Capítulo VEINTISIETE

Lali apoyó la taza de porcelana sobre la mesa de madera de caoba y, al hacerlo, aquel pequeño sonido le pareció como un trueno. Si ponía la suficiente atención, seguramente también podría escuchar el latido de su corazón. Todo estaba demasiado tranquilo. Demasiado aislado, solitario.

En definitiva, vacío.

Pero al menos no sería por mucho tiempo.

Las dos últimas semanas le habían parecido una eternidad. Al regresar a casa, había intentado retomar su anterior vida, su ritmo habitual. Pero no había podido. Ya nada era lo mismo porque ella no era la misma.

Había cambiado y, aunque quisiera, ya no había marcha atrás.

Pero si todo iba como planeaba en unas semanas ya no tendría que soportar más.

Cuando el timbre sonó, Lali corrió a abrir la puerta. Sus calcetines se deslizaban por la brillante superficie del suelo de mármol. Estuvo a punto de caerse. Sonriendo, abrió la puerta y se quedó atónita.

Peter dio un paso al frente, cerró la puerta y la abrazó.

Presa contra su pecho, pudo oír el estrepitoso latido de su corazón. Jamás había sentido algo más maravilloso en toda su vida. Estar en sus brazos le hacía sentir que todo estaba de nuevo en armonía, como debía de ser.

-Lali: Peter -fue capaz de decir-. ¿Qué estas...?

-Peter: Mantente en silencio un momento, ¿de acuerdo? -le dijo separándose de ella para poder contemplarla. Sus ojos la miraban con tal intensidad que Lali sentía que el corazón le ardía-. ¡Dios! Estás preciosa.

Ella sonrió. Hubiera dicho algo, pero él no le dio la oportunidad.

-Peter: He venido a decirte algo importante -tomó aire y se lo soltó-. Te amo, Lali y quiero que me correspondas.

-Lali: Peter...

-Peter: Mira -continuó-. Sé por lo que has estado protegiendo tu corazón durante tanto tiempo y lo entiendo. Sé que sufriste una pérdida muy grande.

Los ojos se le llenaron de lágrimas, pero intentó contenerlas.

-Peter: Pero no puedes continuar haciéndolo toda tu vida, La. Esa es la conclusión a la que he llegado. Mira, yo mismo arriesgo mi vida cada día. Antes, nunca me había preocupado porque, realmente, no tenía nada que perder. Bueno, pues ahora sí lo hago. Sigo corriendo riesgos porque ése es mi trabajo y es un riesgo que merece la pena correr, al igual que amarte.

Su corazón amenazaba con estallar de júbilo.

-Lali: Peter, yo...

-Peter: No soy el mismo hombre que era cuando te conocí -sus ojos estaban llenos de emoción-. Has cambiado mi vida, la forma de enfrentarme a mi trabajo. Has llenado mi corazón. No quiero levantarme ni una sola mañana más sin estar a tu lado. Te necesito, La, y espero que tú también me necesites.

-Lali: Peter...

-Peter: Sé que el amor, el matrimonio y todo lo demás es un gran reto, pero me gustaría que lo afrontáramos juntos. ¿Qué te parece, Lali? ¿Crees que podrás amarme y casarte conmigo?

Peter apoyó los dedos fuertemente sobre sus brazos y ella lo agradeció. Si no, se hubiera derretido a sus pies dejando un buen charco.

Dedicándole una sonrisa, le dijo:

-Lali: Sí, te quiero. Y sí, me casaré contigo. Hoy mismo, mañana. Cuando quieras. Porque yo tampoco soy la misma. Tú me has cambiado, me has colmado de felicidad cuando creí que ya no sería capaz de sentir algo semejante otra vez. Estas dos últimas semanas sin ti, han sido horribles. Me he sentido tan sola...

-Peter: Gracias a Dios -murmuró estrechándola contra él de nuevo. Inclinando la cabeza, respiró la dulce fragancia que ella despedía. Por primera vez desde que se había marchado, Peter sintió que su corazón volvía a latir.

-Lali: Además, hay algo que deberías saber -susurró ella mientras él se apartaba de ella y la miraba expectante. -Estoy embarazada.

Sorprendido, pestañeó.

-Peter: Pero me dijiste que tomabas la píldora...

Ella sonrió y se encogió de hombros.

-Lali: Al parecer, no son cien por cien efectivas.

-Peter: Sí, pero yo...

-Lali: Iba a ir a verte para decírtelo, Peter. Mañana vendrá el agente inmobiliario para hacer inventario del piso.

-Peter: ¿Ibas a volver conmigo? -le preguntó sonriente.

-Lali: Sí -dijo ella suavemente-. Iba a encontrar la manera de hacer que me quisieras.

-Peter: La -dijo él tomando aire y sonriendo de esa forma que revelaba su hoyuelo-. Ya lo has hecho.

Volvió a abrazarla y respiró el perfume de su pelo.

-Peter: ¿Voy a ser papá?

-Lali: Vamos a ser papás. ¿Estás feliz?

-Peter: Asustado, pero muy feliz. ¿Tú estás bien? Quiero decir, ¿después de lo de Eric? ¿No estás asustada?

Ella se acurrucó contra él y todos sus miedos se disiparon al sentir el amor que él le mostraba. Había tenido miedo. Cuando el test de embarazo dio positivo, el miedo se apoderó de ella. Sin embargo, se dio cuenta de que si amar a Eric le impedía amar a otro bebé, entonces se estaba traicionando a sí misma y a la memoria de su hijo.

-Lali: Sí -admitió-. Estoy un poco asustada, pero también estoy viva, Peter. Por primera vez en mucho tiempo, me siento realmente viva. -Inclinó la cabeza hacia atrás y lo miró.-Quiero amarte, Peter. Reírme y discutir contigo. Crear una familia juntos.

Él le cubrió el rostro con sus manos y le sonrió.

-Peter: Nunca te arrepentirás de haberme brindado esta oportunidad, Lali. Te lo juro.

-Lali: Ninguno de los dos lo hará -le susurró al oído y se inclinó para recibir sus labios.

Continuará...

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Perdón por tardar! 

+15 FIRMAS y epílogo!!! :D