Capitulo SIETE

Lali despertó temprano a la mañana siguiente y se puso unos pantalones de lino color beige y una blusa de seda rosa palo. Luego le puso las correas a Muffin y Peaches y salió a la calle.

Le resultaba raro salir a pasear. Demasiado tiempo en California, pensó. Allí no paseaba nadie; la gente salía a comprar el periódico en coche y el tráfico era imposible. Los californianos adoraban los coches y parecían ir de un sitio a otro constantemente.

Pero en Baywater las calles estaban hechas para caminar. Las aceras subían y bajaban como las olas, saltando por encima de raíces de árboles. Una solución mucho mejor que la de California, donde se arrancaban los árboles para plantar otros más pequeños y menos molestos. Y cuando crecían, volvían a arrancarlos para empezar otra vez.

Los árboles en Baywater, dejados a su antojo, estiraban las ramas perezosamente hasta donde podían llegar, creando parterres naturales sobre las aceras. Los niños jugaban en la calle, los vecinos cuidaban de sus jardines y todo el mundo tenía un balancín en el porche, un sitio donde sentarse para ver pasar el mundo.

Cómo lo echaba de menos.

-Lali: Hola, señora Donovan —saludó a una de las vecinas, que estaba cortando rosas en el jardín.

—Hola, Lali.

-Lali: ¿Ven? Aquí la gente se saluda —le dijo a las perritas— Y te sonríen. Nadie sonríe en una autopista.

A las perritas les daba igual, naturalmente. Lali nunca había pensado mucho en las diferencias entre Carolina del Sur y California. Quizá, porque de hacerlo, le habría resultado imposible vivir fuera de Bavwater.

Y en otras ocasiones, cuando iba a visitar a su abuela, las visitas estaban llenas de actividades o se quedaban en la cocina charlando sin parar, de modo que no había tenido tiempo de pasear, de apreciar la serena belleza y el tranquilo ambiente del pueblo. No había tenido la oportunidad de olvidar la inagotable energía de California. Y ahora que podía hacerlo, era casi adictivo.

Muffin y Peaches corrían hacia delante y hacia atrás cuando encontraban algo que despertaba su curiosidad, hasta que las correas acabaron hechas un lío y estuvieron a punto de estrangularse. Riendo, Lali se inclinó para deshacer el nudo. Mientras seguía paseando, pensaba en su plan.

Había pasado la noche en vela recordando lo que Peter había dicho. O más importante, en lo que no había dicho. Y antes de que amaneciera, había decidido lo que tenía que hacer.

Hablar con el único Lanzani que no le mentiría. El único, que por obligación, debía decirle toda la verdad.

El padre Camilo Lanzani.

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La rectoría de San Sebastián era antigua y elegante. Construida en el mismo estilo que la pequeña iglesia, parecía un diminuto castillo. Centenarios magnolios llenaban el jardín y sus hojas grandes y sedosas se movían con la suave brisa.

La piedra gris de la rectoría parecía absorber la luz del sol, dando una impresión de calidez, de humanidad. Los rayos del sol se reflejaban en las ventanas emplomadas y las petunias en los enormes tiestos del porche estaban llenas de manchitas rojas, blancas y rosadas.

Muffin y Peaches la llevaron casi corriendo hasta la puerta y Lali reía mientras llamaba al timbre. Una mujer mayor, alta, con el pelo gris e inteligentes ojos verdes, abrió la puerta.

—¿Sí?

-Lali: Quería ver al padre Camilo, por favor.

La mujer miró a Lali de arriba abajo antes de invitarla a entrar con un gesto.

—Está en su despacho —dijo, señalando una habitación—. Yo me llevaré a los perros al jardín mientras habla con él —Antes de que ella pudiera decir nada, la mujer había tomado las correas y se alejaba por el pasillo. Camilo estaba sentado en un sillón de orejas y, al verla, soltó el libro que estaba leyendo y se puso en pie.

-Camilo: ¡Lali! —exclamó, abrazándola. Peter había dejado bien claro que no la quería en Baywater, de modo que le alegró ser recibida tan cariñosamente por su hermano.

-Lali: Hola, Camilo.

-Camilo: Estás preciosa. No sabes cómo me alegro de verte.

-Lali: Yo también.

-Camilo: Ven, siéntate.

-Lali: ¿Seguro que no estás ocupado?

-Camilo: No, estaba leyendo un libro de misterio, pero puede esperar. ¿Cuánto tiempo vas a quedarte en Baywater?

-Lali: Tres semanas —sonrió. Sin duda, Camilo Lanzani era un hombre guapo. Muchas mujeres en Baywater se habían llevado una desilusión cuando decidió hacerse sacerdote.

-Camilo: ¿Ocurre algo? —preguntó él entonces. Lali sonrió.

-Lali: Además de sacerdote, debes ser adivino.

-Camilo: No, sólo increíblemente guapo y encantador. Pero conozco a la gente y el instinto me dice que ocurre algo. Cuéntame ¿Qué ocurre?

Lali dejó escapar un suspiro. ¿Por dónde empezar? Le había parecido buena idea ir a hablar con él, pero sacerdote o no, era hermano de Peter. ¿Se pondría de su lado y en contra de su familia o se cerraría en banda para no revelarle ningún secreto?

-Lali: No sé, estoy pensando que quizá no debería haber venido...

-Camilo: ¿Por qué no ibas a venir a verme? Especialmente, si tienes algún problema —En ese momento sonó un golpecito en la puerta y la mujer de pelo gris asomó la cabeza en el despacho.

—¿Le apetece un té helado, padre?

-Camilo: Sí, muchas gracias, señora Hannigan —Cuando la mujer desapareció, Camilo dejó escapar un suspiro—La señora Hannigan hace un té horrible, la pobre.

-Lali: Lo siento.

-Camilo: No importa, ya casi me he acostumbrado. Pero a ti podría matarte.

-Lali: Soy muy fuerte —le aseguró.

-Camilo: No tanto como para esconder que algo te preocupa, así que cuéntamelo —Equivocada o no, Lali había tomado la decisión de hablar con él y debía hacerlo. De modo que empezó por el principio: había decidido tener un hijo y el único hombre en el mundo con el que quería tenerlo era Peter, pero Peter ya no quería saber nada de ella y...

-Lali: Peter y Eliseo han intentado librarse de mí. Se hicieron pasa el uno por el otro.

-Camilo: ¿Qué?

-Lali: Lo que oyes. Y Peter se niega a decirme por qué quiere que me vaya de Baywater —Camilo soltó una carcajada —He venido aquí para que me consueles, no para que te rías de mí —protestó.

-Camilo: Lo sé, lo sé, es que... —no terminó la frase porque la señora Hannigan acababa de entrar en el despacho con una bandeja— Toma ese brebaje si tienes valor y luego te explicaré —añadió cuando el ama de llaves desapareció.

Lali tomó un sorbito y sintió que la teína la atravesaba como un puño. La mujer debía haber hecho aquel té unos días antes. Era tan espeso que casi podía mascarse.

-Camilo: Te lo advertí —sonrió.

-Lali: Ya, bueno. Venga, cuéntame qué pasa con tu hermano —suspiró ella, dejando la taza sobre la mesa.

-Camilo: Pues verás, todo tiene que ver con una apuesta... —Cuando terminó de contárselo, Lali se quedó mirándolo en silencio durante largo rato.

-Lali: ¿Has apostado con tus hermanos que no podrían abstenerse del sexo durante tres meses?

-Camilo: Eso es.

-Lali: Pero si eres sacerdote.

-Camilo: También soy un Lanzani. Y conozco a mis hermanos, no podrán ganar la apuesta.

-Lali: Y tú lo estás pasando bomba.

-Camilo: Pues sí —sonrió, frotándose las manos— Y ahora que tú has vuelto a Baywater tengo aún más posibilidades.

-Lali: ¿Por qué?

-Camilo: Por favor... Peter y tú están hechos el uno para el otro.

-Lali: Estamos divorciados, ¿no te acuerdas?

Lali sintió un escalofrío al pronunciar esa palabra. Aún no se había acostumbrado del todo. Aún no lo había aceptado, incluso después de cinco años. Había salido con otros hombres en esos cinco años, pero Peter siempre estuvo ahí. En su corazón, en su cabeza. El recuerdo que no podía olvidar. Peter Lanzani había sido el amor de su vida.

Camilo hizo un gesto con la mano.

-Camilo: Yo bendije su matrimonio y los matrimonios que yo bendigo no se disuelven.

-Lali: Qué teoría tan bonita.

-Camilo: Lali, Peter y tú son católicos. Y tú sabes tan bien como yo que los matrimonios católicos no se rompen.

-Lali: Hasta que el gobernador del estado de Carolina del Sur dice que se han roto —replicó ella, irónica.

-Camilo: Mi Jefe es más importante que el gobernador de Carolina del Sur —replicó.

-Lali: Sí, supongo que sí.

-Camilo: Mira, Peter es un hombre que está al borde del precipicio. No te costaría nada darle un empujoncito...

-Lali: ¿Un sacerdote sugiriendo que seduzca a un hombre que ya no es mi marido? —exclamó escandalizada. Camilo le guiñó un ojo.

-Camilo: Según la Iglesia, ese hombre sigue siendo tu marido. Además, ésta es una parroquia muy humilde. Necesitamos un tejado nuevo.

A pesar de todo, Lali soltó una carcajada.

-Lali: Ustedes Lanzani son tremendos.

-Camilo: Gracias en nombre de los cuatro.

-Lali: No creo que Peter me diera las gracias —murmuró ella, levantando su taza de té helado... y dejándola sobre la mesa de inmediato. Camilo le puso una mano sobre el hombro.

-Camilo: En eso te equivocas. Peter cometió un error dejándote escapar y quizá ha llegado el momento de demostrárselo.

Ella hizo un gesto de incredulidad. Pero quizá estaba en lo cierto. La única razón por la que Peter quería que se fuera de Baywater era porque no confiaba en sí mismo teniéndola cerca. Y si era así, seducirlo sería mucho más fácil de lo que había pensado.

Ahora, lo único que tenía que hacer era convencerse a sí misma de que iba a hacer lo correcto.

Y podía hacerlo. Ningún problema.

Continuará...

Como me gustaría decir que ayer no pude postear porque fui al Rex (en primera fila) que fue el mejor dia de mi vida porque Peter Lanzani me hizo subir al escenario y cante con los teens y Lali y Peter anunciaron que están juntos y que no hay Benjamín Amadeo... y q pronto harán una  ficción en la que serán los protagonistas!!!... PERO NOOOOO!... no puedo decir nada de eso porque primero NO FUI al rex, por lo que no pude cantar con los Teens, ni Peter y Lali están juntos, si hay Benjamín Amadeo, y definitivamente no harán una ficción juntos......... PORQUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE???????? D= lo que en realidad tengo que decir es que ayer no pude postear porque no tenía computadora (si un BAJON imaginen un dia sin rex y sin computadora!.... ) y me pase el día en casa.... con el gato y mi papá viendo TODO el día History chanel... wupiiiiiiiiiiiiiiiiii!!! si RE divertido :(((((((  

Nota para mí: Conseguir un trabajo e independizarme para ir a todos los conciertos que quiera sin el permiso de alguien!!!.... y no hacer enojar a mis papás justo semanas antes del concierto!!!...  

CAPITULO 100% DEDICADO A: 

DULCE (ca_amorlaliter)

FELIZ CUMPLE ATRASADOOO!!!! 

Happy birthay to YOU Dul!!! te canto desde acá... BESOSSS!! :D

Espero que les guste el cap!!

PD: Le mando besos a mi patrocinador: PAPi te amooo (gracias por pagar mi internet) sos lo más, excepto cuando te sentás en el sillón y mirás el partido y no me registrás más jajaja... pero para todo lo demás son un GENiOOOO! FeLíZ DÍA DEL PADRE!!!