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martes, 22 de mayo de 2012

Capítulo 31



Tomando residencia en una suite elegantemente adornada con muebles de caoba y bronce, Pablo pronto descubrió que la reputación de la calidad del hotel era merecida. Luego de una noche de buen sueño y un desayuno de crepes y huevos de ave, Pablo decidió corregir su opinión sobre Londres. Tuvo que admitir que una ciudad con tantas casas de cafés, jardines y teatros, no podía ser tan mala.

Un día de reuniones y una larga cena en una taberna local hubieran dejado exhausto a Pablo, pero encontró difícil dormirse esa noche. Él tenía miedo de estarse enamorando de Candela Espósito. Él la quería, la adoraba, la deseaba ardientemente, cada maldito momento. Sin embargo, cada vez que él pensaba que hacer con ella, llegaba a la misma conclusión. Pablo Martínez no era del tipo que se casaba, y aun si lo fuera, a él le importaba demasiado ella para exponerla a los tiburones de su familia. Peor aún, él estaba tan malditamente casado con la botella para considerar en tomar una novia y eso era algo que él dudaba pudiera solucionar, aunque lo quisiera.

Comenzó una tormenta, los truenos resonando y aplaudiendo mientras que la lluvia caía en explosiones intermitentes. Pablo abrió la ventana un milímetro o dos para dejar que el olor a la lluvia de verana se colara en el cuarto. Tendiéndose entre las sabanas frescas, el trató y falló de dejar de pensar en Cande. En algún momento del medio de la noche, sin embargo, fue rescatado por el golpecito en la puerta de su cuarto y el tranquilo murmullo de su ayuda de cámara.

- ¿Sr. Martínez? Disculpe, alguien lo espera en la puerta de entrada. Le pedí que volviera a una hora más apropiada, pero ella no se ira -Pablo luchó para incorporarse y bostezó, rascándose el pecho.

-Pablo: ¿Ella?

- La Señorita Candela Espósito, señor.

-Pablo: ¿Cande? -estaba anonadado -Ella no puede estar aquí. Ella está en Stony Cross.

- Ella definitivamente está aquí, Sr. Martínez -Pablo saltó de la cama como si lo hubieran electrocutado, buscando rápidamente su bata para cubrir su desnudez.

-Pablo: ¿Ha pasado algo? -preguntó el -¿Cómo luce ella?

- Mojada, señor -Aún estaba lloviendo, Pablo se dio cuenta con una creciente preocupación, preguntándose porque demonios Cande vendría aquí en el medio de una tormenta. Demasiado preocupado para buscar sus pantuflas o peinar su cabello, Pablo salió a grandes pasos de su cuarto, siguiendo a su ayuda de cámara hasta la puerta.

Y allí estaba Cande, parada en un pequeño charco de agua. Ella le sonrió, aunque sus ojos cafés almendrados estaban alerta bajo el borde de un sombrero empapado. Justo en ese momento, observándola a través de la puerta, Pablo Martínez, cínico, hedonista, borracho, libertino, se enamoró desesperadamente.

Él nunca había estado tan completamente esclavizado de otro ser humano. Tan encantadora y tontamente esperanzado. Miles de palabras de afectos llenaron su mente, y se dio cuenta tristemente que él era el mismo estúpido que había acusado de ser, el día anterior, a Lanzani.

-Pablo: Cande -dijo él suavemente, acercándose a ella. Su mirada recorrió el rostro sonrojado y mojado de ella, mientras que pensaba que ella lucia como un ángel manchado -¿Esta todo bien?

-Cande: Perfectamente -la mirada de ella siguió el frente de su bata de seda hasta sus pies descalzos, y se ruborizó antes la comprensión de que él estaba desnudo debajo. Sin poder evitar tocarla, Pablo se acercó y le quitó el abrigo, dejando que una cascada de gotas cayera al suelo. Él se lo pasó al ayuda de cámara, quien fue a colgar la prenda en un perchero cercano. Le siguió el sombrero empapado, y luego Cande se quedó de pie temblando frente a él, el dobladillo de sus faldas empapado y embarrado.

-Pablo: ¿Por qué has venido a la ciudad? -preguntó suavemente.

-Cande: Tenía compras que hacer. Me estoy quedando en Marsden Terrace. Y ya que nuestros respectivos alojamientos están tan cerca, pensé en hacerte una visita social.

-Pablo: ¿En medio de la noche?

-Cande: Los negocios no abren hasta las nueve -dijo ella razonablemente -Eso nos da tiempo para hablar -Él le echó una mirada irónica.

-Pablo: Sí, unas siete horas. ¿Pasamos a la sala?

-Cande: No, en tu cuarto -Ella se abrazó tratando de evitar sus temblores. Pablo exploró la mirada de Cande, buscando una duda, encontrando sólo la necesidad de conexión, de cercanía, que se comparaba a la de él. Ella le mantuvo la mirada mientras continuaba temblado. Ella tenía frió, pensó él. Él podría calentarla.

De repente Pablo se encontró actuando antes de darse la oportunidad de pensar sensatamente.

Luego de cerrar la puerta detrás de ellos, encendió un pequeño fuego en el hogar. Cande quedó parada frente a él, dócil, bañada por la luz destellante naranja amarilla mientras él comenzó a desvestirla. Ella estaba callada y pasiva, levantando sus brazos sólo cuando era necesario, deshaciéndose de su vestido mientras caía en una masa húmeda. Uno a uno Pablo fue dejando caer las húmedas prendas en la silla, despojando cuidadosamente capas de muselina, algodón y seda del cuerpo de ella. Cuando la tuvo finalmente desnuda, con la luz del fuego adornando su delgado cuerpo y su cabellera marrón clara, Pablo no se interrumpió para mirarla. En lugar de ello se quitó su propia bata y la cubrió con ella, envolviéndola en la seda que aún estaba caliente por su propia piel. Cande se quedó sin aliento mientras él la levantaba y la llevaba a la cama, tendiéndola en el medio de la arrugada ropa de cama. Él acomodó el acolchado alrededor de ella y se unió a ella debajo de él, abrazándola. Sujetándola al estilo cuchara, él apoyó su mejilla contra el cabello de ella.

-Pablo: Cande... tengo que advertirte de las consecuencias de lo que estamos a punto de hacer…

-Cande: Lo se -lo interrumpió ella, separándose de él. Evidentemente ella no quería discutir nada de importancia en ese momento. Mientras se deshacía de la bata, ella le regaló una sonrisa provocativa -Hablaremos de ello más tarde.

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La primera mañana de despertar en los brazos de Pablo le hizo sentir a Cande como si el mundo se hubiera transformado mientras dormía. Nunca había esperado volver a sentir esa íntima conexión con un hombre.

Cuando Pablo dormía, su rostro estaba privado de su habitual inexpresividad, tenía el semblante de un severo ángel. Sonriendo, Livia dejó que su mirada trazara la dura belleza de sus rasgos, la larga y recta nariz, la exuberancia de sus labios, el pico que formaba le pelo que hacía que un mechón ámbar dorado cayera sobre su frente.

-Cande: Eres demasiado apuesto para expresarlo con palabras -le informó, cuando él bostezó y se estiró- me pregunto si puedes conseguir que alguien te escuche seriamente, cuando probablemente lo único que en realidad quieren sea sentarse y mirarte durante horas -Su voz estaba ronca de sueño

-Pablo: No quiero que nadie me escuche en serio. Eso sería peligroso -Sonriendo, Cande le retiró el pelo de la frente.

-Cande: Debo regresar a Marsden Terrace antes de que se despierte la señora Smedley.

-Pablo: ¿Quién es la señora Smedley?

-Cande: Mi señora de compañía. Es vieja, dura de oído, y también terriblemente corta de vista.

-Pablo: Perfecto -comentó con una rápida mueca- Tengo unas reuniones esta mañana. Pero me gustaría escoltarlas a ti y a la señora Smedley a alguna parte esta tarde, quizás un espectáculo de panorama.

-Cande: Es casi el amanecer -protestó ella, retorciéndose bajo él- debo irme.

-Pablo: Será mejor que reces porque la señora Smedlley duerma hasta tarde esta mañana -dijo él, ignorando sus protestas.

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Mucho más tarde ese día, Pablo demostró ser la compañía más entretenida que se pudiera imaginar, especialmente para la señora Smedley, que parecía una imperiosa gallina con su túnica marrón y su cofia emplumada. Y el hecho de que fuera americano no estaba a su favor, ya que la señora de compañía era profundamente desconfiada con los extranjeros. Sin embargo, Pablo se la ganó con el andar del tiempo por pura persistencia.

- …uno no debería nunca casarse con alguien que sea similar en forma, temperamento y apariencia a uno mismo- les aconsejó a ambos la chaperona- por ejemplo, un caballero de cabello oscuro, no debería casarse con una morena, ni debería casarse un hombre corpulento con una muchacha excesivamente equipada. El de buen corazón debería unirse con el de sangre fría, el nervioso con el estoico, y el apasionado debería casarse con la cerebral.

-Cande: Entonces, ¿no está aconsejado que dos individuos apasionados se casen?

- No, ciertamente -fue la enfática respuesta- ¡Piensa sólo en la naturaleza excitable de sus niños!

-Pablo: Aterrador -dijo, elevando sus cejas con mofa hacia Cande.

- Y la posición social es de lo más significativo -dijo la señora Smedley- Sólo aquellos de la misma situación deberían casarse o si hubiera desigualdad, el marido debería ser superior a la de la prometida. Es imposible que una mujer respete a un hombre que esté por debajo de su situación.

Cande se tensó súbitamente, mientras Pablo se quedaba callado. Ella no tuvo que mirarle para saber que estaba pensando en Lanzani y Lali.

-Cande: ¿Tendré una oportunidad de ver a Lanzani en Londres? -le preguntó a Pablo, mientras la señora Smedley seguía perorando, inconsciente del hecho de que no estaba siendo escuchada. Pablo asintió.

-Pablo: Mañana por la noche, si me haces el honor de acompañarme al teatro.

-Cande: Sí, eso me gustaría -se paró antes de preguntarle en voz baja- ¿Te ha mencionado Lanzani a mi hermana últimamente? -Él dudó, y le lanzó una mirada precavida.

-Pablo: Sí.

-Cande: ¿Te ha dado alguna indicación de la naturaleza de sus sentimientos hacia ella?

-Pablo: Se podría decir -replicó secamente- que está bastante amargado, y muy deseoso de venganza. Las heridas que ella le dejó tiempo atrás fueron tan profundas que casi fueron letales -Cande sintió una corriente de esperanza seguida inmediatamente por una de desesperación.

-Cande: No fue por su culpa -dijo- pero ella nunca se permitirá explicarle lo que ocurrió, o por qué se comportó como lo hizo -Pablo la miró fijamente

-Pablo: Cuéntamelo.

-Cande: No puedo -dijo miserablemente- le prometía a mi hermana que no revelaría nunca sus secretos. Nunca traicionaría a Lali… -Incapaz de interpretar la expresión de él, frunció la frente con aire de disculpa -Sé que debes echar en cara quedarme en silencio, pero…

-Pablo: Eso no es lo que estoy pensando.

-Cande: Entonces, ¿en qué estás pensando?

-Pablo: En que todo lo que aprendo de ti me hace amarte más -A Cande se le interrumpió la respiración durante un segundo, atónita por la admisión. Le llevó un largo rato hablar.

-Cande: Pablo…


-Pablo: No tienes que decirlo también -murmuró él- por una vez, quiero tener el placer de amar a alguien sin pedirle nada a cambio.

Continuará....

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Perdón por el retraso... tuve problemas... mm caninos! 

katy ♥ no estoy segura de cuantos caps pero ya estamos en instancias finales!! jaja la maratón la hacemos.... mmmm MAÑANA??? ^-^

los siguientes caps son IMPORTANTES!!!! 
más tarde les subo más!! ;)

10 comentarios:

  1. justamente la maraton no es hoy y mñana?? si me salio la reclamona que hahy en mi jajajaaja

    me encanta maaaaaaaaaaaaaas XD

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    1. ah! tenés razón ya es mañana!! jaja LA MARATON ES HOY MIÉRCOLES!!!!... y si quieren el jueves también!!! :D

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  2. nooo q tierno q es PABLO... Y q suerte q tiene Cande aunq se lo merece por haber sufrido tanto... y espero q Cande logre convenser a Peter de su venganza xq se va a arrepentir mucho..!!!!

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  3. Vivu (@Lina_AR12)23 de mayo de 2012, 0:28

    Muy bueno!Cande se jugó,he llegado a la cuenta q en la época antigua(además de las noves q han subido aquí he leido una saga de 4 de época)las mujeres eran más liberales q ahora si nos descuidamos,como quien diría tenian el sí fácil para la pasión!JAJA

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  4. ME mato pablo con lo ultimo q le dijo, esperemos q cande pueda hacer entrar en razones a lanzani...Espero más

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  5. jaja si que sea el maraton manana y el jueves pero para que se acabe el jeuves :P jaja es que se me va acortar el internet ese dia :(
    bueno la nove jajaj no puedo creer que cande haya ido asi a en la noche con pablo y lo hiciera pense que nose que iba a ver mas histeriqueo se podria decir jaja mas

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  6. Maratoon miercoles y jueeeeeeveeees!!! Daaalee aaah amo la nove es tan ... Aaah!!! Asi es !! Jajajaj aaah qiero noveeee
    Beeesos y espero muuuuuuuchos pero muuuchos maaas :)
    @isiiteenatica

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  7. Estos capítulo impresiónante cada día las espositos están hasta las manos por los extranjeros, si extranjeros porq peter dijo que es americano

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