Además de ser una buena amiga, Candela Vetrano sabía
escuchar. Y evidentemente Lali necesitaba ambas cosas, pensó al verla entrar en
la biblioteca al día siguiente por la tarde, poco antes del cierre. Tras
echarle una mirada, Cande la llevó a su despacho y le ofreció su propio asiento
ante el escritorio.
-Cande: ¿Qué sucede? —preguntó
con suavidad al tiempo que se apoyaba en el borde de la mesa.
Al ver su cálida mirada, Lali sacó fuera todo su
tormento. Y empezó por el principio. Le habló de los sentimientos hacia Peter
que albergaba desde la niñez, de su decisión de entablar una relación seria con
Teo y todo lo que había sucedido posteriormente, incluida la noche que había
pasado con Peter. Y la desastrosa mañana siguiente.
-Cande: ¡Oh, no!. Peter no puede
haber dicho eso
-Lali: No sólo lo dijo, sino que estaba decidido a llevar
a cabo su decisión. El pelmazo... Con una cara de mártir, como si yo me pudiera
sentir cómoda haciendo el papel de la bola atada a su cuello con una cadena.
-Cande: No, cariño... él nunca pensaría así de ti.
-Lali: Pero yo sí —replicó al tiempo que movía la cabeza
de un lado a otro— ¿Qué pasa con nosotras, Can? Creo que no pedimos demasiado.
¿Por qué no tenemos lo que se necesita para atraer a un buen hombre que nos
adore y nos haga sentir como unas diosas sensuales?
-Cande: Oye —con la intención de levantar el ánimo de su
amiga— Ya no somos «nosotras». Ahora soy la única virgen ya que...
-Lali: ¿Ya que Peter me ha
desflorado? Sí, no te asombres, ésa es la palabra que él utilizaría con su
moral tan victoriana.
-Cande: ¿Estamos hablando del
mismo Peter Lanzani?
-Lali: Sí, ya lo sé. Dada su reputación con las mujeres:
es un poco difícil de creer, ¿verdad?
-Cande: Tal vez él ha actuado así porque se trata de
ti... porque eres alguien especial para él.
-Lali: Sí, muy especial —dijo con un cansado suspiro.
-Cande: Así que... —bajó la voz mirándola con abierta
curiosidad— Bueno, tú sabes.... el sexo. ¿Cómo fue?
¿Cómo fue? Lali dejó que los
recuerdos la llevaran hasta la noche anterior y sintió que los huesos se le
derretían.
-Lali: Increíble —admitió y al instante una oleada de
deseo se abrió paso entre la rabia y la desilusión.
-Cande: ¿Sí?
Justo en ese momento la puerta se abrió de par en par.
Teo Gorki entró precipitadamente
-Teo: Lali —dijo con alivio— Gracias a Dios, por fin te
encuentro.
-Lali: Creí que no teníamos nada que decirnos, Teo.
El doctor fijó la vista en Cande, que lo miraba con un
desdén apenas disimulado.
-Teo: ¿Te importaría dejarnos
solos un momento? —preguntó con su sonrisa más encantadora— Sé que esto es
imperdonable, pero quiero discutir algo en privado con Lali.
Cande lanzó a la joven una mirada interrogativa.
-Lali: Está bien, Can. Teo y yo tenemos que liquidar un
asunto. No tardaré más que unos minutos.
-Cande: Estaré en la habitación de al lado —dijo con
inquietud en tanto se preguntaba si sería prudente dejarla a solas con Teo.
-Lali: Vamos a intentar que esto sea fácil para ambos,
¿de acuerdo? —dijo cuando Cande cerró la puerta tras de sí— Me equivoqué
contigo. No correspondes a la imagen que me había forjado de ti. Y no tengo
nada más que decir —declaró al tiempo que se levantaba del escritorio y se
dirigía hacia la puerta.
-Teo: Vos no vas a ninguna parte!!
Ante esas palabras cargadas de rencor, Lali se quedó
helada de asombro, pensando que su imaginación le jugaba una mala pasada. Pero
entonces vio el odio que brillaba en sus ojos.
¿Quién era esa persona? Cómo pudo
haber pensado que podría ser alguien especial para ella?
De pronto, se sintió asustada
-Lali: Adiós, Teo.
-Teo: He dicho que tú no vas a ninguna parte —dijo al
tiempo que le aferraba el brazo cuando intentó pasar por su lado.
«Muy bien», pensó al ver la aguda mezcla de dolor y
conmoción en la cara de la joven. Y también vio el miedo en sus ojos. Y le
gustó. No había pensado ser duro con ella, al menos no todavía. Había planeado
hacerla entrar en razón de una forma más civilizada a fin de volver a ganar su
confianza para acceder a Rocío y finalmente al dinero a través del hermano.
Pero su actitud de «Doña Perfecta» fue la gota que colmó el vaso, y perdió la
compostura.
-Lali: Quítame la mano de encima.
-Teo: Pongamos las cosas claras. El que da las órdenes
aquí soy yo, no tú —amenazó al tiempo que sacaba del bolsillo de la chaqueta
una pistola que le había procurado Jason Carter. La sensación de poder que
sintió cuando ella emitió un grito ahogado— No se te ocurra pedir ayuda o
escapar porque si lo haces, prometo que tu amiga y todos los que están cerca de
ti no saldrán vivos de ésta. ¿Queda claro? —sentenció al tiempo que le tiraba
el brazo con tanta fuerza que Lali hizo una mueca de dolor.
-Lali: Sí —murmuró finalmente— Ni gritar, ni escapar.
Está claro.
-Teo: Porque sabes quiénes van a pagar las consecuencias
si lo haces, ¿no es así?
-Lali: Sí, Teo, lo sé... Pero, no comprendo por qué haces
esto.
-Teo: No me llamo Teo. Soy Benjamín Amadeo y lo único que
necesitas saber es que si me encuentro en este maldito pueblo y en esta
situación es gracias a tu futura cuñada que ha convertido mi vida en un
problema.
-Lali: ¿Qué tiene Roc...? Espera... ¿Amadeo? Pero
Benjamín Amadeo es el médico que...
-Benja: Sé quién soy —gruñó en tanto luchaba por controlar
su creciente histeria— Todos son tan simplones...
Sí un hato de crédulos. Pero también estaría tan muerto
como había dejado a Gorki si no conseguía el dinero cuanto antes. La llamada
telefónica de sus acreedores de Atlantic City, la noche anterior, había sido
muy clara respecto a lo que le pasaría si no pagaba en el plazo de veinticuatro
horas. El doctor ignoraba cómo habían dado con su paradero. Pero el hecho de
que lo hubieran logrado era un claro indicio del peligro en que se encontraba.
Hasta hacía menos de una hora, todavía contaba con que
Stokes y Carter recuperarían el dinero que Rocío se había llevado. Pero Tommy
Stokes lo había llamado para informarle de la situación. El doctor llegó a la
conclusión que Carter y él habían hecho tal chapuza en su intento de rescatar
el dinero guardado en el Club de Ganaderos que en ese momento Carter estaba en
la cárcel y Stokes, después de haber mandado al diablo el trabajo encomendado,
se había largado de la ciudad con destino desconocido.
Así que Lali Espósito era su último recurso. El gran
hermano llegaría corriendo con el dinero si quería volver a ver a su hermana
con vida. Desde luego que tendría que deshacerse de ella sin miramientos, pero
Nicolás Espósito debía saberlo cuando ya fuera demasiado tarde.
-Benja: Vamos —dijo al tiempo que metía la pistola en el
bolsillo y se colocaba junto a ella de modo que el cañón del arma quedara a la
altura de sus costillas— Sígueme y si alguien pregunta algo, le dirás que hemos
decidido ir a tomarnos un café, ¿queda claro? —preguntó. Lali asintió con un
sobresalto— La vida de tu amiga depende de tu capacidad de convicción —le
recordó antes de empujarla hacia la puerta del despacho.
Continuará…
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Mas tarde les subo otrooo!!....
Pobre lali,sale de una y se mete en otra,al fin Benjamin Amadeo mostró su faceta real,(AY!qué lindo me sonó esto y como es ficción nadie me puede retar,JAJA)Que Peter la rescate!
ResponderEliminarMuy buena,espero el otro!
:O
ResponderEliminarCada vez mas interesante! Me encanto!
Pero Lali si no es mas demalas por que no puede! No han pasado ni las 24 horas desde lo de Peter y la amenazan, secuestran y quien sabe que mas le valla a hacer Benjamin! :S Pobre!
Peter es genial en su mente pero con lo que dice se vuelve un ....! Espero que la próxima vez que abra la aboca sea para ayudar a Lali y no para hacerla sufrir!
ME ENCANTA LA NOVE!
Besos!
@vagomi
fotolog.com/vagomi
PD: Pregunta: No tienes cuenta en twitter?
esta super interesantee! al fin se supo como era benjamin de verdad, y peter donde esta??'? tanto que la perseguia a lali en las citas y ahora que lo necesita se desaparece, mas noveeeeee
ResponderEliminarAaaaaaaaaaaa quiero otro capi !!!
ResponderEliminarMe encanta la nove
Besos leti2311
MAS NOVE!!!!!!!!!!!!!!! tuvo que aparecer el .... de benjamín! :S
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