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sábado, 5 de mayo de 2012

Capítulo 12



Lali permanecía sentada en un pequeño banco de madera, fuera de la salta del tribunal. El pasillo estaba lleno de gente que iba y venía, pero nadie se fijaba en aquella mujer solitaria, ataviada con un traje color crema, que miraba fijamente hacia delante. El primer día de la vista había concluido, y Lali sentía una extraña mezcla de alivio y crispación. El proceso había comenzado, ya no había marcha atrás. Una puerta se abrió en el pasillo y de ella manó un caudal de gente, Lali nunca se había sentido tan sola.

Bigby le había resumido los acontecimientos de la jornada. No había habido sorpresas. El primer día de la vista había consistido básicamente en establecer las líneas maestras del caso. Para Lali, las cuestiones preliminares habían resultado terriblemente áridas. Pero los engranajes se habían puesto al fin en marcha, y tal vez su ritmo pronto se aligeraría.
«Ojalá esto acabe pronto», pensó, cerrando los ojos un instante. «Ojalá pase de una vez». Se crispaba con solo pensar en el mañana. Y extraía alivio de la absoluta certeza de estar haciendo lo correcto.

Bigby salió de la sala del tribunal con un ligero maletín en una mano y tendiéndole la otra.
-Charlie: Deja que te invite a una copa.
Lali sonrió, le dio la mano y se levantó.
-Lali: Hecho. Pero que sea un café.
-Charlie: Lo has hecho muy bien ahí dentro.
-Lali: Pero si no he hecho nada.
Él se dispuso a decir algo, pero al final cambió de idea. Tal vez fuera mejor no decide lo eficaz que había sido su sola presencia en la sala. Su naturalidad, su mirada preocupada, el tono de su voz, todo ello había contrastado vivamente con la tiesura y la expresión pétrea de los Anderson. Y, ante un caso de custodia, un buen juez no solo se dejaba influir por los datos y las cifras.
-Charlie: Tú sigue así -le aconsejó él y, apretándole la mano, echaron a andar por el pasillo. Ninguno de los dos se fijó en el hombre de traje oscuro y gafas de pasta que iba tras ellos- Cuéntame qué tal te va todo lo demás -le dijo Bigby mientras la guiaba suavemente hacia la puerta-. No todos los días represento a una celebridad.

Ella se echó a reír cuando, al salir a la acera, sintió la primera oleada de calor. Nueva York en verano era un lugar cálido, húmedo y sofocante.
-Lali: ¿Eso es lo que soy? ¿Una celebridad?
-Charlie: Tu foto apareció en el Tube y tu nombre salió a relucir en el programa de MacAllister -sonrió al ver que ella enarcaba una ceja-. Confieso que estoy impresionado.
-Lali: Con que lees el Tube, Charlie -se dio cuenta de que intentaba calmarla. Y lo estaba consiguiendo. Le dio el brazo afectuosamente-. He de admitir que la publicidad no le vendrá mal a la serie, ni a la película, ni a mí.
-Charlie: ¿En ese orden?
Lali sonrió y se encogió de hombros.
-Lali: Depende del humor que tenga -no, ella no carecía de ambición. El artículo del Tube le había producido una intensa satisfacción-. He hechos muchos anuncios de champú, así que no me quejaré si no tengo que volver a pasarme tres horas embadurnada de espuma delante de una cámara.
Entraron en una cafetería en cuyo interior la temperatura descendía hasta los veinticinco grados. Lali se estremeció un instante y luego dejó escapar un suspiro de alivio.
-Charlie: Así que, profesionalmente, ¿te va todo bien? -preguntó.
-Lali: No me quejo. La semana que viene hacen las pruebas para Capítulo dos. Hace mucho tiempo que no hago teatro en vivo.
Bigby chasqueó la lengua mientras tomaba la carta. El hombre del traje oscuro ocupó el asiento de al lado, dándole la espalda a Lali.
-Charlie: Así que no paras, ¿eh?
-Lali: No, mientras puedo evitado. Tengo un buen presentimiento respecto al juicio, tal vez porque mi carrera va viento en popa. Todo saldrá bien, Charlie. Conseguiré la custodia de Chris y la película de Peter será un éxito.
Él la miró por encima de las gafas y sonrió.
-Charlie: El poder del pensamiento positivo.
-Lali: Espero que funcione -ella apoyó los codos en la mesa y descansó la barbilla sobre los puños-. Toda mi vida he perseguido ciertas metas sin comprender realmente que era yo misma quien las establecía. Ahora las tengo casi al alcance de la mano.
Bigby alzó la mirada hacia la camarera antes de volver a mirar a Lali.
-Charlie: ¿Quieres una ración de tarta y un café?
-Lali: Me has leído el pensamiento. La tarta, que sea de arándanos -se tocó el labio con la punta de la lengua, casi percibiendo el sabor de pastel.
-Charlie: Dos de cada -le dijo Bigby a la camarera-. Hablando de Peter Lanzani... -continuó.
-Lali: ¿Estábamos hablando de él?
Bigby advirtió el brillo irónico de la mirada de Lali.
-Charlie: Creo que me mencionaste su nombre hace unas semanas. ¿No es uno al que no le gustan mucho las relaciones de pareja, ni las actrices?
-Lali: Tienes buena memoria... y grandes habilidades deductivas.
-Charlie: Fue muy fácil sumar dos y dos, sobre todo después del numerito de Candela Vetrano en el programa de MacAllister la otra noche.
-Lali: ¿Numerito? -repitió con una media sonrisa.
-Charlie: Supongo que, normalmente, un actor detecta fácilmente los trucos de otro. Y un abogado tiene mucho de actor -hizo una pausa y cruzó las manos sobre la mesa de formica como hacía sobre su escritorio- Hace un par de años, esa mujer estuvo a punto de destrozarle la vida a Lanzani.
-Lali: Se hicieron daño el uno al otro. Ya sabes, a veces nos sentimos atraídos precisamente por la persona que menos nos conviene.
-Charlie: ¿Lo dices por experiencia?
La mirada de Lali se tornó muy seria, su boca muy suave.
-Lali: Peter me conviene. Sé que en muchos sentidos me complicará la vida. Pero aun así es bueno para mí.
-Charlie: ¿Por qué estás tan segura?
-Lali: Porque estoy enamorada de él -les llevaron la tarta, hizo caso omiso del café y comenzó a comérsela-. Bendito seas, Charlie -dijo tras probarla.
Él alzó una ceja.
-Charlie: Veo que es fácil impresionarte.
-Lali: No te pongas cínico. Anda, come.
Él asió el tenedor y lo limpió distraídamente con una servilleta de papel.
-Charlie: A riesgo de meter la pata, he de decir que nunca te habría imaginado con un hombre como Lanzani.
Lali comió otro pedazo de tarta.
-Lali: ¿Por qué no?
-Charlie: Porque es muy serio, muy intelectual. Sus guiones lo demuestran sin lugar a dudas. Y tú eres...
-Lali: ¿Un tanto alocada? -sugirió ella, cortando otro pedazo de tarta.
-Charlie: No -Bigby abrió uno de los recipientes de crema de leche que había en un cuenco, sobre la mesa-. No eres alocada. Pero estás llena de vida, de alegría. No es que no sepas afrontar el lado crudo de la vida cuando se presenta, pero no lo buscas deliberadamente. Y parece que Lanzani sí.
-Lali: Tal vez. O tal vez sea que no espera otra cosa de la vida. Si esperas que suceda algo malo y sucede, el golpe no es tan fuerte. Para algunas personas, es un mecanismo defensivo -frunció ligeramente las cejas- Creo que Peter y yo podemos aprender mucho el uno del otro.
-Charlie: ¿Y qué cree Peter? ¿O me estoy extralimitando?
-Lali: No, Charlie -dijo ella distraídamente mientras recordaba la expresión áspera de Peter al llegar a su puerta y la intensidad con que le había hecho el amor. Había ido relajándose poco a poco, grado a grado. Luego se había quedado dormido, sujetándola entre sus brazos, como si solo necesitara abrazarla. ¿A ella, se preguntaba Lali, o a aquella quietud? Tal vez no importara- Para Peter resulta duro -murmuró-. Quiere que lo dejen en paz, que su vida prosiga como hasta ahora. Y yo me he metido de por medio. Necesita más tiempo, más espacio.
-Charlie: ¿Y tú qué necesitas?
Ella lo miró y comprendió que su respuesta no le había complacido. «Está preocupado por mí», se dijo, conmovida. Estirando la mano, la puso sobre la de él.
-Lali: Quiero a Peter, Charlie. Con eso me basta por ahora. Sé que no siempre será suficiente, pero a las emociones no se les puede poner un interruptor. Al menos, yo no puedo -añadió.
-Charlie: ¿Significa eso que él sí?
-Lali: Hasta cierto punto -abrió la boca de nuevo y luego sacudió la cabeza-. No, no quiero que cambie ni siquiera en eso. Necesito el equilibrio que me proporciona, y deseo poder aliviar algunas de esas sombras que arrastra consigo. En cierto sentido, me pasa lo mismo con Chris. Necesito la estabilidad que le proporciona a mi vida. Básicamente, padezco una furiosa necesidad de que me necesiten.
-Charlie: ¿Le has hablado a Peter de Chris? ¿Del juicio?
-Lali: No -le puso azúcar al café, pero no se lo bebió- No me parece justo cargado con un problema que ya existía cuando nos conocimos. El instinto me dice que debo afrontar esto yo sola. Se lo diré a Peter más adelante, cuando se haya resuelto.
-Charlie: Puede que no le guste -señaló- Lo único que dijo Ford en nuestro último encuentro con lo que estoy de acuerdo es que algunos hombres no pueden o no quieren hacerse cargo del hijo de otro.
Lali sacudió la cabeza.
-Lali: No creo que Peter sea de esos. Pero, si lo es, tendré que asumirlo.
-Charlie: ¿Y si tuvieras que tomar una decisión?
Ella no dijo nada al principio, pero sintió el dolor que le producía pensar siquiera en aquella posibilidad.
-Lali: Cuando hay que elegir entre dos personas a las que amas -dijo suavemente- eliges a la que más te necesita -alzó los ojos de nuevo-. Chris solo es un niño, Charlie.
Él se inclinó y le, palmeó la mano.
-Charlie: Solo quería oírtelo decir. Faltando de nuevo a mi profesionalidad -dijo con una sonrisa- confieso que no creo que haya ni un solo hombre en el mundo capaz de rechazarlos ni a ti ni a Chris.
-Lali: Por eso estoy loca por ti -hizo una pausa y lamió ligeramente el tenedor- Charlie, ¿me considerarías una completa glotona si pidiera otro trozo de tarta?
-Charlie: Sí.
-Lali: Bien -alzó una mano y le hizo una seña a la camarera-. De vez en cuando me gusta comportarme como una decadente.

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 La vida de Marianella era una olla a presión. Mientras repasaba sus líneas una última vez, Lali pensó que le sentaba bien aquella tensión. La ayudaba a afrontar la realidad un poco mejor. Se había pasado la mañana en el juzgado y al día siguiente estaba previsto que subiera al estrado. Aquel era un papel para el que no podía ensayar. Pero ni su optimismo ni las buenas sensaciones que había experimentado el primer día de la vista se habían disipado. Era la pobre Marianella, pensó, quien continuaba teniendo problemas que nunca se resolverían del todo. Así era la vida en un culebrón.
El resto del reparto no había regresado aún del descanso para comer. Lali estaba sentada sola en el estudio, tumbada, en realidad, en la cama revuelta de la que se levantaría cuando a Marianella la despertara el ruido de un cristal roto. Sola e indefensa, se enfrentaría al Destripador de Trader's Bend. Solo dispondría de su ingenio y de su habilidad profesional para protegerse de un asesino psicópata.

Ya vestida con una camisola de dormir de color violeta, siguió murmurando sus líneas en voz alta mientras lánguidamente hacía ejercicios levantando una pierna. Sentía cierta culpabilidad por haberse comido una segunda ración de tarta de arándanos.
-Vaya, vaya, así que este es el ritmo frenético de las series de televisión.
Sobresaltada, Lali dejó caer el guión.
-Lali: Cielo santo, Peter. Espero que sepas hacer el boca a boca, porque se me acaba de parar el corazón.
-Peter: Yo lo pondré en marcha de nuevo -poniendo las manos a ambos lados de su cabeza, se inclinó y la besó suavemente.
Tan sorprendida por la ternura de aquel beso como por su súbita aparición, Lali se quedó muy quieta. Solo sabía que algo había cambiado, pero como la cabeza le daba vueltas y la sangre le bombeaba con fuerza, no acertaba a saber qué era.

Peter sí lo sabía. Al sentarse en la cama para prolongar el beso, Peter comprendió exactamente qué era lo que había cambiado. La amaba. Esa mañana se había despertado solo y la había buscado en la cama. Había leído una tontería en el periódico y al instante había pensado en cómo se habría reído ella. Había visto a una niña con un globo que, riendo, arrastraba a su madre hacia el parque y había pensado en Lali. Y al pensar en ella, había visto que el cielo era azul y hermoso, que la ciudad estaba llena de sorpresas, que la vida era un placer. Qué estúpido había sido al resistirse, al rechazar todo cuanto ella le ofrecía.

Lali era su segunda oportunidad. No, para ser honesto, era su primera oportunidad de alcanzar la verdadera felicidad. No volvería a permitir que la fealdad de sus recuerdos lo apartara de ella.
-Peter: ¿Qué tal tu ritmo cardíaco? -murmuró. Lali dejó escapar un largo suspiro y abrió los ojos lentamente.
-Lali: Ya no hace falta que llames a una ambulancia.
Él miró la cama revuelta y luego su camisón sedoso y seductor.
-Peter: ¿Estabas echándote una siesta?
-Lali: Estaba -contestó ella puntillosamente- trabajando. El resto del reparto se ha ido a comer. Yo no tenía que empezar hasta la una -le apartó el pelo que le caía en desorden sobre la frente-. ¿Qué haces aquí? A estas horas sueles estar metido hasta las rodillas entre frases brillantes.
-Peter: Quería verte.
-Lali: Qué bien -sentándose, le echó los brazos al cuello-. Eso es fantástico.
Qué poco costaba hacerla feliz, pensó Peter mientras la abrazaba. ¿Cómo reaccionaría cuando le dijera que había dejado de resistirse y que nada le había hecho tan feliz como tenerla a su lado? Esa noche, pensó besándole el cuello. Esa noche, cuando estuvieran solos, cuando nadie los molestara, se lo diría. Y le haría la gran pregunta.
-Lali: ¿Puedes quedarte un rato? -no sabía por qué se sentía tan bien, no quería averiguarlo.
-Peter: Me quedaré hasta que acabes y luego te llevaré a casa conmigo, aunque sea a rastras -ella se echó a reír y, al cambiar de postura, arrugó bajo ella el guión- Tus frases -le advirtió Peter.
-Lali: Ya me las sé. Esta... -echó la cabeza hacia atrás de modo que sus ojos brillaron- es una escena culminante llena de peligro y dramatismo.
Él miró la cama.
-Peter: ¿Y de sexo?
-Lali: ¡No! -dándole un empujón, se puso de rodillas-. Marianella tiene pesadillas. Da vueltas en la cama. Fundido en negro, la cámara enfoca lentamente y se la ve caminando entre la niebla, sola y perdida. Oye pasos tras ella. Primer plano. Y entonces... -echó la cabeza hacia atrás y su voz adquirió un tono dramático-, delante de sí ve una figura entre la niebla -alzó una mano como si quisiera apartar una cortina de bruma-. ¿Debe correr hacia aquella figura o huir? Los pasos tras ella se hacen más rápidos, la respiración de Marianella se acelera. Un rayo de luna, pálido y espectral, atraviesa la escena. Delante de ella está Nicolás tendiéndole una mano, llamándola con voz resonante y hueca. La quiere, desea que vaya con él. Pero los pasos se acercan. Y cuando ella empieza a correr, se ve el brillo acerado y cruel de un cuchillo -Lali agarró a Peter por los hombros y fingió desmayarse sobre su regazo. Peter sonrió. Y ella abrió los ojos.
-Peter: ¿Y luego?
-Lali: Conque quieres saber más, ¿eh? -irguiéndose de nuevo, apartó el guión- Un grito se le hiela en la garganta, pero antes de que pueda dejarlo escapar, se oye un estruendo, un ruido de cristales rotos. Marianella se despierta sobresaltada, con el rostro empapado en sudor, jadeando. ¿Lo ha soñado, o lo ha oído de verdad? Asustada y al mismo tiempo irritada consigo misma, se levanta de la cama -balanceando los pies sobre el borde de la cama, Lali se levantó mirando las puertas con el ceño fruncido, como haría Marianella. Se apartó distraídamente el pelo de la cara y tendió la mano hacia la lámpara de la mesilla de noche- Tal vez haya sido el viento -prosiguió-, o quizás un sueño, pero sabe que no podrá volver a dormirse a menos que eche un vistazo. La música sube de intensidad mientras ella abre la puerta del dormitorio. Corte para publicidad.
-Peter: Vamos, Lali -exasperado, él la agarró de la mano y tiró de ella hacia la cama.
Ella le rodeó el cuello con los brazos, poniéndose delante de él.
-Lali: Ahora es cuando te recomiendan el mejor modo para mantener el brillo de tus suelos sin usar cera.
Él le dio un pequeño pellizco.
-Peter: Es el Destripador.
-Lali: Tal vez sí -dijo ella batiendo las pestañas-. O tal vez no.
-Peter: Es el Destripador -dijo él con firmeza-. Y nuestra intrépida Marianella baja las escaleras. ¿Cómo se libra de ser la quinta víctima?
-Lali: La sexta -lo corrigió ella- Yo ya lo sé. Eres tú quien tiene que averiguarlo -tirando dé ella, Peter la hizo girar de modo que cayó sobre sus rodillas, riendo-. Adelante, tortúrame, hazme todo lo que quieras. No conseguirás que hable -uniendo las manos en tomo al cuello de Peter, alzó la mirada hacia él y sonrió. Y era tan hermosa, tan llena de vida, que Peter se quedó sin aliento.
-Peter: Te amo, Lali.
Peter sintió que los dedos de Lali, posados sobre su cuello, se aflojaban, y vio que su sonrisa se desvanecía y que sus ojos se agradaban. A Lali le pareció que alguien acababa de cortar el flujo sanguíneo de su corazón.
-Lali: Esa es una manera un tanto tramposa de sacarme el argumento -logró decir al cabo de un momento. Se habría levantado si hubiera tenido fuerzas para resistir la suave presión de la mano de Peter sobre su hombro.
-Peter: Te amo, Lali -repitió él, olvidando su plan de decírselo con delicadeza y en privado- Creo que siempre te he querido. Y sé que siempre te querré -tomó la cara de ella entre sus manos. Los ojos de Lali se llenaron de lágrimas-. Eres todo cuanto deseaba y temía desear. Quédate conmigo -sus labios rozaron los de ella y sintió su temblor-. Cásate conmigo.
Ella se aferró a su camisa. Escondiendo la cara en su hombro, respiró profundamente.
-Lali: Tienes que estar seguro -musitó-. Peter, tienes que estar absolutamente seguro, porque nunca te daré un momento de reposo. Nunca dejaré que te vayas. Antes de volver a pedírmelo, recuérdalo. Yo no creo en la incompatibilidad de caracteres, ni en las diferencias irreconciliables. Conmigo, es para siempre, Peter. Para siempre.
Él le echó suavemente la cabeza hacia atrás. En sus ojos, Lali vio fuego y pasión. Y amor.
-Peter: Tienes toda la razón -su boca sofocó la suave risa de Lali- Quiero que nos casemos ahora mismo -apostilló sus palabras con otro beso-. ¿Crees que podrán grabar todas las escenas de Marianella para que podamos tener más de un fin de semana de luna de miel?
Lali estaba convencida de que nadie iba más rápido que ella. Pero, ahora, mientras luchaba por ponerse al paso de Peter, sus pensamientos se amontonaban. Casarse... Peter ya estaba hablando de boda y de luna de miel...
-Lali: Bueno, veamos... Después de que Nicolás salva a Marianella del Destripador, ella pierde al bebé y entra en coma. Las escenas del hospital podrían hacerse...
-Peter: Ajá -con una sonrisa satisfecha, Peter le besó la nariz-. O sea que Nicolás la salva del Destripador, lo cual significa que podemos borrarlo de la lista de sospechosos.
Los ojos de Lali se achicaron.
-Lali: Eres una rata.
-Peter: Da gracias de que no sea un espía de otra cadena. Eres una ingenua.
-Lali: Conque sí, ¿eh? -exclamó, y se abalanzó sobre él de modo que Peter aterrizó de espaldas. Él la quería. Aquella idea la hacía tan feliz que se dejó caer sobre él, riendo. Antes de que Peter pudiera reaccionar, oyeron que alguien subía corriendo las escaleras.
-Paula: ¡Lali! ¡Lali! Será mejor que eches un vistazo a... -Paula se paró de golpe al ver a Lali y a Peter riendo, recostados en la cama. Escondió tras la espalda el periódico que llevaba en las manos y masculló una maldición-. ¡Uy! -con la ayuda de una sonrisa azorada, reunió todo su talento para que ninguno de los dos notara que se sentía levemente enferma y terriblemente preocupada- Vaya, habría llamado si se hubieran molestado en cerrar la puerta -señaló con la mano libre hacia la falsa pared- ¿Hacemos que salgo y entro otra vez? -«justo después de quemar este periódico», pensó ásperamente y, sonriendo, retrocedió.
-Lali: No te vayas -intentó levantarse, pero siguió dándole la mano a Peter- Estoy a punto de concederte un inmenso honor -apretó los dedos de Peter- Mi hermana, aunque sea una impresentable, debe ser la primera en saberlo.
-Peter: Desde luego.
-Lali: Paula... -se interrumpió al advertir un brillo extraño en los ojos de su amiga. Con eso le bastó-. ¿Qué ocurre?
-Paula: Nada. Que me he acordado de que tenía que hablar con Neal de una cosa, nada más. Mira, será mejor que vaya a buscarlo antes de que...
Lali se levantó de la cama.
-Lali: ¿A qué querías que le echara un vistazo, Paula?
-Paula: Ah, a nada -había una advertencia deliberada en sus ojos-. Puede esperar.
Sin sonreír, Lali extendió la mano con la palma hacia arriba. Paula apretó con fuerza el periódico.
-Paula: Lali, este no es buen momento. Creo que será mejor que...
-Lali: Que lo vea ahora.
-Paula: Maldita sea -mirando a Peter por encima del hombro de Lali, Paula le pasó a su amiga el periódico.
El explorador de la fama, leyó Lali con ligero asombro. Aquel era uno de los tabloides de más baja estofa. Medio divertida, leyó por encima los grandes titulares.
-Lali: De veras, Paula, si esto es lo mejor que se te ocurre leer a la hora de la comida, me decepcionas -le dio distraídamente la vuelta al periódico y hojeó su contenido. Detrás de ella, Peter notó la tensión que agarrotaba de pronto su cuerpo.
«LA LUCHA DESESPERADA DE LA REINA DEL CULEBRÓN POR EL AMOR DE UN NIÑO»
Bajo el titular en negrita había una granulosa fotografía de Lali sentada con Chris en la hierba de Central Park. En un rincón de su mente, apareció aquel momento del domingo anterior que la cámara había congelado. Mientras miraba perpleja y asqueada la fotografía, no oyó que Peter se levantaba y se acercaba a ella.

Peter sintió de pronto un golpe en el estómago. No el golpe de un martillo, sino el de un puño que lo golpeara con todas sus fuerzas. Al leer el titular, Peter sintió ganas de matar a alguien.
-Peter: ¿Qué demonios es esto?
Sobresaltada, Lali alzó la mirada. Chris no podía ver aquello, pensaba una y otra vez. Él no debía saberlo. Pero ¿cómo? ¿Cómo se había filtrado la noticia? ¿Habrían sido los Anderson? No, Lali descartó de inmediato aquella idea. A ellos les interesaba aun menos que a ella que el asunto se hiciera público.
La fotografía... ¿quién la había tomado? Alguien la había seguido, pensó de pronto. Alguien había ido tras sus pasos y había averiguado lo de Chris y lo del juicio por la custodia. Pero ¿quién...?
Candela Vetrano. Los dedos de Lali se crisparon sobre el periódico. Naturalmente, tenía que ser ella. Lali sabía de lo que era capaz una persona así. Candela no había podido perjudicarla profesionalmente, así que había dado el paso siguiente.
-Peter: Lali, te he preguntado qué demonios es esto.
Lali se concentró bruscamente en Peter. «Oh, Dios», pensó, «ahora tendré que abrirme paso entre toda esta miseria antes de poder explicárselo». Notó de pronto que a los ojos de Peter había vuelto el enojo y la desconfianza.
-Lali: Quisiera hablar contigo en privado -dijo con calma-. Abajo, en mi camerino.
Al darse Lali la vuelta, Paula extendió el brazo, pero, impotente, lo dejó caer de nuevo.
-Paula: Lo siento, Lali.
Ella solo sacudió la cabeza.
-Lali: No importa. Hablaremos luego.

Mientras atravesaban los pasillos del estudio, Lali intentaba pensar lógicamente. Lo único que veía era el despreciable titular y la brumosa fotografía del periódico. Cuando entró en su camerino, se dirigió directamente a la cafetera. Necesitaba ocupar las manos en algo. Oyó que se cerraba la puerta.
-Lali: No quería que te enteraras de este modo, Peter -respiró hondo mientras manipulaba el café-. No esperaba que esto saliera a la luz. He tenido tanto cuidado...
-Peter: Sí, mucho -él metió las manos en los bolsillos.
Ella apretó los labios y sintió que el tono de su voz le erizaba la piel.
-Lali: Sé que tendrás muchas preguntas. Si pudiera...
-Peter: Sí, tengo muchas preguntas -agarró el periódico que ella había dejado sobre el tocador. Él también necesitaba mantener las manos ocupadas-. ¿Estás pleiteando por la custodia de un niño?
-Lali: Sí.
Peter sintió de nuevo un golpe en el estómago.
-Peter: Adiós a la confianza.
-Lali: No, Peter -ella se dio la vuelta y se detuvo cuando un centenar de emociones en conflicto se agolparon dentro de ella. ¿Sería aquel el momento de tomar una decisión? ¿Tendría que elegir precisamente cuando creía tener al alcance de su mano todo cuanto quería?-. Por favor, deja que te explique. Déjame pensar en cómo explicártelo.
-Peter: Estás pleiteando por la custodia de un niño -recordó la crispación que había creído advertir en ella de vez en cuando y deseó hacer trizas el periódico- Tienes un niño y no me lo has dicho. ¿A eso lo llamas tú confianza?
Confusa, ella se pasó una mano por el pelo.
-Lali: Peter, yo ya estaba metida en este lío antes de que nos conociéramos. No podía implicarte en algo así.
Peter sintió amargura.
-Peter: Ah, ya veo. Ya estabas metida en esto, así que no era asunto mío. Parece que tienes dos raseros para medir la confianza, Lali. Uno para ti y otro para los demás.
-Lali: Eso no es cierto -comenzó a decir ella y luego se detuvo, confundida. ¿Tendría él razón?-. No pretendía que fuera así -empezaron a temblarle la voz y las manos-. Estaba asustada, Peter. En parte, temía que algo se filtrara a la prensa. Lo más importante para mí era que nada de esto afectara a Chris.
Él aguardó, intentando ser comprensivo mientras ella se enjugaba la primera lágrima.
-Peter: ¿Así se llama el niño?
-Lali: Sí. Solo tiene cuatro años.
Peter se dio la vuelta porque el dolor que advertía en su cara lo estaba destrozando.
-Peter: ¿Y su padre?
-Lali: Su padre se llamaba Jeremy. Está muerto.
Peter no preguntó si lo había amado. No hacía falta. Lali había amado a otro hombre, pensó. Había tenido un hijo con otro. ¿Podía afrontar tal cosa, aceptarla? Apoyando las manos sobre el tocador, dejó que la emoción se apoderara de él. Sí, sí podía. Aquello no cambiaba a Lali, ni lo que sentía por ella. Y sin embargo... Y, sin embargo, ella no se lo había contado. Era precisamente eso lo que lo cambiaba todo.
-Peter: ¿Con quién está el niño ahora? -preguntó secamente.
-Lali: Con sus abuelos. No es... no es feliz con ellos. Me necesita, Peter, y yo lo necesito a él. Los necesito a los dos. Por favor... -su voz se convirtió en un susurro-, no me pidas que elija. Te amo. Te amo muchísimo, pero él es solo un niño.
-Peter: ¿Elegir? -encendió su mechero y lo arrojó sobre el tocador al dar la primera chupada al cigarrillo-. Maldita sea Lali, ¿tan insensible crees que soy?
Ella aguardó hasta que pudo controlar los sollozos que sentía en la garganta.
-Lali: ¿Nos aceptarás a los dos?
Peter exhaló el humo. Bajo la superficie bullía la furia.
-Peter: Me lo has ocultado. Eso es lo que importa ahora. Difícilmente podría rechazar a un niño que forma parte de ti.
Ella extendió un brazo hacia él.
-Lali: Peter...
-Peter: Me lo has ocultado -repitió él, y ella apartó la mano-. ¿Por qué?
-Lali: Por favor, compréndelo. Si no te lo dije fue únicamente porque quería proteger a Chris. Ya lo ha pasado bastante mal. Temía que, si hablaba con alguien del juicio, pudiera ocurrir algo así -señaló el tabloide y luego se dio la vuelta.
-Peter: No hay nada que tú no sepas sobre mi vida, Lali. No dejo de pensar que me has ocultado algo tan importante para ti. Todo este tiempo, casi desde el principio, me has pedido que confiara en ti. Lo habías conseguido, y ahora descubro que eras tú quien no confiaba en mí.
-Lali: Antepuse a Chris a todo lo demás. Él lo necesitaba.
-Peter: Tal vez pueda entenderlo si me explicas por qué renunciaste a su custodia antes.
-Lali: ¿Renunciar a su custodia? –lo miró fijamente, pero las lágrimas empañaban sus ojos-. No sé a qué te refieres.
-Peter: ¡Pensaba que te conocía! -estalló- Estaba convencido de ello. Por eso me enamoré de ti, a pesar de que había jurado que nunca volvería a hacerlo. ¿Cómo pudiste abandonar a tu hijo? ¿Cómo es posible que tengas un hijo y que no me lo hayas dicho?
-Lali: ¿Abandonar a mi hijo? -repitió ella, aturdida-. ¡No, no! No es eso.
-Peter: Maldita sea, Lali, has permitido que otras personas eduquen a tu hijo. Y ahora que quieres recuperarlo, ahora que estás metida en algo tan serio como una batalla legal, pretendes hacerlo sola. ¿Cómo puedes quererme, cómo puedes pedirme que confíe en ti y no contármelo?
-Lali: Temía decírtelo a ti o a cualquiera. Tú no entiendes cómo le afectaría a Chris.
-Peter: ¿O cómo te afectaría a ti? -él señaló de nuevo el periódico.
Lali respiró hondo y apenas pudo controlar el deseo de negar compulsivamente aquella acusación. Tal vez se mereciera todo aquello.
-Lali: Solo pensaba en Chris -dijo suavemente-. El juicio por su custodia difícilmente podría dañar mi reputación. Como tampoco la dañaría tener un hijo de soltera. Aunque Chris no es mi hijo. Jeremy era de mi hermano.
Peter la miró fijamente. Nada tenía sentido. A pesar de su ofuscación, sentía que en los ojos de Lali no debía haber lágrimas. Sus ojos estaban hechos para la risa.
-Peter: El niño ¿es tu sobrino?
-Lali: Jeremy y su mujer murieron a fines del pasado invierno. Sus abuelos, los Anderson, fueron nombrados tutores del niño. Chris no es feliz con ellos.

No era su hijo, pensó Peter de nuevo, sino el hijo de su hermano. Aguardó para calibrar su propia reacción. Y descubrió que seguía estando enfadado y dolido. Que el niño fuera o no suyo, no era la cuestión. Lali le había mantenido apartado de aquella faceta de su vida.
-Peter: Creo -dijo lentamente- que será mejor que empieces por el principio.
Lali abrió la boca, pero antes de que pudiera decir nada alguien llamó a la puerta.
-Una llamada para ti, Lali. En el despacho de Neal. Es urgente.
Reprimiendo su irritación, ella salió del camerino y se dirigió al despacho de Neal. Había demasiadas cosas que explicar, pensó. A Peter y a sí misma. Se frotó las sienes con dos dedos mientras alzaba el teléfono.
-Lali: ¿Diga?
-¿Señorita Espósito?
-Lali: Sí, soy yo -frunció el ceño- ¿Señor Anderson?
-Chris ha desaparecido.


Continuará...

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:O
+ 30 firmitas y subo el último cap!! ^-^

39 comentarios:

  1. AY POR QUE 30? jjaja
    ok no hay problema
    ame la nove
    quiero Ya el FINAL!!!!!
    PORFAVOR!!!

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  2. mas mas mas mas mas mas mas

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  3. Masssssss nove pleaseeeeeeeeeeeeeeeee ♥

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  4. NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE
    NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE

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  5. NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE
    NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE

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  6. ME ENCANTA
    QUIERO EL ULTIMO CAP :d

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  7. Otro cap
    no nos dejes sin el final jajaja
    mas mas mas

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  8. mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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  9. MAS NOVE!!!
    ME ENCANTA

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  10. dale , subi otro
    me muero si no leo el final hoy
    mas mas mas

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  11. POR DIOS CHICAS FIRMEN!!!!
    NO ME QUEDO SIN EL FINAL ASI TENGA QUE FIRMAR SOLA
    JAJAJJAJA
    MAS NOVE!!!!!!!!!!!!!!

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  12. q arpia candela como la odio xdiooss

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  13. definitivamente una de tus mejores noves
    quiero el final

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  14. ++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++ nove

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  15. quiero que ya peter entienda a laliii

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  16. Odio a Candela
    sabelo

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  17. Quierooo el final YA!! porfass subelo hoy!!

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  18. y deberias activar el blog para poder comentr desde el cel :D

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  19. MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS

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  20. Vivu ( @Lina _AR12)6 de mayo de 2012, 0:27

    AY!Que mal q se enteró así!
    Cris seguro vio la nota y por eso se escapó!

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  21. Pensar en lo que sufrio peter con Candela me hace odiarla mas
    mas novela

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  22. No!! Muy interesante todo esto, una vez q peter se sincera, te digo me mata de amor este hombre sigo leyendo besos!

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  23. Que?? haay Dios donde esta chris!
    AMO ESTA NOVELA!
    Besos
    @vagomi
    PD: me encanta tanto que no deberia de estar leyendo si no haciendo un trabajo larguisimo pero no soy capaz de dejar de leerla! :S ajaja

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  24. -Vaya, vaya, así que este es el ritmo frenético de las series de televisión.
    Sobresaltada, Lali dejó caer el guión.
    -Lali: Cielo santo, Peter. Espero que sepas hacer el boca a boca, porque se me acaba de parar el corazón.
    -Peter: Yo lo pondré en marcha de nuevo -poniendo las manos a ambos lados de su cabeza, se inclinó y la besó suavemente.
    Tan sorprendida por la ternura de aquel beso como por su súbita aparición, Lali se quedó muy quieta. Solo sabía que algo había cambiado, pero como la cabeza le daba vueltas y la sangre le bombeaba con fuerza, no acertaba a saber qué era.
    ----------------------------------
    -Lali: Ya me las sé. Esta... -echó la cabeza hacia atrás de modo que sus ojos brillaron- es una escena culminante llena de peligro y dramatismo.
    ----------------------------------
    -Peter: Te amo, Lali.
    Peter sintió que los dedos de Lali, posados sobre su cuello, se aflojaban, y vio que su sonrisa se desvanecía y que sus ojos se agradaban. A Lali le pareció que alguien acababa de cortar el flujo sanguíneo de su corazón.
    -Lali: Esa es una manera un tanto tramposa de sacarme el argumento -logró decir al cabo de un momento. Se habría levantado si hubiera tenido fuerzas para resistir la suave presión de la mano de Peter sobre su hombro.
    -Peter: Te amo, Lali -repitió él, olvidando su plan de decírselo con delicadeza y en privado- Creo que siempre te he querido. Y sé que siempre te querré -tomó la cara de ella entre sus manos. Los ojos de Lali se llenaron de lágrimas-. Eres todo cuanto deseaba y temía desear. Quédate conmigo -sus labios rozaron los de ella y sintió su temblor-. Cásate conmigo.

    Él miró la cama.
    -Peter: ¿Y de sexo?
    -Lali: ¡No! -dándole un empujón, se puso de rodillas-

    JAJAJAJAJAJAJA te juro qe AME este cap (obvio qe no la parte donde se pelean o Chris desaparece si no las qe te marqe esas y cuando ella le cuenta la historia JAJAJAJA xD me encantooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! BUENISIMO!!!!

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  25. Confianza,con lo distante k el se mantenia d todos,ahora no comprende k Chris,era un tema d ella.

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