Capítulo Dieciocho: ¡Cásate conmigo!

-Euge: Lali, me alegro de que hayas venido.

Las dos mujeres se abrazaron en el pasillo del hospital.

-Lali: ¿Cómo está? -preguntó preocupada.

-Euge: Tiene muchas heridas y arañazos. Los médicos dicen que se podrá ir a casa dentro de un par de horas y que deberá estar bien dentro de unos días. Nos ha dado un buen susto a todos. Vamos, una sonrisa tuya debería animarlo. Ha estado muy desagradable con todo el mundo desde que lo trajeron hace una hora.

-Lali: ¿De verdad crees que debo entrar? Puede que no le apetezca tener compañía. Sobre todo tan pronto, y yo podría...

Pero Euge ya la estaba haciendo entrar por la puerta.

Pablo y Nico ya estaban dentro junto a la cama, riendo como si alguien hubiera contado un chiste, y Rochi estaba agitando la cabeza mientras llenaba un vaso de agua.

Tumbado en la cama, con la bata azul del hospital y un gran vendaje en la cabeza, estaba Agus.

Todo el mundo se calló cuando ella entró. Ella se agitó nerviosamente y luego miró a Agus.

-Lali: ¿Cómo te encuentras? -le preguntó.

Él sonrió levemente, pero el dolor que sentía era evidente en sus ojos.

-Agus: Estoy seguro de que un beso me haría sentir mejor -respondió.

Rochi hizo girar los ojos en sus órbitas y le dio el vaso de agua a Agus.

-Rochi: Eso mismo le ha dicho a la enfermera hace un cuarto de hora, justo antes de que ella le pusiera una inyección en el trasero.

Lali se acercó a la cama y le dio un beso junto a la venda de la frente. Él cerró los ojos y suspiró.

-Agus: Ahora puedo morir feliz.

-Euge: Eso mismo se lo ha dicho también a la enfermera que le ha ahuecado la almohada hace un momento -dijo.

-Lali: ¿Peter no ha venido todavía?

-Euge: Lo he localizado hace unos diez minutos. Llegará en cualquier momento.

Cuando Euge no lo había podido localizar en su casa ni en la taberna, había llamado a casa de Lali pensando que, tal vez, él había pasado la noche allí. Lali no quería saber dónde lo había encontrado por fin. No quería saber si había pasado la noche con alguien. Seguía estando demasiado frágil como para pensar en él con otra mujer, abrazándola, besándola, haciendo el amor con ella.

Pero no quería pensar ahora en Peter. Estaba allí por Agus, así que tomó su mano y le dijo:

-Lali: ¿Qué te ha pasado?

                                                           

Agus agitó la cabeza e hizo un gesto de dolor.

-Agus: No lo sé. Lo último que recuerdo es cuando estaba brindando con Can y Vico en la fiesta. Lo siguiente que sé es que me desperté en esta cama con un potente dolor de cabeza.

-Nico: Lo encontraron en Jordan's Junction, inconsciente en su camioneta -dijo- Parece que patinó en una plancha de hielo y se salió de la carretera.

-Euge: ¿Lo que estaba haciendo en Jordan's Junction a las seis y media de la madrugada sigue siendo un misterio -dijo cruzándose de brazos.

-Lali: ¿Lo saben ya Can y Vico?

Euge agitó la cabeza.

-Euge: Se fueron de viaje de novios directamente después de la fiesta. Me imagino que ahora estarán desayunando en alguna playa de St. Tho-mas, en el Caribe.

-Pablo: Seguro que sí -dijo mirando a los demás hombres, que asintieron sonriendo.

Euge hizo girar los ojos en sus órbitas.

-Euge: Muy bien, estarán desayunando en su habitación. En cualquier caso, todos hemos decidido que, dado que Agus está bien, no se lo vamos a contar hasta que vuelvan dentro de dos semanas.

-Peter: A Vico no le va a gusta eso.

Todos se volvieron cuando oyeron la voz de Peter desde la puerta.

Cuando lo vio allí, a Lali se le secó la garganta. Llevaba la misma ropa que la noche anterior, pero más arrugada y estaba despeinado. No se había afeitado y tenía los ojos rojos.

Parecía como si no hubiera dormido en toda la noche.

La miró por un breve momento, pero luego le dirigió toda su atención a Agus. Ella le soltó la mano y se apartó.

-Peter: ¿Estás bien? -le preguntó él a su hermano.

-Agus: Hay unas guapas enfermeras que vienen a ponerme cómodo y unas chicas igual de guapas junto a mi cama. Tal vez me haya muerto y esté en el paraíso.

Peter frunció el ceño.

                                                           

-Peter: No tiene gracia, hermano. He visto tu furgoneta cuando se la llevaba la grúa. Tenía el mismo mal aspecto que tiene ahora tu cara.

-Agus: Maldita sea. Me gustaba esa furgoneta.

Mientras seguían hablando, Lali se fue acercando a la puerta y salió de allí. No quería dejarse llevar por sus emociones. Era evidente que él había estado fuera toda la noche y, sin embargo, nada más verlo, lo primero que había deseado había sido arrojarse a sus brazos y decirle que lo amaba.

Por suerte, no lo había hecho.

--

Lali estaba recitándole los platos del día a una pareja de clientes que ya se habían hecho habituales del restaurante, como otros muchos habitantes del pueblo.

Incluso su abuelo había admitido por fin que había hecho un buen trabajo, cosa que había hecho que ella casi se desmayara. Esa noche, él estaba en el restaurante con un grupo de abogados y sus esposas y podía oír sus alabanzas a la cocina de su nieta mientras Nell les descorchaba una botella de vino.

Y, sin embargo, lo único que quería Lali en esos momentos era sentarse en el suelo y ponerse a llorar. No podía dejar de pensar en Peter y en lo mucho que lo amaba.

Poco después, entraron en el restaurante Euge y Rochi, que la saludaron con la mano y se sentaron en una mesa que Lali llamaba su Mesa de la Ultima Oportunidad... No solo tenía una visión directa de la puerta de la cocina, sino que estaba en el camino de los camareros que entraban y salían de ella. Les ofreció sentarlas en otra parte, pero sonrieron y se negaron a hacerlo.

-Lali: ¿Cómo está Agus? -les preguntó.

-Euge: Lo han mandado a casa este mediodía -dijo sonriendo-. Seguramente para que deje de ligar con las enfermeras. Por lo que me ha dicho una bonita morena con la que ha estado tonteando, tengo la sensación de que va a recibir algunas curas a domicilio.

-Rochi: Nico y Pablo llegarán pronto -intervino-. Esperábamos poder hablar contigo de una cosa antes de que lo hicieran.

-Lali: Bueno...

Lali miró a su alrededor y vio que todo estaba controlado y Nell le había dicho que todo iba perfectamente en la cocina.

-Lali: Tengo unos minutos -añadió preguntándose nerviosamente de qué le querrían hablar- Pero tengo que ayudar a servir cuando lleguen los pedidos.

-Rochi: No será mucho tiempo. Tenemos que hablarte de Peter.

A Lali se le retorcieron las entrañas.

-Lali: Euge, Rochi. Realmente...

-Euge: Es serio –susurró- Se ha vuelto loco.

-Lali: ¿Qué quieres decir?

-Rochi: Que se ha pasado de la raya -respondió- Creemos que necesita ser encerrado antes de que se haga daño a sí mismo.

-Lali: Eso es ridículo.

Lali se rio, pero se interrumpió cuando vio que las otras dos estaban muy serias.

Aquello era absurdo. Agitó la cabeza y luego se quedó muy quieta cuando Peter entró en el restaurante. Iba de chaqueta, no la de la noche de la fiesta, sino otra.

-Peter: Lamento llegar tarde, La —dijo aproximándose a ella.

-Lali: ¿Tarde?

Ella no tenía ni idea de qué le estaba hablando. Peter se fijó entonces en Euge y Rochi.

-Peter: Buenas noches, señoras. ¿Puedo ofrecerles algo? ¿Una copa de vino, quizás?

¿Qué estaba pasando allí? Atontada, Lali solo pudo observar.

-Euge: Yo prefiero sidra, Ro el vino –dijo suavemente.

Él se sacó una libreta del bolsillo y tomó nota.

                                                           

-Peter: ¿Algo más? Esta noche tenemos un notable quiche, con queso de cabra y un poco de estragón.

-Rochi: De momento, solo las bebidas -dijo y tomó la carta.

-Peter: Muy bien entonces -respondió él con sus mejores modales de camarero.

Se volvió y se dirigió a otra mesa, pero entonces Lali lo alcanzó y le agarró el brazo.

-Lali: ¿Qué te crees que estás haciendo?

Era evidente que se había vuelto loco. Euge y Rochi tenían razón.

-Peter: ¿No era esa la apuesta? -preguntó él con cara de extrañeza-. Se suponía que yo debía llevar chaqueta oscura, servir las mesas y hacer quiche si perdía, ¿no?

La apuesta. Él estaba pagando haber perdido. Y precisamente ahora.

-Lali: Peter, esto no tiene gracia.

-Euge: Pues nosotras creemos que tiene mucha –murmuró desde detrás de ellos dos.

Pero Peter se limitó a levantar una ceja.

-Peter: No estoy tratando de ser gracioso -dijo-. Tú deberías haber ganado esa partida, La. Yo hice trampa para darte una lección y se me escapó de las manos. Lo siento. Y ahora estoy cumpliendo con mi parte del trato.

La mirada de decisión de él le indicó a Lali que no iba a conseguir nada y no quería montar vina escena. Así que, cuando él se dirigió a otra mesa a tomarles nota, ella solo pudo quedarse allí, mirándolo incrédula.

Entonces aparecieron Nico y Pablo y miraron a Peter. Lali se percató de que Nico sonrió levemente, pero luego se dedicaron su atención a sus esposas y se sentaron con ellas a la mesa.

Ese tenía que ser uno de esos sueños sin sentido, decidió. Ninguna otra cosa podía explicar el comportamiento extraño de todos los que la rodeaban. Seguro que se despertaría en cualquier momento, con el corazón acelerado, sudorosa y agitada.

Pero estaba despierta, el corazón le latía a toda velocidad, le sudaban las manos y le costaba trabajo respirar.

Se dio cuenta de que todo el mundo la estaba mirando, como si estuvieran esperando que algo sucediera.

Bueno, ella tenía que llevar un restaurante, pensó mirando hacia la cocina. Entonces cayó en que hacía ya mucho tiempo que no salía ningún plato de allí. Lo último que necesitaba era un problema en la cocina. En ese momento tenía más problemas de los que podía controlar allí fuera.

No tenía tiempo para jugar con Peter, así que se dirigió a la cocina. Si él quería servir las mesas, muy bien, que lo hiciera. Pero eso no iba a cambiar nada entre ellos dos, nada en...

Le sorprendió cuando empujó la puerta de la cocina y no se abrió. Preguntándose qué más podía ir mal esa noche, apretó con más fuerza y la abrió por fin.

Rosas.

Miles de ellas de todos los colores, que le cayeron encima como un alud. Sorprendida, retrocedió, pero perdió pie y cayó de espaldas sobre una alfombra de flores, por suerte sin espinas.

Cuando se detuvo la riada de rosas, miró fijamente a Peter, que estaba a su lado, de pie y mirándola.

Entornó los párpados, enfadada.

-Lali: Tú... Tú...

Entonces tomó un puñado de rosas y se los arrojó.

-Lali: ¡Estás loco! -exclamó.

-Peter: Ciertamente.

Peter se arrodilló a su lado y sonrió.

-Lali: Rochi tiene razón -dijo ella y le tiró otro puñado de flores-. Deberían encerrarte.

-Peter: Muy bien. Lo haré si lo haces tú también.

-Lali: ¿Qué?

-Peter: Encerrarte. Conmigo. Solo conmigo.

Ella se quedó helada cuando Peter se metió la mano en el bolsillo y sacó una cajita de terciopelo negro. Tenía la mano tan firme como la mirada cuando se la dio.

El corazón le latió aceleradamente cuando la tomó de su mano.

                                                           

Dentro había un anillo con un precioso diamante. El nudo que tenía en la garganta le impidió hablar.

-Peter: ¿Quieres casarte conmigo? -le preguntó él delante de todos los presentes, que ahora los estaban observando directamente.

Incluso Latona, su cocinera, había salido de la cocina con su gorro y una espumadera en la mano y ojos llorosos.

Cuando Lali no contestó, a Peter se le secó la garganta. El pensamiento de que podía haberla perdido para siempre fue como un cuchillo en sus entrañas. Ahora estaba en un terreno movedizo y poco conocido y solo podía confiar en que lo guiaran su instinto y el corazón;

-Peter: Yo te amo -dijo- Y quiero casarme contigo porque eres la primera persona a la que quiero ver cuando despierto, y la única a la que quiero dar un beso de buenas noches.  Amo la forma en que se te iluminan los ojos cuando sonríes, el sonido de tu risa, tu entusiasmo por la vida y por...

Entonces pensó que no debía mencionar nada sobre su forma de hacer el amor delante de toda esa gente, sobre todo del abuelo de ella, que lo estaba mirando muy duramente en ese momento.

Tragó saliva y continuó:

-Peter: Incluso amo esa forma esnob con que levantas la nariz cuando crees que sabes más que yo de algo.

-Lali: Y es que sé más que tú -dijo ella, pero sin ningún reto en su voz.

Seguía mirando atontada el anillo con los labios entreabiertos.

-Peter: Entonces sabrás que te amo y que te necesito más que el aire que respiro. Por favor, La, cásate conmigo. Por favor.

El olor a rosas llenaba todo el restaurante. Peter contuvo la respiración. Pareció como si todos hicieran lo mismo. Ella lo miró con los ojos llenos de lágrimas.

-Lali: Sí -susurró-. Sí, sí.

Entonces lo abrazó y un grito de ánimo y alegría surgió de todas las gargantas. Silbaron y aplaudieron, golpearon los vasos con los cubiertos y él la levantó del vuelo y la besó apasionadamente.

-Peter: Dime que tú también me amas -dijo él contra sus labios -Necesito oírlo.

Ella le rodeó fuertemente el cuello con los brazos.

-Lali: Por supuesto que te amo, cariño.

Él la volvió a besar y, cuando se separaron, Nell les dijo que lo tenían todo controlado y que se fueran a celebrarlo.

Salieron del restaurante entre aplausos y se dirigieron inmediatamente a casa de ella.

Cuando estuvieron allí, a solas, él la volvió a besar, larga y lentamente.

-Peter: Ya sabes que, mañana, todo el pueblo estará hablando de nosotros dos, ¿no? -murmuró él entre besos.

-Lali: Que hablen. Siempre que tú me ames, nada podrá hacerme daño nunca más. Y oye, ¿cómo es que has conseguido meter todas esas rosas en mi cocina sin que me diera cuenta?

-Peter: Es un secreto. Tal vez te lo cuente dentro de cincuenta o sesenta años.

Lali sonrió, se apartó de él y retrocedió hacia su dormitorio.

-Lali: Te apuesto lo que quieras a que consigo que me lo cuentes ahora -dijo.

-Peter: Mi amor, esa es, definitivamente, una apuesta que voy a perder.

FIN

Suerte que no fue Peter el del accidente! :D

Espero que les haya gustado esta fic! 

MUCHASSSSS GRACIAS POR LAS FIRMITAS!!...  solonovelaliter no te preocupes! :) gracias por leer vvanne si es de Kleypas y el libro que leíste era Sucedió en otoño que es la historia del hermano de Lali de la serie Wallflowers!... muy buen libro! SweetLaliter ALEEE!! Lilibeth, vsyasabs_laliter, Carmen, @angie232alma, Lina Montoya JAJAJAJA SOS UNA GENIA!! Andre!, Ana, Frilaltier, Maquitoo, Y@yoo.. ,vagomi... no me canso de darte las gracias! 

GRACIAS POR FIRMAR Y PERDÓN POR EL RETRASO!... tuve un problema de cuatro patas >:( 

jaja 

Besos y vamossssssssss por la siguiente!