Capítulo 15

Peter y Pablo estaban parados juntos en un extremo del salón de baile, el aire estaba denso con la fragancia de rosas, los espacios fijados en las paredes habían sido llenados con minúsculos bancos tapizados de terciopelo, donde las viudas de título y las muchachas que no había sido invitadas a bailar, se sentaban en estrechos grupos cerrados. La música flotaba debajo de un balcón del piso superior, la pequeña orquesta estaba media cubierta por el enrejado del exuberante invernadero. Aunque esta fiesta ni se acercaba a las extravagantes reuniones de la quinta avenida a las que Lanzani había asistido, pondría a esos bailes opulentos verdes de envidia. Había una diferencia entre la calidad y la mera ostentación, pensó. Esa noción fue reforzada inmediatamente con la aparición de Lali.

Estaba deslumbrante, con cadenas de perlas blancas en su brillante pelo castaño, su cuerpo voluptuoso envuelto en un vestido azul que moldeaba firmemente el abultamiento de sus pechos. Un anillo doble de blancos pimpollos frescos estaba envuelto alrededor de una de sus muñecas enguantadas. Extendiendo las manos en señal de bienvenida, ella se dirigió a un grupo de huéspedes cercano a la puerta del salón de baile. Su sonrisa era un destello de magia. Mientras él la miraba, Lanzani notó algo sobre ella que no había registrado durante su encuentro, ella caminaba de manera diferente a lo que él recordaba. En vez de exhibir la gracia arrebatadora que ella había poseído cuando era una muchacha, Lali ahora se movía con movimientos lentos y deliberadamente pausados de un cisne que se desliza a través de un estanque inmóvil.

La entrada de Lali atrajo muchas mirada, y era obvio que Lanzani no era el único hombre que apreciaba su brillante encanto. Sin importar la tranquilidad su fachada, no había forma de disimular su luminosa sensualidad. Lanzani apenas podía refrenarse de ir hacia ella y arrastrarla lejos a un lugar oscuro, aislado. Él deseaba rasgar las perlas de su pelo, y presionar sus labios en sus pechos, y respirar el olor de su cuerpo hasta emborracharse.

-Pablo: Encantadora –comentó, siguiendo su mirada -Pero podrías encontrar a alguien así de atractiva en Nueva York -Lanzani le lanzó un vistazo falto de interés.

-Peter: Sé lo que podría encontrar en Nueva York -Su mirada regresó compulsivamente a Lali.

Pablo sonrió y rodó el pie de la copa entre sus largos dedos.

-Pablo: Aunque no afirmaría que todas las mujeres son semejantes, puedo decir con cierta autoridad que poseen el mismo equipo básico. ¿Qué hace que ésta sea tan infinitamente preferible a todo el resto? ¿El hecho de que no puedes tenerla?

Lanzani ni se molestó en contestar a tal estupidez. Sería imposible hacer que Pablo, o cualquier otra persona, entendiera. La oscura realidad era que él y Lali nunca se habían separados, podrían vivir en lados opuestos del mundo, y aun así se encontrarían juntos en una maraña infernal. ¿No tenerla? Él nunca había parado de tenerla. Ella había sido un perpetuo tormento. Ahora ella iba a sufrir por ello, como él había sufrido por muchos años.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la llegada de Lord Westcliff. Al igual que los otros hombres presentes, Westcliff estaba ataviado en diseño formal de negro y blanco, un saco suelto de solapas cortadas anchamente a la moda, pantalones habilidosamente hechos a medida. Él tenía la contextura poderosa de un deportista, y su comportamiento era directo más que calculador. Su semejanza al viejo Conde, sin embargo, causo una picazón de animosidad que Lanzani no pudo ignorar. Por otra parte, no muchos recibirían a un ex criado como a un estimado huésped Lanzani le daría eso.

Mientras Westcliff los saludaba, su expresión no era exactamente amistosa.

-Gas: Buenas tardes –murmuró -¿Están disfrutando de la velada, caballeros?

-Pablo: Absolutamente -Shaw dijo cordialmente, levantando su cristal en aprobación -Un whisky muy fino, milord.

-Gas: Excelente. Veré que le almacenen algo de esta particular cosecha en la casa de soltero para su conveniencia -La mirada fija de Westcliff se dirigió a Lanzani -¿Y usted, señor? ¿Qué piensa de su primera fiesta en Stony Cross Park?

-Peter: Parece diferente de este lado de las ventanas -contestó francamente.

Eso dibujó una sonrisa renuente en Westcliff.

-Gas: Es una gran distancia de los establos al salón de baile -reconoció -Y no muchos hombres podrían haberla atravesado.

Lanzani apenas oyó la observación. Su atención cambió a Lali, que se dirigía a saludar a un recién llegado.

Parecía que el invitado había llegado solo. Era un hombre bien parecido de no más de treinta años, con cierto atractivo rubio, comparable a Pablo. Sin embargo, mientras que Pablo era dorado y desgastado, este hombre era invernalmente bello, el pálido cabello dorado, sus ojos penetrantes. La visión de él con Lali, luz haciendo juego con oscuridad, era llamativamente atractiva.

Siguiendo su mirada, Gastón vio al par.

-Gas: Lord Sandridge –murmuró -Un amigo de la familia, y con gran respeto por parte de Lali.

-Peter: Así parece -dijo sin perderse el aire de intimidad entre los dos. Los celos lo recorrieron como una marea venenosa.

Gastón continuó de manera despreocupada.

-Gas: Han sido amigos por al menos cinco años. Mi hermana tiene una afinidad inusual con Sandridge, que me satisface mucho, pues deseo su felicidad sobretodo -Él les hizo una reverencia a ambos -A su servicio, caballeros.

Pablo sonrió mientras que miraba retirarse al Conde.

-Pablo: Un gran estratega nuestro Westcliff -murmuró -Parece que te está advirtiendo que te mantengas lejos de Lali, Lanzani -Peter le dio un vistazo condenante, aunque él estaba acostumbrado a los perversos comentarios sarcásticos de Pablo.

-Peter: Westcliff puede irse al infierno- gruñó -Junto con Sandridge.

-Pablo: ¿No tienes miedo de la competencia, entonces?

Lanzani arqueó una ceja y habló despectivamente.

-Peter: Después de cinco años de conocer a Lali, Sandridge todavía no la ha reclamado. Él no es lo que yo llamaría competencia, en ningún sentido de la palabra.

-Peter: No la ha reclamado públicamente -lo corrigió.

Lanzani sacudió su cabeza con una sonrisa débil.

-Pablo: A mi parecer, Pablo, es la única manera que cuenta.

Continuará…


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+35 firmitas!!! 

wow son rápidas!! jaja perdonen por ser tan lenta pero no tengo nada preparado y aparte hoy perdí mi partido de tenis y mis brazos no dan más, mis ojos se cierran y a parte entrené muchísimo jaja pero bueno hay que aprender a perder!... asi que les pido que me banquen un toque para subir los caps perdoooooonn!!  ^-^