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sábado, 27 de octubre de 2012

Capítulo 54



Lali abrió mucho los ojos, sorprendida.
—Lali: No entiendo por qué estás tan enfadado.

—Peter: No me digas que no eras consciente del modo en que te miraba.
—Lali: Yo no puedo evitar que me miren —protestó, intentando sin éxito liberar su brazo.
—Peter: Y tú... también le mirabas a él, completamente anonadada...
—Lali: ¡Pero qué dices!
—Peter: La imagen era demasiado perfecta. Navidades en Nueva Inglaterra. Dos antiguos novios compartiendo viejos recuerdos...
—Lali: ¡Estás siendo muy injusto!
—Peter: Habrían formado una hermosa pareja. Combinan muy bien.
—Lali: No lo creo —dijo de inmediato, colocando una de sus pequeñas manos sobre el pecho de Peter y poniéndose de puntillas.
—Peter: ¿Qué? —El destello de los celos en su mirada no había disminuido en absoluto.
—Lali: No. No me gusta ese tipo de hombre. Es... es demasiado bajo para mí. Nunca antes me había fijado en lo bajito que era. Y su pelo... Bueno, es demasiado claro. Prefiero un tono más oscuro, mucho más oscuro. —Peter aflojó el apretón un poco, como si pretendiese animar a Lali para que prosiguiera—. Es demasiado tranquilo, demasiado previsible... Demasiado plano. Me moriría de aburrimiento si tuviese que pasar más de cinco minutos con él. No le gusta discutir ni maldecir, y no bebe ni pierde los estribos. No es del tipo que apreciaría unas calzas negras de seda.
—Peter: Pertenece a una respetable familia que agrada a todo el mundo.
—Lali: No me preocupa lo que piensen los demás.

Peter la atrajo hacia sí, su arranque de mal humor casi había desaparecido. Apretó sus hombros con los dedos, pero no lo bastante para dejar marcas. Bajó los párpados sobre su mirada verde al mirar hacia su boca.
—Peter: Le querías desde que eras una niña —indicó con rudeza.
—Lali: Hasta que mis gustos maduraron.
—Peter: Es un caballero.
—Lali: Sí. Y eso es lo peor de todo.
Sin tener en cuenta que la puerta estaba medio abierta y que podían verlos, él la obligó a ponerse de puntillas y la besó.

Incrementó la presión hasta que separó los labios. Un oscuro fuego danzó por las venas de Lali, y su dulzura se filtró hasta la superficie de su piel, enrojeciéndola. La intensidad de su respuesta borró cualquier pensamiento coherente, cualquier barrera que hubiese construido para protegerse. Su boca se deslizó con la suavidad del terciopelo por su cuello, provocándole un escalofrío con el roce de los dientes. Casi le flaquearon las rodillas cuando sintió que la mano de Peter se aventuraba bajo la tela del vestido, abarcando uno de sus pechos. Se le erizó el pezón en la palma de la mano.
—Lali: Peter —susurró—, tú eres todo lo que deseo. No hay nadie más... nadie más...
—Peter: Hemos venido aquí esta noche por ti. —Su voz era suave y áspera a un tiempo—. No me importaría no volver a pisar Concord nunca más.
—Lali: Pero yo crecí aquí. Quiero venir de vez en cuando. —Al notar la boca de Peter en un punto especialmente sensible de su cuello, inclinó la cabeza hacia su hombro pues le pesaba demasiado para sostenerla—. No es un mal pueblo...
—Peter: Tú eras lo mejor de por aquí. Tú fuiste la única razón por la que permanecí aquí durante tanto tiempo.
Ella sonrió temblorosa.
—Lali: ¿Es eso cierto?
—Peter: Después de lo del río y de los dos días que pasamos juntos, decidí esperar para ver qué clase de compromiso tenías con Benjamín.
—Lali: Hiciste algo más que eso...
—Peter: No podía dejarte sola.
—Lali: Tu falta de autocontrol no es excusa para que pusieses fin a mi compromiso matrimonial.
La besó ligeramente en los labios.
—Peter: ¿Te arrepientes?
Apretó el pecho contra su mano, acercándose a él.
—Lali: No me lo habrías preguntado si pensases que es así.
Peter sonrió sobre su piel, retirando a regañadientes la mano de debajo del corpiño.
—Peter: Respóndeme igualmente.

Con un repentino estallido de energía, se apartó de él y se echó a reír al esquivar su nuevo intento de atraparla. Se colocó en una posición de precaria seguridad tras una pequeña mesa redonda, se aferró al borde y le dedicó una mirada burlona.
—Lali: Te gusta dar órdenes, ¿verdad?
—Peter: Y a ti te gusta que te las den. —Se movió hacia un lado de la mesa y estiró el brazo para atraparla, pero ella echó a correr hacia el otro lado. Aunque podría haberla detenido, dejó que se marchase, y sonrió al ver cómo se alejaba triunfante hacia el otro lado de la habitación.
—Lali: Solo obedezco tus órdenes cuando quiero —le informó, regresando al rincón al mismo tiempo que él.
—Peter: Respóndeme a la pregunta que te he hecho antes —exigió frunciendo el ceño de forma amenazadora—. ¿Alguna vez te has arrepentido de casarte conmigo en lugar de hacerlo con Benjamín? —Ella apoyó la espalda en la pared, y le brillaron los ojos al negarse a responder—. Cuanto más tardes en responder, señora Lanzani, más te arriesgas a que te dé un buen azote.

Lali sonrió sin reparo alguno.
—Lali: No creo que tuvieses suficiente paciencia para levantar todos estos volantes y las enaguas...
—Peter: Cariño, siempre que me has retado has tenido que tragarte tus palabras.
—Lali: ¡Cómo te atreves a decirle algo así a tu esposa! —exclamó pasando a su lado y dedicándole una sofocada risotada. Él la agarró por la cintura y la obligó a volverse.

Su privado divertimento se vio interrumpido de forma abrupta por el sonido de una voz proveniente de la puerta.
—¿Lali? —La señora Hosmer los miró con obvia desaprobación. Nunca se había tomado a bien semejantes jugueteos en su casa. Eran un mal ejemplo para sus tres hijos, además de ofender a su propio sentido de la corrección—. Lali, tu padre acaba de llegar. Te está buscando. Estoy segura de que se enfadará si no vas de inmediato a felicitarle la Navidad.
—Peter: Estoy segura de que lo hundirías —le murmuró al oído a Lali, y fue todo lo que necesitó para echarse a reír.
—Lali: Gracias, señora Hosmer —dijo apartándose del abrazo de su marido y mirándolo de forma reprobatoria—. Ahora mismo vamos.
—Peter: Sin duda —sonriéndole a la señora Hosmer, que lo miró con suspicacia antes de salir de la habitación. Su expresión se hizo seria—. Bajo ningún concepto le muestres a tu padre la mala influencia que he sido para su pequeña hija.
—Lali: No lo creería en absoluto. Siempre te adorará por haber rescatado a su hija caída en desgracia.
—Peter: ¿Y su hija qué opina de eso?
—Lali: Opina que... —se detuvo y lo miró por encima del hombro—. Cree que has sido muy negligente al no hacerle saber que están los dos debajo de un ramo de muérdago.

Peter rió con despreocupación, lo que provocó que su esposa sintiese un agradable cosquilleo en la boca del estómago. Mientras la miraba a los ojos, alargó la mano y recogió el ramito de muérdago para guardárselo en el bolsillo.
—Peter: Para más tarde —dijo y le dedicó una sonrisa.

Continuará...
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25 comentarios:

  1. massssssssssssssssssssmasssssssssssssssssss

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  2. AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH ME ENCANTOOOOOOOO JAJAJAJA ME MORI ESTUVO BUENISIMO!!! AME ESTE CAPP!!!!! MASSSS @LuciaVega14

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  3. MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS!!

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  4. massssssssssssssssssssssssssssssssssssssmasssssssssssssssssssssssssssssss

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  5. Me encantan!! Son muy tierno juntos y jugando de esa manera, benjamin no cambia mas!!

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  6. Son tan tiernoss!!! Jugandoo jajajaa

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  7. mas por favorsitoo, siii ?? jajaja :D

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  8. DANIIIIII NO ME DEJES ASIIII POR FASSSSSSSSSS u.u

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  9. Jaja te joro que ese peter me encanta! Es tan tierno y dulce ja. Otro cap pls(:

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  10. me encanta mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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  11. me encanta como se llevan lali y peter
    mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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  12. Cualquier momento les viene bien.

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