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domingo, 6 de mayo de 2012

Capítulo 13



Lali no dijo nada. Pasaron solo unos segundos, pero un centenar de pensamiento atravesaron su cabeza, amontonándose unos sobre otros sin orden ni concierto. Los músculos de su estómago quedaron paralizados. Sintió un vago dolor en la mano con la que sujetaba el teléfono.

-Señorita Espósito, he dicho que Chris ha desaparecido.
-Lali: ¿Desaparecido? -repitió en un susurro. Aquella sola palabra conjuraba demasiados fantasmas. Fantasmas aterradores. Clavándose las uñas en la palma de la mano, Lali reprimió el pánico y se obligó a hablar y a escuchar cuidadosamente. Pero incluso el murmullo que profirió sonó tembloroso- ¿Cuándo?
-Al parecer, hacia las once. Mi mujer creía que estaba en casa de los vecinos, jugando con su hijo. Cuando fue a llamarlo para comer, descubrió que no había ido por allí.
A las once... Lali miró su reloj, sintiéndose enferma. Tres horas. ¿Adónde podía ir un niño en tres horas? A cualquier parte. Tres horas eran una eternidad.
-Lali: ¿Han llamado a la policía?
-Por supuesto -su voz era áspera, pero parecía atravesada por un hilo de temor que él aturdimiento de Lali no le permitía percibir-. Ya hemos buscado por el barrio, hemos preguntado a todo el mundo. Se ha hecho todo lo posible.
¿Todo lo posible? ¿Qué significaba eso? Lali repitió la frase en su cabeza, pero siguió sin entenderla.
-Lali: Sí, claro -oyó el sonido hueco de sus palabras por entre el ruido atronador de su cabeza-. Enseguida estaré allí.
-No, la policía dice que es mejor que se vaya a casa y espere allí, por si Chris se pone en contacto con usted.
A casa, pensó ella. Querían que se fuera a casa y se quedara de brazos cruzados mientras Chris estaba desaparecido.
-Lali: Quiero ir. Puedo estar allí en media hora -su murmullo se transformó en una súplica desesperada-. Puedo ayudar a buscarlo. Puedo...
-Señorita Espósito -la atajó Anderson, y luego respiró hondo antes de continuar- Chris es un niño muy inteligente. Conoce su dirección y su número de teléfono. En un momento como este es mejor admitir que es usted con quien quiere estar. Si... si le es posible contactar con alguien, será con usted. Por favor, váyase a casa. Si lo encontramos, la avisaré inmediatamente.
Una sola frase atravesó la cabeza de Lali tres veces. «Si le es posible contactar con alguien...»
-Lali: Está bien. Me iré a casa. Esperaré allí -aturdida, miró fijamente el teléfono, sin darse cuenta siquiera de que lo había colgado ella misma. Maravillándose de poder andar aún, se dirigió a la puerta.
Claro que podía andar, se dijo apoyándose en la pared. Podía seguir adelante. Tenía que hacerlo. Chris querría verla cuando lo encontraran. Tendría muchas aventuras que contarle..., sobre todo, si tenía la ocasión de montarse en un coche de policía. Querría contárselo todo. Seguramente el teléfono estaría sonando cuando abriera la puerta de su casa.
Seguramente Chris solo había estado soñando despierto, vagando por el barrio, nada más. Iban a llamarla, así que tenía que llegar a casa cuanto antes. Le parecía tener las piernas de plomo, apenas se sentía capaz de moverlas.

Peter estaba mirando la foto de Lali y Chris cuando oyó que se abría la puerta. Se dio la vuelta con el periódico en la mano, pero las preguntas que se agolpaban en su mente se desvanecieron al ver a Lali. Su piel parecía de pergamino. Peter nunca había visto sus ojos tan vacíos de expresión.
-Peter: Lali... -dijo acercándose a ella- ¿qué ocurre?
-Lali: Peter... -ella apoyó una mano sobre su pecho. Era cálido y sólido. Podía sentir el latido de su corazón. No, nada de aquello era un sueño. Ni una pesadilla- Chris ha desaparecido. No saben dónde está. Ha desaparecido.
Él la agarró de los hombros con fuerza.
-Peter: ¿Cuándo, Lali?
-Lali: Hace tres horas -una primera oleada de pánico disipó su aturdimiento-. Oh, Dios mío, ¡nadie lo ha visto desde hace tres horas! ¡Nadie sabe dónde está!
Él apretó con más fuerza sus hombros al sentir que empezaba a temblar.
-Peter: ¿Y la policía?
-Lali: Sí, sí, ya lo están buscando -sus dedos se curvaron, clavándose en la camisa de Peter-. No. quieren que vaya, quieren que me marche a casa y espere allí por si acaso. Chris... Peter...
-Peter: Yo te llevaré a casa -le apartó el pelo de la cara con suavidad-. Nos iremos a casa y esperaremos la llamada. Lo encontrarán, Lali. Todos los días se escapan niños.
-Lali: Sí -ella se aferró a aquella idea, y a la mano de Peter. Sí, era cierto. ¿Acaso no tenía que vigilar a Chris como un halcón cuando iban al parque o al zoo?- Chris siempre anda soñando despierto. Puede que se haya perdido sin darse cuenta. Van a llamarme... Debería estar en casa.
-Peter: Yo te llevaré -siguió agarrándola mientras ella miraba desorientada la habitación-. Cámbiate. Voy a avisar de que no puedes grabar esta tarde.
-Lali: ¿Cambiarme? -asombrada, bajó la mirada y vio que todavía llevaba puesto el camisón de Marianella- Está bien. Me daré prisa. Pueden llamar en cualquier momento.

Intentó apresurarse, pero los dedos se le enredaban en las tareas más sencillas. Tenía que ponerse los vaqueros, pero su conciencia parecía apagarse y encenderse mientras se los ponía. Procuraba pensar con claridad, pero el martilleo de su cabeza se lo impedía. Intentar contener las náuseas la ayudó a despejarse. Le procuró algo tangible en lo que concentrarse mientras luchaba por atarse los zapatos.

Peter volvió enseguida. Cuando Lali se giró para mirarlo, él advirtió su pánico.
-Peter: ¿Lista?
-Lali: Sí -ella asintió y salió con él, un pie delante de otro, mientras imágenes de Chris perdido y asustado cruzaban a toda velocidad su imaginación. O peor, mucho peor: Chris montándose en un coche con un desconocido, un desconocido cuyo rostro era solo una sombra. Deseaba gritar. Se montó en un taxi. Peter tomó su mano helada.
-Peter: Lali, no pienses lo peor. No es propio de ti. Piensa con calma -puso su otra mano sobre la de ella e intentó calentársela-. Hay un millar de razones inofensivas para que Chris haya desaparecido durante unas pocas horas. Puede que haya encontrado un perro, o que se haya ido en busca de una pelota. Tal vez haya dado con una piedra fascinante y se la haya llevado a algún lugar secreto para estudiarla.
-Lali: Sí -ella intentó imaginarse aquellas cosas. Sería típico de Chris. Pero la imagen del coche y el desconocido seguía atormentándola. Chris no temía a la gente, algo que ella siempre había admirado en él y que ahora la llenaba de miedo. Girando la cara sobre el hombro de Peter, intentó convencerse de que el teléfono estaría sonando cuando abriera la puerta de su casa.

Cuando el taxi se detuvo, Lali se irguió de pronto y buscó a tientas el cierre de la puerta. Subió corriendo las escaleras antes de que Peter acabara de pagar al conductor.

Silencio. El silencio la recibió como una acusación. Lali miró fijamente el teléfono y deseó que sonara. Al mirar su reloj, vio que hacía menos de media hora que había hablado con Anderson. No había pasado tiempo suficiente, se dijo mientras empezaba a pasearse de un lado a otro.

«Demasiado tiempo». Demasiado tiempo para que un niño estuviera solo. «¡Haz algo!» Las palabras surcaban su mente a toda velocidad mientras trataba de encontrar algo sólido a lo que aferrarse. Ella siempre era capaz de hacer algo, fuera cual fuese la situación.

No había respuestas y, si no las había, tampoco había elección. Solo podía esperar. No tener respuestas, ni otra elección más que la espera... Oyó que la puerta se cerraba y se dio la vuelta. Alzó las manos y las dejó caer, impotente.
-Lali: Peter... ¡Oh, Dios! No sé qué hacer. Debe de haber algo que... lo que sea...
Sin decir palabra, Peter se acercó a ella, la envolvió en sus brazos y dejó que se aferrara a él. Era extraño que hubiera hecho falta algo así, algo tan terrible para ella, para que Peter se diera cuenta de que Lali lo necesitaba tanto como él a ella. Todas las dudas que tenía y el enojo que había sentido porque le hubiera ocultado aquella parte de su vida, parecieron desvanecerse de pronto. El amor era más sencillo de lo que nunca había imaginado.
-Peter: Siéntate, Lali -mientras hablaba, la llevó hacia una silla-. Voy a prepararte una copa.
-Lali: No, yo...
-Peter: Siéntate -repitió con firmeza-. o te traeré un tranquilizante.
-Lali: No necesito un tranquilizante.
Él asintió, notando con alivio el tono áspero de su respuesta. Si estaba enfadada, aunque fuera solo un poco, no se derrumbaría.
-Peter: Entonces, voy a hacer café.
En cuanto Peter entró en la cocina, Lali se levantó de nuevo. Le resultaba imposible quedarse sentada, no podía estarse quieta. No debía haber aceptado volver a casa, se decía. Debía haber insistido en ir a casa de los Anderson a buscar a Chris. Allí no podía hacer nada... Nada. Pero si Chris llamaba y ella no estaba allí para responder... Oh, Dios. Se llevó las manos a la cara e intentó no echarse a llorar. ¿Qué hora era? Al mirar su reloj, sintió que la acometía un primer sollozo histérico.
-Peter: Lali -llevaba dos tazas de café caliente y fuerte. Vio que ella se estremecía y que intentaba sofocar los sollozos, pero lágrimas corrían ya libremente por sus mejillas.
-Lali: ¿Dónde estará, Peter? No es más que un niño. No les tiene miedo a los extraños. Es culpa mía porque yo...
-Peter: Basta -dijo él suavemente, pero su voz atajó los balbuceos de Lali. Le tendió la taza y esperó a que ella le diera la suya. Le temblaba tanto que estuvo a punto de derramar el café. Ella se sentó otra vez-. Háblame de él.
Ella se quedó mirando un momento el café, como si no supiera qué era, ni cómo había llegado a sus manos.
-Lali: Tiene cuatro años... casi cinco. Quiere un camión, un camión amarillo, para su cumpleaños. Le gusta fantasear -alzando la copa, tragó el café y, al sentir que le quemaba la boca, se calmó un poco-. Tiene una imaginación maravillosa. Puedes darle una caja de cartón y verá en ella una nave espacial, un submarino, una tumba egipcia. Lo ve de verdad, ¿sabes lo que quiero decir?
-Peter: Sí -él puso una mano sobre la de ella, sentándose a su lado.
-Lali: Cuando Jeremy y Barbara murieron, quedó tan perdido... Era maravilloso verlos a los tres juntos. Eran tan felices... -sus ojos se posaron en los guantes de boxeo que colgaban tras la puerta. Los guantes de Jeremy. Algún día serían de Chris. Sintió un nudo en el estómago. Empezó a hablar atropelladamente-. Se parece mucho a su padre. Tiene su mismo encanto, su misma curiosidad. Los Anderson, los padres de Barbara, nunca quisieron a Jeremy. No querían que Barbara se casara con él, y casi no se vieron desde su boda. Después... después del accidente, fueron nombrados tutores de Chris. Yo quería quedarme con él, pero parecía natural que se fuera a vivir con ellos. Tenían una casa, un jardín, una familia, pero... -interrumpiéndose lanzó una mirada desesperada al teléfono.
-Peter: ¿Pero? -insistió él.
-Lali: No comprenden a Chris. Él finge ser un arqueólogo y excava un hoyo en el jardín...
-Peter: Eso molestaría a cualquiera -dijo, esbozando una leve sonrisa.
-Lali: Pero no abriría hoyos en el jardín si alguien lo llevara a la explanada de arena del parque y le dijera que es un desierto. Los Anderson se limitan a castigarlo, en vez de encauzar su imaginación.
-Peter: Así que decidiste luchar por él.
-Lali: Sí -se humedeció los labios-. Si eso fuera todo, no habría iniciado el proceso. Pero ellos no lo quieren -sus ojos brillaron al alzar la mirada-. Solo se sienten responsables de él. No soporto pensar que vaya a crecer sin el amor que merece.
«¿Dónde está, dónde está, dónde está?»
-Peter: No será así -la atrajo hacia sí para besar las lágrimas que se agolpaban en las comisuras de sus ojos-. Cuando consigas la custodia, nosotros nos ocuparemos de ello.
Ella se apartó cautelosamente, aunque seguía apretándole con fuerza los hombros.
-Lali: ¿Nosotros?
Peter alzó las cejas.
-Peter: ¿Chris no forma parte de tu vida?
-Lali: Sí, él...
-Peter: Entonces, también forma parte de la mía.
A ella le tembló la boca antes de que pudiera hablar.
-Lali: ¿Sin preguntas?
-Peter: He perdido mucho tiempo en preguntas. A veces, no hay ninguna necesidad de hacerlas -se llevó los dedos de Lali a los labios-. Te amo.
-Lali: Estoy tan asustada, Peter -apoyó la cabeza en él. Y entonces el dique se rompió.

Peter la dejó llorar. Dejó que lo abrazara y extrajera toda la fuerza que pudiera encontrar en él. Él vivía de las palabras, pero sabía cuándo eran inútiles, por muy sabias que fueran. De modo que se limitó a abrazarla en silencio.
Llorar le sentaría bien, pensaba mientras le acariciaba el pelo. Le permitiría ceder al miedo sin ponerle nombre. Mientras ella lloraba, Peter deseaba que sonara el teléfono. Pero su deseo no se cumplió.
El dolor dejó a Lali exhausta. Apoyada contra Peter, aturdida y desorientada, consciente solo del dolor hueco que sentía, intentó comprender cuál era la razón de su estado. Chris. Había desaparecido. El teléfono no había sonado. Chris seguía perdido.
-Lali: La hora -murmuró, mirando con ojos hinchados el teléfono por encima del hombro de Peter-. ¿Qué hora es?
-Peter: Casi las cuatro  -contestó él, apesadumbrado. Le entristeció sentir que Lali se sobresaltaba. Podía decirle docenas de cosas para consolarla. Todas ellas inútiles-. Haré más café.
Cuando llamaron a la puerta, Lali miró a su alrededor, aturdida. No quería compañía. Ignorando la llamada, le dio la espalda a la puerta. Era el teléfono lo que importaba.
-Lali: Yo traeré el café -forzándose a moverse, se levantó-. Por favor, no quiero ver a nadie.
-Peter: Les diré que se vayan -se acercó a la puerta preparado para cerrarle el paso a quien quiera que hubiera llamado. Al abrirla, vio a una joven con un pañuelo en la cabeza y un mono manchado de pintura. Entonces vio al niño.

Continuará...

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Ya les subo el último cap!! gracias por las firmitas!
son lo mássssssssssssssssssssssssssssssssssssssss!!! :D

18 comentarios:

  1. mueroooooooooo por ver que pasraa depsuesss

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  2. Diossss quiero el final!! porfii subilo!!!

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  3. Peter un tierno!! Me encanta más!

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  11. Vivu ( @Lina _AR12)6 de mayo de 2012, 12:45

    Quiero uno como este Peter,es un divino,bajo esa coraza de hierro yo sabía q habia un tierno total q sólo temía ser lastimado,pero no dud´+o ponerse los pantalones para ayudar a Lali.ME ENCANTA!Y me pasa lo mismo de siempre...no quiero q termine!

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  12. AWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW ME MORI DE AMOR CON LO QUE LE DIJO PETER A LALI DE QUE LO IBAN A CUIDAR LOS DOS ES MUY TIERNO!!!!!!!!!!!!!! ME ENCANTOOOOOOO Y LO ENCONTRARONN!!!! :)

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  13. Sufres x la impotencia d k no sabes k hacer para k todo salga como quieres,si ir ,si no ir.

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