente fresco contra su
frente. Aquella sensación calmante fue una bendición para su ardiente piel.
Aquello era como estar en el cielo.
Eso era. Debía de estar en el cielo. Ella debía de ser un
ángel.
La agradable frescura volvió a calmarle la frente una vez
más y él cerró lentamente los ojos. Estaba muerto, pero ¿y qué más daba?
Le había tocado un ángel.
____
—¿Ha mejorado, Lali? —preguntó la voz dulce y femenina de
Cande desde el umbral de la puerta.
Lali se giró hacia su hermana y vio la preocupación en
sus ojos.
—Lali: Me temo que no —informó a su hermosa hermana de
dieciocho años—. No hay forma de bajarle la fiebre, y sigue entrando y saliendo
de un estado delirante.
Cande cruzó la habitación y apoyó una reconfortante mano
sobre el hombro de Lali.
—Cande: ¿Hay algo que pueda hacer? —Preguntó—. ¿Te
relevo? Ya llevas una semana así y apenas has descansado.
—Lali: Tal vez más tarde, pero me encantaría tomar una
taza de té. ¿Te importaría traerme una?
—Cande: En absoluto. Ahora mismo te la traigo. También te
traeré la bandeja de la cena. Recuerda que debes alimentarte bien para
conservar tus propias fuerzas. Si no, no podrás ayudar a nuestro herido a
recuperar las suyas.
—Lali: Estoy más fuerte que un toro —dijo para
tranquilizarla. Lo cierto era que se sentía muy débil, pero nunca lo
reconocería delante de Cande. Sólo conseguiría preocupar a su hermana, y eso
era lo último que quería. Cande había padecido recientemente una dolencia
estomacal. Todavía se veía demasiado pálida y frágil para que Lali pudiera
estar tranquila.
—Cande: Acabarás enfermando si sigues así —le advirtió—.
Te traeré la cena y te comerás hasta el último bocado. O si no...
—Lali: O si no, ¿qué?
Cande se acercó más a su hermana.
—Cande: O si no, le diré a Pierre que no te ha gustado la
comida tan suculenta que te ha preparado.
Una sonrisa sincera iluminó el rostro de Lali por primera
vez en días.
—Lali: ¡Dios me libre! ¡Eso jamás! Un insulto de ese
calibre a nuestro «queguido cocinego fgancés» sería algo imperdonable.
—Cande: Ya lo creo. O sea que, cuando te traiga la cena,
te la comes. O «pagagás» las consecuencias. —Después de señalar a Lali con el
dedo con ademán de aviso, Cande salió de la habitación y cerró la puerta tras
de sí.
A solas con su paciente, Lali le volvió a refrescar la
cara una y otra vez con un paño frío. Las heridas ya no representaban una
amenaza para su vida, pero la fiebre que había desarrollado sí. Su cuerpo ardía
bajo los dedos de Lali.
Durante la última semana, ella había estado sufriendo por
él, observando cómo entraba y salía del delirio, gimiendo, agitándose violenta y
desesperadamente en la cama, con la piel ardiendo y la cara sumamente pálida.
El médico lo había visitado a la mañana siguiente de su llegada y había salido
de la habitación negando con la cabeza.
—No hay nada que pueda hacer, señorita Lali —dijo el doctor
Sierra con seriedad—. Limítese a mantenerlo lo más cómodo posible y rece para
que el final llegue pronto. Sólo podría salvarlo un milagro.
Y por eso Lali pidió un milagro en sus oraciones.
Hacía seis años que su madre había fallecido en aquel
mismo lecho al dar a luz a Aleli. Su padre también había muerto allí. No iba a
permitir que muriera nadie más.
Lali prosiguió con sus cavilaciones, pensando en cómo
habían cambiado sus circunstancias desde que su querido padre falleciera hacía
tres años. De un día al otro; con sólo veinte años; había quedado completamente
responsable de sus hermanos menores. Ella les hacía de madre, de padre, de
hermana, de niñera y de ama de casa, al tiempo que traía el dinero al hogar.
Tras la muerte de Nicolás Espósito, su hermana Julia se
fue a vivir con la familia para ayudar a cuidar de los niños. Lali también
heredó la antigua tripulación de su padre —Winston, Grimsley y Pierre— tres ex
marineros con el corazón destrozado, cuyo amor por las aventuras de ultramar
murió junto con su capitán.
No obstante, afrontarlo todo ella sola representaba una
carga muy pesada, y Lali recordaba que durante aquellos primeros meses a menudo
lloraba antes de dormirse. En un abrir y cerrar de ojos, había perdido su
juventud, sustituida por un impenetrable muro de responsabilidades.
Y se sentía demasiado sola. La única persona en la que
creía que podía confiar la había abandonado cuando más la necesitaba. Tras
fallecer su padre, Simón Arrechavaleta, su prometido, se desentendió en lugar
de responsabilizarse de la familia de Lali.
Lali recordaba la rabia que sintió cuando Simón la
abandonó. Pero, después de hundirse en la autocompasión durante un par de días,
Lali se secó las lágrimas y caminó con
el agua hasta la cintura, metiéndose de lleno en las tareas que le aguardaban.
Quería a su familia. Era lo más importante para ella. Sus hermanos la
necesitaban y ella haría cualquier cosa por ellos.
Lamentablemente, el dinero seguía siendo un constante
motivo de preocupación. Había pocas formas de ganar dinero para una mujer
joven, y lo desesperado de su situación requería medidas igual de desesperadas.
Al darse cuenta de la dirección que habían tomado sus
pensamientos, Lali decidió luchar contra la tristeza. Dejó vagar la mirada
hasta que la detuvo en el hombre herido. Le cambió el paño de la frente, que se
le había calentado, por otro frío y húmedo.
—Lali: Vas a vivir —susurró en tono firme—. Seas quien
seas, juro que te levantarás y saldrás caminando de esta habitación y volverás
con tu familia.
Apretó el paño húmedo contra la ardiente piel del herido
y se permitió recorrer su rostro con la mirada. El grueso vendaje blanco que
llevaba en la frente contrastaba con el azabache de su cabello. Los rasguños y
moraduras se estaban curando satisfactoriamente, pero ni siquiera las
magulladuras conseguían ocultar el increíble atractivo de sus rasgos.
Se preguntó por enésima vez de qué color tendría los ojos.
Ni en sus sueños más salvajes había visto a un hombre tan devastadoramente
atractivo.
Volvió a humedecer el paño y lo pasó con delicadeza por
el cuello del herido hasta llegar al hombro izquierdo. Tenía las costillas
cubiertas por un apretado vendaje, pero la parte superior del tórax y los
hombros estaban al descubierto, con la sábana blanca a la altura de las axilas.
Mientras deslizaba la mirada por su larga figura, notó que se le calentaba la
cara al recordar la visión de aquel cuerpo, que ella sabía desnudo, bajo la
sábana.
Ayudada por Grimsley y Winston, Lali había quitado al
herido los restos de las ropas, sucias y destrozadas, la noche en que lo habían
llevado a casa. Lali conocía bien la anatomía masculina. Había criado a sus
hermanos menores, un par de traviesos muchachos a quienes hasta hacía poco les
encantaba nadar desnudos en el lago.
Sin embargo, existía una notable diferencia entre los
cuerpos adolescentes y juveniles de sus hermanos y el del hombre que estaba
acostado en la cama de su padre. Tras la primera noche, Grimsley o Winston se
habían encargado de la higiene íntima del herido, pero Lali no podía quitarse
de la cabeza la visión de su cuerpo desnudo. Incluso cubierto de rasguños y
moraduras, era hermoso, como un dios griego esculpido en mármol. Escultural,
musculoso y perfectamente formado.
Forzándose a abandonar aquellos turbadores pensamientos, Lali
cambió a su paciente el vendaje que le cubría la herida del brazo. Era una
estupidez encontrar atractivo a aquel desconocido. Él pertenecía a otro lugar.
Sin duda, su familia estaría muy preocupada por él. Hasta era posible que
estuviera casado, aunque no llevaba anillo.
Lali se dio un toque de atención a sí misma. Hacía tres
años que no sentía el menor interés por un hombre. Pero no se podía permitir
hacerse falsas ilusiones, habiendo aprendido hacía mucho tiempo la inutilidad
de desear cosas que uno no puede tener.
Continuará...
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ResponderEliminarmaaas :D
ResponderEliminarmas nove x favor!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!
ResponderEliminarmás nove más nove
ResponderEliminarpor favor
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ResponderEliminarmassssssssssssssssssss
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ResponderEliminarmás nove más nove
cuando se va despertar peter?!
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ResponderEliminarMaaaas !!! :Dd
ResponderEliminarnove nove noooooooooooooooovvvvvvvvvveeeeeeeeeeeeeeeeeee
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ResponderEliminarmaaaaas :)
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ResponderEliminarMe encanta me encanta
ResponderEliminarmass
maaas:D
ResponderEliminarMuy buena!Q se despierte ya!
ResponderEliminarjajajajaja si yo tambien t extrañe jajajaja si pase un tiempo de calidad con papa jajajja sabes quiero otro capitulo vos dijiste que subirias muchos danni asi k subiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii que ya termine la tarea y quiero leer mas jajaj
ResponderEliminarmasssssssssssssssssss
ResponderEliminarhay un dios griego eso es :P pobre de lali le gusta y no puede hacer nada ni saber de el por que esta dormido :( massssss
ResponderEliminarme encantaaaaaaaaaaaaaaaa mas
ResponderEliminarB U E N I S I M O!! YA! quiero que despiertee peter porfaa que intrigaa! es espectacular la novee :DD!
ResponderEliminar@maaff_lazaro
Lali ya tiene interés en el herido.Vaya todo lo k le toco vivir en poco tiempo.
ResponderEliminarsi porfavor que despierte ya ahora dios la forma en que seleccionas las imagenes al principio de cada cap es genial :D atte. Chikis
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