Lali suspiró cuando Peter la abrazó. Sus brazos la
rodearon y ella se perdió en la inmensidad de sus ojos verdes.
Cuando sus labios se posaron sobre los de ella Lali cerró
los ojos. Al hacerlo, le pareció estar viendo las estrellas. Todo su cuerpo se
estremecía y brillaba como una luz de neón en medio de la noche.
Él le separó los labios y su lengua se enredó con la de
él en una danza de total desenfreno. El latido de su corazón era tan fuerte que
su ruido era casi ensordecedor. La presión sanguínea le había aumentado, su
mente parecía haber caído en el olvido y ella se dejó llevar por la increíble
sensación de entrega.
Sus manos se deslizaron por su espalda hasta que,
finalmente, se posaron sobre su trasero. Ella sintió la fuerza de sus dedos
contra la frialdad y humedad del tejido de sus pantalones cortos, pero su tacto
le proporcionó tanto calor que, si hubiera mirado, podría haber visto cómo el
vapor empezaba a gestarse entre ellos.
Ella se acercó a él y le echó los brazos alrededor del
cuello para atraerlo más cerca de sí. Sus bocas se entrelazaron perdiendo el
aliento. Sus gemidos llenaban el aire mientras ella sentía que él la abrazaba
con una pasión que no había conocido antes.
Aquello era nuevo, increíble y aterrador al mismo tiempo.
Por extraño que pudiera parecer, una pequeña parte de su
cerebro se mantenía al margen y actuaba con racionalidad a pesar de la ráfaga
de deseo que parecía haberse apoderado de ella. Cuando él apartó los labios de
los suyos para deslizar la lengua a lo largo de su garganta, Lali inclinó la
cabeza hacia atrás, miró hacia el techo e intentó escuchar a aquella parte de
su mente que aún actuaba de forma racional.
Sabía que aquello era un error. Sabía que no podía haber
nada entre aquel hombre y ella. Y sin duda sabía que, si él dejaba de tocarla,
ella de disolvería en un charco pegajoso de anhelo e indecisión.
Sintió un cosquilleo en la boca del estómago.
-Peter: Me estás matando -susurró acariciándola hasta que
consiguió hacer que se le erizara la piel.
-Lali: Confía en mí -logró decir ella- No te quiero
muerto.
Él se rió y ella sintió cómo la leve vibración de su risa
recorría su cuerpo. Lali deslizó las manos por su espalda sintiendo la firmeza
de sus músculos bajo el suave tejido de su camiseta. Y, oh, cuánto deseaba acariciar
aquellos músculos.
Quería deslizar suavemente sus manos alrededor de su
cuerpo y descubrirlo lentamente y ver su mirada cuando ella llegó a acariciarle
sus partes más íntimas.
-Lali: Oh, ¡Dios! -susurró mientras que su cuerpo se veía
embargado por una sensación febril que casi estuvo a punto de dejarla sin
respiración.
-Peter: Sí -murmuró él-. Es justo lo que estaba pensando.
Yo también necesito tocarte.
Ella sonrió, olvidándose por completo de la vocecilla de
su mente que le hablaba con racionalidad. Ahora no quería actuar con lógica. No
quería pensar.
Las manos de Peter supieron abrirse paso entre los dos
cuerpos y llegar hasta la cinturilla de los pantalones de Lali. El ritmo de su
respiración aumentó cuando ella sintió que él buscaba a tientas el botón y la
cremallera. Lali gritó en silencio.
«Ahora, ahora. Deprisa. Date prisa».
Hacía ya mucho tiempo. Demasiado tiempo desde que no
sentía las manos de un hombre acariciar su cuerpo. Pero las otras veces no se
habían parecido nada a aquélla. Nunca antes se había sentido así.
Lali luchó por conseguir algo de aire. Luchó por
permanecer derecha. Luchó por ser capaz de contener sus propias manos y no
desabrocharse ella misma los pantalones.
Al fin sintió que el botón cedía y la cremallera se
abría. Lali se estremeció al sentir que la mano de Peter se deslizaba por
debajo de su abdomen. Ella se sujetó fuerte de sus hombros. Mientras tanto, Peter
deslizó una mano por debajo de sus
braguitas de seda yendo más y más abajo hasta que, con las yemas de sus dedos,
tocó el punto exacto que la hizo estremecer entre sus brazos.
Él le mordió el cuello suavemente y después, con sus
manos y su lengua, le acarició el cuerpo haciéndola sentirse en el paraíso. Ella
se arrimó más a él, pero, aun así, no era suficiente. Y, antes de que ella
pudiera darse cuenta, con su otra mano libre se las apañó para despojarla de
los pantalones y las braguitas. Agarrándola por la cintura, la elevó y la dejó
caer sobre la lavadora.
Lali sintió el frío metal contra su piel, pero nada podía
acabar con las llamas que la consumían. No estaba pensando lo que estaban
haciendo. Y tampoco se paró a pensar que, mientras ella estaba casi desnuda en
el porche de su amiga, él aún estaba vestido.
La lluvia seguía golpeando el tejado y las ventanas. El
viento parecía estar arrasando toda la casa. Parecía que incluso la naturaleza había
ido más allá de lo que debería y se había visto obligada a doblegarse en aquel
momento.
Lali deslizó las manos por el rostro de Peter. Su mirada
estaba llena de deseo.
Él se inclinó y la besó apasionadamente, desesperadamente,
devorándole la boca en un feroz asalto que la dejó temblorosa y ansiosa por más.
Sin embargo, a pesar de sus pequeños gruñidos en señal de protesta, él se
apartó. Pero al momento sus fuertes manos la agarraron de las caderas y la
estrecharon con firmeza hacia el borde de la lavadora. Después, él le separó
los muslos con una dulce y total determinación.
Él le sostuvo el rostro con la palma de su mano y se
acercó a besarla. Después, la miró a los ojos mientras que volvía a introducir
sus dedos dentro de ella. Una y otra vez, sus dedos tomaron un ritmo que
amenazaba con volverle loca.
-Peter: Nunca he deseado a nadie de la forma en que te
deseo. Jamás.
Ella sonrió levemente, desesperadamente.
-Lali: Me alegra oír eso -le respondió mirándolo a los
ojos-. Pero, ¿qué hay de la apuesta?
La apuesta.
La mente aturdida de Peter intentó volver a la realidad.
Si se dejaba llevar por lo que él quería, perdería la apuesta y acabaría
vestido con una falda de hawaiana y un sostén de coco. Y lo que era peor, tendría
que aguantar que sus hermanos se burlaran de él tal y como él lo había hecho de
ellos durante las últimas semanas.
Miró fijamente a Lali y sintió la fuerza de sus muslos
contra sus caderas. Y también se percató de aquellos sensuales labios que tenía
frente a sí.
Así que no le costó mucho decidirse.
-Peter: Al diablo con la apuesta.
-Lali: Estaba deseando que dijeras eso -susurró
deslizando sus manos hacia la cinturilla de sus pantalones.
Sus dedos le acariciaron su firme abdomen y Peter sintió
cómo se excitaba aún más. Si no la poseía pronto, sería hombre muerto. Y no
moriría siendo precisamente feliz.
-Lali: Esto es una locura.
-Peter: De eso no hay duda.
-Lali: Pero es tan necesario... –murmuró desabrochando al fin el botón de sus
pantalones.
-Peter: Buena observación -admitió justo en el momento en
que sonó su teléfono móvil-. ¡Maldita sea!
-Lali: No respondas -le suplicó apoyando las manos contra
su pecho.
-Peter: Tengo que hacerlo. Estoy de guardia -respondió
sacando el móvil del bolsillo de sus vaqueros. Comprobó el número y maldijo en
silencio-. Llaman de la base.
Separándose de ella a regañadientes, contestó a la
llamada.
-Peter: ¿Diga?
-Tenemos otra emergencia. Regresa enseguida.
La voz de J.T. sonaba alegre, pero Peter tenía ganas de
retorcerle el cuello.
-Peter: ¿Qué sucede?
-Un tipo se cayó de un barco de ésos que alquilan para ir
a pescar. Nadie se dio cuenta de su desaparición hasta que llegaron al puerto.
Parece ser que el tipo es un completo imbécil. La gente estaba encantada de que
todo estuviera tranquilo. Por eso no le echaron en falta.
-Peter: ¿Quién demonios sale a pescar con un tiempo como
éste?
-Si tienes suficiente dinero para convencer al capitán,
no le importará fletar el barco. ¿Vienes o qué?
-Peter: Sí. Estaré allí en unos quince minutos -colgó, se
abrochó los vaqueros y se arrodilló para recoger del suelo los pantalones de
Lali.
-Lali: ¿Te marchas?
-Peter: Tengo que hacerlo.
-Lali: Así que -dijo dedicándole una sonrisa- no soy la
única tonta que ha salido a navegar hoy.
-Peter: Eso parece -miró a Lali y, de inmediato, quiso
ignorar el deber. Por primera vez en su vida quería dejarlo todo por ella,
quedarse allí y entregarse a una mujer que conocía hacía menos de una semana.
Y aquello lo sorprendía.
Le acarició el rostro. Aún sentía la pasión y el deseo
corriendo por sus venas. Le sostuvo el rostro entre sus manos. Besándola un par
de veces, finalmente fue capaz de separarse de ella y mirarla a los ojos antes
de comenzar a hablar.
-Peter: Hazme un favor.
-Lali: ¿Qué?
-Peter: Quédate hoy en casa. Mantén la tienda cerrada.
-Lali: Peter, yo...
-Peter: Confía en mí -la interrumpió-. Nadie va a ir hoy
a la librería. Todo el mundo estará buscando refugio y preparándose para el
huracán.
-Lali: Si de verdad se acerca el huracán, debo ir a la
tienda. Tengo que proteger las ventanas con tablas. Rochi me dijo que todo
está...
-Peter: Yo lo haré.
Eso la molestó.
-Lali: No soy inútil, Peter. Puedo hacerlo yo.
-Peter: No he dicho que seas inútil -murmuró
preguntándose dónde se había marchado el sensual sonido de su voz-. Tú espérame,
¿vale? Te ayudaré cuando acabe en el trabajo. De momento puedes empezar a
cubrir las ventanas de la casa. Pero ten cuidado.
Por un par de segundos pensó que ella iba a disentir con
él, pero asintió.
-Lali: Lo haré.
Volvió a besarla. Fue un beso llevo de promesas,
desilusión y decepción. Después, se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta
de la cocina.
-Peter: Tengo que irme.
-Lali: ¿Peter?
Él se detuvo para mirarla.
-Lali: Ten cuidado ahí fuera.
Él esbozó una leve sonrisa.
-Peter: Siempre tengo cuidado, La.
Y entonces se marchó.
Continuará...
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Hola! tanto tiempooooo! perdón por perderme otra vez!...
estoy en esos días en los que después de tanto tiempo te empezás a preocupar por las tareas :D jaja TRANQUILAS es solo una fase!... ya se me va a pasar ;)
Bueno les dejo otro cap!!...
ufa! justo tenía q sonar el cel!... pero eso es algo bueno para las que queremos que gane la apuesta!!! ^-^
+20 FIRMAS y más novela!!
masssssssssssss
ResponderEliminarpor lo menos yo no quiero que gane la apuesta no me interesa para nada esa apuesta jajajajjaja
ResponderEliminarporfin volvisteee extranaba la noveee
ResponderEliminarsube masss :D
ResponderEliminarMAAAS
ResponderEliminarOTROOO
ResponderEliminarBendito sea ese celular,pero a esta temperatura les va a costar pasar dos semanas,salvo q durante el huracán se golpee y quede inconciente por dos semanas,Lali lo cuida y cuando despierta ganó la apuesta y le dan duro con Lali.JAJAJA CUANTO DELIRIO;JAJA culpa de todas mis queridas escritoras q hacen volar mi fantaspía!JAJATanta novela mwe esta afectando la objetividad!
ResponderEliminarMuy bueno!
mas novelaa! mas mas mas mas
ResponderEliminarA proposito me mató ese LA!Del casi final...me trajo recuerdos!
ResponderEliminarHAHAHAHA q capitulo :0 mas mas mas
ResponderEliminarMas
Hidrógenos q sonar el celular estos dos emanan fuego
ResponderEliminarIgnoren la palabra hidrógenos se me cambio la palabra ya q leo desd ni cel
EliminarMas mas
Mas
Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarjajaj Solo una fase jaja que linda forma de ver el estudio xD
ResponderEliminarsabes que ¿? me encanto el cap es apasionado pero a la vez tierno...
ResponderEliminarYo no quiero que gane la apuesta! yo quiero que PIERDA PIERDA PIERDA jajaj @flordemariia
ResponderEliminarmasss
ResponderEliminarotro otro otroooooo :D
ResponderEliminarquierooooo otro :D
ResponderEliminarMasssssssssss
ResponderEliminarMENOS MAL SONÓ EL CELULAR!
ResponderEliminarQUIERO QUE GANE PETER! AL MENOS UNO! JAJAJA PARA CALLAR A CAMILo!
Me encantaaaa!!! Quiero maaaaas!!!
ResponderEliminarUn besito, clau_carpediem
¡¡¡Casi ,casi....!
ResponderEliminarAHHHHHHHHH NO PUEDO USAR OTRAS PALABRAS AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH ME ENCANTO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! LA AMO, LO AMO! LOS AMO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! AME ESTE CAPPPPPPPPPPPP ME ENCANTAN LAS NOVES SON BUENISIMAS! @LuciaVega14
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