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jueves, 23 de agosto de 2012

CAPÍTULO 7



Varias horas después, Lali se unió al desayuno familiar.

—Lali: Tengo buenas noticias para todos —informó al grupo con una radiante sonrisa en el rostro—. Parece ser que nuestro paciente va a salir de ésta. Esta madrugada se ha despertado y hemos estado hablando un rato. He ido a ver cómo se encontraba y le he tocado la frente justo antes de venir. Está durmiendo plácidamente y no parece tener fiebre. —«Y tiene hermosos ojos verdes», añadió para sus adentros.
—Grimsley: Son muy buenas noticias, señorita Lali —mientras dejaba en la mesa una gran fuente de huevos revueltos y arenques ahumados.
—Ya lo creo que sí —intervino León, de catorce años—. ¿Crees que sabrá jugar al ajedrez? Mateo juega fatal. —León dirigió a su hermano menor una mirada fulminante.
—¿Crees que le gustarán las meriendas con pastas y té, Lali? —preguntó Aleli, de seis años, con la esperanza brillando en sus ojitos ámbar.
—Por descontado que no —intervino Mateo. Puso los ojos en blanco con toda la aversión masculina de que puede hacer acopio un niño de diez años—. Es un hombre, no una...
—Lali: Ya basta, Mateo —le regañó con un tono que hizo callar al niño inmediatamente. Se giró hacia Aleli y acarició los rizos de la pequeña—. Estoy segura de que le encantará tomar el té contigo.
Mateo y León resoplaron disgustados. Aleli sonrió alegremente.

Winston entró en el comedor con ropa de trabajo. A petición de Lali, tanto él como Grimsley comían en el comedor con el resto de la familia. En casa de los Espósito nadie estaba para formalismos, y los dos sirvientes eran como dos miembros más de la familia.

—Lali: Buenos días, Winston. Tengo buenas noticias. El hombre se ha despertado y le ha bajado la fiebre.
Winston negó repetidamente con la cabeza y señaló a Lali con su recio dedo acusador.
—Winston: ¡Que me encadenen a la regala y me golpeen con el sextante! Hay que tener cuidado con quién mete uno en casa. Espero que no sea ningún asesino, señorita Lali. Lo arrastramos hasta aquí, le salvamos su miserable vida y ahora tenemos que rezar para que no sea un criminal que nos pueda matar mientras durmamos. Parece despiadado, ya lo creo que lo parece. He visto suficiente mundo con su padre, que en paz descanse, para reconocer a un canalla en cuanto lo veo. Lo mataré con mis propias manos. Le...
—Lali: Estoy segura de que no será necesario —interrumpió sin apenas poder contener la risa—. Parece un hombre muy agradable.
—Cande: ¿Te ha dicho algo, Lali?
—Lali: Sólo ha dicho unas pocas palabras. Tenía mucho dolor, de modo que le di un poco de láudano. Tal vez se encuentre mejor conforme vaya avanzando la mañana.
Tía Julia levantó súbitamente la cabeza y miró hacia arriba, con una expresión de confusión en el rostro.
—Julia: ¿Cabaña? ¿Para qué queremos una cabaña?

Lali se mordió la cara interna de los pómulos para contener la risa. Tía Julia siempre estaba absorta en el libro que estaba leyendo o en su labor de punto. Con la atención fija en su última novela o labor, y siendo un poco sorda, raramente podía seguir una conversación entera.
—Cande: No, nadie va a construir ninguna cabaña, tía Julia —contestó en lugar de su hermana levantando la voz—. Esperamos que el herido mejore durante esta mañana.

Tía Julia asintió, con la comprensión reflejándose en sus ojos.
—Julia: Bueno, eso espero. La pobre Lali ha cuidado a ese hombre hasta la extenuación. Recuperarse por completo es lo mínimo que puede hacer él. Y me alegra oír que no vamos a construir ninguna cabaña. No la necesitamos para nada. Ya tenemos bastante con la casa, el establo y el corral.

Todos los días, después de desayunar, el grupo recogía la mesa y luego cada uno se dedicaba a sus obligaciones. Todo el mundo se ponía manos a la obra para ayudar en las tareas domésticas.

Haciendo caso omiso de las protestas de León y Mateo, Lali reunió a toda la familia para encargarle a cada uno la tarea de aquel día. A los chicos les tocaba sacudir las alfombras de sus dormitorios, una tarea que odiaban, aduciendo que era cosa de mujeres. Sin inmutarse, Lali los mandó afuera. A Cande le tocaba sacar el polvo, y a tía Julia zurcir ropa. Aleli iría a recoger los huevos al gallinero mientras Winston reparaba el tejado. Y Lali trabajaría en el jardín con Grimsley en cuanto comprobara cómo se encontraba Peter.

Lali fue a coger la cesta de los huevos para entregársela a Aleli.
—Lali: ¿Has visto a Aleli? —le preguntó a Cande.
—Cande: No durante los últimos minutos. Probablemente ya está de camino al corral.
—Lali: Se ha olvidado de coger la cesta —dijo con un suspiro. Fue hasta la puerta principal, salió al exterior y cruzó el césped. Cuando llegó al corral, asomó la cabeza y miró dentro.
—Lali: ¿Aleli? ¿Dónde estás? Te has olvidado de coger la cesta. —Sólo obtuvo el silencio como respuesta. Miró alrededor, sin ver ni rastro de su hermana pequeña.

«Y ahora, ¿dónde puede haberse metido esta niña?»

_____


Peter abrió lentamente los ojos con un gran esfuerzo, parpadeando ante la fuerte luz solar que se colaba por la ventana. En silencio, repasó mentalmente su anatomía y constató, para su alivio, que se encontraba mejor que la última vez que se había despertado. Le seguían doliendo la cabeza y el brazo, pero el dolor sordo que le paralizaba todos los huesos del cuerpo se había esfumado.

Giró la cabeza y se encontró mirando fijamente a una niña pequeña de cabello castaño que estaba sentada en el sofá. Recordaba vividamente a la joven que había visto la última vez que se había despertado, y aquella niña era un duplicado en miniatura de ella.

Los mismos rizos relucientes, los mismos llamativos ojos de color ámbar. Era obvio que eran madre e hija.
La niña apretaba una vieja y desgastada muñeca entre sus rollizos bracitos y estudiaba a Peter, con el rostro iluminado por una ávida curiosidad.

—Hola —le dijo con una sonrisa—. Por fin se ha despertado.
Peter se humedeció los resecos labios con la punta de la lengua.
—Peter: Hola —le contestó con voz ronca.
—Me llamo Aleli —dijo la niña, balanceando las piernas adelante y atrás como un péndulo—. Y usted se llama Peter.
La pequeña le enseñó su muñeca.
—Aleli: Le presento a la señorita Josephine Chilton-Jones. Puede llamarla señorita Josephine, pero no la llame nunca Josie. A ella no le gusta, y no se deben hacer cosas que no le gustan a la gente.
Peter, sin saber si la pequeña esperaba una respuesta, se limitó a volver a asentir con la cabeza. Al parecer, su respuesta agradó a la niña, porque volvió a estrechar a la muñeca entre sus brazos y siguió hablando.
—Aleli: Estaba muy grave. Los mayores se turnaron para cuidarle, pero a mí no me dejaron. Todo el mundo dice que soy demasiado pequeña, pero eso no es verdad. —Se inclinó hacia delante—. Tengo seis años, ¿sabe? De hecho, estoy apunto de cumplir siete. —Después de facilitarle esta información, se recostó en el respaldo del sofá y volvió a balancear las piernas.

En vista de la mirada expectante de la niña, Peter llegó a la conclusión de que la pequeña quería que le dijera algo. Se rompió la cabeza intentando pensar en algo que decirle, pero se le había quedado la mente en blanco. La última vez que había mantenido una conversación con un niño él debía de ser también un niño.
—Peter: ¿Dónde está tu madre? —le preguntó por fin.
—Aleli: Mi mamá está muerta.
—Peter: ¿Muerta? Pero... si la vi ayer por la noche —susurró visiblemente confundido.
—Aleli: Ésa era Lali. Es mi hermana, pero me cuida como si fuera una mamá. Nos cuida a todos. A mí, a Cande, a León, a Mateo, a tía Julia, a Grimsley, a Winston y hasta a Pierre. Ah, y también a los perros y la gata. Mamá está muerta.
—Peter: ¿Dónde está tu padre?
—Aleli: Papá también está muerto, pero tenemos a Lali. Yo quiero mucho a Lali. Todo el mundo la quiere. Tú también la querrás —predijo la pequeña asintiendo solemnemente.
—Peter: Ya entiendo —dijo aunque no entendía nada. ¿Aquella joven cuidaba de toda aquella gente? ¿La única adulta? No, la niña había mencionado a una tía, ¿no?—. ¿Tienes una tía?
Aleli asintió, y el gesto hizo rebotar sus brillantes rizos.
—Aleli: Oh, sí, tía Julia. Es hermana de papá, y vino a vivir con nosotros cuando él murió. Se parece mucho a papá, pero ella no tiene barba, sólo un bigote muy pequeño. Tienes que sentarte en su falda para verlo. Está bastante sorda, ¿sabe?, pero huele a flores y me cuenta cuentos divertidos.
Sin hacer ninguna pausa para respirar, la niña prosiguió:
—Lali: Y luego está mi hermana Cande. Es muy guapa y viene a casi todas las meriendas que organizo. León y Mateo son mis hermanos. —Hizo una mueca de disgusto—. Supongo que son simpáticos, pero siempre se están metiendo conmigo y eso no me gusta.
—Peter: ¿Y quiénes son los demás... Winslow, Grimsdale y Pierre?
A Aleli se le escapó una risita.
—Aleli: Querrá decir Winston, Grimsley y Pierre. Antes eran marineros, igual que papá, pero ahora viven con nosotros. Pierre es el cocinero. Es muy refunfuñón, pero hace pasteles que están para chuparse los dedos. Winston arregla las cosas que se estropean en casa. —Se acercó más a Peter y se inclinó hacia delante, de una forma claramente conspiradora—. Tiene tatuajes por todo el cuerpo y los brazos muy peludos y dice las palabras más feas que se pueda imaginar, como «vete al asqueroso infierno», y dice que Grimsley es «una patada en el trasero».

Peter se quedó mudo. Miró aquellos perfectos y diminutos labios que acababan de decir «vete al asqueroso infierno» y «trasero » y notó que se contraían sus propios labios.
—Peter: ¿Y quién es Grimsley?
—Aleli: Es nuestro mayordomo. Le crujen las rodillas cuando se mueve y siempre está perdiendo las gafas. Él y Winston estaban con Lali cuando ella le rescató. Le trajeron a casa y Lali le ha estado cuidando desde entonces. Estaba muy grave —dijo con un inequívoco tono de reprimenda—. Estoy contenta de que ahora se encuentre mejor porque así Lali podrá descansar. Está muy cansada y lleva una semana entera sin venir a mis meriendas. —Aleli miró a Peter con curiosidad—. ¿Le gustaría venir a mi próxima merienda? La señorita Josephine y yo servimos los mejores bollitos de todo Halstead.

Antes de que a Peter se le ocurriera una respuesta adecuada, la puerta se abrió de par en par y Lali entró a toda prisa en la habitación.
—Lali: ¡Aleli! —Arrodillándose delante del sofá, Lali abrazó a la pequeña y la atrajo hacia sí—. ¿Qué estás haciendo aquí? Te he estado buscando por todas partes.
—Aleli: Estaba invitando a Peter a mi próxima merienda.
Lali se giró hacia la cama con el rostro iluminado por una tierna sonrisa.
—Lali: ¿Cómo se encuentra esta mañana, Peter?
—Peter: Mejor. Hambriento.
Estampando un breve beso en los relucientes rizos de Aleli, Lali se liberó de los pegajosos brazos de la pequeña y se acercó a la cama. Puso la palma de la mano en la frente de Peter y se amplió su sonrisa.
—Lali: Ya no tiene fiebre. Me desharé de este bichito y volveré enseguida con su desayuno. Ven conmigo, Aleli —instó a la niña dándole un golpecito en la mano—. Las gallinas te están esperando. Te echan terriblemente de menos.
Aleli saltó del sofá y dio unos pasos hacia la cama. Se inclinó hacia delante hasta que su boca estuvo a la altura de la oreja de Peter.
—Aleli: Las gallinas me echan de menos porque yo no les llamo «asquerosos y malolientes pajarracos», como Winston —le susurró al oído. Se enderezó y asintió, dirigiendo a Peter una mirada de complicidad. Luego le dio la mano a Lali y dejó que ésta la guiara fuera de la alcoba.

Continuará...
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Hola! ^-^
les dejo el cap de hoy!... 

21 comentarios:

  1. jejejeje
    aleli como siempre unica
    massssssssssssssssss
    ke hara peter kon su angel???
    regresara o no???'
    masssssssssss
    noveeeeeeeeeee
    =)

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  2. que tierna Aleli... puede que tenga un papel importante el la futura relacion de Lali y Peter? jajajaja más más!

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  3. mas mas mas poooorfavor puedes puedes PUEDES?!mori de amor con Aleli atte. Chikis

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  4. por fín!!!pero tus noves siempre valen la espera!!!
    y mañana todas tenemos un día más que especial, el cumple del más hermoso del universo...
    más nove

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  5. Mas tierna Aleli!
    Mas Novee
    @sarapinyana

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  6. Me encantó Alelí y todo lo q dijo de Lali!Por suerte Peter ya esta bien!Ahora a leer lo q se viene!

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  7. no dale danii subi otro mas dale k ya desperto y la intigra me mata ajajjaj mas novelaaaaaaaa

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  8. Jajajaja re graciosa alelí ajajajajaja me encanto y peter creía q era la hija ....subí otro dale mas mas mS

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  9. hay que lindo me encanta aleli toda informandole a peter cosita :Py peter pobre niqeu decirle ajja me encanto que aleli le decia cosas complices jaja :P y lali en el desayuno masss

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  10. Jajajaj,más tierna aleli,jajajaj,masmasmasmasmasmasmasmasmas,seguila,me ENCANTA,besos

    Beth

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  11. Que amor Aleli, espero el proximo :)

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  12. masssssssssss es hermosa la nove.Y aleli ah invitado peter a unas de sus meriendas con la señorita josephin esperemos peter pueda asistir xD seguila esta re buena

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  13. K joya Aleli!!,le dió toda la información a Peter,ahora el sabe todo lo k Lali hizo x el ,y lo buena k es Lali.Peter k pensaba k Aleli era la hija d Lali.

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  14. mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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  15. se que no soy una comentaria asidua en el blog :$ jajajaja pero 1 me gusta mucho la nove y 2 AME el banner!!!!!!! Bueno en general tienes una facilidad para decorar el blog que me puede! Nada eso Danii, te felicitoooo!

    Besos y nos estamos leyendo!

    @caparatodos

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