Capítulo Dos

-Lali: Podes respirar tranquilo, grandullón. Actualmente no existe la menor posibilidad de que mi hermano mate a alguien. ¿Queres saber por qué? Porque no tengo vida sentimental—Peter sintió que la conversación se le escapaba velozmente de las manos.

-Peter: Creo que tampoco quiero oír hablar de eso.

-Lali: ¿Tenes la más remota idea de lo que significa que una mujer de 23 años todavía sea virgen?

-Peter: Genial!... ¿Por qué no lo decis un poco más alto para que todo el mundo se entere? ¿Qué forma de hablar es ésa para una dama como vos?

-Lali: Ese es el problema. Tal vez no soy una dama. Tal vez soy una peligrosa chica aficionada al sexo que enloquezco a los hombres con mi provocativa y seductora...

-Peter: ¡No! —sacudiendo la cabeza— Oh, no, seguro que no estoy oyendo nada de esto.

-Lali: ¿Qué pasa, Pitt? ¿Te estoy poniendo nervioso… tal vez un poco excitado?

Sí. Había logrado excitarlo.

-Peter: Verás, lo suficientemente nervioso como para colocarte sobre las rodillas y darte un par de azotes —le advirtió en tanto luchaba por recuperar la cordura. Lali lo miró con los ojos entrecerrados y una perversa sonrisa de chica mala.

-Lali: Oh, eso suena a... perversión sexual— El corazón dio un brinco en el pecho de Peter.

-Peter: La, te lo advierto. Si seguis así yo...

-Lali: ¿Qué? ¿Se lo contarás a mi hermano? ¿Me llevarás a casa y me atarás a la pata de la cama?... aunque yo preferiría hacer otras cosa en la cama… —dijo en voz demasiado alta.

Peter le imploró con la mirada que hablara más bajo antes de que los otros clientes se enteraran de la conversación.

-Peter: Nos vamos —gruñó de improviso.

-Lali: No me apetece —replicó con una mirada furiosa— Vete tú, porque yo me voy a quedar aquí y me presentaré al recién llegado a la ciudad. Tal vez vea en mí otra cosa que no sea sólo la hermanita de Nico Espósito, y tal vez no tenga que huir para salvar su vida.

Peter la fulminó con la mirada, aunque ella no le prestó la menor atención. Con vista fija en el rincón del local, sacó un lápiz de labios y se aplicó un brillo rojo cereza. Él todavía miraba fijamente esa boca, entregado a la fantasía de la marca de esos labios rojos sobre su vientre desnudo, cuando ella se deslizó hacia el extremo del asiento y se puso de pie con dirección al recién llegado.

De hecho, el doctor Teo Gorki era la razón por la que Nico le había pedido que no perdiera de vista a Lali.

—No podría decir nada concreto —le había dicho Nico pensativamente con el ceño fruncido la primera vez que había hablado con Peter— pero hay algo en ese tipo que no me agrada. Quizá es un poco demasiado astuto y demasiado zalamero para mi gusto. Pero, por algún motivo, parece que Lali puso sus ojos en él.

Bueno, Nico y él al menos estaban de acuerdo respecto al doctor, pensó Peter con severidad.

Al ver que Lali daba un paso en dirección a Gorki, Peter le agarró el brazo y la obligó a sentarse.

-Peter: ¿Teo Gorki? —preguntó ignorando su protesta de que le soltara la muñeca mientras intentaba convencerse de que esa sensación en el vientre no era una punzada de celos— ¿Queres ir a seducir al doctor Gorki?

-Lali: Bueno, no lo había pensado exactamente en esos términos, pero gracias, Peter. Es una gran idea. Y si tengo suerte, puede que mañana no sea la última virgen de 23 años que queda en Texas.

-Peter: Te vas a casa. Esta noche no estás en tus cabales.

Tras buscar en el bolsillo, sacó unos billetes y los puso sobre la mesa. Luego la condujo hacia la puerta sujetándole el codo con firmeza al tiempo que ignoraba sus protestas.

La furiosa señorita Espósito todavía lo insultaba cuando Peter le puso una mano en la nuca y la escoltó hasta el coche.

-Peter: Vete a casa —ordenó en tanto abría la puerta del conductor.

-Lali: Vete al infierno —disparó ella con una mirada venenosa.

-Peter: Siempre queda esa posibilidad, pero mientras tanto te seguiré para cerciorarme de que conduces en la dirección correcta.

-Lali: ¡Sos un Neandertal! —exclamó furiosa antes del cerrar de un portazo.

-Peter: Y no olvides respetar los límites de velocidad— Ella arrancó el coche bruscamente. Peter exhaló una gran bocanada de aire y se dirigió a su vehículo. Luego, apresuradamente se abrió paso entre los coches para no perderla de vista. Al día siguiente hablaría con Nico. Su amigo podía encontrar otro perro guardián para vigilar a su hermana. «Tal vez un gay», pensó sin dejar de recordar el modo en que Lali lo había excitado y se suponía que él tenía que mirarla como a una hermana pequeña.

Los padres de Peter se habían hecho cargo de Nico y Lali cuando los suyos fallecieron en un accidente de carretera hacía ya 13 años. Todavía recordaba la imagen de Lali, una niña de sólo 10 años, triste y desolada, llorando en sus brazos. Pero últimamente y demasiado a menudo, le costaba gran esfuerzo pensar en ella como aquella dulce muchachita que fue casi una hermana para él.

Una cosa, era la relación entre ellos cuando ella tenía 10 años y él 16. Pero en la actualidad, bueno, era una historia diferente. Las razones que lo llevaban a no perder de vista a Lali distaban mucho de ser fraternales, por mucho que él lo intentara.

Nico lo mataría si sospechaba que Peter pensaba en Lali como una mujer apetecible.

Peter vio cómo Lali se saltaba la luz roja del semáforo. Lo dejó esperando que el semáforo se pusiera en verde.

-Peter: Maldición de mujer —murmuró sacudiendo lentamente la cabeza, pero sin dejar de sonreír al ver que los faros traseros del coche desaparecían en medio del tráfico— Me va a matar.

Una sedosa melena castaña. Sensuales labios abultados. Pechos firmes y llenos. Peter tuvo que acomodarse la bragueta de los tejanos como tenía que hacerlo cada vez que la veía últimamente.

Unas cuantas manzanas más lejos, al fin pudo dar alcance al coche de Lali. Cinco minutos más tarde, la vio salir del vehículo como una tromba y entrar en su casa. Tras unos segundos, observó que se encendían las luces en el interior de la vivienda.

-Peter: Me vas a volver loco —murmuró al tiempo que se dirigía al Club de Ganaderos— Aunque muy a gusto por mi parte.

Necesitaba una copa. Y al día siguiente iría a ver a Nico. Necesitaba mirarlo directo a los ojos y recordar que la mujer que originaba sus fantasías sexuales era la hermana pequeña de su mejor amigo.

La pequeña hermana virgen.

La sangre se agolpó en sus mejillas y en otras partes del cuerpo que no debían tener ninguna relación con Lali.

Peter sabía que tras la muerte de los padres, Nico había tomado la responsabilidad de proteger a su hermana. Habían pasado muchos años pero no había modificado su conducta, y estaba claro que si fuera por Nico, Lali moriría solterona.

De acuerdo, tendría que dejar de pensar en ella de ese modo. Y al día siguiente debía preparar una excusa para convencer a Nico de que ya no podía seguir pendiente de su hermana.

Continuará…


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Hoy dejo un capítulo más largo ^-^ 
Tengo una pregunta: ¿Qué les parecería que subiera capitulos más largos para terminar la nove más rápido y así comenzar otra, y otra?...  :O
-Super Amigacha te quierooo muchooo!!... me encantó el dibujooo!... SOS LO MÁS :P
-Danú Gracias por seguir leyendo y comentando en flog!... te quierooooo hermosa :D
Y  Gaby que me pidió que subiera la anterior novela, claro que puedo hacerlo... voy a subirla el siguiente finde...
MUCHAS GRACIAS por las firmitas y que todos tengan un buen domingoooo!...
Besotes a todass
Danii