Cuando Lali salió de los servicios del bar de carretera
donde le acababa de pedir un cigarrillo a una señora, vio que Peter estaba
ligando de nuevo con una camarera.
Aunque él le había dejado claro que no tenía intención de
tomarse en serio su matrimonio, verlo actuar de esa manera la deprimió. Cuando
lo observó asentir con la cabeza a algo que le había dicho la camarera, Lali se
dio cuenta de que su marido le estaba dando la excusa perfecta para ignorar los
votos matrimoniales. La horrible escena de la tarta y lo que él había dicho
después deberían haberla liberado de su compromiso. Él no tenía intención de
mantener los votos, ¿por qué tendría que hacerlo ella?
Porque su conciencia no le ofrecía otra opción. Reunió
valor y, componiendo una sonrisa, se dirigió hacia el reservado de vinilo
naranja. Ni la camarera ni Peter le prestaron atención cuando se deslizó en el
asiento. Una tarjeta identificativa con forma de tetera indicaba que la chica
se llamaba Tracy. Estaba muy maquillada, pero no se podía negar su belleza. Y
Peter parecía un hombre encantador que le ofrecía una amplía y perezosa sonrisa
y una mirada apreciativa.
Por fin él pareció darse cuenta de la presencia de Lali.
—Peter: ¿Ya de vuelta, hermanita?
«¡Hermanita!»
Él le dirigió una sonrisa desafiante.
—Peter: Tracy y yo estamos conociéndonos.
—Tracy: Estoy tratando de convencer a tu hermano de que
me espere —dijo la camarera —Termino el turno en una hora.
Lali supo que si no ponía fin a ese tipo de cosas de
inmediato, Peter pensaría que podía ignorar alegremente sus responsabilidades
durante seis meses. Se inclinó hacia delante y le dio a la camarera una
palmadita en la mano que tenía apoyada en la mesa.
—Lali: Eres una buena chica, cariño. Se ha mostrado muy
tímido con las mujeres desde que le diagnosticaron ese problema médico. Yo no
hago más que decirle que los antibióticos hacen milagros y que no debe
preocuparse por esas molestas enfermedades de transmisión sexual.
La sonrisa de Tracy vaciló. Clavó los ojos en Lali, luego
en Peter y palideció.
—Tracy: El jefe me echará una bronca si hablo demasiado
tiempo con los clientes. Tengo que irme. —Se alejó apresuradamente de la mesa.
La taza de café de Peter tintineó sobre el platillo.
Lali se enfrentó a él.
—Lali: Ni se te ocurra decir nada, Peter. Hemos hecho
unos votos sagrados.
—Peter: Pero yo no creo en ellos.
—Lali: Eres un hombre comprometido. Y los hombres
comprometidos no ligan con las camareras. Por favor, procura no olvidarlo.
Él le gritó de vuelta a la camioneta, insultándola con
palabras tales como «inmadura», «egoísta» o «intrigante». Sólo se calló cuando
se pusieron en marcha.
Habían recorrido en silencio casi dos kilómetros cuando ella
creyó oír lo que parecía una risita ahogada, pero cuando lo miró, vio la misma
cara severa y seria de siempre. Como sabía que el alma rusa del oscuro Peter
Lanzani no poseía ni la más mínima pizca de sentido del humor, dio por hecho
que se había equivocado.
Al atardecer, Lali estaba muy cansada. Sólo esforzándose
al máximo había sido capaz de terminar de limpiar la caravana, de ducharse, de
preparar algo de comer y de llegar al vagón rojo a tiempo de atender la
taquilla. Se habría demorado mucho más si Peter no hubiera limpiado los restos
de tarta la noche anterior. Dado que había sido ella la que la había tirado,
había sido una sorpresa que la ayudara.
Era sábado y escuchó sin querer las breves conversaciones
que mantenían los trabajadores que se acercaban a recoger los sobres de su
paga. Peter le había contado que algunos de los trabajadores que montaban las
carpas y trasladaban el equipo eran alcohólicos y drogadictos, pero que los
sueldos bajos y las malas condiciones no atraían a empleados más estables.
Algunos llevaban años trabajando en el circo sólo porque no tenían otra parte
donde ir. Otros eran aventureros atraídos por el encanto del mundo circense,
pero generalmente nadie duraba mucho tiempo allí.
Peter alzó la mirada del escritorio cuando Lali entró en
la caravana; en su cara se había dibujado lo que ella comenzaba a pensar que
era un ceño perpetuo.
—Peter: Las cuentas de ayer no cuadran.
Había sido muy cuidadosa al dar el cambio y estaba segura
de no haber cometido ningún error. Acercándose por detrás, miró las hojas
pulcramente escritas.
—Lali: ¿Dónde?
Peter señaló el
libro de ingresos que había encima del escritorio.
—Peter: He cotejado los números de las entradas con los
recibos. Y no coinciden.
Tardó sólo un momento en darse cuenta de qué era lo que
pasaba.
—Lali: No coinciden porque regalé algunas entradas de
cortesía. Fueron como una docena.
—Peter: ¿Entradas de cortesía?
—Lali: Para las familias pobres, Peter.
—Peter: ¿Decidiste ser caritativa?
—Lali: No podía aceptar ese dinero.
—Peter: Sí podías, Lali. Y de ahora en adelante lo harás.
En casi todos los pueblos, el circo es patrocinado por una organización local.
Ellos dan pases especiales, y también los doy yo si se da el caso. Pero tú no,
¿entendido?
—Lali: Pero...
—Peter: ¿Entendido? —Ella asintió con la cabeza. — Bien.
Si piensas que alguien merece un pase, me lo dices y yo me ocuparé de ello.
—Lali: De acuerdo.
Lali se puso en pie y frunció el ceño.
—Peter: Hoy vuelve Euge. Le diré que te busque un maillot
para la función. Cuando ella pueda atenderte, enviaré a alguien para que se
ocupe de la taquilla.
—Lali: Pero yo no soy artista.
—Peter: Esto es el circo, ángel. Todo el mundo es
artista.
La curiosidad que sentía por la misteriosa Euge hizo que
ignorase la mueca de Peter.
—Lali: Nico me dijo que Euge fue una famosa trapecista.
—Peter: Es la última de los Suarez. Su familia era al
trapecio lo que los Wallenda a la cuerda floja.
—Lali: ¿Por qué dejó de actuar?
—Peter: Podría volver a hacerlo. Euge sólo tiene treinta
y cinco años y se mantiene en muy buena forma, pero dejó de ser la mejor y se
retiró.
—Lali: Parece que se lo tomó en serio.
—Peter: Muy en serio. Mantente tan apartada de su camino
como te sea posible. —Peter se dirigió a la puerta. —Recuerda lo que te he
dicho sobre la caja del dinero. No la pierdas de vista.
—Lali: De acuerdo.
Con una brusca inclinación de cabeza, Peter desapareció.
Lali se encargó de la venta de entradas sin problemas. El
flujo de gente cesó en cuanto empezó la función, y ella se sentó en las escaleras
de la caravana para disfrutar de la brisa nocturna.
Miró la casa de fieras y recordó que Sinjun, el tigre,
estaba allí dentro. Ese mismo día, mientras trataba de quitar las peores
manchas de la alfombra, había pensado en él, tal vez porque pensar en el tigre
era mucho más sencillo que pensar en Peter. Sentía un inquietante deseo de
echar otro vistazo al feroz animal, pero desde una distancia segura.
Un Cadillac antiguo entró en el recinto acompañado de una
estela de polvo. De él se apeó una mujer de aspecto exótico con una brillante
melena rubia.
Mientras la mujer se dirigía hacia la entrada del circo,
Lali vislumbró su cara: piel pálida, rasgos bien definidos y boca voluptuosa
enfatizada con un lápiz de labios color carmín. Aquella mujer mostraba tal
seguridad en sí misma que era imposible que fuera una visita y Lali supo que sólo
podía tratarse de Eugenia Quest.
Un cliente se acercó a comprar entradas para la segunda
función. Lali charló con él unos minutos y, cuando se fue, Euge había
desaparecido. Tan pronto como despachó a todos los que acudieron a la taquilla,
Lali comenzó a curiosear el contenido de un sobre lleno de recortes de viejos
periódicos locales.
El número de Peter con el látigo era mencionado en varios
artículos fechados dos años antes y no se volvía a mencionar hasta hacía un
mes. Ella sabía que los circos cambiaban las actuaciones y que los artistas
iban de un lugar a otro, lo que hizo que se preguntara dónde habría actuado
Peter en la época en que no viajaba con el circo de los Hermanos Quest.
Cuando acabó la primera función apareció uno de los
trabajadores.
—Soy Pool. Peter me ha enviado para que me encargue de la
taquilla. Tienes que volver a la caravana para probarte un maillot.
Lali le dio las gracias y se dirigió a la caravana.
Cuando entró, se quedó sorprendida al ver a Eugenia Quest delante del fregadero
lavando los platos del almuerzo rápido que Peter y Lali habían tomado unas
horas antes.
—Lali: No tienes por qué fregar eso.
Euge se volvió y se encogió de hombros.
—Euge: No me gusta esperar sin hacer nada.
Lali se sintió doblemente insultada: primero por no tener
la cocina limpia y luego por la tardanza. No añadiría a esos pecados ser
maleducada.
—Lali: ¿Te gustaría tomar una taza de té? ¿0 quizás un
refresco...?
—Euge: No. —cogió un trapo y se secó las manos. —Soy
Eugenia Quest, pero supongo que ya lo sabes.
Al verla más de cerca, Lali fue consciente de que la
dueña del circo llevaba un maquillaje más llamativo del que ella hubiera
elegido. No es que no le quedara bien, era hermosísima, pero combinado con
aquella ropa colorida y algo provocativa junto con aquellos extravagantes
complementos, resultaba evidente que sus patrones de belleza habían sido
influenciados por la vida en el circo.
—Lali: Soy Lali Esposito. O más bien Lali Lanzani.
Todavía no me he acostumbrado al cambio.
Una profunda emoción cruzó por el rostro de Euge. Una
profunda repulsión combinada con una hostilidad casi palpable. Al momento, Lali
supo que Eugenia Quest no sería su amiga.
Continuara....
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+30 y massssssssss!!! :D
en el siguiente LALITERR!!!
en el siguiente LALITERR!!!
Masssssssss
ResponderEliminarNo aguanto mas. E muero ;D
ResponderEliminarUyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy me muero quiero el siguiente cap yaaaaaa!!!
ResponderEliminarque pasa todas enamoradas de peteR???
alai euge?? ajajaj
MASSSSSSSSSSSSS!!
Masssssssssssssssssssss
ResponderEliminarMassssssssss
ResponderEliminarmás!! me muero de intriga
ResponderEliminarCuando va a ser el primer beso laliter???
ResponderEliminarMás nove
ResponderEliminarme encanta, quiero el siguiente ya...
ResponderEliminarmás noveeee
ResponderEliminarMaaaasssss noveeee ya quiero ver q peter se derrita x lali y ella le
ResponderEliminarDe de su propia medicina
uuuuy quiero mas novee :)
ResponderEliminarespero el cap laliteeer *-*
quierooooooooooooo mas!!!!
ResponderEliminarmaaaaaaas noveee!!
ResponderEliminarmassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarnoveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarmas novee!! laliteeeeeeeeeer!!
ResponderEliminar@frases_offca
MAAAAAAAAAAAAAAAAAAS!:)
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarmas noveee
ResponderEliminarel proximo laliter? adfechudvhywwdvhiynvwrhbvsfiivbjesg esssstoi ansiosaaaa ;)
ResponderEliminarme encanta, MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSs
ResponderEliminarmas nove
ResponderEliminarQue pasara entre peter, lali y euge???
ResponderEliminarMASMASMASMAS!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarQue hay entre euge y peter o que hubo?
ResponderEliminarmás noveee
ResponderEliminarMas noveeeeeee :P
ResponderEliminarmás noveee
ResponderEliminarquiero mas y ahora que es laliter no puedes dejarme asi!!!!!!!!!
ResponderEliminarmás nove
ResponderEliminarmas
ResponderEliminarmas mas mas
ResponderEliminaray algo que me dice que voy a odiar a euge
ResponderEliminarMASSS NOVE! ;DD
ResponderEliminarMMMM QUIERO MAS NOVE.... Y ME INTRIGA COMO VAYA A SER LA RELACION DE LALI CON EUGE... SUBE MAS..!!!!
ResponderEliminarBESOS Q ESTES BIEN!!!!
maasmaas maas porfis porfis quiero ver quee ppasa me quedee super picadaa seguilaa me encantaa :DD
ResponderEliminar@FernandaLazaroG
Otra enemiga,dios no será q pueda conseguir a alguien q la apoye un poquito,o Euge esta atras de Peter?
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaaaassssssssssss
ResponderEliminarLali va a llegar a trasformar a la gente d ese circo.
ResponderEliminarPobrecita Lali todos la tienen contra ella u.u ya quiero leer cuando Peter se de cuenta que se enamoró =$
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