Lali no podía creerlo. Al día siguiente, Teo la había
vuelto a llamar para invitarla a cenar aquella misma noche. Su tono decidido
era excitante y adulador y ella aceptó de buena gana.
Se puso un perfume muy fino y sensual que le había regalado
su amiga Candela hacía un par de meses, para Navidad. En un impulso atrevido
roció un poco sobre los pechos y luego se miró al espejo. El vestido nuevo era
negro, corto, con el corpiño ceñido y un profundo escote.
Resistiéndose al deseo de que el ruedo estuviera un
poquito más cerca de las rodillas y el generoso escote cuadrado un poquito más
cerca de la barbilla, se calzó unos zapatos italianos de piel con finas tiras y
altos tacones.
Lali intentó borrar de su mente la reacción de Peter si
la hubiera visto vestida de ese modo. Posiblemente le habría dicho que se
pusiera un jersey. Bueno, esa noche no se trataba de complacer a Peter. Esa iba
a ser su gran noche. De Teo y suya. Candela era la única que estaba enterada de
su cita.
Tras aplicarse un toque de carmín rojo en los labios, a
juego con el color de las uñas, recogió el abrigo y se encaminó a la puerta. No
tenía intención de hacer esperar a Teo. A causa del exceso de trabajo, el
doctor no podría ir a recogerla y la había citado en el mismo Claire’s.
Quería impresionarlo. Y si con ese aspecto no lo hacía,
ignoraba de qué otro modo podría conseguirlo. Y cuando la vocecita en el fondo
de la mente intentó decirle que tal vez cometía un error, que tal vez iba
demasiado rápido, decididamente la ignoró. Ya era una mujer y siempre había
sabido juzgar el carácter de las personas. Y el de Teo Gorki era bueno. Y
también su sonrisa. Desde luego que no era Peter, pero él no estaba interesado
en ella y Teo sí que lo estaba.
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Lali pensó que el vino era perfecto, las velas muy románticas
y Teo... francamente volcado en ella. Entonces, le sonrió por sobre la mesa.
-Teo: ¿Te he dije lo maravillosa
que estás esta noche? —preguntó al tiempo que su mirada volaba del rostro de la
joven al pronunciado escote y otra vez a su rostro.
Mientras intentaba asegurarse de que las ardientes
miradas la hacían parecer deseable y no un poco inquieta, Lali parpadeó por
encima de la copa de cristal.
-Lali: Dos veces. Y francamente no se me ocurre una razón
para que dejes de hacerlo.
El doctor emitió una risita profunda y sensual al tiempo
que alzaba su copa.
-Teo: Por el comienzo de una hermosa... amistad —brindó
intencionadamente.
-Lali: Sí —dijo ella ignorando sus nervios mientras
chocaban las copas— Por un buen comienzo.
--
En ese momento, Peter se sintió como un canalla.
—¿Queres decirme a qué obedece
esta invitación?— Sentado tras el volante de su Lexus negro, Peter sonrió a su
amiga Candela Vetrano. La bibliotecaria y profesora de arte dramático, con
cuerpo de modelo, era toda una belleza que aún no se enteraba de ello ni del
modo de utilizar si intelecto para intrigar al sexo opuesto.
Ambos habían sido compañeros desde la escuela elemental.
Él siempre fue el payaso de la clase y ella la lumbrera que había sufrido mucho
a causa de su inteligencia y de su constitución delgada; Peter solía pelear a
puñetazos con Josh, el torito de la clase, cada vez que la llamaba «doña
sabionda». Más tarde se convirtieron en grandes amigos, tras un fracasado
intento de idilio en que ambos concluyeron que la única química que había entre
ellos eran los apuntes que Cande le pasaba para que pudiera aprobar el examen
final de dicha asignatura. Ella siempre recurría a Peter cuando se encontraba
en un apuro y él hacía lo mismo.
Sin embargo, esa noche Peter la estaba utilizando. Y si
eso no lo convertía en un canalla, sí sus planes para estropear la cita de Lali.
-Peter: ¿Y por qué? —preguntó
evasivamente mientras estacionaba el coche que no se había resistido a comprar
el mes anterior. Siempre decía que nunca se tiene demasiados caballos o
demasiados caballos de fuerza— ¿Es que un viejo amigo no puede invitar a cenar
a una vieja amiga sin que haya una razón especial?
-Cande: Supongo que sí —contestó con una mirada recelosa
mientras él la conducía a la entrada del restaurante— Pero, ¿no es una
coincidencia que después de haber dicho que tenías que ir directo a tu casa,
tras tu reunión en el banco, repentinamente se te ocurriera decir que te morías
de ganas de tomar uno de los exquisitos filetes que preparan en el Claire’s? ¿Y
justo después de haberte contado que Lali vendría a cenar aquí con el doctor
Gorki?
-Peter: Sí, bueno —se aclaró el nudo de culpa que se le
había alojado en la garganta y forzó una sonrisa— Pero un tipo también necesita
comer.
-Cande: Vaya, vaya —se limitó a comentar al tiempo que le
lanzaba una mirada suspicaz. Afortunadamente, el maître ya los escoltaba a una
mesa con mantel de lino, bujías borgoñas y resplandeciente cristalería
austríaca.
En el momento en que Peter descubrió a Lali y Teo
sentados a una discreta mesa en una esquina del comedor, el elegante entorno
desapareció de su vista. Y sólo tuvo ojos para Lali.
Continuará…
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En la noche subo otro besossss ^__^
ajaja el amor! ajajaj me encanto el cap! maas nooove! Besos! y como siempre quiero Laliter! jajaa
ResponderEliminarMe encanto
ResponderEliminarEspero el proximo
besosss @leti2311
màs noveeeeeee
ResponderEliminarahhhhhhhhhhhh mas noveeeeeee!!! Perdon por no firmar en los anteriores esque no pude leer!! besotesss :)
ResponderEliminarPD: ME ENCANTA TU NOVEE!!!
mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarhay dios peter queire evitarlo a toda costa y lali se va a enojar mucho y con los 2 por uqe cande no hizo nada por evitarlo
ResponderEliminarsi que Peter tiene el próximo movimiento recontra pensado hasta antes de que a Lali se le ocurra jjajaaja
ResponderEliminarMAS NOVE!!! igual antes era que malo Peter ahora mas vale que haga algo para que Teo/Benjamín no haga nada con Lali
Besos ;)