BIENVENID@S - YA PODÉS DESCARGAR EL NUEVO BONUS "El Camino Del Sol" - Twitter @Fics_Laliter - Correo: Ficslaliter123@gmail.com

jueves, 11 de octubre de 2012

Capítulos 33, 34 y 35



No puedo creerlo, pensó Lali mientras el acre y seco vino descendía por su garganta.


Me despertaré en cualquier momento y volveré a ser Lali Espósito de nuevo, y Benjamín seguirá siendo mío, y Peter Lanzani jamás habrá llegado a Concord... La casa de Emerson seguirá en pie... Y yo estaré en la pequeña cama de mi casa y escucharé los ronquidos de mi padre provenientes de su habitación... Sintió que la gente la observaba, y sus miradas de curiosidad le provocaron frío, por lo que le resultaba difícil volver a centrar la mente.

No volvería a ser Lali Espósito nunca más. Ahora era Lali Lanzani.

Al llevarse la copa a los labios, sus ojos se cruzaron con los ojos de Mery. Apreció en su interior los primeros atisbos de madurez cuando se oyó pensar: No es culpa tuya, Mery. No puedo culparte de nada. Le tembló ligeramente la mano y rodeó la base de la copa con los dedos para alzarla y sonreírle a Mery. Los ojos de Mery se cubrieron repentinamente de lágrimas de alegría y le correspondió con otra sonrisa.

Lali sintió una punzada en la nuca. Su mirada se dirigió a la puerta principal del salón. Peter estaba allí, había llegado unos minutos antes para recoger a Lali y llevarla a casa. Alguien le había dado una copa de vino, que él sostenía entre sus largos dedos. Su boca dibujaba en aquel instante una irónica sonrisa de medio lado.

Y entonces alzó la copa hacia ella.

Lali no sabía qué pensar. Miró confundida a su marido, y pronunció su nombre en silencio. Peter bajó la vista por la esbelta línea de su cuello hasta llegar a las generosas y pálidas curvas de su busto, lo observó un rato y volvió a mirarle a la cara. Su mirada fue tan insinuante y profunda que se le subieron los colores como si la hubiese tocado en lo más íntimo en público, y siguió mirándola a pesar de darle un trago a su delicada copa de vino. El corazón le latía con ímpetu al tiempo que un estremecimiento recorría su piel.

—Qué curioso —dijo Betta entre dientes, y Lali apartó la mirada de Peter y recogió sus guantes y su pequeño bolso de mano azul.
—Lali: ¿Qué te parece curioso? —preguntó sin darle énfasis.
—Tu marido. Por su aspecto, nunca habría dicho que era un hombre de los que se casan. Y también me resulta curioso que te mire de ese modo.
—Lali: Pues sí que es del tipo de los que se casan —dijo—. Llevo un anillo que da prueba de ello. ¿Y por qué no tendría que mirarme así? Es mi marido.
—Los maridos no miran de ese modo a sus mujeres.
—Lali: Pues el mío sí —replicó a la defensiva, dedicándole una cautelosa mirada a su esposo.
—Ya te he dicho... muy curioso.

Lali se despidió de su grupo de amigas y se dirigió a la puerta. Peter recogió la capa negra de Lali y se la colocó a su mujer sobre los hombros. Ella lo agarró del brazo mientras él la llevaba camino del carruaje.

—Peter: Así que se acabó —dijo cuando se pusieron en marcha. El agradable ritmo del trote del caballo fue punteando su conversación.
—Lali: Sí. Hoy ha sido todo un éxito.
—Peter: No me refería a la velada musical.
Lali se tensó antes de responder.
—Lali: Entonces supongo que te refieres a Benjamín y Mery.
—Peter: Vi lo que hiciste por Mery. Me conmovió que hicieses ese gesto...
—Lali: Lo único que hice fue unirme al brindis...
—Peter: Un brindis por el compromiso matrimonial de tu antiguo prometido y tu antigua mejor amiga. Dime, ¿tuviste que apretar los dientes con mucha fuerza? —Al ver que Lali no tenía intención de responder, rió suavemente—. Perdóname. No quería restarle mérito a tu noble gesto. Pero siento curiosidad... ¿Te ha sorprendido su relación?
—Lali: Yo... yo jamás les habría imaginado juntos —dijo anonadada—. Los tres estuvimos juntos en muchas ocasiones, pero Benjamín no parecía darse cuenta de su presencia.
—Peter: Seguro que no. No mientras tú estabas allí. Acostumbras centrar la atención de los hombres.
—Lali: Pues qué pronto se han... descubierto el uno al otro. Tan solo tres meses después de nuestra boda.
—Peter: Alégrate, cariño. Mery es una mujer con demasiadas luces, pero es una criatura bastante dulce; justo lo que él necesita.
—Lali: Supongo que crees que él estará mejor con ella de lo que lo habría estado conmigo.
—Peter: Supongo que tú no lo crees.
—Lali: Podría haber sido una buena esposa para él.
—Peter: Si tú lo dices.

Ella observó su armónico y bien delineado perfil.
—Lali: Y él habría sido un buen marido para mí. Como mínimo, no me habría dejado tanto tiempo sola para poder ir con otras... —Se detuvo a tiempo, se llevó la mano al cuello para frenar aquella acusación.
—Peter: ¿Otras qué? —inquirió mirándola con los ojos entrecerrados—. Ten valor, cariño. Acaba lo que ibas a decir.
—Lali: Otras mujeres —espetó respirando con mayor rapidez a medida que veía la posibilidad de decirle exactamente lo que pensaba—. Estás fuera todo el tiempo, y a veces no regresas hasta bien entrada la noche y... eso es lo que pienso.
—Peter: Qué demonios... ¿Crees que voy a Boston a pasar el rato con otra mujer en lugar de a trabajar? —preguntó con rudeza.
—Lali: ¿No es así? —contrarrestó ella en voz baja, al tiempo que veía crecer en su interior una pequeña llama de esperanza.

Durante un segundo, Peter pareció sorprenderse, quizá incluso se sintió un poco herido.

Permaneció en silencio mientras ella se desazonaba esperando una respuesta. No había supuesto que lo que fuese a decirle le importase tanto, por lo que tuvo la impresión de que se echaría a gritar si no decía nada.
—Peter: ¿Te importaría si hubiese estado dándome un poco de placer por cuenta propia?
—Lali: Así que es cierto —dijo ella notando cómo la ira se apoderaba de su cuerpo—. Has estado con otras mujeres...
—Peter: Ni lo he admitido ni lo he negado. Te he preguntado si te importaría.
—Lali: ¿Por qué debería importarme? Por supuesto que no me importaría —dijo ella con brusquedad, deseando poder hacerle daño al apreciar que en su cara había aparecido una sonrisa—. ¿Por qué has cambiado tanto? —espetó—. Antes eras mucho más amable... y cariñoso...
—Peter: No me permites ser cariñoso contigo.
—Lali: No sé qué es lo que quieres —dijo temblando de frustración—. No sé por qué ahora eres diferente... No sé por qué... Creí que de recién casados podríamos haber... pero ahora...
—Peter: ¿Podríamos haber qué? —la interrumpió; su humor era ahora diferente. Segundos antes parecía dispuesto a burlarse, pero ahora la miraba con total seriedad.

Ella no pudo responder. Se le habían encallado las palabras en la garganta y se limitó a mirarlo en silencio. Peter sacudió la cabeza y volvió a centrarse en la conducción mientras la tensión entre ellos alcanzaba una cota máxima.

—Lali: Tenía la esperanza de que encontrásemos un modo de estar juntos. —se escuchó decir a sí misma —. No esperaba que quisieses estar con otras mujeres. No quiero que lo hagas. No me gusta en absoluto. —Inclinó la cabeza hacia delante acongojada por la vergüenza, incapaz de creer lo que acababa de admitir. Ahora él sabría que estaba celosa. 

Capítulo 34


Lali vio cómo Peter apretaba las riendas con más fuerza y cómo el carruaje se detenía a un lado de la carretera.

—Lali: Peter, ¿qué estás haciendo?

La agarró con fuerza: pasó una de sus manos por su esbelta nuca, en tanto que con la otra la atraía hacia su cuerpo. La besó obligándola a separar los labios, con una violencia que la hizo estremecerse debido a la sorpresa.

Al notar que Lali no se oponía, Peter rebajó la presión de sus labios y la besó muy despacio. Ella no podía respirar, no podía apartarse del persuasivo roce de su lengua. Peter deslizó la mano desde la nuca hasta el mentón, acariciando su cara al tiempo que la devoraba con besos implacables. Ella se agarró a las solapas del abrigo de Peter, rindiéndose a sus exigencias. El carácter salvaje de aquel momento la invadió por completo hasta rebosarla. A él le temblaban los brazos cuando apartó la boca.

—Peter: ¿Te ha parecido el beso de un hombre que acaba de recibir los servicios de una meretriz? —preguntó con voz ronca, acariciándole los labios con su aliento. Lali parpadeó varias veces, con los brazos aún alrededor de su cuello—. No he estado con una mujer desde hace meses —prosiguió con el mismo tono susurrante—, no desde antes de casarnos. No he querido estar con nadie, y no querré hacerlo hasta que me sacie de ti, si es que llego a hacerlo. Cada noche me he prometido a mí mismo que iba a hacerte pagar caro las horas en las que he deseado estar contigo y tú me has hecho pasar hambre. Pero bien sabe Dios que no voy a volver a pasar hambre. —Volvió a inclinar su cabeza y la besó como si desease absorber el suave gemido que ella dejó escapar.

De repente, Lali se dio cuenta de que no podía separar los diferentes sonidos, aromas y texturas suya unos de otros, ya no sabía si el ligero sabor a vino provenía de la boca de Peter o de la, y tampoco le importaba si aquel veloz latido era el de su corazón o el de su marido. El tiempo parecía haberse detenido. Las palabras y los pensamientos desaparecieron a la velocidad de la luz, y lo único que quedó fue el placer de sentir sus labios y la dura fuerza de su cuerpo.

—Peter: No ha habido otras mujeres —dijo contra su boca haciéndola temblar—. No podría haber estado con ninguna. Estoy demasiado obsesionado con mi propia mujer. Hay una cosa que solo tú puedes darme... y, por todos los santos del cielo, la obtendré sin que me importe el tiempo que tenga que esperar, ni lo duro que resulte lidiar contigo. No, no estoy hablando únicamente de mis derechos como marido, aunque eso no estaría mal para empezar.

—Peter: Te he dado el tiempo que me pediste. Pero no tengo demasiada paciencia, La, y tú me has llevado al límite. Lo hemos intentado a tu manera y he esperado a que te acercases a mí... Ahora la distancia entre nosotros es mayor de lo que debería haber permitido que fuese.
¡Pero ella había estado esperando a que fuese él el que se acercase! Lali lo miró sin decir palabra.
—Peter: A partir de ahora lo haremos a mi manera —prosiguió sujetándole la cara con las manos—. En caso de que tengas alguna duda... a partir de esta noche vamos a ser marido y mujer en todos los sentidos. Hay cosas que tenemos que aclarar... pero pueden esperar hasta mañana.
Incapaz de evitarlo, volvió a besarla, y el sensible fuego de su beso la penetró de arriba abajo. Se sintió mareada, como si se le hubiese subido todo el vino a la cabeza. Peter la miró y con las puntas de los dedos acarició el destello de la luna sobre su piel. Con un movimiento inesperado, le dio un besito en la punta de la nariz y dejó que apoyase la espalda en el asiento, donde se hizo un ovillo y lo miró asombrada.

Cuando llegaron a la pequeña rotonda frente a su casa, Peter salió del carruaje y la ayudó a descender aferrándola con firmeza por la cintura.

En la oscuridad, los ojos de su marido eran de un tono verde oscuro, y sus perfectos rasgos estaban matizados por las sombras. La atrajo hacia sí, obligándola a ponerse de puntillas para llegar a su altura. A pesar de sus diferencias de tamaño, encajaban bastante bien.

Lali cerró los ojos al sentir la calidez de sus labios, una y otra vez, mientras la cubría de pequeños besos que provocaban en su interior una marea de deseo. La sensación era incluso más fuerte que minutos antes, y la inundaba de ternura. Se apoyó en él cuando se detuvo, y Peter apartó un mechón de pelo de su sien al tiempo que la miraba fijamente.
—Peter: Ve y métete en la cama mientras guardo el caballo —murmuró—. No tardaré.

Lali asintió de forma automática. Se dio la vuelta en cuanto la soltó y entró en la casa sin echar la vista atrás. 

Capítulo 35


Lali sentía que el corazón estaba a punto de salírsele del pecho.

Subió la escalera con el ceño fruncido al apreciar las diferentes emociones que crecían en su interior. Una parte era ansiedad e inseguridad; otra parte era alivio al saber  que ya no habría nada que temer o por lo que seguir preguntándose. Otra parte más la formaban las expectativas.

Finalmente, finalmente iba a suceder, y sabía que estaría bien.

La ligera manta y las sábanas parecieron resistirse a sus esfuerzos por bajarlas, pero acabó lográndolo con un fuerte tirón. Después bajó el fuego de la lámpara casi por completo, para dejar la habitación apenas iluminada. Peter no tardaría en llegar, y ella deseaba que en esa ocasión todo fuese diferente a la desastrosa noche de bodas.

Todas sus ropas acabaron formando una especie de enorme pastel, que ella apartó de la vista en cuanto se quitó el resto de las prendas. Los alfileres salieron volando. Oh, ¿dónde estaba su cepillo? Alzó un pie y luego el otro para sacarse las ligas y las medias.

Corrió hacia el espejo con el corsé y las calzas y se peinó con las manos hasta que los mechones color café cayeron sobre sus hombros.
—Lali: Maldita sea, maldita sea—masculló mientras las manecillas del reloj parecían correr a toda prisa.
Peter estaría allí en un minuto. Todavía tenía que quitarse el corsé y eso le llevaría un buen rato. Por lo general, tiraba de las cintas tan fuerte como podía y las ataba con un lazo. Pero esa mañana había ido con prisas y las había atado con nudos. Intentó liberar el nudo con las uñas, pero no parecía responder a sus esfuerzos.

Lali colocó las manos en las ballenas y respiró hondo. Después tiró de las cintas con renovada energía antes de rendirse e ir en busca de unas tijeras. Removió todos los cajones frenéticamente produciendo un sonoro estrépito. Encontró de todo menos las tijeras.

—Peter: ¿Buscas algo en particular?
Lali se dio la vuelta, turbada y muy nerviosa, con los ojos brillantes debido a la ansiedad y la exasperación. Peter se encontraba frente a ella cubierto con una bata azul, tranquilo y sereno, apenas sorprendido por el aspecto arrebolado de Lali.
—Lali: No bromees —dijo tensa.
—Peter: No tengo intención de hacerlo.
Se dio la vuelta y reemprendió su impaciente búsqueda por los cajones, dando un brinco al notar el roce de sus manos sobre los hombros.
—Peter: ¿De qué se trata? —preguntó.
Lali abandonó su búsqueda de las tijeras y suspiró; sabía que estaba mucho más inquieta de lo que un par de cintas de corsé podían contener.
—Lali: Yo... Oh, sabía que algo iba a ir mal... Es el corsé, esta horrible... cosa... No puedo deshacer el nudo, y buscaba algo con que cortar las cintas...
—Peter: ¿Eso es todo? Date la vuelta. Bueno, es cierto que sabes cómo hacer un nudo fuerte, pero no es para cortarse las venas. —Se dispuso a encargarse de las cintas.
—Lali: Es imposible. Tienes que ayudarme a encontrar las tijeras —dijo mordiéndose el labio inferior.

Peter sonrió.
—Peter: Dame un minuto. Tenemos una larga noche por delante. —Inclinó la cabeza para concentrarse en el nudo. El aroma de jabón se mezclaba con el de su piel conformando una sutil y atractiva esencia que se colaba por la nariz de Lali. Sintió una leve tensión en el estómago al ser consciente de su cercanía—. ¿Por qué llevas un corsé tan antiguo? Creía que además de comprarte vestidos también te comprarías ropa interior...
—Lali: La que ya tenía me va bien...
—Peter: No estoy de acuerdo. El blanco no te queda bien. Y, además, me gustaría verte con algo de seda o satén de otro color. Veo que tendré que tomar cartas en el asunto.
—Lali: ¿Ropa interior de satén y de color? No te atreverás a comprarme ese tipo de... ropa, ¿verdad?
—Peter: Docenas... Incluidas calzas negras con ribetes y lacitos rosa. —Le sonrió, y a pesar de sus burlas, ella no pudo evitar sonreír también. Justo en ese preciso instante, el nudo se deshizo y Peter desató las cintas de las ballenas de metal del corsé. Lali cerró los ojos y respiró hondo, aliviada. Cuando su caja torácica quedó liberada y pudo llenar los pulmones de aire, sintió un ligero vahído—. ¿Te sientes mejor? —murmuró él. Ella asintió, mirándole a los ojos al tiempo que le sacaba el corsé. Sus pechos desnudos rozaron con la tela azul de su bata. Qué extrañamente excitante fue que él la desnudase tan despacio, tratándola como un objeto precioso que se habría roto en caso de manejarlo con rudeza.

Peter la alzó en brazos y la llevó a la cama sin apenas esfuerzo. Cuando le rodeó el cuello con los brazos apreciando la tensión de cuerpo musculoso, empezó a disfrutar de la sensación que, en una ocasión, la había asustado. Ahora le resultaba agradable sentirse desarmada y vulnerable, y le excitaba verse en brazos de un hombre que podía hacerle perder el control con tanta facilidad.

La dejó sobre el lecho y se quitó la bata. Su piel bronceada absorbía la luz cuando se inclinó sobre ella mirándola de la cabeza a los pies. Sus hambrientos ojos verdes se encontraron con los de Lali, que brillaban con un oscuro fuego.
—Peter: Eres preciosa, Lali —susurró.

Ya se lo había dicho con anterioridad, pero en ese momento de descubrimiento le pareció escuchar aquellas palabras por primera vez. Titubeó y entrecerró los ojos cuando él la besó, pasando la mano por detrás de su cabeza para acomodar su posición.

Todo el nerviosismo y la vergüenza que Lali había supuesto que sentiría se había transformado en el fuego abrasador de la pasión. Oh, nunca habría soñado, ni pensado, ni imaginado lo mucho que le agradaría sentir el cuerpo desnudo de su marido contra el suyo.

Peter bajó la cabeza y colocó la boca en el fragante valle que separaba sus pechos. Sus pensamientos se enmarañaron. Lali gimió cuando Peter posó la boca encima del pezón. Su lengua humedeció aquel erizado pico; después lo aprisionó entre los dientes y lo mordió con mucho cuidado. Lali se retorció de placer al experimentar una suave pulsión entre sus muslos. No opuso resistencia cuando él le abrió las piernas con las manos. El deseo era tan intenso que la hacía temblar. Le acarició los muslos y descendió un poco más su cuerpo sobre el colchón. Colocó los labios en la cara interior del muslo y empezó a ascender por él. Cuando alcanzó la carne ardiente entre sus piernas y su lengua lamió aquella oculta y diminuta terminal nerviosa, Lali alzó las rodillas y curvó los dedos de los pies contra la cama. Peter abarcó sus nalgas con las manos y las atrajo hacia sí para poder explorar debidamente con los labios.

Ella ahogó un gemido en la garganta, apretó los dientes y volvió la cara hacia un lado, consciente de cada sutil y vibrante roce de la boca de su marido, consciente únicamente de lo que le estaba haciendo. De repente, introdujo la lengua en su interior, y ella se arqueó involuntariamente, notando cómo se expandían sus sentidos hasta alcanzar una explosión de placer.

Jadeando sonoramente, flotaba en un cálido océano de debilidad, y tenía los ojos en blanco debido a la pasión que entrañaba notar a Peter encima de ella.
—Peter: Relájate —dijo en voz baja junto a su oreja—. No voy a ser rudo. Deja que te haga el amor...

Sintió la intrusión entre sus muslos y, de algún modo, abrió las piernas para facilitar su entrada. Entonces jadeó al notar su poderosa penetración. Le dolió sentirlo en su interior. Respondiendo a las amables palabras que le susurraba, ella abrió aún más las piernas y él se adentró más profundamente, grande y caliente en su interior. Se estremeció ante aquella nueva sensación y la incomodidad, pero Peter utilizó sus manos para tranquilizar su cuerpo, y su voz era suave y extrañamente sentida.

Empujando de forma rítmica, la atrajo hacia sí y le enseñó cómo seguir el ritmo. Al alzar la vista y fijarla en los bronceados rasgos del hombre con el que se había casado, supo que no podría compartir semejante cercanía con nadie más, y supo que tras esa noche nada volvería a ser igual.

Pasaron las horas mientras ellos se enroscaban y entrelazaban sus cuerpos, a veces con urgencia y a veces con extrema lentitud. Lali igualó el deseo de su marido, respondiendo a su pasión en igual medida y sin detenerse a pensar en el mañana o el ayer. Ni siquiera se dio cuenta cuando se apagó la lámpara. Lo único que tuvo claro fue que a medida que avanzaba la noche ella se convertía en parte de la oscuridad, en parte de un sueño que había dejado atrás toda inocencia, envuelta en un sensual hechizo que se rompería en cuanto llegase la mañana.

Con cada roce, Peter la convertía más y más en parte de sí mismo, y horas después de la medianoche, ella empezó a temer que hubiese tomado de ella algo más que su inocencia.

Continuará...
___________________________________________________________

:D


35 comentarios:

  1. Cada vez me gusta maas! mas nove por faaaaaaaaaaaaaaaaaaas

    ResponderEliminar
  2. mas nove me encantaaaa

    ResponderEliminar
  3. GRACIAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  4. DANI!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! :D ME RE ENCANTARON LOS CAPS!!!! ♥

    ResponderEliminar
  5. Awwwwwwwwwwww son mas tiernos cuando quieren... ♥ ojo tienen sus momentos pero espero que todo cambie para mejor! :) @LuciaVega14

    ResponderEliminar
  6. AME esta nove esta BUENISIMA y es re ADICTIVA !!!!! ♥

    ResponderEliminar
  7. E S T U P E N D O!! mee encantaron los caap's quee Bonito ahoraa ya nadaa los separara :DD!!

    @mf_lazaro

    ResponderEliminar
  8. Me encanta!!!! Dalee solo sube.. Unos cuantos mas jajaj :)

    ResponderEliminar
  9. por fin! estos dos costán para entenderse...
    más nove

    ResponderEliminar
  10. masssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  11. noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

    ResponderEliminar
  12. Peter prometia y no defraudó,JAJA q buena q esta la historia!

    ResponderEliminar
  13. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
    me encanto
    massssssssssssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  14. que buenos capitulos!
    ya es hora de que lali se vaya enamorando de peter! jaja
    MAAAAAAAS
    @_MAROLY_

    ResponderEliminar
  15. aaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!! me encantoooooooo
    era hora q lali sediera un poco
    besos

    ResponderEliminar
  16. Aaaa qe buenos caps, era hora qe Lali madurara un poco mas!!
    Espero mas, beso :)

    Arii

    ResponderEliminar
  17. Wooow me encanto esta genial obvio q se llevo algo mas q su inocencia se llevo su amor haha tiernos quiero mas

    ResponderEliminar
  18. wuaaaaaaao , esta muy buena la nove !! :)
    amo a el tierno de Peter!
    mas nove mas nove!!
    mas :)

    ResponderEliminar
  19. Que tierno peter =),,, pensé que lali iba a estar asustada otra vez!!!

    Espero el próximo!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    Mas nove =)

    ResponderEliminar
  20. Daniiii me puse al dia jaja ame los capQ peter un tierno y el hechizo no tiene q romperse es cuention de q lali madure, y tomo su AMOR♥??

    ResponderEliminar
  21. meee encantoooooooo wjbahhgvhgtvhf SONTAN LIINDOOS!mas noveelaaa

    ResponderEliminar
  22. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! no me digas que por fin olvidará al mono? Ojalá!! MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS NOVEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE! @flordemariia

    ResponderEliminar
  23. mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

    ResponderEliminar
  24. Me encanto los capítulos, Dani una pregunta como se llamaba la nove que ibas a subir antes que esta?, saludos un beso

    ResponderEliminar
  25. lali estaba deseando estar con su marido.

    ResponderEliminar