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jueves, 26 de julio de 2012

Capítulo 5



La iglesia católica de San Sebastián parecía un pequeño castillo plantado en mitad de la zona rural de Carolina del Sur.
 Era una construcción de ladrillo gris desgastado por el tiempo, y tenía unas ventanas emplomadas que brillaban a la luz de la mañana. En el porche de la entrada principal había macetones cuajados de petunias blancas, rojas y moradas, y el patio estaba lleno de viejos magnolios que sombreaban el césped recién cortado. La puerta doble de la iglesia estaba abierta para darle la bienvenida a cualquiera que necesitara entrar a rezar. Sin embargo, Lali pasó por delante de la iglesia y la rodeó. Apagó el motor junto a la puerta de la rectoría y salió a la humedad sofocante del verano. Lali apenas notó la bofetada de calor. Había crecido en el sur, y estaba acostumbrada a aquellas temperaturas.

Además, si hubiera querido evitar el calor, podría haberse quedado en el esplendor del aire acondicionado de su oficina y haber enviado a uno de sus mecánicos a entregarle el coche al padre Camilo. Sin embargo, Lali quería hablar con el hermano mayor de Peter.

Desde que había tenido aquella conversación tan reveladora con Peter el día anterior, Lali había estado furiosa.

Además, no había dejado de pensar. Y aquélla era una combinación inflamable. No había podido pegar ojo en toda la noche, dividida entre el insulto y la ira, y ni siquiera en aquel momento estaba segura de cuál de las dos emociones era más fuerte. Había pensado que quizá hablando con Camilo consiguiera calmarse. Sin embargo, una vez que había llegado a la iglesia, no tenía idea de qué podía decirle al hombre.

Llamó a la puerta, y casi inmediatamente abrió el ama de llaves, una mujer mayor de pelo rojizo y canoso, los ojos verdes de mirada penetrante y la boca fruncida a perpetuidad.

—Señorita Espósito.

—Lali: Hola, señora Hannigan —dijo, sin hacer caso de la fría bienvenida. Aquella mujer era el estereotipo del ama de llaves de una novela gótica, así que no se lo tomó personalmente—. He traído el coche del padre Camilo. Sólo quería darle las llaves y la factura.

—Está en la biblioteca —respondió el ama de llaves, mientras se daba la vuelta y se encaminaba hacia la cocina—. Pase. Les llevaré el té.

—Lali: No se moleste... —dijo, horrorizada, todo lo rápidamente que pudo.

Todo el mundo sabía en Baywater que lo mejor era rechazar el té de la señora Hannigan. Pero ya era demasiado tarde. El ama de llaves hizo caso omiso de las palabras de Lali y se alejó por el pasillo. Y Lali supo que tendría que beberse el peor té del mundo sólo por ser amable.

Refunfuñando para sí misma, recorrió el vestíbulo, abrió la puerta de la biblioteca y se quedó inmóvil, esperando a que el cura se diera cuenta de que ella estaba allí.

El padre Camilo Lanzani no tardó demasiado en hacerlo. Dejó su libro a un lado, se levantó de la butaca y le sonrió, y entonces, Lali tuvo que recordarse de que era un sacerdote dedicado a su vocación. Tal y como, seguramente, tendrían que hacer todas las mujeres cuando estaban cara a cara con Camilo.

Era tan alto como sus hermanos e igualmente guapo. Tenía el pelo castaño, un poco más claro que los trillizos, ondulado y espeso, y los ojos marrones, rodeados por unas pestañas largas y oscuras que cualquier mujer envidiaría. Su boca generosa estaba generalmente curvada en una sonrisa que hacía que la gente se relajara al instante, y aquel día no fue una excepción.

—Camilo: ¡Lali! Supongo que tu llegada significa que has sido capaz de salvar mi coche otra vez, ¿verdad? —le preguntó él. Se acercó a ella y le puso un brazo sobre los hombros para guiarla hacia una butaca que había junto a la chimenea.

—Lali: Lo he traído del más allá otra vez, Camilo —respondió ella, mientras le tendía la factura y se sentaba—. Pero no le queda mucho tiempo. Vas a tener que comprar otro.
Él sonrió. Después miró la factura e hizo un gesto de dolor.

—Camilo: Lo sé. Pero siempre hay usos más importantes para el dinero. Y Peter me ha prometido que me revisaría todo el motor cuando pudiera, así que voy a esperarlo.

Peter.

Justo el hombre del que ella quería hablar. Sin embargo, no sabía qué decir. ¿Cómo iba a explicarle a un sacerdote que quería matar a su hermano?
—Camilo: ¿Ocurre algo? —le preguntó, mientras se sentaba frente a ella.

—Lali: ¿Por qué me lo preguntas?
Camilo sonrió de nuevo.

—Camilo: Porque en cuanto he mencionado el nombre de Peter has empezado a echar chispas por los ojos.

—Lali: Supongo que el póquer no es mi juego, ¿no?

—Camilo: No —respondió —. Bueno, ¿quieres hablar de ello, o no?

Lali abrió la boca, pero en aquel mismo momento entró la señora Hannigan con la bandeja del té. La dejó sobre una mesa y salió de la habitación con precisión militar después de que Camilo se lo agradeciera con toda sinceridad.
—Camilo: Tenemos que bebérnoslo —dijo el sacerdote con un suspiro mientras alargaba el brazo para tomar la jarra y servir el líquido turbio en los vasos llenos de hielo.

—Lali: Lo sé —respondió con una mueca.

—Camilo: Es una buena mujer —dijo —. Aunque no entiendo por qué nunca ha conseguido asimilar el concepto del té.

Lali decidió que lo mejor sería terminar cuanto antes con aquello. Se lo tomó a grandes tragos antes de que se le pegara en la garganta, dejó el vaso en la bandeja y tosió un poco antes de hablar de nuevo.
—Lali: Bueno, acerca de Peter...

—Camilo: Exacto —Hizo un ligero gesto de repulsión al tragar el té, dejó el vaso en la mesa y se estremeció—. ¿Qué ha hecho?

—Lali: ¿Cómo sabes que ha hecho algo? —le preguntó, intrigada.

—Camilo: Porque algo ha tenido que provocar la mirada furiosa que tienes, Lali.

—Lali: Sí, es cierto. Sí ha hecho algo. Bueno, más bien ha dicho algo que me enfadó tanto, Camilo, que estuve a punto de darle un puñetazo. Sin embargo, después pensé que ni siquiera iba a entender por qué le pegaba, y eso me enfadó aún más, lo cual me pareció increíble, porque nunca había estado tan enfadada en mi vida. Y él ni siquiera se enteró.

Mientras hablaba, se había levantado y estaba caminando en círculos. Camilo la seguía con la mirada, intentando entender lo que le estaba contando.
—Camilo: Entonces, ¿también me odiarías a mí si te dijera que no tengo la menor idea sobre eso de lo que me estás hablando?

Lali dejó escapar un suspiro de frustración y se detuvo frente a la ventana que daba al jardín delantero. El olor de las magnolias se mezclaba con el de limón del líquido con el que la señora Hannigan limpiaba los muebles. Fuera, una brisa ligera agitaba las hojas de los árboles, y un par de niños, ajenos al calor, pasaron corriendo frente a la iglesia cada uno con un bate de béisbol al hombro.

Por fin, ella se volvió hacia Camilo.
—Lali: Peter es un idiota.

—Camilo: Cierto —admitió el cura, con una sonrisa que consiguió suavizar la cólera de Lali—. De hecho, todos mis hermanos son idiotas —continuó Camilo, pero se interrumpió para reflexionar unos segundos, y después añadió—: Bueno, puede que Eliseo haya dejado de serlo. Pero... ¿Peter y Germán? Son idiotas. Sin embargo, en su defensa, tengo que reconocer que últimamente están bajo mucha presión.

—Lali: ¿Te refieres a la apuesta? —le preguntó.

Camilo la miró con sorpresa.
—Camilo: ¿Lo sabes?

—Lali: Creo que es de lo único de lo que ha hablado Peter durante todo éste mes pasado.

—Camilo: ¿De verdad? —preguntó, sonriendo más aún—. Se está volviendo loco, ¿eh?
Lali sonrió también, sin poder evitarlo, pese a la furia que sentía.

—Lali: Estás disfrutando de esto, ¿verdad? Aunque seas cura, sigues siendo un Lanzani.

—Camilo: Me declaro culpable. Y éste Lanzani quiere saber qué hizo Peter para molestarte tanto.

—Lali: Me despreció.

—Camilo: ¿Cómo dices?

—Lali: Me dijo que era uno de sus amigotes y como no me deseaba en absoluto, no había ningún peligro en estar conmigo.

Camilo soltó un gruñido.
—Camilo: Realmente, es un idiota.

—Lali: Sí, ya lo sé —respondió.

Con una punzada de rabia al recordar las palabras de Peter de nuevo, volvió la cabeza y miró de nuevo por la ventana, concentrándose en el tronco del magnolio más cercano. Sólo debería estar enfadada, pero no podía negar que también estaba dolida. Y aquel dolor molesto era lo que más la irritaba. No había dejado que un hombre se acercara lo suficiente a ella como para herirla durante tres años. El hecho de que Peter pudiera hacerlo sin intentarlo tan siquiera la enfurecía.
—Lali: Va a lamentarlo —susurró ella, más como solemne promesa hacia sí misma que hacia Camilo.

—Camilo: ¿Lali?

—Lali: Voy a hacer que pierda esa apuesta, Camilo.

Él suspiró, se levantó y se acercó a ella.
—Camilo: No es que me moleste que la iglesia tenga un tejado nuevo —dijo, cuando se detuvo a su lado—, pero me parece que tengo que prevenirte.

—Lali: ¿Sobre qué? —le preguntó mientras lo miraba de reojo.

Camilo sacudió la cabeza y le dijo suavemente:
—Camilo: Algunas veces, las trampas mejor tendidas pueden volverse contra uno, Lali.

—Lali: No te preocupes, Camilo —le respondió ella firmemente—. No me va a pasar nada.

—Camilo: Ya. Pero Peter y tú llevan mucho tiempo siendo amigos.

—Lali: ¿Y qué?

—Camilo: Pues que no hay un camino muy largo desde la amistad al amor.
Lali se rió y sacudió la cabeza.

—Lali: Perdona que me ría, Camilo, pero no creo que eso sea posible.
En primer lugar, ella no estaba interesada en enamorarse de nadie. Ya lo había intentado una vez, y todavía tenía hematomas emocionales. Y Peter tampoco estaba buscando el amor. Demonios, lo que estaba intentando hacer era evitar a todas las mujeres. Y, claramente, se dijo Lali mientras erguía la espalda, si él estuviera buscando amor, no acudiría a ella. No. No habría ningún peligro.

Sin dejar de reírse suavemente, se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta.
—Lali: Tengo que volver al garaje —le dijo a Camilo—. Y no hace falta que me acerques. Está cerca, y me vendrá bien dar un paseo.

En la puerta, se volvió y miró de nuevo al sacerdote. El padre Camilo la estaba observando con inquietud.
—Lali: No te preocupes. Voy a ayudarte a conseguir el tejado nuevo —le aseguró ella, sonriendo.

—Camilo: Un tejado nuevo no merece la pena a costa de un corazón roto, Lali.
Si hubo algo que le tembló por dentro, Lali no hizo ningún caso. Camilo tenía buenas intenciones, pero no lo entendía. No se trataba de conseguir que Peter la quisiera. Se trataba de conseguir que Peter la deseara, y después, dejarlo plantado.

Se trataba de vengarse.

—Lali: No hay ningún corazón involucrado en esto, Camilo.

Todavía preocupado, Camilo observó cómo se marchaba.
—Camilo: Por tu bien, espero que tengas razón.

Continuará...
_________________________________________

Les dejo cap largo y el último de hoy! 
espero que les guste! gracias por las firmitass!!! ^-^

BESOS Y NOS LEEMOS MAÑANA!!! :D

24 comentarios:

  1. Lina (@Lina_AR12)26 de julio de 2012, 1:16

    Muy bueno,y creo q se la tomó en serio la venganza!Ahora Camilo q poco ortodoxo como cura hacer semejante cosa a sus hnos y encima les hace trampa,JAJA

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  2. Muajajaj la malvada lali al ataqe jeje

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  3. Hay que tener cuidado con las venganzas, eso es verdad! maaas nooove! Besos

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  4. pense que no ibas a subor mas! pero me alegra que lo hayas hecho! Que buena conversación!

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  5. UY ME PERDÍ VARIOS CAPS!!

    Bue ya los recupere! ja!
    Zeus quiero otro!
    Es genial!

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  6. HAHAHAHA esta genial me encanta peter te caz a arrepentír jajajaj mas mas espero q mañana sanas mas :)

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  7. HOLAAAAAAA DANI MI GENIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA MAS NOVELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

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  8. Si claro, por ahora! Van a terminar hasta las manos! eso es seguro!
    Me encanta!
    Muy buena la nove!
    La que se le viene a Peter jajaja
    Eso le pasa por no medir sus palabras!
    besos

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  9. te espero con mas novee!
    esta buenisima!
    esperemos que Peter se arrepienta de sus palabras!
    besooo!

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  10. Hasta el sábado no puedo leer,pero cuando lo haga tendrás el comentario en todos los caps como siempre.

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  11. uh se tomo enserio la venganza
    se viene con todo lali
    beso

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  12. Que buena la nove, me encanta y pues cómo dice Camilo a veces los papeles se vuelven contra uno pero es mejor arriesgar jaja:)
    Masi_ruth

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  13. tiene razon camilo,pero si lali no hace nada no seria una novela jajaja
    maaaaas

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  14. Ya me puse al día con la nove y por cierto me encanta! Sube maaaaaaaaaaaaaaaaas @flordemariia

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  15. waoo es buebisimaa la novee me encanto quiero maas porfis porfis :DD!'

    @maaff_lazaro

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  16. Me podes avisar cuando subas mas nove pr twitter
    @algove95

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  17. Me encanto el capítulo si que haga que pierda la apuesta jaja, àsate por mi novela si puedes http://corazondehielo01.blogspot.com.es/

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  18. ya vas en el quinto y yo sin enterarme jaja bueno es que mire hace un poco pero ya me puse al dia jaja

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  19. me encanta ya quiero cuando lali vuelva loca a peter

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  20. Camilo está disfrutando ,pero sabe k Lali puede salir mal parada,al involucrarse.

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  21. Ay por la forma en que lo dice Lali va a matar a Peter va a ser que muera en vida deseandola... y espero que se enamoren =$ jajaja me encanto! @LuciaVega14

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