El propósito de la última serie de reuniones
intelectuales fueron para charlar acerca de la Reconstrucción con objetividad,
sensibilidad y sin ningún tipo de prejuicios.
Como todo el mundo podía suponer, dichos encuentros
estuvieron lejos de ser objetivos, rara vez mostraron en ellos sensibilidad y
siempre predominaban los prejuicios. Los debates celebrados eran territorio
exclusivo para hombres, pero a las mujeres que deseaban escuchar se les
permitía sentarse en silencio en los flancos de la estancia.
Ese día se celebró el debate en el salón de los Espósito,
que apenas pudo dar cabida a toda la gente que se reunió aquella semana.
Lali, después de revisar que todo esté listo para la
merienda, se quedó en el corredor y echó un vistazo a la estancia. Su padre
estaba al fondo, mirando el reloj de bolsillo y preguntándose, sin duda alguna,
cuánto tardarían en salir las pastas de té. Benjamín se encontraba en el
círculo más próximo al centro, mirando fijamente al orador. En el rincón más
alejado estaba sentado Peter Lanzani, entre las sombras. Tenía una pierna
apoyada sobre la rodilla de la otra, y los brazos cruzados de forma casual sobre
el pecho —el retrato perfecto del aburrimiento—, aunque, de algún modo, Lali
sabía que estaba escuchando con suma atención todo lo que se decía.
Se preguntó qué le llevaba a acudir a aquellas reuniones
sobre la Reconstrucción era un extranjero allí, y él, al igual que el resto, lo
sabía. Todo el mundo lo miraba, preguntándose cuándo saltaría de la silla
chillando y bramando como un rebelde.
Sin embargo, se había mantenido en silencio durante todos
los debates que habían tenido lugar.
—Y para todos aquellos que creen que el conflicto —decía
en esos momentos el Sr. Emerson—, yo les diría que examinasen a la fría luz de
la objetividad el mal que suponía la esclavitud. El sentir simpatía por
aquellos que apoyaban la esclavitud o incluso mostrar benevolencia por ellos...
debe ser considerado como un acto de alta traición...
Lali había escuchado aquel discurso infinidad de veces,
por lo que tuvo que controlar un traicionero bostezo. Alzó una mano con
delicadeza para taparse la boca y lo sofocó, parpadeando para despejar el
cansancio. Al mirar de nuevo a Peter se dio cuenta de que él también la estaba
mirando. Le mantuvo la mirada durante un buen rato, incapaz de mirar a otro
sitio y, al ver que sus labios se curvaban formando la más leve de las
sonrisas, ella también sonrió.
—Emerson: No podemos y no debemos mostrar benevolencia
con los sudistas, no si lo que deseamos es confirmar los ideales por los que
luchamos en la guerra. Tenemos que machacar a los rebeldes y no negociar la paz
con ellos, si finalmente queremos materializar nuestras aspiraciones. La guerra
no es un juego. Hay que llevarla a cabo sin piedad con el enemigo, si deseamos
inspirar moralmente a los hombres que combaten en ella.
—Lucas: ¿Sin piedad? —repitió con humildad—. Pero ¿no
deberíamos intentar...?
—Emerson: La guerra purifica a los hombres, pues es el
azote de la indecisión y la putrefacción —exclamó con rotundidad—. En ciertos
sentidos, la guerra es buena para el hombre. Por ese motivo, y por la rectitud
de nuestras creencias, fue por lo que animé a los jóvenes a luchar.
De repente, una voz desconocida cortó el aire con
aparente suavidad.
—Peter: Está usted equivocado... señor. A los hombres, la
guerra les priva de... su humanidad. —Todos los ojos se volvieron hacia el
rincón donde Peter Lanzani permanecía sentado con aparente despreocupación.
Esbozó una media sonrisa—. Es fácil —prosiguió con un tono más cortés si
cabía—, es fácil para hombres como usted decirles a los jóvenes que luchen,
siendo usted demasiado mayor para agarrar un rifle y su hijo demasiado joven.
Es fácil enviarlos a la guarida de los leones donde ellos creen que estarán
protegidos si se arropan a la bandera.
Un murmullo de voces creció en la estancia tras la
inicial sorpresa. Lali cruzó las manos sobre su delantal, apretó los pliegues
con fuerza y miró a Peter. Nadie se atrevía a decirle a Emerson, uno de los
nombres más queridos y respetados de Concord, que estaba equivocado. Y nadie, y
menos aún un sudista. Oh, no sabe en qué lío se ha metido, pensó Lali, deseando
poder volver atrás en el tiempo para meterle un pañuelo en la boca antes de que
pudiese hablar.
—Emerson: La guerra es una prueba para la integridad de
los hombres —dijo. Su maduro rostro estaba pálido, ya fuese por la rabia o por
la ofensa—. Un aprendizaje. El Norte demostró su integridad moral al vencer a
los rebeldes. Mereció la pena la muerte de nuestros hombres, la de todos y cada
uno de ellos.
—Benja: Eso es cierto, señor Lanzani —intervino—. Muchos
hombres buenos murieron a causa de la arrogancia del Sur, y ahora, nuestros
hombres buenos del Norte yacen en tumbas...
—Peter: Sí, pero hay el doble de tumbas sudistas
—inquirió.
—Benja: Tumbas de rebeldes sin educación alguna. Como el
señor Emerson dijo en una ocasión, el estado de Carolina del Sur al completo no
merece la muerte de un solo muchacho de Harvard —dijo con desprecio para
después guardar silencio.
La cara de Peter palideció. Sus ojos brillaron con una
buena dosis del orgullo. Relajó las manos, hasta ese momento convertidas en
puños.
—Peter: Un montón de hombres buenos murieron en Carolina
de Sur —señaló, y después sonrió de un modo extraño—. E incluso unos pocos
provenían de Harvard... señor Amadeo.
Y tras esas palabras, se fue, dejando a sus espaldas un
creciente murmullo. La conversación acabó convirtiéndose en un tumulto de
voces.
Lali atravesó la
cocina y fue hasta la puerta trasera del edificio. Estuvo a punto de caer al
pisar en un bloque de cemento que estaba suelto al cruzar la calle.
—Lali: Peter... deténgase. Espere, por favor.
Continuará...
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Holaaaaaaaaaaaaaaaaa!!
ah... sí!... MARATOOOOOOOOOOOON!!!
+15 COMENTARIOS y más...
massssssssssssssssss noveeeeeee
ResponderEliminarplisssssssssssssssssssss
=)
Mas!
ResponderEliminarPetrr manda
ResponderEliminarComo que lali ama mucho a benja ....
ResponderEliminarComo ya lo decía Benja=Imbecil
ResponderEliminarPobre Peter, está en el peor lugar que podería estar, cercado de gente que lo odia...
más nove
Me encanta! ;)
ResponderEliminarbesos
Ooootro :) lo amo a peter
ResponderEliminarMaaaaaas nove
ResponderEliminarmas nove!! quiero mas , esta muy buena :) pobre peter , estupido benjamin!
ResponderEliminarmas noooooooooooooove
ResponderEliminarnove , mas nove , mas nove , mas nove, mas nove
ResponderEliminarnovelis :$ esta muy grrrrrrosa! espero el proximo cap! ai duoos!
ResponderEliminarjojojo esta muy buena , ey como que mucho odio le tienen a Pter ,no? pobreee! los amo . besos segui subiendo mas nove! estare esperando el proximo cap !
ResponderEliminarnoveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee , mas
ResponderEliminarpliiiiiiiissss
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ResponderEliminar++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarGuerra entre el norte y el sur personificada entre Amadeo(hace falta ponerle Benja,JAJA!)y Peter!y Lali en el medio!
ResponderEliminarParece k la guerra no termino,algunos no la dan x terminada ,es la posguerra,k es aún peor k la mismísima guerra.
ResponderEliminarPobre Peter lo que tiene que soportar, encima como va a decir que valieron las penas las muertes!!! NUNCA pueden valer la pena muertes! es inumano pensar eso porque si el se hubiera muerto no seria lo mismo no diria lo mismo -.- ya me cayo mal! y Benjamin peor ¬¬ awww Lali corrio a Peter @LuciaVega14
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