Capítulo 15

—Lali: Qué agradable es esto —dijo con el dedo metido en el agua fría mientras, no dejaba de reír y de saludar a sus amigos mientras Benjamín remaba dejando atrás los amarraderos de los bancos del río.

Era un día caluroso y húmedo, y todos parecían sentirse contentos y despreocupados. Todos habían acudido a escuchar los discursos del Cuatro de Julio al ayuntamiento y ahora iban en busca de los numerosos rincones del río en los que podía realizarse un picnic. Esa misma noche celebrarían una fiesta, y mientras los botes decorados de manera especial surcaban el río, estallarían fuegos artificiales sobre sus cabezas.

—Benja: Algún día me gustaría que alguien te hiciese un retrato con ese sombrero — y ella le sonrió a modo de respuesta.

Era un sombrero pequeño y pendía de la parte delantera de su cabeza con coquetería. Del ala del mismo sobresalía un puñado de flores de colores que le llegaban a la altura de la sien y se mezclaban con sus rizos color café.

—Lali: ¿Por qué me dijiste entonces, cuando lo compré, que era un sombrero ridículo?

—Benja: ¿En serio lo dije? Bueno, no es muy práctico... pero su encanto es evidente.

—Lali: ¿El del sombrero o el mío?

—Benja: Ya sabes a cuál de los dos me refiero —dijo mirando hacia el agua mientras tiraba de los remos.

Lali deseó que él hubiese sido capaz de tranquilizarla.

Sacó la mano del agua y la sacudió; frunció el entrecejo. Había tardado mucho tiempo en darse cuenta de cosas que antes no había tomado en serio, como el hecho de que Benjamín la tratase como a una niña problemática.

Jamás charlaban, por ejemplo, de política. Y cuando ella le comentaba algunas cosas o le hacía preguntas, él escuchaba tan solo a medias y, además, mostraba una total falta de flexibilidad, como cuando ella le habló de la reciente elección de Elizabeth Cady Stanton como presidenta de la Asociación Nacional de Mujeres Sufragistas.

—Benja: Todo ese asunto es una pérdida de tiempo —dijo simple y llanamente, como si con semejante frase pudiese poner fin a la cuestión.

—Lali: Yo no creo que sea una pérdida de tiempo que la gente hable del tema y escuche las opiniones de los demás al respecto —insistió—. Darán una conferencia la semana que viene a la que...

—Benja: A las mujeres no se les debería permitir votar nunca. En primer lugar, no lo necesitan. Pertenecen a sus hogares, tienen que cuidar de sus maridos y sus hijos, y hacer del hogar un remanso de descanso y tranquilidad. En segundo lugar, cuando un hombre vota no habla solo por sí mismo, sino por toda su familia, y de ese modo las mujeres están bien representadas por ese voto común.

—Lali: Pero ¿qué pasaría si...?

—Benja: Lali, es una pérdida de tiempo.

Se preguntó si Benjamín mostraría más respeto por sus opiniones cuando se hiciesen mayores.

No era que no pareciese interesado por lo que pensaba. Simplemente no lo habían educado para mostrar mucha tolerancia por las ideas de las mujeres, pues consideraba que ese tipo de cosas era un asunto masculino. Una gran mayoría de los hombres lo creía, en cierta medida al menos. La sola diferencia es que algunos eran peores y otros un poco mejores.

La única excepción que ella conocía era Peter Lanzani. Siempre atendía con total concentración a lo que ella decía, y si bien a veces le gustaba discutir con ella o darle la vuelta a sus palabras para incomodarla, nunca le había dicho que lo que pensaba o hacía fuese estúpido.

—Lali: No creo que sea correcto. Benjamín se molestaría. —le había dicho en otro baile, donde la había provocado para que volviese a bailar con él.

—Peter: Él no es su dueño. No tiene que hacer nada que no desee hacer.

—Lali: No. Tarde o temprano todo el mundo lo hace. Incluso usted. Por ejemplo, usted no quiso tener que luchar en la guerra, pero se alistó porque tenía que hacerlo, y porque...

—Peter: ¿Qué le hace pensar que yo no quería combatir?

—Lali: Pero... —tartamudeó nerviosa—. Usted dijo... que la guerra hacía perder a los hombres su humanidad.

—Peter: Sí. Finalmente, así es. Pero por mucho que me duela admitirlo, Emerson estaba en lo cierto al respecto en una cuestión: es un modo de purificar las cosas. En el campo de batalla pueden verse los extremos más espectaculares que un hombre puede experimentar (muerte, bravura, cobardía, heroísmo), de un modo más vivido de lo que uno puede imaginar. Pasé por todas esas emociones y las sentí con mayor fuerza y profundidad de la que jamás había sentido. —Su actitud reflexiva desapareció como por ensalmo y la miró con una provocadora sonrisa—. Todas las emociones excepto el amor.

—Lali: Entonces, es que no ha conocido a la mujer adecuada.

—Peter: No lo sé.

—Lali: Tal vez no ha buscado con el suficiente ahínco.

—Peter: Oh, sí que he buscado.

Lali rememoró en el bote dicha conversación, mientras descendían río abajo, y sus labios dibujaron una sonrisa.

—Benja: ¿En qué piensas? —preguntó.

Ella se encogió de hombros.

—Lali: En nada en particular.

—Benja: En los últimos meses, a menudo te he visto sonreír de ese modo.

—Lali: ¿Hay algo malo en ello? Sonreír, por lo general, indica que quien lo hace está contento.

—Benja: No me molesta.

Cuando la congregación de botes llegó a el otro extremo del río, comenzaron a desembarcar.

—¡Laliiiiii! —dijo alguien a voz en grito desde la orilla donde muchas de las canoas y botes se habían detenido. Era Mery, que iba vestida de blanco, rojo y azul, en honor al día que celebraban.

—Benja: Luego tienes que decirle que no llame la atención sobre ti de ese modo —dijo en voz baja—. Resulta indignante.

—Lali: Benjamín, a nadie le importa. Todos son amigos nuestros. Por favor, intenta ser amable, piensa en mí. Es mi mejor amiga, y le prometí que colocaríamos nuestra manta junto a la suya.

—Benja: Como hacemos cada año... para que ella pueda echar mano de nuestra cesta de picnic. Todo el mundo sabe que no tiene ni idea de cocinar. ¿Quién la acompaña en esta ocasión? ¿Ese granjero sin un centavo? ¿O Fred Rothford, o ese otro...?

—Lali: No lo sé. Pero estoy segura de que sea quien sea es... —enmudeció al ver la alta figura apoyada en un tronco junto a Mery.

Peter Lanzani.

Continuará...

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No se preocupen! estoy segura de que Peter va a hacer algo para que Lali no se case! ;) 

tal vez se la roba...!! ja!

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