BIENVENID@S - YA PODÉS DESCARGAR EL NUEVO BONUS "El Camino Del Sol" - Twitter @Fics_Laliter - Correo: Ficslaliter123@gmail.com

lunes, 21 de mayo de 2012

Capítulos 28 y 29



Cande estaba desilusionada. Pablo no había aparecido al día siguiente. Después del ofrecimiento de la Sra. Julia de hacer discretas averiguaciones sobre que le había pasado, Cande aprendió que Martínez simplemente se había encerrado a si mismo en la casa de solteros y había dejado dicho que no lo molestaran con ningún problema.

-Cande: ¿Está enfermo? -había preguntado, imaginándolo sólo y afiebrado en su enfermedad -¿Podría querer estar tanto tiempo sólo?

-Julia: Está con la bebida, cualquiera podría adivinarlo -Contestó con desaprobación -En ese caso, el Sr. Martínez definitivamente querría estar solo. Hay sólo unas pocas cosas más desagradables que ver a un caballero con sus copas encima.

-Cande: ¿Qué razón tendría él para hacer una cosa así? -dijo preocupada -¿Qué le puede haber pasado para aislarse de esa manera? A mí me pareció que estaba perfectamente bien la tarde pasada -La Sra. Julia esperó para contestar hasta que las criadas habían tomado los pasteles para llevarlos a la otra sala.

-Julia: Las borracheras no necesitan nada en particular para provocarlas -A Cande no le agradó la imagen que se le formo en la cabeza, de un poco agradable, desaliñado y ridículo hombre que decía desagradables cosas y que tropezaba con muebles invisibles y que terminaba rubicundo y gordo. Cande había conocido muy pocos hombres así. De hecho, ella nunca había visto a Gastón intoxicado, él siempre había mantenido un perfecto auto control.

-Cande: Pablo no puede estar borracho -Dijo en un medio susurro, la mitad de los sirvientes tenían la oreja parada -Él esta sólo, bueno… -Parando, arrugó la frente hasta que se pareció a un postigo de una ventana -Tienes razón, él es un alcohólico -admitió ella -Como quisiera que no lo fuera! Si sólo algo o alguien lo inspirara a cambiar…

-Julia: Esa clase de hombres nunca cambia -murmuró con una certeza desmayada.

-Cande: Alguien debería ir para cerciorarse que él está bien -El ama de llaves le contestó con desaprobación.

-Julia: Si yo fuera tú, dejaría la cosa tal como está -Cande sabía que la Sra. Julia tenía razón, como siempre. Sin embargo, mientras los minutos y horas pasaban, y la hora se aproximaba, ella se fue a buscar a Lali.

Por primera vez en el día, Cande se salió de sí misma y de su obsesión por Pablo Martínez, lo suficiente para preguntarse qué estaba pasando entre su hermana y Lanzani. Cande los había visto caminando juntos en la feria, y por supuesto, ella había escuchado sobre la serenata de la "Rosa de Tralee". Ella había encontrado muy interesante que Lanzani, que era la personificación de la autocontención, hiciera esa demostración pública de cuanto le interesaba Lali.

Nadie estuvo muy sorprendido, porque estaba claro que Lali y Lanzani se pertenecían el uno al otro. Había algo invisible y a la vez irrefutable que los hacía parecer una pareja. A lo mejor era la manera en que intercambiaban miradas cuando pensaban que nadie los estaba mirando, miradas de pregunta y de deseo. O tal vez, la manera en que le cambiaba el tono de voz a Lanzani cuando hablaba con Lali, era un tono profundo y suave a la vez. No importaba cuan correcto fuera su comportamiento, cualquiera podía ver que ambos estaban ahogados el uno con el otro por una fuerza muy potente.

Parecía que querían respirar del mismo aire. La necesidad por el otro era penosamente obvia.

Cande estaba absolutamente convencida que Lanzani adoraba a su hermana. A lo mejor eso estaba mal, pero Cande no podía evitar desear que su hermana encontrara el coraje necesario para contarle la verdad acerca de su accidente.
Absorbida por sus pensamientos, Cande se las arregló, para encontrar a Lali en el escritorio privado de Gastón.

Aunque Lali visitaba frecuentemente a Gastón para discutir asuntos de la casa, Ahora parecía que estaban discutiendo algo de una índole más personal.

En verdad, parecían estar peleando.

-Lali: No veo por qué tú lo has tomado como un asunto personal… -le estaba diciendo bruscamente, justo cuando Cande entraba en la habitación después de haber tocado débilmente a la puerta.

Ninguno de sus hermanos parecía estar contentos con su interrupción.

-Gas: ¿Qué es lo que quieres? -le gruñó. Imperturbable a pesar de su rudeza, Cande centró su atención en su hermana.

-Cande: Quiero hablar contigo antes de la cena, Lali. Se trata… bueno, Te lo diré después -Parando, los miró a los dos con las cejas levantadas -¿De qué están discutiendo?

-Lali: Dejaré que Gastón te explique -Dijo cortamente. Se sentó en el borde del largo escritorio, descansando sus manos en la brillante superficie. Cande miró con desconfianza a Gastón.

-Cande: ¿Qué estaba pasando? ¿Qué has hecho?

-Gas: Lo correcto -Le dijo. Lali le hizo un gesto despreciativo -Yo solamente le mande unas cartas a unos posibles inversores de Martínez, todos son conocidos míos, para que sean cautelosos con los fundidores de Martínez. Yo les informe de que podría haber posibles problemas con el trato que Martínez y Lanzani les habían propuesto. Les advertí que al querer expandir sus negocios en las Américas no podía tener garantías de la calidad del producto, podría haber corrupción en la industria, el servicio podía ser defectuoso, e incluso, un fraude.

-Lali: Esa es una tontería -lo interrumpió -Tú estás siendo como el típico inglés que siente miedo en las producciones de gran escala. Tú no tienes ninguna evidencia que pruebe que hay algún problema en los fundidores de Martínez.

-Gas: Pero tampoco tengo pruebas que no los haya -Cruzando los brazos alrededor de su pecho, Gastón las miró desafiante.

-Cande: ¿Por qué estás haciendo esto? -le preguntó.

-Lali: Simple -dijo, antes que Gastón pudiera contestar -Causándole problemas en el camino del Sr. Martínez, Gastón se está asegurando que él y Lanzani van a tener que irse a Londres inmediatamente, para lidiar con todo el malentendido que él está armando -Cande miró a su hermano con una reciente furia.

-Cande: ¿Cómo pudiste hacer eso?

-Gas: Porque quiero mantener a esos dos bastardos lo más lejos posible de mis hermanas. Yo actué por tú bien, el de las dos, y algún día me darán las gracias -Cande miró como loca, alrededor de la habitación, para encontrar algo que tirarle.

-Cande: Eres igual que papá, dándote tanta importancia, interfiriendo en cosas que no te incumben!

-Gas: En este preciso momento -le dijo con furia -Martínez se está ahogando a sí mismo en la bebida de algo o podría ser también que estuviera cavando su propia tumba en esa oscura habitación. Que mejor carácter para que te asocies con él, Cande. Que contento estaría Victorio, si supiera lo que has estado haciendo -Cande empalideció con el sarcasmo. Perturbada por el dolor y la ira, salió de la habitación, sin molestarse, si quiera, en cerrar la puerta.

Lali miro a su hermano con los ojos entrecerrados.

-Lali: Eso fue ir demasiado lejos -le advirtió gentilmente -Que no se te vuelva a olvidar, Gastón, que algunas cosas no pueden retractarse una vez dichas.

-Gas: Cande haría bien en recordar lo mismo -le replicó -Tu ya oíste lo que ella me dijo.
-Lali: Sí, que tú eres igual que papá. Pero deberías usar tu inteligente cerebro en considerar algo, querido ¿cuántas otras maneras tienes para manejar la situación? Tomaste la más corta y la más eficiente ruta para anotar tu golpe, sin considerar los sentimientos de los demás. Y si no fueras como papá… -su voz se fue apagando, y movió su cabeza lanzando un suspiro -Ahora me voy para buscar a Cande. Dejando a su arrepentido hermano en el estudio, Lali, se apuró en encontrar a su hermana -Cande, ¿a dónde crees que vas?

Encontró o Cande parada a mitad del camino hacia el hall, sus mejillas estaban rojas de rabia.

-Cande: Él no tenía ningún derecho -dijo, temblando por la violencia de sus sentimientos. Lali le dio su comprensión.

-Lali: Gastón ha sido demasiado arrogante -estuvo de acuerdo -y obviamente se ha equivocado. Pero las dos debemos tener en mente que lo ha hecho por amor.

-Cande: No me importan sus motivaciones, eso no cambia los resultados.

-Lali: ¿Y cuáles son? -Cande le miró con irritación, como si fuera incorregiblemente obtusa.

-Cande: ¡Que no podré ver a Pablo, por supuesto!

-Lali: Gastón está asumiendo que tu no dejarás Stony Cross. No has salido fuera del país desde la muerte de Victorio. Pero lo que no se les ha ocurrido, a ti y a Gastón, es que tú puedes ir a Londres -Lali sonrió cuando vio la sorpresa dibujada en el rostro de su hermana.

-Cande: Podría, supongo –dijo distraída.

-Lali: ¿Entonces por qué no lo haces? Nadie puede pararte.

-Cande: Pero Gastón…

-Lali: ¿Qué puede hacer él? ¿Encerrarte en tu cuarto? ¿Atarte a una silla? Anda a Londres si tú quieres, quédate en Marsden Terrace. Yo manejaré a Gastón.

-Cande: Parece un poco escandaloso, ¿no es cierto? Persiguiendo al Sr. Martínez…

-Lali: Tú no lo estarás persiguiendo -le aseguró inmediatamente -Tú irás de compras a la ciudad un largo y cansador viaje, debería agregar. Necesitas visitar a la modista, todas las ropas que tienes son tristes o están pasadas de moda. ¿Y quién se desconcertara si tu yendo de compras, accidentalmente, te encuentras con el Sr. Martínez? -Cande sonrió de repente.

-Cande: ¿Me acompañarás, Lali?

-Lali: No, yo debo quedarme en Stony Cross con nuestros invitados. Y… se quedó pensativa por un largo momento. Pienso que sería buena una separación entre Lanzani y yo.

-Cande: ¿Cómo andan las cosas entre ustedes dos? -le preguntó -En la feria ustedes parecían...

-Lali: Lo pasamos maravillosamente -dijo ligeramente -Nada pasó y espero que nada vaya a pasar -Ella sintió la punzada de desilusión que tuvo su hermana. La experiencia de la noche pasada con Lanzani era demasiado personal sin embargo, ella no estaba preparada para contársela a nadie.

-Cande: Pero no piensas que Lanzani...

-Lali: Mejor que te vayas a hacer planes… -le avisó -Necesitarás una chaperona. No tengo la menor duda que la tía abuela Clara se quedará en la terraza contigo, o quizás…

-Cande: Invitaré a la vieja señora Smedley de la aldea. Ella es de una respetable familia, ella podría disfrutar un viaje a Londres -Lali se preocupó.

-Lali: Querida, la Sra. Smedley no escucha nada y es ciega como un murciélago. Es la chaperona menos efectiva que me podría imaginar.

-Cande: Por eso mismo -dijo con tanta satisfacción que Lali no pudo evitar reírse.

-Lali: Está bien, entonces, lleva a la Sra. Smedley. Pero si yo fuera tú, sería lo más discreta posible, hasta que estés absolutamente acabada.

-Cande: Sí, tienes razón -Con una sospechosa excitación, Cande se volvió y apuró el paso por el pasillo.

--

Decidiendo que era justo que Lanzani supiera sobre los planes de su hermano, Lali decidió acercársele después de la cena. Sin embargo, tuvo la oportunidad de hablar con Lanzani antes de lo que esperaba, la comida terminó de una precipitada y mala manera. Pablo Martínez estaba sospechosamente ausente y su hermana Susan parecía estar de muy mal humor.

Viendo que Susan consumía su vino muy libremente, Lali le dio una mirada al mozo, comunicándole que el vino debería ser mejor racionado. En pocos minutos, el mozo le había pasado a un subordinado la garrafa del vino, quién secretamente la había cambiado en la sala de servicio y había vuelto con otra de peor calidad. El proceso completo no fue notado por ninguno de los invitados excepto por Lanzani, que regaló a Lali una sonrisa rápida.

Cuando el primer plato de sopa de espárragos con salmón y salsa de langosta, fue removido, la conversación trataba sobre el tema de los negocios que serían tratados en Londres. El Sr. Cuyler inocentemente le preguntó a Gastón su opinión respecto a cómo creía él que las negociaciones terminarían, Gastón le contestó fríamente:

-Gas: Dudo que este tema pueda ser tratado sin la presencia del Sr. Martínez, cuando los resultados dependerán fuertemente de su actuación. A lo mejor deberíamos esperar hasta que no esté indispuesto.

- ¡Indispuesto! -dijo Susan con una risa burlona -¿Está refiriéndose al hábito de mi hermano, de beber desde el amanecer hasta el atardecer? Que cabeza de familia tenemos, ¿no es cierto? -Toda la conversación se paró. Para sus adentros, todos estaban sorprendidos por la hostilidad de Susan hacia su hermano, Lali trató de aligerar la tensión en la sala.

-Lali: Me parece, Sra. Chamberlain -dijo ella -que su familia ha prosperado bajo el mando del Sr. Martínez.

- Eso no tiene nada que ver con él -dijo Susan con desprecio, resistiendo el intento de su marido por callarla -No, diré lo que tengo que decir ¿Por qué tengo que pagar homenaje a Pablo, por tener la tonta suerte de ser el segundo en la línea cuando el pobre Frederick murió? -su boca se torció con amargura -La razón de que Pablo haya prosperado, Lady Lali, es porque mi hermano ha decidido poner el bienestar de su familia en la merced de inmigrantes maleducados y tuvo la suerte de tomar unas decisión afortunadas -Ella empezó a reír -Un borracho y un peón, que distinguido par. Y mi futuro está por completo en sus manos. Es muy divertido, ¿no le parece?- A su comentario le siguió un largo momento de silencio. Lanzani harto por la compañía, se paró. Su mirada se encontró brevemente con la de Lali.

-Peter: Perdóneme -le murmuró -Parece que no tengo hambre esta tarde -Todos le desearon una placentera tarde, excepto Susan Chamberlain, quien procedió a enterrar su resentimiento en otro vaso de vino.

Lali sabía que debía quedarse para aligerar el ambiente con la conversación. Pero ella miraba fijamente la silla vacía de Lanzani, la urgencia por seguirlo se le hacía insoportable. Segundos después, Lali se encontró parándose de la mesa y obligando al resto de los caballeros a pararse.

-Lali: Les pido permiso… -murmuró, intentando encontrar alguna excusa que justificara su apuro -Yo… -no obstante, ella no podía pensar en nada –Discúlpenme -dijo de forma poco convincente, y salió de la habitación. Ignorando los susurros que dejó su partida, se apuró detrás de Lanzani. Cuando ella miró hacia el principio de las escaleras, lo encontró esperándola. Debió haber escuchado pasos detrás de él.

Oleadas de frío y calor la golpearon mientras se miraban el uno al otro. Los ojos de Lanzani brillaban, su penetrante mirada hizo que recordara a los dos aferrados ansiosamente uno del otro en el bosque, su cuerpo atravesado y retorciéndose junto a él.

Confusa, Lali cerró sus ojos, mientras un determinado calor cubría su rostro. Cuando finalmente se tranquilizó, lo miró una vez más, los ojos de él aún sostenían un inquietante destello.

-Lali: ¿Son todos los Martínez así? -le preguntó refiriéndose a Susan Chamberlain.

-Peter: No, ella es la más amable -le dijo secamente, y empezó a reírse de ella. Retorciendo sus dedos, ella le preguntó

-Lali: ¿Puedo hablar contigo un minuto? Tengo algo muy importante que decirte -Él la miró con alarma.

-Peter: ¿A dónde quieres que vayamos?

-Lali: Al salón familiar de recibimiento -le sugirió. Era el más apropiado salón en el segundo piso, para sostener esa conversación.

-Peter: No -Tomó su mano, y la tiró para que lo siguiera. Aturdida por sus maneras autoritarias, Lali fue sin ninguna resistencia. Su corazón empezó a saltarle del pecho cuando se dio cuenta a dónde la llevaba él para conversar.

-Lali: No podemos ir a mi habitación -le advirtió ella, mirando de arriba para abajo el largo pasillo -Fue ahí donde tú… no, en verdad, no podemos… -Ignorando su protesta, Lanzani fue a la puerta de la habitación donde ella había dormido toda su vida. Una breve mirada de sus anchos hombros, lograron convencer a Lali que era inútil discutirle. Ella apenas podría echarlo afuera, después de todo. Con un suspiro de exasperación, ella entró al cuarto y cerró la puerta.

Había una lámpara que reposaba en la mesa cerca de la entrada. Lali prendió la luz y se dirigió a la antigua ventana. Al pararse Lanzani detrás de ella, Lali vio su rostro y el suyo propio, reproducidos infinitamente en el resplandor de la luz de la lámpara.

Explorando, Lanzani se dirigió a la ventana y recogió un objeto del alfeizar pintado. Era un juguete de un niño, un pequeño caballo de metal con la figura de un jinete montado. Lali se dio cuenta inmediatamente que él había reconocido el objeto, había sido su favorito, tan amado que casi todos los colores brillantes se habían desvanecido.

Compasivamente Lanzani lo dejo en su lugar sin hacer ningún comentario.

-Peter: ¿Qué es lo que quieres decirme? -pregunto tranquilamente.

-Lali: Me temo que mi hermano ha hecho tus negociaciones más difíciles de lo que te esperabas -dijo ella. Su mirada se profundizo.

-Peter: ¿En qué sentido? -Mientras ella continuaba explicando lo que Gastón había hecho, Lanzani escuchaba con una tranquilizante falta de preocupación.

-Peter: Todo saldrá bien -dijo cuando ella termino -Puedo tranquilizar las preocupaciones de los inversores. Y buscare la forma de convencer a Eltham que es por su bien que tiene que vendernos los derechos de esos muelles. Si eso falla, construiremos nuestro propio maldito muelle -Lali sonrió ante su seguridad.

-Lali: Eso no será fácil.

-Peter: Nada que valga la pena nunca lo es.

-Lali: Estoy segura de que estarás furioso con Gastón. Pero el sólo lo hizo por un deseo erróneo de...

-Peter: Protegerte a ti y a tu hermana -concluyo por ella, al verla vacilar -Apenas si puedo culparlo por ello -Su voz era muy suave -Alguien debería protegerte de hombres como yo -Dándose vuelta, Lali se enfrentó a los paneles de espejos, el mosaico de su propio rostro ruborizado, y la forma en que la luz se dispersaba sobre el brillante cabello oscuro de Lanzani mientras se acercaba y se colocaba detrás de ella. Sus miradas se encontraron en el medio de las imágenes fragmentadas.

-Lali: Deberás viajar a Londres enseguida, ¿no es así? -pregunto aturdida al encontrarse tan cerca de él.

-Peter: Sí, mañana.

-Lali: ¿Qu-qué harás con el señor Martínez? -Su cabeza se inclinó sobre ella hasta que sintió su respiración en su frente. Una de sus manos se posó en la parte superior de sus hombros desnudos, las puntas de sus dedos tocaban la pálida piel con la ligereza de un aleteo de mariposa.

-Peter: Tendré que desembriagarlo, supongo- Lanzani volteó su rostro para que lo mirara, su mano se movía sobre su cuello mientras sus dedos tomaban su mentón.

-Lali: ¿Qué estás haciendo? -le preguntó, tensándose cuando sintió que su mano se deslizaba bajo su vestido.

-Peter: Exactamente lo que sabías que pasaría, si tú me dejabas entrar aquí -la besó mientras le desabrochaba el vestido, el temblor de su mentón hizo que sintiera hormigueos por su piel.

-Lali: No me dejaste otra alternativa -protestó -Tú me empujaste hacia aquí y… -Su boca se deslizó sobre la de ella, mientras sus dedos trabajaban hasta exponer los lazos de su corsé. Él enrolló los cordones alrededor de sus nudillos y los tiró, hasta que la maraña del corsé se expandió. El corsé calló al suelo, debajo del vestido que aún llevaba puesto.

La rapidez de sus latidos se sentía en sus oídos mientras su boca la poseía con dulce y hambrientos besos. El cálido olor a hombre de su piel, mezclado con su colonia, aderezado con una mezcla de almidón y acre del tabaco, la hizo sentirse ahogada de placer. Sintió una salvaje excitación por la posibilidad de tenerlo dentro de ella de nuevo, pero al mismo tiempo una voz interna le advertía que no podía permitirle que la explorara con ocio.

-Lali: Date prisa -le urgió ella con apuro -Ahora mismo, por favor -sus palabras fueron interrumpidas por el choque de sus bocas, con húmedos y deliciosos besos, la mareante aproximación excitó su cuerpo. Sus manos resbalaron por dentro de su abierto vestido, deslizando sus manos por la suave línea de su espalda, bajando hacia sus redondas nalgas. Ella sintió en respuesta un dolor entre sus muslos, la oculta carne se volvió suave y caliente, ella se tensó hambrienta dentro del malvado conjuro de sus dedos.

Sintió como él la aferraba de las caderas, sus pulgares hundiéndose en la redondez de sus nalgas. Una de sus manos se deslizó entre sus piernas, buscando la abertura de su ropa interior de lino. Daba la apariencia de medir con sus dedos la longitud de la abertura de la prenda bordeada de lazo, y Lali se estremeció cuando sus nudillos rozaron los rizos debajo de la tela. Él usó sus dos manos para agrandar la abertura unos pocos centímetros, hasta que la prenda cedió. Suavemente Lanzani ajustó su posición, empujándola hacia delante para reclinarla mejor el sillón, separando sus piernas con sus rodillas hasta que ella se encontró completamente abierta frente a él. Lanzani se acercó con sus hombros ligeramente encorvados.

-Peter: Lentamente -murmuró mientras ella se estremecía debajo de él -Lentamente, no te haré daño esta vez.

Lali no pudo responder. Ella sintió el cambio en sus caderas, y algo que la rozó en medio de sus piernas, su parte masculina, rozando los tejidos delicados que él había expuesto. La sensación suave y enloquecedora de su órgano, una tentadora caricia de seda rígida. Ella contuvo el aliento mientras permanecía absolutamente dócil, sus muslos abiertos en un indefenso ofrecimiento. Lanzani entró en ella en una lenta estocada, nuevamente, ella experimentó esa sorprendente sensación de plenitud, pero esta vez sólo hubo una pizca de dolor. Él entró más profundo, sin encontrar resistencia mientras las palpitantes profundidades de su cuerpo lo recibían. Cada vez que retrocedía para volver a arremeter contra ella, Lali se retorcía para acercarse más a él. Sus dedos jugaban con los húmedos rizos de su sexo, frotando suavemente la fuente de su deseo ardiente, acariciando dulcemente en contraste con el ritmo de sus estocadas. La sensación se multiplicó rápidamente, elevándose con cada deliciosa arremetida, el duro avance cada vez más profundo en el resbaladizo canal de su cuerpo. El placer se agudizó hasta llegar a un tono extremo, juntándose en esa parte de ella que el tan posesivamente consumía, hasta que ella no pudo soportarlo por más tiempo. Arqueándose contra sus dedos, ella se estremeció incontrolablemente, amortiguando sus gemidos en el tapizado del sillón. Lanzani lanzó un gruñido de comprensión, impulsándose fuertemente dentro de ella hasta que un sonido crudo se escapó de su garganta y se derramó violentamente dentro de ella.

Permanecieron juntos por un largo minuto, sin poder respirar, sus cuerpos unidos y adheridos, mientras que el peso de Lanzani casi la sofocaba. Lali no quería moverse jamás de allí. Sus ojos permanecieron cerrados, sus húmedas pestañas pegándose en sus mejillas. Cuando sintió que él se separaba de ella, se mordió el labio para evitar que una protesta escapara de sus labios. En lugar de eso, ella continúo acostada sobre los almohadones en una masa de seda y lino desgarrado, sus extremidades débiles como consecuencia de hacer el amor.

Lanzani arregló sus ropas y palpó en busca de su saco. Él tuvo que aclararse la garganta antes de hablar, su voz sonaba rasposa.

-Peter: Sin promesas, sin arrepentimientos tal como tú lo querías -Lali no se movió mientras él abandonaba el cuarto. Esperó hasta que el abandonó completamente sus habitaciones, escuchando el sonido de la puerta al cerrarse, para dejar que las lágrimas se deslizaran de sus ojos.



La larga e infernal cena había terminado. Aunque Cande sabía que casi todos sospechaban que ella había ido a visitar la casa de solteros, ella sintió que era decente el tratar de ser discreta. Ella usó un camino del costado de la casa y se mantuvo al costado de un alto cerco de tejas antes de deslizarse a la tranquila residencia. Sin duda hubiera sido conveniente no haber ido sola, pero su preocupación por Pablo Martínez la impulsó a ir a verlo.

Llamando a la puerta, Cande esperó tensamente la respuesta. Nada. Frunciendo el cejo, Cande llamó nuevamente.

-Cande: ¿Hola? -Ella llamó -¿Hola? ¿Alguien me oye? -Justo cuando consideró la opción de ir a buscar la llave de la Sra. Julia, la puerta vibró y sonó mientras la destrababan. Se abrió una grieta cautelosa revelando la figura del ayuda de cámara de Martínez.

- ¿Si, milady?

-Cande: He venido a ver al Sr. Martínez.

- El Sr. Martínez no está recibiendo visitas en este momento, milady -La puerta comenzó a cerrarse. Cande apuró su pie en ella.

-Cande: No me iré hasta que lo haya visto -La mirada del ayuda de cámara transmitía una exasperación infinita, aunque permanecía cortes y atento.

- El Sr. Martínez no está en una condición adecuada, milady -Cande decidió ser directa.

-Cande: ¿Está borracho?

- Como la semilla de David -el ayuda de cámara confirmó agriamente.

-Cande: Entonces enviaré por té y sandwiches.

- El Sr. Martínez ha pedido más brandy -La mandíbula de Cande se afianzó, mientras empujaba para entrar. Siendo un criado, él no podía detenerla nadie se atrevería a poner una mano en una de las damas de la casa. Ignorando las protestas del ayuda de cámara, ella examinó el oscuro recibidor. El aire estaba cargado con el olor del licor y tabaco.

-Cande: Nada de brandy -dijo en un tono que no dejaba espacio para discutir -Vaya a la casa, y traiga una tetera de té y un plato de sandwiches.

- Él no lo tomara bien, milady. Nadie se interpone entre el Sr. Martínez y lo que él desea.

-Cande: Es hora de que alguien lo haga -dijo haciéndole señas para que saliera. El ayuda de cámara re retiro a regañadientes, y Cande se adentró más en la habitación de luz tenue.

La escena que tenía frente la dejo sin aliento. Pablo Martínez estaba recostado un una tina que había sido colocada cerca del fuego, su cabeza ladeada hacia atrás contra el borde de caoba, una larga pierna colgaba descuidadamente sobre el borde. Él sostenía una copa llena de hielo en su mano, su mirada fija en ella mientras tomaba un trago.

Buen Dios, pensó Cande perplejamente. Los caballeros que sufren los efectos secundarios de una gran dosis de alcohol, generalmente lucen terriblemente. Sin embargo, Cande jamás había visto algo tan magnifico como Pablo Martínez, descuidado y sin afeitar en una tina. Frunciendo el cejo Martínez se levantó levemente, causando que el agua se derrame suavemente fuera de la tina. Brillantes arroyos se deslizaban sobre la superficie musculosa de su pecho.

-Pablo: ¿Que estás haciendo aquí? -Pregunto secamente. Cande estaba tan fascinada que apenas pudo responder. Separando finalmente su mirada de él, se humedeció los labios secos con la punta de su lengua.

-Cande: He venido a ver si estabas bien.

-Pablo: Ya me has visto -dijo el fríamente -Estoy bien. Ahora vete.

-Cande: No estás bien -rebatió ella -Estas ebrio, y probablemente no has comido nada en todo el día. Necesitas algo más nutritivo que el contenido de tu copa, Sr. Martínez -Su fría mirada encontró la de Cande.

-Pablo: Yo sé lo que necesito, mocosa arrogante. Ahora vete, o sino ganaras una vista completa de Pablo Martínez -Cande jamás había sido llamada mocosa. Ella suponía que debería estar ofendida, pero a pesar de ello sintió una suave sonrisa crecer desde su pecho.

-Cande: ¿No sabes que te ocurrirá si sigues bebiendo así? Te convertirás en un hombre asqueroso y arruinado, con una gran nariz colorada y la barriga que le cuelga.

-Pablo: Así que en eso me convertiré -dijo el fríamente, tragando el resto de su licor en un sólo y deliberado trago.

-Cande: Si, y tu cerebro se pudrirá.

-Pablo: Lo estoy esperando -Él se inclinó sobre el borde de la tina, dejando la copa en la alfombra.

-Cande: Y serás impotente -finalizo triunfante -Tarde o temprano, el alcohol roba la virilidad del hombre. ¿Cuándo fue la última vez que le hiciste el amor a una mujer, Pablo? -Evidentemente el reto era demasiado para que el aguantara. Martínez salió a gatas de la tina con una risa sardónica.

-Pablo: ¿Estas pidiendo prueba de mi virilidad? Creo que sólo hay una verdaderamente efectiva refutación para tu argumento -Mientras la mirada de Cande vagaba sobre el incontrolable cuerpo excitado de él, sintió como se ruborizaba.

-Cande: No es necesario… Y-Yo debería irme. Te dejo para que pienses en lo que te he dicho… -Dio vuelta para escaparse, pero antes de que pudiera dar un paso él la agarro por detrás. Cande se detuvo, sus ojos se cerraron al sentir el cuerpo mojado y masculino apretarse contra su espalda. Su brazo chorreante la sostuvo justo por debajo de sus pechos.

-Pablo: No deberías lanzar calumnias sobre mi virilidad. Es un tema bastante susceptible para los hombres.

-Cande: Tendré que recordarlo –susurró.

-Pablo: Recuerda hacerlo -Girándola en sus brazos, cubrió la boca de ella con la suya. La suavidad de sus labios, rodeados por la piel áspera sin afeitar, era locamente excitante. Cande se curvo hacia el ardientemente, sus manos deslizándose por el brillante cuerpo de él. Dándose levemente cuenta que estaba a punto de tomar un nuevo amante luego de Victorio, Cande trato de recuperar su juicio, pero era imposible pensar, con él besándola una y otra vez, hasta que ambos cayeron sobre la alfombra cubierta de agua. Pero Pablo la soltó de repente, separándose de ella con un gemido.

-Pablo: La primera vez no puede ser así. Estoy demasiado borracho para hacerlo correctamente, y no te insultare de esa manera -Cande lo miro fijamente, demasiado excitada como para pensar claramente.

-Cande: No me sentiré insultada. No lo estabas haciendo mal para nada, por el contrario...

-Pablo: Y en el piso, nada más perdóname, no mereces que te trate de esta manera.

-Cande: Estas perdonado -le dijo rápidamente -Me gusta esta alfombra. Entonces volvamos a...  -Pero su compañero ya estaba parado a sus pies. Cande aprendió después que Pablo sentía horror de ser poco caballeroso. Encontrando una bata, se la puso de un tirón y la amarró a su cintura. Él volvió a donde estaba Cande y la levantó del suelo.

-Pablo: Lo siento. Te tienes que ir, Cande. Ahora, antes que te ponga de espaldas de nuevo -Sólo el orgullo le impidió decirle cuanto le gustaba esa idea, cuando él obviamente quería deshacerse de ella. Suspirando con derrota, ella le permitió que la sacará a empujones del dormitorio.

-Cande: Mandé a tu ayuda de cámara a traer sándwiches -le dijo, precediéndolo por el camino del pasillo- Y espero que te los comas, y que no habrá más brandy para ti esta noche.

-Pablo: No tengo hambre -Cande puso su voz lo más severa posible.

-Cande: Tú comerás, es parte de tu pena por haberme forzado en el suelo.

-Pablo: Esta bien –dijo apresuradamente -Comeré. Devolviéndole una cortante sonrisa, Cande le permitió que le abriera la puerta y ella cruzó el umbral. Sólo cuando la puerta estuvo cerrada detrás de ella, ella dejó salir un tembloroso suspiro y termino la frase

-Cande: Como deseo que hubieras terminado.

Continuará....

-------------------------------
Les dejo los caps de hoy!!! 

Tengo una tarea horrible!! de mate que no entiendo, así que no sé si podré subirles más tarde, si les subo quiere decir que no pude hacerla y me rendí! jaja o que soy una genia y la terminé rápido!...aunque no creo que eso sea probable! :P  

cualquier cosa PREGUNTEN:  http://ask.fm/ficslaliter 
ee... estaba aburrida y me cree eso!! jiji

Besos ^-^

24 comentarios:

  1. Me encantóoo.... espero más

    ResponderEliminar
  2. Me fascinaron los capitulo!
    Pobre lali :S
    Espero que Cande "arregle" a Pablo!
    Gaston se paso con lo que hizo pero lo entiendo y hasta cierto punto estoy de acuerdo con él, sin contar que cuando lleguen las concecuencias de lo que estan haciendo Lali y Cande él va a hacer el que las va a tener que apoyar y ayudar


    Besos
    Te visitare en el ask! ;) y suerte con la tarea de Math!

    @vagomi

    ResponderEliminar
  3. masssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  4. noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

    ResponderEliminar
  5. massssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  6. noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

    ResponderEliminar
  7. Xxx fis sube mas nove hoy sisisi xfis

    ResponderEliminar
  8. cuando decias que se iban al bosque y todo eso te juro que pense que ya habian estado =)

    ResponderEliminar
  9. Si pudiera ir a tu casa y hacer tu tarea de matemáticas, lo haría, todo para que nos subas un capitulo mas jajajaj pero creo que vivimos demasiado lejos u.u
    me encantaron los capituloooos!
    besooos!

    ResponderEliminar
  10. Muy bueno :)
    espero el proximo!
    Un beso
    Juli♥

    ResponderEliminar
  11. Vivu ( @Lina _AR12)21 de mayo de 2012, 23:20

    Lali me da pena,no sólo por la actitud de hoy de Peter sno por cómo ella planteó el juego por temor a q él sepa la verdad!Cande no se hasta dónde no sufrirá con Pablo,y aunq no justifico los medios creo q la intencion de Gastón es ahorrarles sufrimiento a sus hnas!

    ResponderEliminar
  12. mmm no se que decir osea peter la deja asi como is nada y antes dice que entiende a su hermano y de todas formas y sabiendo que se tiene que ir y leugo cande con pablo mm no no se que decir

    ResponderEliminar
  13. me dio una lastima lali
    esta sufriendo demasiado con la actitud de peter
    beso

    ResponderEliminar
  14. MAAAAAAAAAAAAAAASS NOVE!!!!!

    ResponderEliminar
  15. Como están las hermanitas!! A Lanzani le vendría bine una buena cachetada y lali q le diga de una vez la verdad. Espero más!


    P.D: la próxima pregúntame cualquier duda de matemática, no soy excelente pero me llevo bastante bien y las comprende con facilidad je! @vale_cadenas

    ResponderEliminar
  16. Wow como están las hermanitas! A Lanzani me dan ganas de pegarle y lali q se digne a contarle la verdad! Más nove!

    ResponderEliminar
  17. Massss nove y espero que peter cambie porq esta lastimando demasiado a lali y después no le va alcanzar la vida para arrepentirse

    ResponderEliminar
  18. Noooooooooooooo malvada!!!!!!!!!!! :( porqeee!!?!?!? quiero que vuelva el Peter buenoooooo el qe me dejaste esta fallado :S no aceptas cambios??? :P jajajajaja

    ResponderEliminar