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domingo, 20 de mayo de 2012

Capítulo 26



Era bastante pasada la medianoche, y las antorchas se estaban apagando. Los músicos tocaban cerca de la hoguera, mientras que los bailarines sudaban copiosamente mientras entraban y salían del charco de luz parpadeante.

Mirando fijamente el brillo de la hoguera, Lali se apoyó contra Lanzani. Él la sostuvo automáticamente, una mano posada en la pequeña curva de su cintura, otra ahuecada con cuidado alrededor de su codo. Los ojos de Lali se entrecerraron cuando el calor de la luz de la lumbre describió su rostro.

-Lali: Eres más alto -murmuró distraídamente, pensando como él solía estar de pie con su barbilla descansando en lo alto de su cabeza. Ahora él no podía hacer lo mismo sin encorvarse. Él dobló su cabeza, su voz cálida y suave en su oído.

-Peter: No, que va.

-Lali: Sí que lo eres. -El vino había aflojado su lengua- No encajamos del modo en que solíamos -Su pecho, tan sólido detrás de ella, se movido en un jadeo de diversión.

-Peter: El apto puede ser mejor que antes. Intentémoslo y veamos -Lali sonrió y casi se permitió derretirse contra él, como deseaba, necesitaba, apoyar su cabeza en su hombro y sentir su boca acariciar el frágil arco de su cuello. En cambio estuvo de pie en calma absoluta, mirando a ciegas la hoguera.

-Lali: En la casa no -se oyó susurrar. Lanzani no se movió, pero ella sintió la conmocionada respuesta que le atravesó. Pasó todo un minuto antes de que él murmurara.

-Peter: ¿Entonces dónde?

-Lali: Paseemos por los bosques -dijo ella de manera temeraria- por el camino que va al lado del pozo de los deseos.
Lanzani conocía el camino al que ella se refería, una ruta oscura y poco frecuentada que habían atravesado mil veces en su juventud. No podría haber duda en su mente en cuanto a porqué lo sugirió.

Una pequeña sonrisa pesarosa se elevó a los labios de Lali cuando pensó que unirse en el bosque era apenas algo romántico. Furtivo, poco elegante, precipitado, y casi seguramente incómodo. Pero ella nunca tendría el lujo de velas y blancas sábanas de lino y hacer el amor despacio. Si iba a evitar que Lanzani viera sus cicatrices, necesitaba oscuridad y conveniencia, para que no tuviera la oportunidad de fijarse en sus piernas. El hecho que en realidad estuviera pensando semejante cosa, un acto tan completamente desprovisto de gracia y ternura, era asombroso. Pero esto era todo lo que podría tener de Lanzani. ¿Y a quien le haría daño esto? Sin duda Lanzani quería la oportunidad de tomar lo que se le había negado en el pasado. Por su parte, ella quería algo que recordar, durante todos los largos años que aún tenía que vivir sin él. Se deseaban por lo que eran motivos probablemente egoístas y en el actual humor de Lali, sencillamente era correcto.

-Peter: El pozo de los deseos... -murmuró- ¿Aún lo visitas? -Ella recordó como, de niña, a menudo iba a echar un alfiler en el pozo y deseaba algo que no podía tener.
-Lali: No -dijo, y se dio la vuelta para afrontarlo con una débil sonrisa- Ese pozo se quedó sin magia hace mucho tiempo. Nunca hizo ninguno de mis deseos realidad -Su rostro estaba en sobras mientras estaba de espaldas a la luz de la lumbre.

-Peter: Tal vez no deseaste las cosas adecuadas.

-Lali: Siempre -admitió, su sonrisa sostenía una agridulce curva.

Lanzani la miró atentamente, luego la alejó de la hoguera, hacia el bosque que rodeaba Stony Cross Park. Pronto fueron tragados por la noche, su camino iluminado por la luna cruzada por una nube. Al cabo de un rato los ojos de Lali se adaptaron a la oscuridad que se espesaba, pero sus pasos eras menos seguros que los de Lanzani mientras paseaban por los bosquecillos de avellanos y olmos. Él la cogió de la mano. Recordando como la había acariciado una vez, los tiernos lugares en los que se había aventurado aquellos dedos hacía tanto, Lali sintió que su respiración se volvía agitada. Se liberó de él de un tirón con una risa grave y nerviosa.

-Peter: ¿Ando demasiado rápido para ti? -preguntó Lanzani.

-Lali: Solamente un poco -Ella había andado demasiado esa tarde.

-Peter: Entonces nos detendremos durante un momento -Él la atrajo al lado del camino, donde se extendía un enorme roble, y se apoyaron en una hendidura de sus raíces. El bosque parecía suspirar mientras los envolvía en una susurrante humedad musgosa. Cuando Lali se apoyó contra el tronco del árbol, Lanzani surgió sobre ella, su aliento revolvió los mechones de pelo que caían sobre su frente.

-Lali: Lanzani -dijo, tratando de parecer despreocupada- Quiero preguntarte algo -Las yemas de sus dedos rozaron el lado de su cuello, acariciando los nervios sensibles.

-Peter: ¿Sí?

-Lali: Háblame sobre las mujeres que has conocido. Las que... -hizo una pausa mientras pensaba la palabra apropiada. Lanzani retrocedió unas pulgadas.

-Peter: ¿Qué quieres saber?

-Lali: Si amaste a alguna de ellas -En el silencio de Lanzani, Lali alzó la vista para encontrarlo mirándola fijamente con una intensidad que envió escalofríos calientes y fríos por su cuerpo.

-Peter: No creo en el amor -dijo- Es una píldora azucarada, la primera vez que la pruebas es bastante tolerable, pero rápidamente llegas a las capas amargas de debajo -Ella había sido la única, entonces. Lali sabía que debería lamentar el hecho de que después de ella, sus relaciones con mujeres hubieran sido puramente físicas. Pero como siempre, era egoísta en lo que se refería a Lanzani. No podía evitar alegrarse de que sus palabras de hace tanto se hubieran demostrado verdaderas. "Tendrás mi corazón siempre, me has arruinado de por vida."

-Peter: ¿Qué pasa con Adam? -preguntó- ¿Lo amas?

-Lali: Sí -susurró. Ella amaba a Adán cariñosamente, sólo que no de la manera que él quería decir.

-Peter: Y sin embargo estás aquí conmigo -murmuró.

-Lali: Adam -se detuvo y se aclaró la garganta- Lo que quiera que yo decida hacer no le importa. Esto no tiene nada que ver él. Tu y yo...

-Peter: No, no lo tiene -dijo él con repentina cólera- Dios mío, él debería tratar de arrancarme la garganta, en lugar de dejarte ir a cualquier parte sola conmigo. Él debería estar dispuesto a hacer cualquier cosa excepto matar, maldición, yo ni siquiera me detendría ante eso, para mantener a otros hombres lejos de ti -La repugnancia espesó su voz- Te mientes a ti misma, si crees que alguna vez estarás satisfecha con la clase de matrimonio sin sentimientos que tenían tus padres. Necesitas un hombre que iguale tu voluntad, que te posea, que ocupe cada parte de tu cuerpo y cada rincón de tu alma. A los ojos del mundo, Adam es tu igual, pero tú y yo lo sabemos mejor. Él es tan diferente de ti como el hielo del fuego -Él se inclinó sobre ella, su cuerpo formó una fuerte jaula viviente a su alrededor- Yo soy tu igual -dijo seriamente- aunque mi sangre sea roja en vez de azul, aunque yo fui condenado por mi mismo nacimiento a no tenerte jamás, por dentro, somos iguales. Y rompería cada ley de Dios y del hombre sí…

Lanzani se detuvo de repente, mordiendo las palabras cuando se dio cuenta que estaba revelando demasiado, permitiendo que sus desbocadas emociones trajeran lo mejor de él. Lali deseaba decirle que ella nunca había pensado en él sino como en un igual. En cambio alargó la mano a los botones del chaleco de Peter y comenzó a desabrocharlos.

Incluso a través de las capas de tela, podía sentir la dureza de su estómago, las rígidas capas de músculo. Lanzani estaba inmóvil, los nudillos de sus puños apretados clavados en la corteza del roble. Ella se movió con cuidado en la fila de botones, luego comenzó con su camisa. Él no trató de ayudarle, sólo permanecía inmóvil bajo sus cuidados. Temblando de excitación, finalmente le desabotonó la camisa y se la sacó del pantalón. La ropa estaba arrugada y caliente donde había estado metida en su cintura. Deslizando las manos dentro de la ropa abierta de Lanzani, Lali inhaló rápidamente. Su piel estaba muy caliente, olía a sal y era tentadora. Sus palmas se movieron despacio por su pecho. Estaba fascinada.

Lanzani respiraba con rapidez y empujó sus manos detrás de ella, tirando de los cierres detrás de su vestido. Su boca llegó a su garganta, acariciando con la nariz y besando, mientras tiraba con fuerza de la parte trasera de su corpiño. Su vestido cayó alrededor de su cintura, revelando un corsé que alzaba sus pechos bajo una delgada camisa de algodón. De pronto el sentido de irrealidad volvió a Lali intrépida. Deslizando los tirantes de su camiseta por sus hombros, liberó a tirones sus brazos y se bajó la ropa por encima de su corsé. Sus pechos se derramaron, las sombreadas puntas se contrajeron al aire libre.

Los dedos de Lanzani se deslizaron bajo la curva pálida de un pecho, e inclinó la cabeza sobre su pecho. Ella saltó un poco cuando el calor húmedo de su boca se cerró sobre ella. Su lengua trazó el borde de la tensa aureola, luego acarició la punta, cosquilleando la carne sensible. Ella se retorció y jadeó, mientras el deseo palpitaba por todo su cuerpo. Liberando el pezón, Lanzani retrocedió para acariciar su excitada carne con la ráfaga húmeda de su aliento. Su lengua la exploró, lamiéndola con la suavidad de una pluma haciendo que se retorciera y gimiera.

Él tomó la cima palpitante entre sus dientes, mordisqueando con una presión delicada que provocó dardos de sensación que bajaron hasta los sus dedos de sus pies. Lali estaba tan fascinada por el placer de su boca que no notó que él le bajaba el vestido hasta que cayó al suelo en un montón, dejándola en su ropa interior. Consternada, se dobló automáticamente para recuperar su vestido, pero Lanzani le empujó la espalda contra el árbol y agarró su boca en un beso devastador. Sus dedos fueron a las cintas de sus calzones, soltándolas hasta que cayeron a sus rodillas.

Con torpeza ella alargó las manos a la parte alta de sus medias, comprobando para asegurarse que sus ligas no habían resbalado. Su corazón dio un espeluznante vuelco cuando sintió que una de sus manos cubrían las suyas.

-Peter: Yo lo haré -murmuró, pensando sin duda que ella quería desatar la liga.

-Lali: No -A toda prisa ella agarró su mano y tiró de ella hasta su pecho. Para su alivio, Lanzani al instante se distrajo por la maniobra, acariciando con su pulgar el capullo de su pezón. Lali levantó el rostro para que la besara, separando los labios con impaciencia bajo los suyos. Sentía la forma de su excitación contra su muslo, la dureza presionando tras la hilera de los botones del pantalón.

Ávidamente Lali alargó la mano hacia él para desabrochar los botones, el dorso de sus nudillos bajaron tras la tela calentada por piel. Ambos jadearon cuando finalmente le liberó, su rígida carne saltó de los límites de la gruesa tela. Temblando por la anticipación, Lali le rodeó con sus dedos en un delicado y caliente apretón. Él besó su boca, buscándola con la lengua mientras su mano libre vagaba sobre su estómago. Él examinó cuidadosamente los rizos oscuros entre sus muslos, mientras uno de sus pies la empujaba en su empeine, obligándola a abrirse. Lali experimentó una emoción de primitivo placer al ser tan completamente dominada. Habiendo soltado la pasión de Lanzani, ahora tenía que aceptar las consecuencias y estaba más que preparada para darle lo qué ambos habían deseado durante tanto tiempo.

Sus dedos localizaron los hinchados pliegues de su hendidura, luego la separó con total suavidad. Tirando con impotencia de sus muñecas prisioneras, Lali se contrajo al sentir la yema de su dedo deslizándose contra la apertura de su cuerpo.

Entonces él la llevó al límite, y quedó suspendida en un atormentado placer, su cuerpo contrayéndose en espasmos, su garganta dilatándose con un jadeo profundo de aire. Después de lo que pareció una eternidad, el placer se alivió en exquisitas oleadas, y ella gimió contra sus labios.

-Lali: No puedo soportarlo -jadeó- Por favor Lanzani... por favor...

Al parecer aquellas palabras eran lo que él había estado esperando. Él la juntó contra su cuerpo y la levantó con la facilidad increíble. Uno de sus brazos le protegió la espalda de la raspadura del tronco del árbol, mientras enganchaba el otro cuidadosamente bajo sus nalgas. Lanzani la besó, su aliento caliente llenaba su boca. Ella sintió la brusca presión de su sexo, la dureza empujando en el vulnerable valle de su cuerpo. Su carne se resistió, apretándose contra la amenaza de dolor. La punta de su miembro entró en ella, y cuando Lanzani la sintió cerrarse caliente y acogedora, su urgencia pareció ampliarse cien veces. Él empujó hacia arriba, permitiendo al mismo tiempo que el propio peso de Lali la impulsara en su hinchada longitud. Un jadeo entrecortado salió de la garganta de Lali cuando su cuerpo cedió el paso a la invasión implacable. De pronto él estaba dentro de ella, desgarrando y llenando y estirando los suaves tejidos. Lali se arqueó conmocionada, sus manos se cerraron en puños contra su espalda.

Lanzani se congeló cuando los signos de su dolor hicieron mella en su cerebro nublado por la lujuria. Comprendiendo lo que la peculiar resistencia de su cuerpo había querido decir, él soltó un aliento asombrado.

-Peter: Dios mío. No eres virgen. No puedes serlo.

-Lali: No importa -jadeó ella- No te detengas. Todo está bien. No te detengas -Pero él permaneció inmóvil, mirándola fijamente en la oscuridad, sujetando los brazos con fuerza alrededor de ella hasta que ella apenas pudo respirar. Él era parte de ella, finalmente, en este último y necesario acto al que la había conducido su vida entera.

Se agarró a él con cada parte suya, atrayéndolo profundamente, atándolo en el ligero y seguro abrazo de sus brazos. Sintiendo el rítmico apretón de sus músculos interiores, Lanzani se inclinó para besarla con ferocidad, su lengua acariciando el borde de sus dientes y sondeando el oscuro dulzor más allá. Lali apretó sus piernas cubiertas por las medias alrededor de su cintura, mientras él comenzaba a embestir con movimientos lentos, incansables. El escozor se alivió, aunque no se desvaneció completamente y a Lali no le importó. Todo lo que importaba era poseerle a él, contener su carne inflamada, su cuerpo y su alma cambiaron para siempre por su invasión apasionada.

Gimiendo con los dientes apretados, Lanzani afirmó sus pies mientras entraba y salía con más fuerza, clavado más profundamente, sudando por el placer y el esfuerzo. Él se derramó dentro de ella con un orgasmo primitivo, feroz, infinito. Lali le envolvió, arrastrando su boca abierta por su rostro y su cuello, lamiendo con avidez los rastros de sudor.
Lanzani jadeaba y temblaba y se mantuvo dentro de ella durante mucho tiempo. Despacio la tensión se escurrió del cuerpo de Lali, dejándola agotada. Cuando Lanzani se retiró de ella, sintió el líquido caliente que rezumaba entre sus muslos. Dándose cuenta que sus medias habían resbalado, se meneó con ansiedad repentina.

-Lali: Por favor bájame -Bajándola con cuidado al suelo, Lanzani la estabilizó con sus manos, mientras ella buscaba a tientas para subirse las medias, y tirar los tirantes de su camiseta sobre sus hombros. Cuando estuvo bien cubierta, alargó la mano al montón mojado de su vestido. Oh, como deseaba yacer con él en algún sitio, y dormir recostada contra su cuerpo, y despertar para verle a la luz del sol de mañana. Ojalá fuera posible.

Tirando con torpeza del resto de su ropa, Lali se puso de pie con el rostro apartado, y dejó que Lanzani le abrochara la espalda del vestido. Algo le había pasado a uno de sus zapatos, le había dado patadas de durante su encuentro, y le llevó un minuto de dedicada búsqueda antes de que Lanzani finalmente lo localizara detrás de una raíz del árbol.

Los labios de Lali se contrajeron reticentemente divertidos cuando él le trajo el zapato.

-Lali: Gracias -Lanzani no sonrió, pese a todo. Sus rasgos eran tan duros como la piedra, sus ojos brillaban peligrosamente.

-Peter: ¿Cómo demonios es posible -preguntó con furia controlada- que fueras virgen?

-Lali: No tiene importancia -murmuró.

-Peter: Para mí sí -Le agarró la barbilla con los dedos sin demasiado cuidado, obligándola a mirarle- ¿Por qué nunca le has permitido a ningún hombre acostarse contigo antes de esta noche? -Lali se lamió los labios secos mientras trataba de dar con una explicación satisfactoria.

-Lali: Yo... decidí esperar hasta que me casara.

-Peter: ¿Y en los cinco años que conoces a Adam, nunca le has dejado tocarte?

-Lali: No necesitas hacer que parezca como si fuera un crimen. -dijo a la defensiva- Era una cuestión de respeto, y una elección mutua, y…

-Peter: ¡Es un crimen! -explotó- ¡Es antinatural y vas a decirme por qué! ¡Y luego vas a explicar por qué me dejaste tomar tu virginidad! -Lali luchaba por encontrar una mentira que le entretuviera, cualquier cosa para ocultar la verdad.

-Lali: Yo... supongo que sentía que te lo debía, después del modo en que te eché de Stony Cross hace tantos años -Lanzani la agarró por los hombros.

-Peter: ¿Y ahora crees que la deuda ha sido pagada? -preguntó con incredulidad- Seamos claros en este punto, no has empezado a compensarme por aquello. Vas a recompensarme de muchas más maneras de las que te puedas imaginar, con intereses -Lali se quedó congelada llena de alarma.

-Lali: Me temo que esto sea todo lo que puedo ofrecer, Lanzani -dijo ella- Una noche, sin promesas ni excusas. Lo siento si quieres más que esto. Sencillamente no es posible.

-Peter: Estás a punto de recibir una educación en como llevar una aventura. Porque mientras dure mi estancia en Stony Cross, vas a saldar tu deuda conmigo de espaldas, de rodillas, o en cualquier otra posición en la que te desee -Él la separó del enorme roble, su vestido mojado, y su pelo enredado y desarreglado con las manchas de la corteza. Tirando de ella hacia delante, le cubrió la boca con la suya, besándola no con intención de complacerla, sino de demostrar su propiedad. Aunque Lali sabía que para ella sería ventajoso evitar responder, su beso era demasiado irresistible para resistirse. No tenía fuerza para liberarse de su inexorable abrazo, tampoco podía evitar su irresistible boca, y poco después se derritió contra él con un tembloroso gemido, sus labios contestaron febrilmente a los suyos.

Sólo cuando su respuesta fue obvia para ambos Lanzani levantó la cabeza. Su rápida respiración se mezcló con la suya cuando habló.

-Peter: Iré a tu habitación esta noche -Lali se alejó con gran esfuerzo de él, volviendo a tropezones al camino forestal.

-Lali: Cerraré la puerta.

-Peter: Entonces la echaré abajo.
-Lali: No seas tonto -dijo con un poco de exasperación, apresurando su paso a pesar de las protestas de sus piernas demasiado castigadas.

El resto del paseo de vuelta a la casa fue en silencioso, excepto por el sonido de sus pies machacando hojas, ramitas y grava. Lali estaba cada vez más incómoda, dándose cuenta de un montón de punzadas y dolores, y no digamos la fría pegajosidad entre sus muslos. Le habían comenzado a escocer y quemar las cicatrices. Nunca había deseado un baño caliente tan desesperadamente en su vida. Sólo rezaba para que Lanzani estuviera demasiado preocupado para notar el afligido andar dificultoso de su paso. La casa estaba oscura y tranquila, sólo ardían unas luces como concesión a los invitados que habían decidido prolongar sus tertulias. Lanzani acompañó a Lali hasta una de las entrada de los criados en el lateral de la casa, donde había muchas menos probabilidades de que les vieran. Nadie que viera el aspecto desarreglado de Lali adivinaría con facilidad lo que había estado haciendo.

-Peter: Mañana, entonces -la advirtió, de pie en la entrada mirándola mientras se dirigía lenta y cuidadosamente arriba.

Continuará...

:)

20 comentarios:

  1. quiero maas nove, sube mas nove porfis

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  2. hayy quiero q peter se entere d las cicatrices de lali :( para ver como reacciona
    masss noveeee

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  3. mas nove por favor!
    esta increible el capitulo

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  4. Me encanta que él alla sido el primero :) aunque él se haga el malo y piense tanto en la venganza estoy re segura de que cuando se dio cuanta de que era virgen se le removió todo...
    quiero mas!
    Me encantaaaa :)
    Juli♥
    @amorxca

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  5. Me encanto!
    supose que Lali era virgen pero pense q esto haria cambiar a Lanzani pero el pobre esta tan confundido q dudo q sea capaz de pensar así
    besos
    @vagomi

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  6. quiero maaaaaaaaaaaaas

    <3

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  7. Vivu ( @Lina _AR12)20 de mayo de 2012, 22:44

    No se ni q decir...mucha pasión y mucho dolor al mismo tiempo,no creo q pase mucho antes q Peter descubra el secreto de Lali!
    Muy buen cap!

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  8. wau nunca pense que llegara a pasar sin que lanzani se enterar antes....

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  9. yo crei que se iba a enterar de lo de las cicatricez!!
    sube otro porfavoooor!
    besos!

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  10. Capitulooon!!!

    Espero el momento en que Lanzani (Que apellido por Dios) se entere de la verdad!!!

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  11. ohhhh por dios no pense q en este cap pasaria estoy.... adoore el cap.... QUIERO MAS NOVE....... POR FA SUBE MAS!!!!!!
    Besos q estes bien...!!!!! :)

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  12. Wow! Al final para lali fue pero el remedio q la enfermedad, pq ahora como va a hacer para sacarse a lanzani de encima, no le va quedar otra q contarle todo lo q paso! Más nove!

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  13. por que lali tiene cicatrices..no entendi o me perdi un par de capitulos :S

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    1. Porque tuvo un accidente, en el que se quemó...


      ^-^

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  14. OMG no pensé que pasaría ésto pero me encantó claro que la pobre padeció pero también disfrutó y me fascinó que Peter se haya dado cuenta que era virgen y que le diga que lo tendrá que recompensar.
    Ruthy_lu

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  15. Me encantoooo porqe al fin lo hicieron pero no me gusto lo que le dijo Peter al final :S pobre Lali aunqe nunca voy a entender porqe en las novelas siempre van por el camino dificl y prefieren mentir a decir la verdad :P ajajaja buenisisimo el cap espero qe Peter se entere lo qe le paso a Lali pronto :) un besote enormeeee :D

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