Lali oyó que se acercaba un coche por el camino y dejó
escapar un suspiro de alivio. Luego se acercó a la ventana de la habitación que
había ocupado de niña y apartó las cortinas. Cuando vio que Peter se paraba en
medio de la escalera para insultar a las perritas, que estaban ladrando como
locas, tuvo que sonreír.
Estaba convencida de que saldría corriendo. Podría
haberse ido a la base durante un par de semanas para evitarla. Pero no lo había
hecho. Y ella sabía por qué.
Peter jamás admitiría que no era capaz de verla todos los
días. Jamás reconocería que su presencia lo preocupaba.
Estaba subiendo los escalones de dos en dos y el ritmo de
su corazón se aceleró al ver cómo se movía. Cuando entró en su apartamento, sin
mirar hacia la casa ni una sola vez, Lali estaba casi sin respiración.
-Lali: Muy bien —murmuró— A lo mejor soy yo quien debería
estar preocupada.
Cuando sonó el teléfono, se lanzó sobre la cama para
contestar.
-Lali: ¿Dígame?
-Mery: Así que estás ahí.
-Lali: Mery —Lali se tumbó de espaldas sobre la colcha
hecha a mano—. Sí, aquí estoy.
-Mery: ¿Lo has visto?
-Lali: Sí.
-Mery: ¿Y? —Lali empezó a jugar con el cordón del
teléfono.
-Lali: Y está igual que antes —En realidad, estaba mejor
que antes. Más guapo, más irresistible, más irritante.
-Mery: Así que sigues empeñada —Lali suspiró.
-Lali: Mery, ya hemos hablado de esto mil veces. No
quiero ir a un banco de esperma. ¿Te puedes imaginar esa conversación con mi
hijo? Sí, cariño, claro que tienes un papá. Es el número 3075. Es un número muy
bonito, ¿verdad? —Mery soltó una risita.
-Mery: Muy bien. Pero estoy preocupada.
-Lali: Y yo te lo agradezco —sonrió, mirando alrededor.
Su abuela no había cambiado nada. Los pósteres de Tahití y Londres en las
paredes, las estanterías llenas de libros y tesoros de su adolescencia, los
muebles que llevaban en la familia Espósito desde el principio de los tiempos.
Era reconfortante.
Y la sorprendía admitir cuánto necesitaba ese consuelo. Aunque
había nacido y crecido en aquella casa, en aquel pueblecito, llevaba mucho
tiempo fuera de allí. Y volver al pasado, aunque fuera brevemente, era un poco
aterrador.
-Mery: Quieres que te deje en paz —suspiró.
-Lali: Sí, más bien sí.
-Mery: Tony estaba seguro de que dirías eso —admitió—
¡Que sí, que sí! Ya sé que te debo cinco dólares —le gritó a su marido.
Lali rió y esa risa la relajó un poco.
-Lali: Me alegro de que hayas llamado.
-Mery: ¿Sí?
-Lali: Pues claro. Necesitaba oír una voz amiga.
-Mery: Me alegro de poder ayudar. Llámame si necesitas
contarme tus penas... o cualquier cosa.
-Lali: Lo haré. Nos vemos dentro de tres semanas.
Después de colgar Lali se sentó en la cama y miró
alrededor, sintiendo como si regresara al pasado. Vivía en aquella habitación
cuando Peter y ella empezaron a salir...
Le parecía como si hubiera pasado una eternidad.
Entonces trabajaba a tiempo parcial en Diego's, un
elegante bar del puerto, y estudiaba en la universidad durante el día. Peter
era teniente, las alas de piloto de su chaqueta militar todavía brillantes. Una
noche entró en el bar y, como en los clichés más cursis, sus ojos se
encontraron y allí empezó todo.
No se separaron ni un minuto desde entonces. Y luego
disgustaron a las dos familias casándose en secreto. Pero estaban locos el uno
por el otro y no podían esperar.
En lugar de una boda con todos los parientes, se casaron solos
ante un juez de paz. Lali llevaba en la mano una rosa que Peter había cortado
del jardín del Ayuntamiento y sabía, en lo más profundo de su corazón, que
aquel hombre era su alma gemela. El único hombre en el mundo al que podría
amar.
Habían estado juntos durante un año. Y entonces Peter
soltó la bomba: quería el divorcio. Así, sin dar explicaciones.
A la mañana siguiente se marchó a una misión que duró
seis meses.
-Lali: Almas gemelas —murmuró, intentando convencerse de
que el dolor que le encogía el corazón era sólo el eco del pasado.
Al día siguiente, Lali se puso a trabajar en el jardín. A
su abuela le encantaban las flores, pero no era muy aficionada a la jardinería.
Decía que el problema no era ponerse de rodillas sobre la tierra, sino
levantarse. Pero Lali sabía la verdad: su abuela odiaba cortar las malas
hierbas, así de sencillo.
Las rosas estaban cayéndose, las margaritas gigantes casi
ahogadas por los dientes de león y las nomeolvides se habían rendido. Lali se
puso de rodillas sobre la hierba y empezó a trabajar. Por la ventana abierta
del salón salían las notas de un rock clásico. Los gritos de unos chicos que
jugaban al baloncesto y los ladridos de Muffin y Peaches cada vez que algo
interesante, una mariposa, por ejemplo, que pasaba por su campo de visión,
servían de fondo.
Llevaba una hora cortando malas hierbas, y cuando se
levantó, tuvo que llevarse una mano a los riñones por la falta de costumbre. En
su apartamento de Manhattan Beach tenía que contentarse con unos cuantos
tiestos en el balcón. Además, siempre estaba muy ocupada trabajando o pensando
en trabajar o planeando trabajar...
¿Qué le había pasado?, se preguntó. ¿Cuándo había perdido
el sentido del equilibrio? ¿Cuándo el trabajo empezó a ser más importante que
vivir?
Pero sabía la respuesta. Era como si el centro de toda su
vida fuera Peter. Se había enterrado en el trabajo después del divorcio, como
si haciendo eso pudiera olvidar la soledad. Pero no había funcionado. Lali dejó
escapar un largo suspiro.
Le gustaba estar en aquel jardín. Le gustaba no tener que
mirar el reloj o preocuparse por una reunión. Le gustaba estar allí,
sencillamente. Aunque la humedad en Carolina del Sur fuera casi insoportable.
De repente, un estruendo que hizo retumbar los cristales
de las ventanas la obligó a levantar la cabeza. Un F-18 estaba cruzando el
cielo, dejando una estela blanca a su paso. Se le encogió el corazón, como
ocurría cada vez que veía un avión militar, porque imaginaba que Peter estaría
pilotándolo...
Siempre se había sentido orgullosa de él. También tenía
miedo, claro, pero cuando una se casa con un piloto, eso era parte del paquete.
Levantó una mano para protegerse los ojos del sol
mientras seguía la trayectoria del avión...
—Bonito, ¿eh? —oyó una voz tras ella.
Lali se volvió. No lo había oído llegar y no había
esperado que volviera a casa tan temprano. De hecho, pensaba que pasaría allí
el menor tiempo posible.
Pero allí estaba.
Más alto que la mayoría de los pilotos, Peter solía
quejarse porque la cabina de los F-18 era muy estrecha. Pero a Lali siempre le
había gustado que fuera mucho más alto que ella. Excepto cuando estaba de pie y
tenía que inclinar la cabeza hasta casi partirse el cuello para mirarlo a los
ojos.
Estaba de espaldas al sol y no podía verle la cara, pero
sabía que estaba mirándola mientras se quitaba los guantes de jardinería.
-Lali: ¿Qué has dicho? Ah, sí, el jet. Muy bonito.
-Peter: No me refería al jet, pero bueno... —Lali tragó
saliva. Pero un piropo no significaba nada, pensó. Peter siempre había sabido
qué decir, cómo hacer que se le pasara un enfado y... qué palabras susurrar
para quitarle las bragas.
Al recordar eso, empezaron a temblarle las piernas.
-Lali: Peter...
-Peter: Lali...
Habían empezado a hablar a la vez y se callaron los dos,
incómodos. Lali sintió pena por esa sensación de incomodidad. ¿Cómo habían
llegado hasta ahí?, se preguntó. ¿Dónde había ido la pasión, el amor que
sentían el uno por el otro?
-Peter: Tú primero —dijo él.
-Lali: No, empieza tú —Peter se metió las manos en los
bolsillos del pantalón y miró hacia el suelo, nervioso.
-Peter: Esto no es fácil para mí, pero... —Mientras
hablaba, ella estaba observándolo. Y entonces, cuando se le pasó la sorpresa de
verlo, empezó a ver cosas que no le cuadraban. Cómo movía la cabeza, por
ejemplo; cómo encogía un poco los hombros... parecía diferente. Y no era sólo
diferente, la hacía sentir diferente.
No había electricidad, no había tensión sexual. Y pasara
lo que pasara, entre Peter y ella siempre había habido tensión sexual. Cuando
estaba cerca de Peter, sentía un escalofrío de los pies a la cabeza.
Pero en aquel momento no sentía absolutamente nada.
Después de analizar esa información, Lali tuvo que
apretar los labios, furiosa.
Se habían cambiado.
-Peter: ...sé que no tengo derecho a pedírtelo —estaba
diciendo él. Tenía que ser Eliseo, pensó. Porque Germán no lo habría intentado
siquiera. Lali sonrió —¿Lo ves? Ya sabía yo que serías razonable. No tiene
sentido que estés aquí cuando los dos nos sentimos incómodos.
-Lali: ¿Incómodos? Peter, cariño, nos conocemos demasiado
bien como para sentirnos incómodos.
-Peter: ¿Eh? — Lali dio un paso adelante, disfrutando de
la confusión del hombre, y levantó una mano para acariciar su cara.
-Lali: Te he echado de menos, Peter. Me siento... tan
sola —Dejó que esa palabra quedara colgada en el aire y vio cómo en los ojos de
Eliseo aparecía un brillo de pánico.
-Peter: No creo que lo digas en serio...
-Lali: Peter, cielo, ¿tú no me has echado de menos?
-Peter: Sí, sí, claro —dijo Eliseo mirando alrededor,
como buscando una salida.
Lali dio otro paso adelante y le echó los brazos al
cuello, apretando sus pechos contra el torso masculino. Eliseo sacó las manos
de los bolsillos e intentó apartarla.
-Lali: Bésame, Eliseo.
-Peter: Besarte... ¿has dicho Eliseo?
-Lali: ¡Pues claro que he dicho Eliseo, idiota! —Lali lo
soltó, dando un paso atrás.
-Eliseo: Mira...
-Lali: ¿De verdad creías que ibas a engañarme?
-Eliseo: No sé de qué estás hablando... —Lali estaba tan
furiosa que no le sorprendería nada que le saliera humo por las orejas.
-Lali: Claro que lo sabes. Pero parece que Peter y tú
olvidaron algo importante: siempre he
podido distinguiros, pedazo de tarugos.
Eliseo se pasó una mano por la cara.
-Eliseo: Sí, bueno, parece que no ha sido buena idea...
-Lali: No me lo puedo creer. ¿Seguimos en el instituto o
qué? ¿Qué pensabas hacer, convencerme para que me fuera de Baywater? Si no
recuerdo mal, ésta es la casa de mi abuela —Eliseo levantó las manos en señal de rendición.
-Eliseo: Sí, bueno, no te enfades. Es que...
-Lali: ¿Qué? —lo interrumpió ella, avanzando para
obligarlo a recular—. ¿Qué era esto, una broma?
-Eliseo: ¡No! —iba a decir algo, pero tropezó con la
manguera mientras iba hacia el coche—. Peter pensó que... bueno, quiero decir
que a mí se me ocurrió...
Muffin y Peaches empezaron a ladrar como locas.
-Lali: Fue idea de Peter, ¿verdad?
-Eliseo: No... sí... fue sólo una idea. Una tontería, en
realidad.
-Lali: Una tontería, desde luego. ¿A quién se le ocurre?
-Eliseo: Sí, tienes razón. Una idea estúpida.
-Lali: ¿Dónde está Peter?
-Eliseo: Lali... —Ella lo fulminó con la mirada, pero
sabía que Eliseo no iba a delatar a su hermano. Y no tenía que hacerlo.
-Lali: Da igual. Tiene que volver a casa tarde o
temprano.
-Eliseo: Sí, sí, claro —había llegado hasta su coche y
abrió la puerta a toda prisa. Pero antes de que pudiera cerrarla, Lali la
sujetó.
-Lali: Escúchame, Eliseo Lanzani...
-Eliseo: Estoy escuchando, estoy escuchando.
-Lali: Dile a tu hermano que quiero hablar con él.
-Eliseo: Sí, se lo diré, no te preocupes.
-Lali: Y no vuelvas a intentarlo.
-Eliseo: No, de eso nada. Me das miedo —Ahora que el
enfado se le había pasado un poco, Lali casi podía ver el humor en la
situación. Pero no pensaba sonreír —¿Sabes una cosa, Lali?
-Lali: ¿Qué?
-Eliseo: Aunque acabas de quitarme cinco años de vida, me
alegro de tenerte por aquí —Ella sonrió entonces. Habría sido imposible no
hacerlo. Ninguna mujer podía contener una sonrisa con aquellos malditos Lanzani.
-Lali: Vete, Eliseo.
-Eliseo: Sí, señora.
Lali cerró la puerta del coche y lo vio alejarse al final
de la calle. En cuanto dobló la esquina, se dirigió hacia la casa. Si Peter y
ella iban a tener una discusión, no pensaba hacerlo con las manos manchadas de
tierra.
Continuará....
+ 30 firmas
y MÁS..... :D
buenisima quiero mas capitulos amo esta nove
ResponderEliminaraaaaahhhh mas nove!!!
ResponderEliminarmás más más
ResponderEliminarSabia q se iba a dar cuanta!! Me encanta, aguante el poder femenino jaja! Eliseo salio como un perrito asustado!
ResponderEliminarME ENCANTAAA!
ResponderEliminarme encanto pobre eliseo salio corriendo
ResponderEliminarMAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS
ResponderEliminarMAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS
MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS
MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS
NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE
ResponderEliminarNOVE NOVE NOVE NOVE NOVE
NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE
M
ResponderEliminarE
ResponderEliminarme esta encantando esta nove
ResponderEliminarE
ResponderEliminarN
ResponderEliminarC
ResponderEliminarA
ResponderEliminarJAJAJAJAJA me mori cuando Lali dijo qe palabras decir para sacarle las bragas o algo asi! JAJAJAJA me re tente, y cuando le dijo besame Eliseo me magine la Dueña y AHHHHH por dios!!!! :D ♥ me encanta aaa a a a a esta noveeee mas!!!
ResponderEliminarT
ResponderEliminarM
ResponderEliminarMASSSSSSS NOVEEEEEE!!!!!! :D MASSSSSSS NOVEEEEEE :) ♥
ResponderEliminarS
ResponderEliminarQEREMOS MAS NOVEEEEE!!!!!! FALTA POCOO PARA PASAR LAS 20 FIRMAS!!! ♥ MASSSS MASSSS
ResponderEliminarQ tontos con ese jueguito!Y q bien Lali lo descubrió enseguida!
ResponderEliminarY YA HABIAMOS PASANDO LOS 20 COMENTARIOS :P JAJAJAJAJA MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS NOVEEEEEE ♥
ResponderEliminarmas mas mas mas ams a
ResponderEliminarnove nove nove nove
ResponderEliminarMe encantó que lo haya reconocido a Eliseo!!Muero por seguir leyendo más capítulos!!Excelente la nove!!
ResponderEliminarBesos!!
ya esta pasamos las 300 mas noveeeeeee :) jajajaja ♥
ResponderEliminarNo me canso de decirlo qeremos masssss noveeeeee mas noveeeeee!!!!!! :D
ResponderEliminarla nove esta buenisimaaaa
ResponderEliminarcada vez se pone mejor!!!!
espero el siguiente capi
saludos
carmen
=)
me falta leer enredo y ya me lei TODAS TUS NOVES!!!!!!!!! :D me encantaronnnn estan buenisimas!!!!! ♥
ResponderEliminarSUBE MASSSSSSSSSS
ResponderEliminarnove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove
ResponderEliminarnove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove
ResponderEliminarjaajaja me muero me de imaginarme esa escena too much!!
ResponderEliminaresperando el cap 6 !!!!! ya se qe soy insoportable pero tus noves estan buenisimas!!! ♥
ResponderEliminar♥
ResponderEliminarPobre Eliseo ,salió x patas,ya se veía besando a Lali ,y Peter moliendolo a palos,jajaja,no aguantó la presión d su ex cuñadita.
ResponderEliminarSiempre he querido saber distinguir entre mellizos identicos... Menos mal cada uno forja su personaldad porque sino la verdad estaria en graves problemas
ResponderEliminarJajajajaja me mato este cap!
ResponderEliminarMe ENCANTO =) una genia Lali!
Y me mato Eliseo todo nervios XD
Muy bueno lali...cantale las 40 a Peter jajaja
ResponderEliminarMe encanta
Me encanto!
ResponderEliminarjajaja Que genia Lali! y Eliseo ;) jaja