Lali estaba ya inmersa en el trabajo, con la ventana
abierta para que entrara la cálida brisa primaveral junto con el caos de la calle.
Observó el primer recuadro de la tira, todavía en blanco.
Sólo tenía que comenzar a dibujar porque ya tenía la historia que arrancaría
una sonrisa a los lectores mientras desayunaban. El huidizo don Misterioso,
conocido ya como Thiago, estaba encerrado
en su cueva escribiendo la gran novela americana. El sexy y malhumorado autor
no sospechaba que, agazapada en la escalera de incendios, Mar trataba de leer su trabajo a través de la pequeña rendija de
las cortinas, siempre cerradas, y con la ayuda de unos prismáticos.
Lali sabía que ella misma estaba haciendo algo parecido,
aunque más civilizado, con continuas preguntas con las que pretendía averiguar
cómo iba la obra de Peter. Como no había conseguido demasiado, se conformó con
seguir retratando en sus dibujos a su vecino de enfrente.
Por supuesto en las tiras exageraba despiadadamente tanto
sus cualidades positivas como las negativas. Su cuerpo alto y fuerte, los
rasgos de su rostro, los ojos fríos. Su grosería, su mal humor y la constante
perplejidad que despertaba en él el mundo de Mar.
«Pobrecito», pensó Lali, «no sabe qué hacer con ella».
Al oír el timbre de la puerta, se puso el lápiz detrás de
la oreja y fue a abrir pensando que Mery habría olvidado la llave porque era su
hora de bajar a tomar café con ella.
Pero tras la puerta encontró algo que la hizo derretir.
Tenía el pelo mojado y no llevaba camiseta. La visión de aquellos pectorales
hizo que Lali se humedeciera los labios con la lengua de manera inconsciente.
Llevaba unos vaqueros gastados, el pecho descubierto y en
la cara un gesto maravillosamente serio.
—Lali: Hola —consiguió decir mientras se imaginaba a sí
misma mordiéndolo suavemente—. ¿Te has quedado sin jabón en la ducha?
—Peter: ¿Qué? No, no —había olvidado que ni siquiera
había terminado de vestirse—. Quería hacerte un par de preguntas sobre esto
—dijo levantando el periódico.
—Lali: Muy bien, pasa —afortunadamente, Mery no tardaría
en llegar para impedir que Lali se lanzara a sus brazos—. ¿Por qué no te sirves
un café y subes al estudio? Estoy trabajando.
—Peter: No pretendo distraerte, pero...
—Lali: No te preocupes, nada me distrae —aseguró con tono
alegre, mientras comenzaba a subir las escaleras—. Hay bollos de canela si
quieres uno.
—Peter: No —«maldita sea», pensó Peter, y acabó
sirviéndose un café con un bollo.
Nunca antes había subido a su estudio porque no iba a
verla cuando sabía que estaba trabajando.
Cometió el error de mirar al dormitorio y ver la enorme
cama cubierta de cojines de colores. La imaginó agarrándose al cabecero de
hierro blanco mientras él hacía por fin todo lo que deseaba hacer con ella.
En el aire había un seductor aroma de vainilla.
Tuvo que hacer un verdadero esfuerzo para apartarse de
aquellas fantasías y recordar por qué estaba allí.
—Peter; Escucha, Lali—dijo entrando al estudio—. Dios,
¿cómo puedes trabajar con tanto ruido?
Ella apenas lo miró.
—Lali: ¿Qué ruido? Ah, eso —siguió dibujando con otro
lápiz, como si hubiera olvidado el que llevaba detrás de la oreja—. Es como
música de fondo. La mayor parte del tiempo ni siquiera lo oigo.
El estudio tenía un agradable aire de profesionalidad,
algo que no se podía decir de Lali. Estaba sentada sobre una pierna y recostada
en el tablero, los pies descalzos con las uñas pintadas de rosa, un lápiz
detrás de una oreja y un arito dorado en la otra. No, más que profesional,
tenía un aspecto terriblemente sexy.
Se acercó a ella y miró por encima de su hombro con
curiosidad. Enseguida se dio cuenta de que si alguien se hubiera atrevido a
hacer algo así con él mientras trabajaba, le habría costado la vida, sin
embargo a Lali no parecía molestarle.
—Peter: ¿Qué son esas líneas azules?
—Lali: Es para la perspectiva. Hay bastante trabajo
previo antes de comenzar a dibujar los personajes y a escribir el texto —le
explicó con satisfacción—. Después hago una especie de boceto, para ver cómo
queda, supongo que tú lo llamarías el borrador.
Peter frunció el ceño al ver la primera viñeta.
—Peter: ¿Se supone que ése soy yo?
—Lali: Sí. ¿Por qué no acercas un taburete? Me estás
tapando la luz.
—Peter: ¿Qué hace Mar
ahí? —siguió preguntando, haciendo caso omiso a su sugerencia—. Me está
espiando. ¿Me estás espiando, Lali?
—Lali: No digas tonterías. La ventana de tu despacho no
da a ninguna escalera de incendios —se miró al espejo, hizo algunas caras que Peter
observó atónito y siguió dibujando la tercera viñeta.
—Peter: ¿Y qué me dices de esto? —le dio unos golpecitos
en el hombro con el periódico.
—Lali: ¿Qué pasa con eso? Dios, qué bien hueles — se
volvió a olerlo con deleite—. ¿Qué jabón utilizas?
—Peter: ¿Por qué? ¿Vas a hacer que Thiago se dé una ducha en la cuarta viñeta? —al ver que Lali se paraba
a considerar la idea, Peter negó con la cabeza—. No, tiene que haber algún tipo
de línea argumental. Al principio me hizo gracia que me metieras en la
historia, pero...
Se calló al oír la puerta.
—Peter: ¿Quién es?
—Lali: Deben de ser Mery y Amado. ¿Entonces te gusta mi
nuevo personaje?
Lali dejó de dibujar y lo miró con una sonrisa.
—Lali: La verdad es que no lo sabía, como no habías hecho
ni el más mínimo comentario. Hay gente que ni siquiera se reconoce, pero estaba
seguro de que tú sí lo harías en cuanto te vieras… Hola, Mery. Hola, Amado. —Los
saludo cuando estos entraron a la habitación.
—Mery: Hola… —no era fácil, ni siquiera para una mujer
felizmente casada, no quedarse boquiabierta al ver de repente a un hombre como
aquél con el pecho descubierto—. Ah, hola. ¿Interrumpimos?
—Lali: No, Peter sólo quería hacerme algunas preguntas
sobre la tira.
—Mery: Me encanta el personaje nuevo. Está volviendo loca
a Mar. Estoy deseando ver qué va a
pasar…
—Amado: ¡Papá! —dijo riéndose al tiempo que le tendía los
brazos a Peter.
—Mery: Llama papá a todos los hombres —explicó —. A Pablo
no le hace mucha gracia, pero qué le vamos a hacer.
Con gesto ausente, Peter le pasó la mano por la cabeza al
pequeño.
—Peter: Sólo quiero saber cómo funciona esto —dijo
dirigiéndose a Lali.
—Amado: ¡Papá! —volvió a decir con una enorme sonrisa.
—Peter: ¿Cómo son de reales tus historias? —siguió
preguntando, al tiempo que tomaba en brazos al pequeño de manera automática.
Lali sintió que se le derretía el corazón.
—Lali: Te gustan los niños.
—Peter: No, normalmente los tiro por la ventana —
respondió con cierta impaciencia y después negó con la cabeza al ver la cara de
susto de Mery—. Relájate, es una broma. Lo que quiero es que me expliques esto
de aquí —dijo señalando la tira que había aparecido en el periódico esa mañana.
—Lali: Ah, el beso que se sale de cualquier escala. En
realidad es sólo la primera parte. Mañana aparecerá la segunda. Creo que
funcionará bastante bien.
—Mery: Pablo y yo casi nos morimos de la risa cuando lo
hemos leído esta mañana —intervino Mery, relajada al ver cómo Peter acunaba al
pequeño Amado en sus brazos.
—Peter: Estas dos mujeres de aquí...
—Lali: Mar y Melody.
—Peter: Ahora ya sé quiénes son —murmuró mirándolas a
ambas— Están poniendo nota al beso que Thiago
le dio a Mar, por el amor de Dios.
—Lali: Así es. ¿Pablo se rió con esto? —le preguntó a su
amiga—. Tenía dudas de si los hombres lo entenderían o sólo les haría gracia a
las mujeres.
—Mery: No, no, le ha hecho mucha gracia.
—Peter: Perdonen que las interrumpa —dijo con lo
que él creía era todo un ejemplo de autocontrol—. Me gustaría saber si suelen
sentarse a discutir sus encuentros sexuales antes de publicarlos con todo lujo
de detalles para que el público se eche unas risas mientras desayuna.
Lali lo miró con los ojos muy abiertos y llenos de
inocencia.
—Lali: De verdad, Lanzani, te lo estás tomando demasiado
en serio. Esto no es más que una tira cómica.
—Peter: ¿Entonces eso del beso que se sale de cualquier
escala es sólo una viñeta?
—Lali: Claro.
Peter la observó detenidamente antes de volver a hablar.
—Peter: No me gusta la idea de que, cuando por fin
consiga llevarte a la cama, voy a tener que leer el análisis de mi actuación en
las cinco viñetas del día siguiente.
—Mery: Bueno, me parece que será mejor que me lleve a Amado
a acostar —dijo quitándole el pequeño a Peter para desaparecer de allí lo más
rápido posible.
—Lali: Lanzani…—le dijo una vez estuvieron a solas—,
tengo la sensación de que cuando eso ocurra, merecerá aparecer en la tira doble
de los domingos.
—Peter: ¿Es una amenaza o una broma?
Al ver que ella respondía con una carcajada, Peter se
acercó a ella e hizo que dejara de reír con un apasionado beso que la dejó sin
respiración.
—Peter: Dile a tu amiga que se vaya y podrás averiguarlo.
—Lali: No, prefiero que se quede. Si no llega a ser
porque sabía que iba a venir, me habría lanzado a tu cuello nada más verte.
—Peter: ¿Es que pretendes volverme loco?
—Lali: No, pero es un atractivo añadido —sentía el
corazón golpeándole el pecho como si quisiera escapar—. Tienes que marcharte.
Creo que acabo de encontrar algo que me distrae del trabajo... tú.
Como no quería ser el único que se volviera loco, Peter
la levantó del taburete y volvió a besarla como si le fuera la vida en ello.
—Peter: Cuando hables de esto, y no tengo la menor duda
de que lo harás, procura ser fiel a la realidad —le dijo mientras le
mordisqueaba el labio inferior.
Fue hacia la puerta del estudio, pero antes de marcharse,
se volvió a mirarla.
—Peter: Así que mis besos se salen de cualquier escala,
¿no? —de pronto se dio cuenta de que no sólo le parecía divertido, sino también
muy gratificante.
Bajó la escalera con una enorme sonrisa en los labios y Lali
se quedó allí, completamente incapaz de seguir trabajando.
Continuará...
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Les dejo el último capítulo de hoy!!
espero q les gustara la maratón!
BESOS y mañana más! :D
QUEE?? YA NO HAY MAS!!?? PODRIAS SUBIR EL ULTIMOO!
ResponderEliminarMAS!!MAS!!MAS!!
@sarapinyana
amo a Peter, en serio jajaja y a Lali tambien, me encantan!! cual es el título original de la nove? es el de Una vecina perfecta?
ResponderEliminarespero ansiosa a mañana!! :)
me encanto quiero mas es genial esta nove y el maraton vino genial gracias por hacerlo
ResponderEliminar@LaliterLoveFore
Me encanta como se soltó peter!! Mery y lali geniales más!!!
ResponderEliminarnooooooooooooooo
ResponderEliminarm,assssssssssssssssssss
=)
nooo mañana nooo
ResponderEliminarunaaa mass y no jodemos mass uno masss y no jodemos massssss
ME ENCANTO!
ResponderEliminarESTA GENIAL!
besos
jajaja me hizo mucha gracia:
ResponderEliminar—Lali: Te gustan los niños.
—Peter: No, normalmente los tiro por la ventana
es genial jajaja
me encanta este peter, tan sarcástico pero tan tierno al mismo tiempo
hay me encanto que peter se pusiera todo como serio al respecto y ahora le encanto por que asi sabe lo que lali piensa de el y todo lo que esta viviendo :P me dio cosa lo de lali ahorita pero bueno es la verdad lo que pasa :P
ResponderEliminarMe encanto!!!
ResponderEliminarMe encantooo!! Mañana hay más maratón?? jajaja
ResponderEliminarB U E N I S I M A! Jaja me encanto que peter no quisiera ser el unico que se vuelve loco jajaja la nove es geniaal me hace reir un monton :DD!
ResponderEliminar@maaff_lazaro
genial la maraton
ResponderEliminarme mato cuando dijo q tiraba a los niños por la ventana jajaja
la verdad un capitulo muy entretenido
beso
Estuvo buenísimo me encanto mas mas
ResponderEliminarMas mas mas
Imagínense si el beso pasó de la escala de 10 cómo será el sexo jaja :)
ResponderEliminar@Masi_ruth
Jajajajajajaja,menudo cap ¡¡¡Dios !!!,hacía mucho k no teniamos caps tan diver,como para reír a mandíbula batiente.
ResponderEliminarAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH ME ENCANTO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! BUENISISISIMO :'D AMO ESTA PAREJA Y COMO ME HIZO REIR!!! JAJAJAJA LOS AMOOOO @LuciaVega14
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