BIENVENID@S - YA PODÉS DESCARGAR EL NUEVO BONUS "El Camino Del Sol" - Twitter @Fics_Laliter - Correo: Ficslaliter123@gmail.com

sábado, 22 de septiembre de 2012

¡¡¡¡CORTO!!!!


Una Boda Perfecta

Un divertido relato de una boda no tan perfecta...


–Siempre supe que ese iba a ser mi momento soñado... No creas, hace dos años que no he vivido para otra cosa.
–¿Dos años? ¿No es demasiado tiempo?
–Depende... No, si se trata de algo tan importante... Algo que has deseado desde niña...Una ilusión que has acariciado durante toda tu adolescencia, y que luego no vez la hora de concretar.
–Siempre fuiste muy cabeza dura.
–Esperaba que el adjetivo fuera “tenaz”.
–Tienes razón: tu cabeza ha sido dura, pero tu tenacidad, inquebrantable.
–Sólo intentaba tener una boda perfecta. Algo que todos pudieran recordar. Un evento del que incluso mis nietos se jactaran.
–Una boda fantástica.
–Extraño adjetivo, viniendo de tu boca.
–Cuido muchos mis adjetivos, y definitivamente ese es el apropiado.
–Como sea, durante estos últimos dos años me he dedicado a planearla. He cuidado hasta el detalle más insignificante.
–Y de seguro hubo muchos.
–¡Muchísimos!... Y uno solo que fallara, podía hacer naufragar todo el resto.
–Y a ti no te gusta viajar en el Titanic...
–Nunca me gustó.
–¡Imagínate! Si algo salía mal, tu boda corría el riesgo de... ser como cualquier otra, y no una boda perfecta.
–Al menos no una como siempre la soñé... He pasado cada domingo de mi niñez, sentada en la sala junto a mi madre, observando los casamientos de los famosos retratados en las revistas, analizando cada detalle a copiar, y tomando nota de todas las fallas.
–Tu madre siempre fue una mujer fantástica.
–¿Insistes con eso?
–Imagino que elegir el vestido no debe haber sido tarea fácil.
–¡Por el contrario! Fue lo más sencillo. Siempre supe que quería llevar el traje de mi bisabuela. Una reliquia familiar de más de cien años. Treinta metros del más fino encaje de Bruselas que te puedas imaginar.
–Mi fuerte no es imaginar encajes.
–Sí... Yo quería ese vestido. Y estaba dispuesta a hacer lo que fuera para que me quedara perfecto. Por eso me operé.
–¿Te operaste?
–Los pechos. Necesitaba una talla extra para llenar el escote.
–Pero no te ves muy distinta.
–Apenas una talla. El cirujano dijo que nunca había operado a nadie por tan poco. El dolor fue terrible, todavía tengo cicatrices, y hasta es probable que haya perdido algo de sensibilidad, pero valió la pena: luego de la cirugía el vestido me quedó perfecto.
–¿No hubiera sido más sensato ajustar la tela?
–¿Y marcar sus costuras? Ya te dije, era una antigüedad.
–Entiendo... Tenía que ser perfecto.
–Sí... Claro que, por desgracia, a pesar de los cuidados de mi madre, el encaje se veía un tanto amarillento. Recorrí toda la ciudad en busca de alguien que pudiera blanquearlo.
–Sé de algunos amigos de tu padre que se dedican a blanquear cosas... pero dudo que se trate de encajes.
–Pocos se especializan en ellos... Como fuera, al fin encontré la persona adecuada, y el vestido estuvo a tiempo.
–¿Y tus pechos?
–También. Por supuesto, contraté a cinco fotógrafos y tres cámaras cinematográficas para que documentaran todo. Pero, ¡horror!, descubrí que el Templo estaba poco iluminado. Pasé más de una semana inventariando focos.
–Lo mínimo imprescindible.
–Mi boda tenía que ser perfecta. Así que hice colocar iluminación extra no sólo en la nave, el altar, y el órgano, sino también en cada rincón olvidado. No quedó sitio a media luz. Sin importar si el santo estaba vigente, o si ya lo habían borrado del santoral, todos resplandecieron como si pudieras contemplarlos en su Gloria.
–Quizás algunos de esos no brillen tanto en la otra vida, así que, bien mirado, creo que tu gesto ha sido de buena voluntad.
–¡Y las flores! Como no había rosas blancas de temporada, las tuve que hacer traer del Brasil. Yo misma comprobé que el embarque se realizara adecuadamente.
–Siempre me asombró tu eficiencia.
–Cada capullo fue envuelto en una funda protectora para que se mantuviera fresco. ¡Y había más de mil!
–¡Cuántos forros! Hiciste bien. No hay nada peor que las cosas que se pudren.
–Pero las luces y las flores no fue el único problema que tuve que afrontar para lograr que la Iglesia resplandeciera.
–Sin mencionar la santidad inexistente de tus invitados...
–Descubrí que la alfombra roja se veía...bordó. Un tono subido, producto de un millón de pisadas.
–Por algún motivo la gente suele tener esa extraña compulsión por pisar las alfombras.
–Estaba segura que aquello iba a arruinar la foto, así que me encargué de comprar quince metros de un terciopelo nuevo.
–¡Y con lo difícil que debe ser conseguir terciopelo!
–¡Me llevó más de tres meses hacerlo! Pero al verlo en el piso, justo una semana antes de la boda, descubrí que también su color era opaco y deslucido.
–Y no era cuestión de que contrastara con el brillo de la novia...
–¡Por supuesto! Entonces tuve una inspiración repentina, y me fui al barrio del Once.
–¡¿Cómo?! ¿Esos barrios de tenderos y comerciantes todavía forman parte de la Capital?
–Allí conseguí un género de mala cantidad, pero que, por contener fibras de plástico, refulgía ante la luz.
–Siempre es bueno que el algo brille, cuando el novio es tan deslucido.
–Una vez resuelto lo de la Iglesia, me avoqué a conseguir un Cardenal para la ceremonia.
–¿Un Cardenal?
–No podía permitir que me casara un simple sacerdote, como a todos los demás.
–Sí, es mejor no recurrir a curas de segunda, cuando se puede pagar por lo mejor.
–Lo creas o no, tuve que realizar más de un año y medio de negociaciones con la Curia para que su calendario coincidiera con la fecha de la boda.
–O hubieras podido cambiar de fecha.
–¡Jamás! Eso ya lo había decidido desde mi infancia: me iba a casar el primer día de la primavera, cuando los pájaros cantan, y el clima es benigno.
–Sí... Los pájaros suelen esperar al veintiuno de septiembre para cantar.
–Pero arreglar los compromisos del Cardenal no fue nada, comparado con lo que tuve que hacer para lograr que la soprano pudiera venir.
–¿La soprano?
–Sí... La Prima Donna de la Scala de Milán. Su agenda estaba completa hasta el año 2017.
–¡Y después dicen que a la gente no le gusta la música!
–Tuve que poner tanto dinero, y mover tantas influencias... ¡Pero finalmente lo logré!
–Sí... Una soprano de la Scala es imprescindible para una buena boda.
–Una boda perfecta. Necesitaba los tonos justos en el Ave María. Quería que, para cuando soltaran las mariposas, todo fuera emocionante.
–¿Mariposas?
–Un sueño hecho realidad... Ciento veinte mariposas multicolores, liberadas justo en el momento en que las puertas de la Iglesia se abrieron para darme paso. ¡Nunca nadie había hecho antes algo así!...
–¿Soltaste mariposas en el templo?
–Sí, en el interior del Templo. No creas, no es nada fácil lograrlo. Sucede que las mariposas viven un tiempo ridículamente corto, así que tuve que recurrir a un grupo de entomólogos para asegurarme que iban a estar allí, en el momento adecuado.
–¿Y nadie antes ha hecho algo así?
–¡Fui la primera!
–No entiendo los motivos de los otros para privarse de semejante privilegio.
–Sí... Fue muy difícil conseguir las mariposas. Pero tampoco fue fácil conseguir las cien palomas.
–¿Cien palomas?
–Cien palomas blancas. Todo el mundo suelta un par de ellas, una vez finalizada la ceremonia. ¡Pero yo quería más!... Quería cien, así que tuve que recurrir a diez criadores.
–No imaginaba que hubiera tantos.
–Son los únicos que se dedican al negocio. Pero necesitaba las palomas para anunciar la fiesta.
–¡Fiesta! Ahora sí que estás hablando...Ninguna boda es perfecta si los invitados no comen.
–¡Y se divierten!... Contraté más de mil fuegos de artificio. Anoche iluminé el cielo de toda la ciudad.
–Un servicio público, ahora que la energía falta.
–Y hasta calculé que pudieran caer algunas gotas, así que hice entoldar todo el pasillo de la entrada principal del salón.
–Muy oportuno, porque cada dos por tres llueve.
–Y también hice poner grandes carpas en el jardín, para guarecernos.
–Cuando se es una bestia, siempre es bueno tener una guarida confortable.
–Y contraté a los tres mejores cocineros de la ciudad. Nadie lo ha hecho antes. Generalmente se recurre sólo a uno, pero yo quería lo mejor. Lo más perfecto. Así que contraté al temperamental Rosignol para que se ocupara de la entrada, a Bernardo Lima, para que preparada el delicioso plato de carne que lo ha hecho famoso en todo el mundo, y a Ignacio López para el postre.
–Divide y reinarás.
–No creas que igual fue fácil... Los ingredientes se comenzaron a acopiar hace ya un mes. Y los tres cocineros han estado encerrados en su lugar de trabajo, abandonando todo lo demás, por más de una semana.
–Deben tener buenas heladeras, para mantener todo fresco.
–¡Todo lo necesario! Fueron muy exigentes con sus demandas.
–Lo menos que se podía esperar, tratándose de una boda perfecta.
–¿Sabes? No quería que fuera como en otras fiestas, en que la gente baila entre plato y plato. Quería que mis invitados disfrutaran con tiempo de cada manjar. Así que primero abriría yo, con un vals, y luego nos sentaríamos a comer, sin interrupciones
–Es bueno tomarse su tiempo para hacer la digestión.
–Luego pensaba cambiarme el vestido, por otro más adecuado para el baile. Cinco kilos de cristales, cuidadosamente pegados en el bordado.
–Sí, es muy adecuado bailar con cinco kilos de cristales encima. Peligroso, pero adecuado. ¿Y no había otro vestido?
–¡Por supuesto! Uno muy sexy para cuando partiera, rumbo a la luna de miel. Tenía planeado que todo el evento concluyera a las siete de la mañana, con un desayuno majestuoso.
–Me parece apropiado. El desayuno es la principal comida del día... ¿Y hasta cuando duró?
–Recién pudimos irnos a la hora del almuerzo.
–Sabia decisión. Si el desayuno es copioso, se necesita tiempo para bajarlo.
–El día de ayer comenzó conforme a lo planeado.
–De seguro tenías un esquema.
–Segundo por segundo. Lo primero fueron las extensiones, a las ocho de la mañana.
–¿Extensiones?
–Medio metro de cabello natural, cuidadosamente adherido a mi cabeza. Necesitaba que una melena larga y ondeada cayera por mi espalda.
–Sí, imagino que todos esos mechones se iban a terminar cayendo, tarde o temprano.
–¡Pero estaban muy bien adheridos! Les llevó ocho horas completas terminar con el último.
–No se me ocurre mejor manera de pasar el tiempo.
–Por desgracia, cuando ya estaba a mitad de camino para ponerme el vestido de mi bisabuela, noté que se me había corrido una parte del esmalte, justo en el dedo índice de la mano izquierda. Como imaginarás, tuve que regresar al salón de belleza.
–Hiciste bien. Uno nunca sabe cuándo va a tener que usar su dedo índice para acusar a alguien.
–¿Podrás creer que la muy idiota que me atendió pretendía retocarlo? Por supuesto, me negué... Le hice limpiar todas mis uñas, y empezar desde cero. No podía arriesgarme a que, si hacía sólo esa, el color de las demás fuera distinto.
–Sí, a nadie le gusta ver un color distinto.
–Por fortuna, para cuando llegué a la modista, el vestido de mi bisabuela estaba perfecto.
–Una gran fortuna. ¡Y sin mencionar la cuenta!
–Pero... El tiempo estaba húmedo... Y no sé si fue por eso, o qué, mis pechos recién operados estaban un tanto... tú sabes.
–Sí, suelen hincharse con la humedad. A mis neumáticos les ocurre lo mismo.
–Y, quizás por esos centímetros extras, al cerrar el último botón, el vestido se rasgó.
–Imagino a tu pobre bisabuela revolcándose en la tumba.
–Pero la modista que había contratado era, gracias al Cielo, una experta en encajes antiguos, así que lo reparó de una forma magistral.
–¡Cuándo se decidirán a poner un Nobel para las modistas!
–Pues esta se lo hubiera merecido. Su trabajo fue perfecto.
–No me imagino menos, sabiendo de la perfección de todo lo otro.
–Me veía gloriosa. Exactamente como lo había soñado.
–¿Para qué despertar, no?
–Pero cuando la limusina se estaba acercando al Templo, tuve la sensación de que algo no estaba saliendo del todo de acuerdo a mis planes.
–¡¿Luego de tomarte tantas molestias, cronometrando cada segundo?!
–Sabes... Un matrimonio perfecto y lujoso como el mío, siempre llama la atención de la gente...
–A la gente le atrae la perfección.
–Asi que, al principio, al ver la multitud agolpada, pensé que se trataba de simples curiosos. Pero a medida que nos acercábamos, me di cuenta que el grupo no era tan heterogéneo como yo había imaginado. Más bien, estaba únicamente conformado por mujeres altísimas, con grandes peinados, formas voluptuosas, y pequeñas minifaldas. Todas ellas agitando unas pancartas...
–Por cómo las describes, no debía ser lo único que agitaban.
–Cuando nos acercamos un poco más, al fin pude leer uno de esos carteles: al parecer, en su última homilía, mi Cardenal había sugerido que, si bien la Iglesia no tenía nada en contra de los homosexuales, no era una mala idea el encerrarlos a todos en una isla, para evitar futuras contaminaciones.
–Sí... El sueño de muchos: una isla repleta de gays... De seguro el mismo Cardenal no veía las horas de visitarla... Digo, para que a la pobre gente no le faltara asistencia espiritual.
–Como te imaginarás, la turba estaba enfurecida. Y bastó que vieran el auto, para que comenzaran a golpear los vidrios con saña.
–¿No rompieron ninguno?
–Ellos no... Pero la policía que vino a reprimirlos destrozó dos. Un sargento me ayudó a sacudir los vidrios de mi vestido y luego se las ingenió para arrastrarme hasta el templo, mientras la multitud pisoteaba los cinco metros de cola.
–Cinco metros es demasiada cola.
–Y ya casi estaba llegando allí, cuando una delas “damas” atrapó mi cabello. Todavía recuerdo su gesto de sorpresa al quedarse con algunas de mis extensiones en la mano.
–Piénsalo por el lado amable: de haber sido tu verdadero cabello, no hubieras podido llegar.
–Por fortuna, tanto la modista como el peinador estaban invitados a la ceremonia.
–Sí... Es imposible pensar en una celebración religiosa sin un buen peinador.
–Y gracias a sus buenos oficios, luego de unos momentos de desazón, de nuevo me veía...
–Perfecta.
–No. Bastante decente. Pero no iba a permitir que la bocota del Cardenal empañara mi boda, ¿no te parece?
–Si, me parece que hay mucha gente que jamás tendría que abrir su bocota.
–Y ahí estaba yo, parada frente a la puerta, junto con los entomólogos, y sus más de cien ejemplares de mariposas, lista para entrar al Templo.
–No hay nada que alegre que unos coloridos gusanos con alas.
–Y fue todo cuestión de que se abriera la pesada estructura de madera, para que, conforme a lo planeado, se fueran encendiendo una a una las lámpara, las luces, y los faroles, consecutivamente, hasta llegar al altar principal.
–Siempre es bueno obtener algo de iluminación.
–Pero, por desgracia, tanta luz produjo un corto circuito. En un segundo, y antes que yo pudiera dar un solo paso, el Templo se quedó a oscuras.
–¡Culpa del gobierno!
–Pero, a pesar de lo ocurrido, los idiotas de los entomólogos no tuvieron mejor idea que seguir con lo planeado, soltando las mariposas.
–Las mariposas son libres.
–La gente, que ya estaba convulsionada por el apagón, y que ignoraba que se fuera a soltar algo, entró en pánico. Horrorizados, podían percibir sus aleteos y su contacto en la oscuridad. Pero sin distinguir que sólo se trataba de unos pobres y bien intencionados insectos, comenzaron un ataque feroz. Como si se tratara de una de las siete plagas bíblicas, saltaban de sus lugares, corriendo por el Templo, confundidos, en medio de alaridos de terror.
–No hay nada más temible que una mariposa.
–Los entomólogos, al ver lo que estaba ocurriendo, comenzaron a gritar, suplicando por la vida de sus protegidas.
–Siempre pensé que dos horas es mucho, cuando la vida se limita a algunas pocas más.
–Por fortuna, en la Iglesia había un pequeño generador, que sirvió para traer algo de luz y calma.
–No para las mariposas.
–Así que, me sobrepuse, y comencé a avanzar por el largo pasillo, asida del brazo de mi padre.
–Raro, porque tu padre no se caracteriza por estar muy dispuesto a darle una mano a nadie, como no sea para hundirlo.
–Y se inició la ceremonia. La soprano, desde las alturas, entonó los primeros acordes del Ave María, mientras el sonido del órgano permitía recuperar parte de la solemnidad perdida.
–No es bueno perder la solemnidad, sobre todo si se trata de una boda perfecta.
–Pero en el preciso instante en que el Cardenal iba a abrir la boca, la muy maldita de la cantante se interrumpió, y comenzó a vociferar consignas a favor de la homosexualidad, de la que resultó ser una feroz militante. Se necesitó la presencia de tres policías de la calle, para desalojarla de allí arriba, adónde ahora permanecía atrincherada. La acción de los oficiales fue rápida, pero un tanto exagerada, provocando que uno de los camarógrafos consignados para documentar la boda, se precipitara en el vacío. Por fortuna, abajo había un pesebre, olvidado allí desde la última navidad. El pobre hombre cayó sobre el heno, salvando con eso su vida... Terminó en brazos de San José, por cierto en una pose medio equívoca, pero sin el menor daño.
–Un mensaje de Dios, sin duda.
–Después de eso, el Cardenal, visiblemente ofuscado, se limitó a recitar algo ininteligible, mientras repartía bendiciones a diestra y siniestra, tratando de terminar lo más rápido posible con el trámite de mi boda perfecta. Cuando, a causa de los nervios, se le cayeron los anillos al padrino, hubo que detenerlo para que no completara la bendición sin ellos.
–Una bendición siempre es buena, sobre todo si se está por el suelo.
–Por el suelo casi acabo yo, con todo y vestido. Sucede que todo el plástico de la maldita alfombra la hacía horriblemente resbalosa, y no había forma de no caer.
–Digamos que patinaste hasta la salida.
–Justamente a la salida ya no quedaban más manifestantes. Así que, uno a uno, los presentes aprovecharon para saludar. Pero quizás debido al pegamento que el peinador tuvo que usar para el retoque de la entrada, para mi horror, más de una señora terminó con una de mis extensiones en la mano.
–Siempre es bueno dar algún souvenir al final de la ceremonia.
–Luego se lanzaron las cien palomas blancas...
–De seguro nadie ha usado tantas...
–Ahora entiendo los motivos para no hacerlo. Verás..., a pesar de ser primavera, el tiempo había cambiado. Un viento fuerte envolvía el atrio. Así que, al salir, las palomas, incapaces de encontrar su rumbo, comenzaron a volar en círculo sobre los invitados.
–Cien palomas son muchas palomas.
–Demasiadas... ¿Recuerdas aquella película que vimos?... ¡Los pájaros!... Bueno, ni remotamente fue tan atemorizante como mi boda. Y no sólo eso. Quizás en venganza por el encierro al que los había sometido, aquellos condenados plumíferos comenzaron a bombardear a la concurrencia.
–Pues a mí me parece que los pobres animales compartieron lo mejor que tenían dentro.
–Tuvimos que correr, para ir a refugiarnos al lugar de la fiesta, apenas a media calle de allí. En la confusión, pude sentir como el vestido de mi bisabuela era pisoteado por una multitud.
–¡Es como vejar el cadáver de la pobre dama!
–Por fin llegamos al lugar indicado. Y yo, me conoces, no iba a permitir que un tonto Cardenal, y unas palomas incontinentes, arruinaran mi boda de ensueño.
–Te conozco desde hace años. Sé que no lo ibas a permitir.
–Así que me paré en la puerta del salón, volví a acomodar mi arreglo, tomé bien fuerte mi ramo, y recorrí lentamente el pasillo, mientras el aire se llenaba de olor a pólvora, y el cielo explotaba de luces.
–No es bueno que el cielo explote.
–Creo que no. Porque una de las chispas terminó cayendo sobre el hermoso toldo blanco, que había sido desplegado con el único objeto de protegerme de la lluvia que se aproximaba.
–Impermeable y combustible. Mala combinación.
–De inmediato, y antes que la cosa pasara a mayores, los dueños del lugar sacaron a relucir un extintor de polvo, que terminó cubriendo de blanco los trajes de los caballeros.
–Un color primaveral.
–Yo corrí despavorida, acarreando mi cola, o lo que quedaba de ella. 
–Es sabio llevar la propia cola, adonde quiera uno que vaya.
–Por fortuna pude evitar el polvo.
–Muy afortunada.
–Pero nada me salvó del baldazo de agua que arrojó un comensal espantado.
–No es bueno espantar a los comensales. La gente con hambre suele ser muy inestable.
–El agua no me cayó de lleno. Más bien, mojó una parte importante de mi espalda. Y quizás por la legia que habían usado para el blanqueado, las costuras y el fino encaje comenzaron a disolverse.
–De haber quedado desnuda, entonces sí que tu boda hubiera sido inolvidable.
–Tuve que correr para ponerme el vestido con los cinco kilos de cristales.
–¡Ahora entiendo la utilidad de tantos vestidos!
–No pienso ofender tu inteligencia con lo del vals. Imaginarás que, luego de tanta agua, y tanto fuego, los parlantes nunca funcionaron.
–De todas formas, es una danza pasada de moda.
–Nos sentamos a comer, y las entradas resultaron maravillosas. Frescas, abundantes...
–No hay nada mejor que un costoso cheff internacional, para alimentar a los hambrientos.
–Y todavía estábamos alabando las bondades del primer plato, cuando llegó el segundo, como caído del cielo. Una carne un tanto dura, pero de un sabor inigualable. Todos los presentes coincidieron en que jamás habían probado algo semejante.
–No sólo de carne vive el hombre.
–Claro que no. Después llegó el postre. Una gran escultura hecha del más delicioso helado. Los árboles eran de puro chocolate suizo. El pasto estaba formado de pistacchio. Las manzanas, de fresas y frutos del bosque. Las palomas, de chocolate blanco. Claro que, después de lo ocurrido en el atrio, no fue ese el gusto más deseado, ya que todos guardaban un triste recuerdo, y un cierto rencor, que no invitaba a la gula.
–Lo imagino. Triste..., y oloroso.
–El objetivo era que cada comensal se acercara a la fuente, y seleccionara su gusto preferido de helado. Y ya estaba yo allí, para iniciar la ceremonia, cuando un manchón rojo en el chocolate llamó mi atención. Era como una jalea de fresa, pero de un cierto espesor, queme tenía confundida. Como te imaginarás, lo primero que hice fue probarla.
–Siempre te gustaron las jaleas.
–Pero esta tenía un gusto... diferente.
–No hay que despreciar la originalidad.
–Entonces comenzamos a notar un cierto movimiento nervioso entre los camareros, que luego fue seguido de un susurro penetrante, para acabar en gritos histéricos.
–¿Tanto alboroto se debió a que el postre se estaba derritiendo?
–¡Claro que se derritió! Y embadurnó por completo a todos los presentes con su materia pringosa. Pero eso no ocurrió hasta después de tres horas de haberlo dejado allí, olvidado.
–Debe ser difícil olvidar semejante pieza de arte.
–¿Qué pretendías que hiciéramos con él, luego de enterarnos de que estaba cubierto de sangre?
–Quizás un amigo de tu padre lo hubiera podido aprovechar. Sé que suele reunirse con algunos que no tienen objeción en chupar semejante efluvios.
–En cuestión de minutos la policía acordonó el salón. Al principio nadie entendía nada. Y no fue hasta pasadas dos horas, que nos enteramos que ambos cheff se habían trenzado en una batalla campal a primera hora de la mañana, y que luego Rosignol, en un ataque de furia, había terminado acuchillando a Bernardo Lima, para después pasarlo por la picadora de carne que él mismo había traído. O, al menos, se sospecha que eso fue lo que ocurrió, porque, cuando ya se estaba acabando la cena, al limpiar, uno de los asistentes de Lima descubrió su calavera entre la basura.
–Al menos el pobre Bernardo murió en su ley.
–De inmediato todos los presentes comenzamos a sospechar de aquella carne tan deliciosa. Y muchos, yo incluida, facilitamos la tarea de la policía, devolviendo lo comido, para que así se pudiera procesar como evidencia.
–Una razón más para volverse vegetariano.
–La policía se tomó su tiempo para interrogar a cada uno de los presentes. El olor agrio del vómito era insoportable, y, como ya te anticipé, el helado no tardó en derretirse, ensuciando a todos. No era agradable permanecer allí.
–Más de uno habrá encontrado una buena razón para comenzar una dieta.
–A las seis de la mañana comencé a reflexionar. A recordar todo lo ocurrido. A preguntarme el motivo de tanta obsesión por lograr una boda perfecta.
–Siempre fuiste un poco obsesiva.
–Y entonces... supe, como si se tratara de una revelación, que me había obsesionado tanto en hacer perfecta mi boda, para poder olvidar que el novio no lo era. ¡No lo era en absoluto!
–No seas mala con él. Lo conozco, y Benjamín me parece perfecto... Un perfecto idiota.
–Prestar atención a los detalles, me ayudaba a ignorar la presencia de aquel extraño. Gastar su dinero y el de mi padre, me daba una profunda satisfacción. Y es que, embarcada en aquella locura, sólo me restaba actuar locamente.
–No seas modesta. Para actuar como loca nunca has necesitado ayuda.
–A las nueve de la mañana, y con el notario allí presente, firmé mi pedido de anulación matrimonial.
–Lo bueno, si breve...
–A las doce, cuando mi padre todavía continuaba gritando, y mi ex amenazaba con una demanda, por fin me escapé...
–Ya veo... Una fugitiva... ¿No habrás tenido algo que ver con la carne picada, no?
–Y ahí estaba yo, con estos cinco kilos de piedras sobre mi piel, preguntándome por qué te había dejado marchar.
–Los cristales suelen ser muy pesados.
–Preguntándome cómo hubiera sido mi boda, de ser tú el novio.
–De seguro no tan perfecta.
–Y entonces, como salido de mi mente, estacionaste el auto, justo enfrente de mí.
–Me imaginé que para esa hora el circo ya se habría acabado.
–Y me rescataste.
Peter entrecerró sus bellos ojos verdes, sacudiendo sus pestañas largas.
–Peter: Por algo siempre fui tu príncipe azul, La.
–Lali: Sí... Siempre lo fuiste...
Lali perdió la mirada en el rostro perfecto de su acompañante, y se dejó acariciar por su sonrisa dulce.
–Lali: ¿Quieres casarte conmigo, Peter?
–Peter: Te advierto que sigo siendo tan pobre como cuando te lo pedí yo, y te negaste.
–Lali: No me has contestado... ¿Quieres casarte conmigo?
–Peter: Depende... ¿cuántos vestidos vas a usar en la boda?
La sonrisa de él sirvió para iluminar la esperanza de la muchacha.
–Lali: Por ser tú, ninguno –aseveró. Y, mientras lo hacía, Lali comenzó a desabrochar uno a uno los botones de aquella pesada pieza de arte, y, una vez acabada la tarea, deslizó la tela por su cuerpo joven. Sólo cubierta por su ropa interior, abrió la ventanilla, y, para sorpresa de los paseantes, arrojó por ella su costoso vestido recamado.

Peter aceleró, separándose del resto del tránsito. No quería demorarse. Su boda, tal cual la había soñado, prometía, al fin, ser perfecta.


FIN
______________________________________________________

Si! sé lo q están pensando! esta es "La Boda Perfecta" y la enterior era "La Vecina Perfecta" jaja ok no tengo creatividad con los nombres pero bueh!... :P

Espero que les guste el corto! :D yo me entretuve mucho cuando lo leí y quería que ustedes también lo leyeran! la autora es Clara Voghan una genia!!!

La nueva nove la subo en cuanto tenga el banner! (perdón pero mi creatividad esta defectuosa hoy) y si hoy no alcanzo mañana seguro!! ^-^

ABRAZOSSSSSSSS GIGANTESSSSSSSSSSSS!
y en un rato o mañana nos leemos! :D

25 comentarios:

  1. JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJJA AL PRINCIPIO DIJE CON QUIEN ESTA HABLANDO ESTA, PORQE ME IMAGINE QE ERA CON UNA AMIGA PERO CUANDO ME DI CUENTA QE ERA PETER ME RE TENTE! JAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJ BUENISIMO MUCHAS GRACIAS POR SUBIRLO DANI, ME RE ENCANTOOO!!! @LuciaVega14

    ResponderEliminar
  2. Jajajaja Dios unas ganas de matarla a Lali,re pesada, insoportable, tipica rica creida que gasta el dinero de su papi! Pero me ENCANTO el final :D jajaja
    Muy bueno!
    Espero la proxima nove!
    un beso
    @amorxca

    ResponderEliminar
  3. Si Peter hubiera sido el novio desde el principio esta si hubiera sido la boda perfecta jajajajajajaja gracias por subir

    ResponderEliminar
  4. Hahaha me encanto fue muy divertido jajajaj se be genial ....la anterior también estuvo muy buena
    Acabe de terminarla ;) SOS
    Una GENIA

    ResponderEliminar
  5. que bueno qe acabo con peter :)

    ResponderEliminar
  6. JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

    ResponderEliminar
  7. Se comieron al cocinero O_o????

    ResponderEliminar
  8. Me encanto!!!! Tanto para terminar en ropa interior con el amor de su vida je! Genial!

    ResponderEliminar
  9. Al principio estaba como desconcertada!despues me causó mucha gracia y me encanto el final!

    ResponderEliminar
  10. Aai estuvo muy bueeno!!
    Besito :)

    Arii
    @AriadnaAyelen

    ResponderEliminar
  11. jajajajajajaajajaajaja ES GENIAL!
    Y yo creía que era peter con quien ella hablaba, estaba cierta...jaja

    ResponderEliminar
  12. Jajaja eres genial me encantó de verdad jajaja LALITER 4ever <3

    ResponderEliminar
  13. Te juro que me imaginaba que estaba hablando con una amiga..no sé euge quizás y al final resultó ser Peter jajaja y que bien que Lali hizo gastar toda la plata del mono para nada jaja amé el corto! Y ya estoy esperando el argumento de la nueva nove :) @flordemariia

    ResponderEliminar
  14. esta buenisimooooo!!! me dieron unas de vomitar cuando lei q se comieron al cocinero!!! jajajaja me encanto q se quedo peter!!
    @Marines_coronel

    ResponderEliminar
  15. primero q nada
    estuve a full estos ultimos dias, que ni en casa estaba para leer la nove anterior
    desde ya te digo q fue genial el final, se me llenaron de lagrimas los ojos con lo q peter le dijo
    y me declaro fan de tus noves, son una droga para mi
    y en cuanto a este corto me encanto me entretuve leyendolo y queria ya llegar al final para saber q paso
    muy bueno
    me voy yendo, buen finde largoooo

    ResponderEliminar
  16. ajajajjajaja nooooooooooooo me encanto ajajaj rererrere largo y geniaol y el final fhbhdsfvud lo ameeeen

    ResponderEliminar
  17. ESQE ME ENCANTOO!! Esqe pense qe era a una amiga a quien le contaba, despues a una nieta y despues... ERA PETER!! Me encanto!! ENCERIO !! Jajajja :DD

    ResponderEliminar
  18. pues a mi me encanto de veras increible y es verdad la gente se obsesiona con los casamientos

    ResponderEliminar
  19. NAAAA jaja me mori de risa creo que nunca me voy a casar jaja ame el final! tan lindo pit es como si supiera lo que hiba a pasar y llegara a recascatarla! ponla para descargar porfi!

    ResponderEliminar
  20. jajajajaj esta genial me imagine ke hablaba con mery,PERO NO CON CON PETER sube pronto otra nove porfi¡¡¡ :))

    ResponderEliminar
  21. Jajajajajajajajajajajajaja,me encantaron las réplicas d su interlocutor ,jajajajajajajajajaja,no falló ni una.El final perfecto,jajajajaja.

    ResponderEliminar
  22. Jajajajajaja genial! Al principio me pareció una locura pero luego me causó mucha gracia!

    ResponderEliminar
  23. Appreciate this post. Let me try it out.
    Here is my web-site :: bacalao

    ResponderEliminar