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jueves, 25 de octubre de 2012

Capítulo 47



La velada no fue tan aburrida como había pronosticado Pablo.

Entre los invitados se encontraban los más eminentes empresarios, vendedores, banqueros y políticos de la ciudad. La charla durante la cena se vio reducida temáticamente debido a la presencia de las mujeres; las auténticas discusiones sobre política o actualidad tendrían lugar más tarde, entre los hombres. Aun así, la compañía resultaba fascinante.

Lali fue alternando la conversación con la mujer que tenía a su izquierda y el caballero que tenía a su derecha. Peter estaba sentado a cierta distancia, en tanto que Pablo y una mujer rubia con un singular aire de sofisticación conversaban justo frente a Lali. Sí, Pablo parecía tan reservado como siempre. Dispuesta a apartarle de su habitual distanciamiento, Lali le hizo unos cuantos comentarios hasta que respondió con el tono amistoso que ella esperaba.

Cuando empezó el baile, Pablo le pidió el segundo vals, y le dijo a Peter que se lo había solicitado a modo de compensación tras haberse pasado toda la cena burlándose de él.
—Lali: Es usted muy buen bailarín —le dijo durante el vals. Nadie podía igualar la armonía de Peter, pero los pasos de Pablo eran casi perfectos.
—Pablo: Es una característica habitual entre los Martínez.
El formal rostro de Pablo se transformó en una sonrisa al tiempo que sucumbía a la alegría que transmitían los ojos de Lali.

Lali deseó que sonriese más a menudo; cuando lo hacía, se trasformaba: dejaba de ser un hombre atractivo para convertirse en uno tremendamente guapo.
—Pablo: Todos aprendimos del mismo instructor. A las tres últimas generaciones de Martínez nos obligaron desde niños a recibir clase del signor Papanti, un conde italiano que montó una academia de baile en la calle Tremont...
—Lali: He oído hablar de él.
—Pablo: No me sorprende, tiene muy buena reputación.
—Lali: Me han dicho que es muy, muy estricto...
—Pablo: Lo es. Recuerdo que siempre que entraba en el salón de baile, teníamos que dedicarle una reverencia, mientras él permanecía de pie blandiendo el arco de un violín, así... Y si no le satisfacía nuestra manera de bailar, nos golpeaba en el hombro.
Lali no pudo evitar reír ante su desagradable expresión.
—Lali: Pobre señor Martínez. ¿Le golpeó alguna vez?
—Pablo: No dejaba de hacerlo.
—Lali: Tendría que haber ido a decírselo a su padre...
—Pablo: Mi padre estaba a favor de la disciplina —dijo en voz baja y sonriendo—. Me habría pegado por quejarme.
De repente, Lali sintió una corriente de simpatía por aquel hombre, pero no le sonrió a modo de respuesta, y una indescriptible sensación cruzó los oscuros ojos de Pablo.

El ritmo del vals se incrementó y las puntas de sus dedos, envueltos en guantes, ejercieron una mayor presión en la espalda de Lali para acomodarse a la rapidez de los nuevos giros.
—Lali: ¿Quién era esa mujer con la que hablaba usted en la mesa? —preguntó.
—Pablo: Alicia Martínez.
—Lali: ¿Martínez?
—Pablo: Una prima lejana. Como soy el único soltero que queda, la familia me ha hecho saber que una unión entre nosotros no estaría del todo mal. ¿Qué le parece la idea?
—Lali: Terrible —dijo de inmediato, y su firmeza hizo sonreír a Pablo.
—Pablo: ¿Porqué?
—Lali: No creo que tenga que decírselo. No estoy segura de que acepte usted de buen grado los comentarios personales.
—Pablo: Todo lo contrario. Lo que pasa es que como nadie me hace comentarios personales, nunca tengo la oportunidad de demostrar lo bien que los recibo.
—Lali: Bueno, entonces... —bajó la voz un poco más—. Creo que usted necesita otro tipo de mujer. No parece ser una persona muy entregada. ¿No preferiría usted a alguien más alegre? No parece capaz de hacerle sonreír.
—Pablo: No, es cierto —respondió pensativamente—. Pero nunca me habían dicho que la alegría fuese una cualidad imprescindible en una esposa. Y para mí no es importante sonreír si se trata de cumplir una obligación...
—Lali: ¡Oh, pero eso no es cierto! —dijo con franqueza—. Insisto en que debería casarse con alguien que fuese natural y alegre, que le hiciese reír y que no le tuviese...

Pablo sonrió.
—Pablo. ¿Qué quiere decir? ¿Que no me tuviese miedo?
Lali enrojeció.
—Lali: No quería decir...
—Pablo: ¿Pero quién podría tenerme miedo? —preguntó en tono burlón.
—Lali: Tiene usted un modo de... mirar a las personas...
—Pablo: ¿Un modo que les hace sentir miedo?
—Lali: No «miedo» exactamente... —dijo y se detuvo al comprobar que ya no sonreía.
—Pablo: Dígame —Parecía como si estuviese pidiéndole ayuda, como si conociese un secreto que solo ella podía comunicarle. Hechizada por el tono de súplica de su voz, lo miró en silencio—. Por favor —añadió muy despacio, como si no estuviese acostumbrado a usar esa palabra.
—Lali: El modo en que mira a las personas... —murmuró— hace que sean conscientes de sus errores. Les hace pensar que... con el fin de impresionarle, deberían ser de otro modo a como son. Pero yo no creo que usted lo haga con esa intención.
—Pablo: No. —La luz jugueteó con su cabello negro como el ébano al negar con la cabeza.
—Lali: Por eso tendría usted que esperar encontrar a alguien que no le tuviese miedo. Tal vez sea el único tipo de mujer que llegará a conocer verdaderamente. Como un marido debe conocer a su mujer.

Qué íntima y personal se había puesto la conversación. Lali sintió que se le enrojecían las mejillas, y se preguntó si le había soltado un discurso.
—Pablo: Gracias —dijo muy calmo—. Aprecio su sinceridad.
El resto del baile lo pasaron en silencio, y solo cuando se acercaba el final, Lali volvió a mirarlo a los ojos.

—Lali: Señor Martínez... tengo un último comentario que hacerle.
—Pablo: Adelante.
—Lali: Me gustaría que me llamase Lali cuando estemos entre amigos. Sé que a Peter no le importará.
Durante un segundo apreció algo en sus ojos, su mirada expresaba anhelo... No, era... ¿soledad? Lo que fuese desapareció al instante.
—Pablo: Es usted muy amable incluyéndome entre sus amigos —dijo con suavidad—. Me siento muy halagado y espero que usted también acepte incluirse entre mis amigos. Pero preferiría no llamarla por su nombre.
—Lali: Como usted desee —dijo con una sonrisa, ignorante de lo difícil que resultaba ser amiga de Pablo Martínez, de cuántas veces había fallado a la hora de conseguirlo; ignorante de que una vez que él había dado su palabra, la mantendría toda la vida.

Para hombres como él, la amistad era un lazo más duradero que el amor. Lali no tenía ni idea de cuánto iba a necesitar la amistad de Pablo en el futuro.


Pablo se mantuvo a distancia de Lali durante el resto de la velada, pero Lali apenas fue consciente de ello, pues en cuanto Peter volvió a acercarse a ella requirió de toda su atención.

La hizo deslizarle con tal suavidad por toda la sala de baile que apenas notó el roce de sus pies en el suelo. Cuando bailaba con Peter, la música y el movimiento se convertían, de algún modo, en algo mágico, y todo parecía refulgir.

Nadie le quitaba ojo a aquella atractiva pareja, pero en caso de haber podido oír la susurrante conversación que mantenían, a más de uno se le hubiesen subido los colores.

Lali le habló con un falso acento sureño, realizando malvadas observaciones, susurrándole tonterías y entreteniéndole con velados comentarios sobre las calzas de seda negra que aseguraba llevar puestas.
—Peter: Ni siquiera tienes unas calzas de seda negra —dijo con una sorprendida mirada.
—Lali: Te aseguro que sí. He hecho que me las confeccionasen a medida. Dijiste que no te gustaban de color blanco. Y llevo un corsé a juego...
—Peter: Maldita sea. No te creo.
—Lali: Ya me creerás después —dijo justo antes de echarse a reír.
—Peter: ¿Qué te pasa esta noche?
—Lali: Nada. Pero finalmente he decidido algo.
—Peter: Ah. ¿Y qué es eso que has decidido?
—Lali: Algo privado. No puedo decírtelo.
—Peter: Bien. Entonces tu decisión tiene que ver conmigo, pues de no ser así no lo mantendrías en secreto.
—Lali: En todos los sentidos —dijo y le sonrió de un modo que le cortó la respiración.

Continuará...
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Ustedes dicen que Pablo se enamora de Lali???... mmmmmmmm :o
vemos los siguientes capítulos??
+15 firmas Y MAS NOVELA!

24 comentarios:

  1. Que no se meta donde no lo llaman che!! más Me encanta!

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  2. no me gusta pablo ya me cae mall
    espero masss

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  3. No me cae Pablo! No me interesa lo solito que esté, que se busque a otra jaja...

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  4. mas noveeee, no me gusta pablooo, no quero que a lali le guste! maassss!

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  5. laliter :D no pablo q no se enamoreeeeee

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  6. Oooo x dios q zarpada lali ...Pablo se enamora de lali ;0 es una posibilidad :0 massssss

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  7. mas noveeeeeeeeeeeeeeeee

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  8. mas nove , me siento re feliz que subas despues de tanto tiempo , me encanta la nove!
    quiero mas
    besitos

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  9. Dudas si en el futuro lali necesita esa amistad d Pablo ,me haces pensar k si k serán solo amigos ,pero k Lali tendrá problemas con Peter.

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  10. VISTEE!!!!! yo te dije!!!!! :| espero que no por fas!!!!!! no me hagas esto Daniiiii malvada todavia me qedan caps por leer pero estoy segura de que me vas a dejar con la intriga en algun momento porqe te gusta hacerme sufrir(? JAJAJAJAJA muchas gracias por subir noveeeee me encantooo! @LuciaVega14

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  11. Awwww que tierna Lali como se pone feliz con Peter ♥

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