Se abrió la puerta y Cande entró en la habitación con una
bandeja donde llevaba el té y la cena de Lali. Ante la atenta mirada de su
hermana, Lali se sentó en el sofá y dio un mordisco a un apetitoso pastel de
carne. Cuando dio un sorbo al té, se le escapó un suspiro de placer. El
reconfortante consuelo de la comida y la bebida se filtró hasta sus cansados
huesos.
—Lali: ¿Cómo están los niños?
Cande sonrió.
—Cande: Bien. Revoltosos y ruidosos, pero bien.
—Lali: ¿Revoltosos? ¿Ruidosos? ¡No me lo puedo creer!
—Cande: ¡Seguro que no! —contestó con un resoplido nada
femenino—. La excursión que hemos hecho hoy los ha dejado completamente
agotados, gracias a Dios. Creo que voy a organizar otra para mañana.
—Lali: Es una magnífica idea. Una larga excursión podría
irles muy bien, y a ti también.
—Cande: Ya lo creo. ¿Querrás acompañarnos? Te irá bien un
poco de aire puro.
Lali negó con la cabeza.
—Lali: Por ahora, mi lugar es éste. —Bajó la mirada y
observó con preocupación al herido—. Míralo, Cande. Se ve tan fuerte y grande,
pero está tan grave y parece tan indefenso. Se me parte el corazón al verlo ahí
estirado, tan quieto, como si estuviera muerto. Me recuerda a cuando mamá y
papá...
Cande se acercó a Lali, le cogió las manos y se las
apretó fuertemente en un gesto de consuelo.
—Cande: Esto debe de ser muy duro para ti, pero estás
haciendo todo lo que puedes... todo lo humanamente posible, como hiciste con
mamá y con papá.
—Lali: Los dos murieron —susurró, consternada al darse
cuenta de que se le había escapado una lágrima. No quería llorar. Odiaba
llorar. Pero notó que otra lágrima caliente le resbalaba por la mejilla.
—Cande: Pero no por tu culpa.
Lali luchó contra la oleada de pena y casi de puro terror
que amenazaba con engullirla.
—Lali: No quiero que se muera, Cande.
Cande se arrodilló delante de Lali y la abrazó.
—Cande: Por supuesto que no quieres que muera. Todos
queremos que viva. Pero eso es algo que está en manos de Dios, Lali. Confía en
él y acata su voluntad. Y, mientras tanto, tú no debes enfermar. Nosotros
también te necesitamos. Por ahora, nos estamos defendiendo, pero no podremos
seguir adelante sin ti durante mucho más tiempo.
Lali contuvo las lágrimas y se forzó a hacer tres
inspiraciones lentas y profundas. Cuando hubo controlado suficientemente sus
emociones, se soltó del abrazo de Cande y consiguió esbozar una leve sonrisa.
—Lali: En cuanto él mejore.
—Cande: Lo sé. —sonrió con ternura—. Estoy convencida de
que sólo por tu testarudez veremos a ese hombre curado. Sabe Dios que eso es lo
que nos mantiene al resto a raya. Pero te echamos de menos. Aleli dice que sus
meriendas con pastas y té no son lo mismo sin ti, y León y Mateo se pelean a
menudo si tú no estás para poner paz. Además, entre lo mal que ve Grimsley, las
palabrotas de Winston, lo mal que oye tía Julia y las protestas de Pierre, me
temo que mi salud mental está en grave peligro.
Lali soltó una risita involuntaria y de inmediato se
sintió mejor. El fino sentido del humor de su hermana siempre conseguía
levantarle el ánimo. Se dio varios golpecitos en la mejilla con los dedos.
—Lali: Dile a Pierre que todo lo que prepara es perfecto
—pidió a Cande—. Y asegúrate de mantener a la gata alejada de la cocina. Aunque
no creo que Pierre cumpla su amenaza de cocinar a Berta, es mejor no tentar a
la suerte. Y, en lo que se refiere a Winston...
—Cande: ¡ Ah, sí! —La interrumpió al tiempo que se daba
una palmada en la frente—. Casi se me olvida. No te creerás lo que ha hecho
hoy.
Medio alarmada y medio intrigada, Lali preguntó:
—Lali: ¿Quiero saberlo?
—Cande: Probablemente no. Grimsley y yo estábamos fuera
ayudando a tía Julia. Los perros habían volcado la tina de lavar y los chicos y
Aleli se unieron a la refriega. En casa reinaba el caos. Lamentablemente, el sacerdote
eligió precisamente ese momento para hacernos una visita en sus paseos
semanales.
—Lali: ¡No me digas que fue Winston quien le abrió la
puerta!
—Cande: Salió vociferando: «¿Quién diablos es y qué
diablos quiere?»
Lali hizo un esfuerzo por contener la risa al tiempo que
se avergonzaba de lo ocurrido.
—Lali: Debes mantener a Winston ocupado fuera de casa —Sabía
que no debería encontrar el episodio divertido, pero no lo podía evitar.
Winston era un personaje encantador. Malhablado hasta la médula, bajo su
malhumor latía, sin embargo, el corazón de un tierno gatito—. Mantenlo ocupado
reparando el tejado del gallinero.
—Cande: Insulta y les suelta palabrotas a las gallinas, Lali.
—Lali: Bueno, pero a ellas no parece importarles
demasiado. Por lo visto, tenemos unas gallinas muy resistentes. O tal vez
simplemente estén sordas. La excursión es una buena idea. Así los niños
correrán y llegarán a casa cansados.
—Cande: Ése es mi mayor deseo —ratificó con una
carcajada.
Lali hizo una pausa para estudiar atentamente a su
hermana durante unos segundos. Cande era buena, dulce y modesta. En opinión de Lali,
no había joven más encantadora en todo Halstead. Ya había varios jóvenes que se
habían fijado en ella, sobre todo uno. Lali estaba decidida a que Cande
disfrutara de la emoción que supone descubrir el galanteo y el romance, y ella
ya se encargaría de que fuera apropiadamente vestida para ello. Costara lo que
costase. Lali había estado tentada muchas veces de explicarle su secreto a su
hermana, pero sabía que si Cande sospechaba que el dinero era un motivo de
preocupación para la familia, no le dejaría comprarle vestidos nuevos.
Lali sonrió.
—Lali: Lo estás haciendo de maravilla cuidando a los
niños, Cande. Hacerte cargo de la casa será un buen entrenamiento para cuando
formes tu propia familia.
A Cande se le sonrojaron intensamente las mejillas.
Carraspeando para disimular su turbación, se dirigió a la puerta.
—Cande: ¿Necesitas algo más antes de que me retire?
«Un milagro», pensó Lali para sus adentros.
—Lali: No, gracias. Que descanses. Hasta mañana.
De nuevo sola, Lali colocó la mano en la frente del
hombre. Para su alivio, tenía la piel más fresca. Tal vez, por fin, le estaba
bajando la fiebre.
Después de poner paños fríos en la frente a su paciente
durante una hora más, Lali estaba demasiado agotada para mantenerse en pie. Se
tumbó en el sofá acolchado que le había servido de cama durante la última
semana y se hizo un ovillo.
A pesar de todos sus esfuerzos por seguir
despierta, sus párpados no tardaron en caer y permanecieron cerrados. Su último
pensamiento antes de que la reclamara el sueño fue preguntarse si aquel apuesto
desconocido se despertaría algún día.
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CAPÍTULO 6
Peter despertó lentamente.
Tomó conciencia poco a poco de diversas partes de su
cuerpo y de inmediato deseó no haberlo hecho. Todas le dolían endiabladamente.
Era evidente que alguien le había prendido fuego a su
hombro, y le estaba estrujado las costillas de una forma insoportable. Y ¿quién
le estaba aporreando la cabeza? Probablemente la misma bestia que se dedicaba a
clavarle cuchillos en las piernas. «¡Maldita sea!», pensó.
Con un gran esfuerzo, abrió lentamente los ojos. Intentó
girar la cabeza, pero enseguida desistió de la idea cuando el más leve
movimiento le hizo palpitar las sienes a un ritmo atroz. «¡Dio mío! ¿Cuánto
bebí anoche? ¡Qué resaca tan asquerosamente horrible!» En vez de mover la
cabeza, deslizó cautelosamente la mirada, inspeccionando el entorno más
inmediato.
Le resultaba completamente desconocido.
La confusión se unió a los percusionistas que le estaban
aporreando la cabeza. Era la primera vez que veía aquella alcoba. «¿Dónde
demonios estoy y cómo he llegado hasta aquí?»
Vio una mesa de madera de cerezo y un gran armario ropero
de caoba. Paredes decoradas con un descolorido papel a rayas. Recias cortinas
color vino. Un par de butacas orejeras a juego. Una jarra y un juego de vasos
de cristal.
Había una mujer durmiendo en un sofá.
La mirada de Peter se detuvo, fascinado por aquella
mujer. En una habitación llena de objetos desconocidos, aquella mujer le
parecía, en algún sentido, vagamente familiar. Un halo de brillantes rizos
cafés enmarcaba un rostro exquisito, de finos rasgos. Largas y oscuras pestañas
reposaban sobre sus mejillas proyectando sombras crecientes en su cutis color
crema, que parecía de porcelana. Su mirada se detuvo en los labios de la mujer
y permaneció fija en aquella parte del cuerpo durante un rato. Aquella mujer
tenía la boca más bonita que él había visto nunca. Labios rosados, carnosos y
sensuales. Eran unos labios increíbles, que parecían pedir a gritos que alguien
los besara. ¿Los habría besado él alguna vez? No, concluyó. No recordaba haber
probado su sabor. Y él sabía que nunca olvidaría el tacto y el sabor de una
boca tan sensual. Pero entonces, ¿por qué le resultaba aquella mujer tan
familiar?
Antes de que pudiera reflexionar detenidamente sobre
ello, sintió otro mareo al tiempo que las sienes empezaron a latirle con furia.
Un gemido escapó de sus labios.
El sonido, aunque apenas audible, aparentemente penetró
en los sueños de la mujer, que abrió lentamente los ojos con un temblor de
pestañas. Peter vio que posaba en él una mirada somnolienta. Durante varios
segundos ambos se miraron fijamente a los ojos.
La mujer abrió los ojos de par en par. Soltó un grito
sofocado, se puso en pie de un brinco y se acercó a la cama.
—¡Está despierto! —Apoyándose con la cadera en el borde
de la cama, alargó la mano y le tocó la frente—. La fiebre ha remitido.
¡Gracias a Dios! —exclamó con una sonrisa.
Peter la observó, intentando poner orden en sus ideas. El
tacto de su mano era suave, reconfortante y familiar. ¿Quién era aquella mujer?
¿Y dónde diablos estaba?
—¿Le apetece beber un poco de agua? —le preguntó con una
voz suave y rasgada que le recordó a un buen brandy, suave, penetrante y
cálido.
Peter tenía los labios secos y le dolía la garganta. Consiguió
hacer un pequeño gesto afirmativo con la cabeza.
Ella cogió una jarra que había en la mesita de noche y
vertió agua en un vaso. Lo incorporó ligeramente, sosteniéndole la cabeza con
una mano, le acercó el vaso a los labios con la otra y le ayudó a beber. El
agua fresca le bajó por la garganta, calmando la sensación de sequedad. Cuando
el vaso estuvo vacío, ella lo volvió a acostar con delicadeza.
—Peter: ¿Quién...? —dijo la palabra con un ronco susurro.
—Me llamo Lali. Lali Espósito. —Una dulce sonrisa iluminó
sus carnosos labios—. ¿Puede decirme cómo se llama usted? Me encantaría poderme
referir a usted de otra forma que con la palabra «herido».
—Peter: Pet... Peter. —La palabra apenas fue audible,
pero ella pareció oírla.
—Lali: ¿Peter? —Él asintió a duras penas y ella amplió la
sonrisa—. Bueno, Peter, bienvenido de nuevo al mundo de los vivos. Hemos estado
muy preocupados por usted. ¿Cómo se encuentra?
Quería contestarle que había tenido días mejores, pero un
dolor agudo le atenazó repentinamente el brazo, e hizo una mueca. La mueca le
exacerbó el latido de las sienes. Cerró los ojos y emitió un gemido.
—Lali: No intente moverse ni hablar, Peter —le instó ella
dulcemente—. Limítese a quedarse quieto. Ha estado muy grave durante esta
última semana.
—Peter: ¿Grave? —repitió, haciendo un esfuerzo por volver
a abrir los ojos. «Bueno, eso tiene sentido. Sabe Dios lo fatal que me
encuentro.»
—Lali: Sí, le encontramos medio sumergido en un riachuelo
en un bosque que hay aproximadamente a una hora de Londres. Le habían disparado
en el brazo y tenía una herida profunda en la cabeza, sin mencionar las
costillas rotas y un sinfín de cortes, rasguños y moretones. Conseguimos
traerle a casa y le hemos estado cuidando desde entonces. —Sus ojos recorrieron
el rostro de Peter, con expresión de sincera preocupación—. ¿Se acuerda de
algo?
Peter la escuchó mientras su mente retrocedía al pasado,
intentando asimilar aquellas palabras. Al principio, no tenía ni idea de sobre
qué le estaba hablando Lali, pero, de repente, empezó a recordar. Oscuridad.
Peligro. Alguien siguiéndole. Un disparo. Olor a quemado. Un calor abrasador.
Un dolor candente en el brazo. Corriendo a toda prisa a lomos de Pericles por
el bosque. Un segundo disparo. Y luego una caída.
Alguien había intentado matarle. Otra vez. Era la segunda
vez que le ocurría en sólo un mes. Pero, ¿quién quería verle muerto? Y ¿por
qué? Se le hizo un nudo en el estómago. Fuera quien fuese su enemigo, sin duda
lo volvería a intentar en cuanto descubriera que seguía con vida. Tenía que
averiguar dónde estaba.
—Peter: ¿Dónde... estoy?
—Lali: En mi casa, la casa de los Espósito, justo a las
afueras del pueblo de Halstead, en Kent. Unas tres horas al sureste de Londres.
Menos mal. Afortunadamente estaría a salvo en un
pueblecito tan alejado de la ciudad. Peter abrió la boca con la intención de
hablar, pero, en vez de hacerlo, se encontró a sí mismo mirando a Lali
fijamente, completamente prendado de la expresión de su rostro. Además de tener
unos ojos preciosos, su mirada era la más bondadosa que había visto nunca.
Pasó un largo minuto antes de que pudiera preguntar con
voz ronca:
—Peter: ¿Y mi caballo?
Ella esbozó una sonrisa.
—Lali: Su caballo está bien. Es el animal más distinguido
que he visto en toda mi vida. Y uno de los más listos. Fue él quien nos guió
hasta usted. Se hizo un corte en la pata delantera y algunos rasguños sin
importancia, pero está prácticamente curado. Hemos cuidado muy bien de él, se
lo prometo. —Lali se acercó a Peter y le cogió la mano, apretándosela
suavemente entre sus palmas—. No debe preocuparse por nada. Sólo concéntrese en
ponerse bien y en reponer fuerzas.
—Peter: Duele... —Tragó saliva—. Cansado.
—Lali: Lo sé, pero ya ha pasado lo peor. Lo que ahora
necesita es comer y dormir. ¿Tiene hambre?
—Peter: No. —Vio cómo ella vertía varias gotas de un
medicamento en un vaso de agua. Luego lo incorporó, le sostuvo la cabeza para
que pudiera beber y le volvió a colocar la cabeza sobre la almohada.
—Lali: Le he dado láudano para el dolor. También le
ayudará a conciliar el sueño. —Le puso la mano en la frente.
Peter notó su suave tacto y, de repente, recordó por qué
aquella mujer le resultaba tan familiar.
—Peter: Ángel. Eres el ángel… —murmuró mientras cerraba
los ojos.
Continuará...
___________________________________________
Les dejo dos caps más!!
lamento no haberlo hecho antes pero tengo MUCHA tarea!
era que no la llame a mi amiga! jajaja así no me enteraba y mañana fingía demencia!! ¬-¬
BESOS Y MAÑANA LES DEJO MÁS!!
:D
ES genial esta nove! Me encanta! Espero más!
ResponderEliminaraww me encantaron peter & lali super tiernos es geniaal la novee :D me encantaa (:
ResponderEliminar@maaff_lazaro
me encanata!
ResponderEliminarooooo que lindo que cande tiene pretendiente :P jajaj me encanto la foto se veia muy linda, y peter al fin desperto ya una semana dormido creo que es mucho jaja peor bueno asi lali ya no estara tan preocupada y podra salir de la habitación a tomar aire y peter jajaj la confunde con su angel hay que hermoso, massssssss
ResponderEliminardanni aca estoy esperando el cap ya re tarde pork te dije que te esperaba ajajajaja tengo sueño asi k me voy jejejeje masnovela m encanta jejee
ResponderEliminarme encanta quiero mas aproximadamente cuantos capitulos tiene
ResponderEliminarAyy me encanta! Más tierno pensando que es su angel :)
ResponderEliminarAl fin se despertó,parecería q ni él sabe quien lo persigue y pq?Lali una divina!Muy buenos ambos cap!
ResponderEliminarHAHAH mas mas mas mas
ResponderEliminarQUZ VALIENTE LALI
ResponderEliminarUN ANGEL LLEGO A TU VIDA Y TE HABLO Y SE QUEDA PARA SIEMPRE CON VOS
Me encantaa! Sube mas :)
ResponderEliminar@_maroly_
Tan tiernos!!! Me los imagino en esta situación y ME ENCANTA!!!!
ResponderEliminarMÁS NOVE PLEASE!
son muy tiernos los dos!!
ResponderEliminarel pretendiente de cande no sera el doctor Sierra?
Cual sera el secreto de Lali?!
Ah quiero mas!
Lali&Peter
@angelaliter
me encantaaaaaa!! seguila!! q lindos lali y peter!! gracias x avisarme x twitt
ResponderEliminar@Marines_coronel
mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas
ResponderEliminarmas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas
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ResponderEliminarNada más despertar ,ya queda prendado x su ángel.
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaaaasssssssss
ResponderEliminarmaas nooveeee maas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarpor favor postea!!!
ResponderEliminarnos estás haciendo sufrir en esta nove eh...
Mas!
ResponderEliminarMaaaaaaaaaaaaas!
ResponderEliminarMasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmas,muymuymuymuymuy buena,seguila,besos
ResponderEliminarBeth
Cande que lindo que sea una hermana tan tierna tenia miedo de que fuera mala o algo asi awww por fin se desperto el señor! atte. Chikis
ResponderEliminardejo el link de mi nove beso!
ResponderEliminarhttp://adaptacioneslaliypipu.blogspot.com.es/