Capítulo Uno

-Lali: Si me volves a llamar presumida, juro que te voy a quebrar todos los huesos del pie— Sentados en un apartado del Royal Diner, con una ceja alzada, Peter Lanzani observó el ceño fruncido de Lali Espósito. Y le pareció que hablaba enserio. Su amiga estaba a punto de exhalar fuego.  

Peter nunca había podido resistir a la tentación de gastarle bromas, y por pura terquedad decidió seguir bromeando, pero primero tenía que ponerse a salvo. Así que, escondió las piernas bajo el gastado asiento de plástico rojo para impedir que la señorita Espósito, a punto de estallar, no le rompiera los huesos del pie con el aguzado tacón de su botín de diseño.

-Peter: Estás en esos días del mes, ¿no es así, dulzura?— preguntó, fingiendo compasión. Cuando ella emitió un gruñido por respuesta, él parpadeó, todo inocencia— ¿Dije algo malo?...

-Lali: Para un hombre de tanta experiencia con las mujeres, dices justo lo peor para impresionar a una dama.

-Peter: Así que ahora sos una dama, ¿no es así?...

No hacía mucho tiempo que la pequeña Lali Espósito, la hermana menor de su mejor amigo Nicolás Espósito, había declarado que iba a ser una vaquera y que moriría antes de que alguien la viera con otra cosa que no fueran sus tejanos, sus botas y el típico sombrero de Texas.

Bueno, podía dar testimonio de que todavía estaba viva, y muy viva, aunque pocos años antes hubiera cambiado la tela vaquera por la de seda y sus gastadas botas por unos suaves botines italianos. Gracias a un fondo que Nico había establecido para ella, Lali no tenía que trabajar, aunque la chica mimada de Royal, Texas, siempre andaba ocupada en algo. Cuando no hacía de voluntaria en el Hospital o en la Biblioteca, dedicaba muchas horas semanales a cuidar de los ancianos del asilo quienes no se resistían a su sonrisa.

Y, sí. Definitivamente estaba viva, volvió a pensar Peter antes de echar una breve mirada apreciativa a los pechos bien formados que pugnaban contra la seda marfil de la blusa.

Pero se suponía que no tenía que notarlo. Se suponía que no tenía que advertir nada remotamente sensual o femenino en Lali.

Peter se bajó el ala del sombrero hasta las cejas. El problema era que ella tenía razón en una cosa. Ya no era una chica presumida. Era una mujer hermosa... estupenda con aquellos expresivos ojos cafés, el cuerpo perfectamente proporcionado y una boca que hacía que un hombre se preguntara cómo sería sentir la presión de esos labios sobre la piel desnuda.

Desde luego que él no debía formularse esas preguntas. No podía pensar en ella de esa manera. Y se esforzaba enormemente para no hacerlo.

Con el ceño fruncido, volvió la mirada al rostro de la joven, a los ojos cafés y se obligó a retomar su papel de hermano adoptivo.

-Peter: ¿Por qué estás tan molesta, osita Lali?— Ella le lanzó una mirada furiosa.

-Lali: Sos peor que mi hermano —farfulló al tiempo que bebía un sorbo de café cargado de crema— Ustedes no me toman en serio— Peter se reclinó en el asiento en tanto se resistía a la urgencia de confesarle cuán en serio la tomaba, y cuán en serio ella podría alborotarle la mente si no la controlaba con firmeza.

-Peter: ¿Qué hace Nico?

-Lali: Lo de siempre. Me trata como a una niña.

-Peter: Te quiere mucho —dijo suavemente.

-Lali: ¿Y vos? ¿Qué haces aquí? —preguntó bruscamente.

-Peter: Bueno, hasta donde recuerdo, te llamé para saber cómo estabas. Entonces dijiste que tenías un día muy largo por delante y me pediste que nos reuniéramos aquí para tomar un café —dijo con cautela porque no quería que ella supiera que, a petición de Nico, desde hacía dos semanas no le quitaba el ojo de encima.

Lali movió la cabeza de un lado a otro.

-Lali: No, no me refiero a que estemos tomando un café en el Royal Diner. Lo que quiero decir es qué diablos hacemos vos y yo acá. ¡Por amor a Dios! es sábado y casi de noche. ¿Por qué no estamos fuera de la ciudad junto a nuestros respectivos acompañantes bebiendo algo, con expectativas de una noche ardiente, apasionada...?

-Peter: ¡Alto ahí! —se enderezó bruscamente— No quiero discutir mi vida sentimental con vos.

-Lali: Por no decir que tampoco queres discutir la mía.

-Peter: Haré como que no oí lo que acabas de decir —replicó con firmeza— Porque si lo hubiera oído, tendría que informar a tu hermano, y posiblemente él se sentiría obligado a matar al mensajero, que sería yo, antes de venir a buscarte. Y el Señor se apiade del hombre que se atreva a tocar a la pequeña hermana de Nicolás Espósito.

Lali negó con la cabeza al tiempo que dejaba escapar una risa carente de humor.

-Lali: Podes respirar tranquilo, grandullón. Actualmente no existe la menor posibilidad de que mi hermano mate a alguien. ¿Queres saber por qué? Porque no tengo vida sentimental—Peter sintió que la conversación se le escapaba velozmente de las manos.

Continuará…

-----------------------------------------------------------------------------------

Qué les pareció el primer capitulo??... se lee bien? prefieren la letra más grande?? el color no les gusta?? cualquier cosa solo díganlo!! :)

GRACIAS POR EL AGUANTE!! enserio les juro que pensé que no entraría nadie!... jaja

Aprecio mucho las firmitas!... sus opiniones CUENTAN muchooo!