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sábado, 7 de abril de 2012

Capítulo 4



Desde la ventana del salón del apartamento de su tía, en el segundo piso del edificio contiguo a la tahona, Lali vio que estaba aparcando una furgoneta con el logotipo Miller alquiler de muebles y material de oficina. De ella bajó un hombre calvo y fornido vestido con un mono gris, y con una carpeta sujetapapeles en la mano, y entró en el local del primer piso.

-Lali: No puede decirse que Peter Lanzani pierda el tiempo, ¿verdad, Delilah? —le dijo Lali a la gata rayada de su tía, que estaba frotándose contra sus piernas— No hace ni cinco horas que le di la llave, y ya va a empezar a montar su cuartel general.

Condenado Peter Lanzani... Bueno, lógicamente no era culpa de él que no fuera a poder disponer del local para sí, pero siempre era más fácil dirigir la ira de uno contra los extraños que contra la propia familia. Lali había llegado incluso a suplicar a su madre que reconsideraran su decisión de alquilar el local, pero sus esfuerzos habían sido en vano, Y es que, convencida de que el centro de operaciones de campaña de Juan Lanzani sería un semillero de solteros ricos y de buena familia, a Emilia sólo le había faltado salir bailando cuando su esposo le comunicó a quién había alquilado el local.

Y hablando de solteros ricos y de buena familia... El pulso de Lali se disparó al ver a Peter salir del edificio con el hombre calvo. Se había quitado la chaqueta que había llevado horas antes, y por los músculos que se marcaban bajo el polo, si no supiera quién era, lo habría tomado por uno de los tipos de la empresa que había ido a llevarle los muebles y el material de oficina. Peter se puso una mano en la cadera y señaló el edificio mientras hablaba con el hombre, y Lali no pudo evitar que sus ojos recorrieran su físico escultural arriba y abajo. Sintió un cosquilleo en el estómago, pero se dijo que era hambre y no deseo.

-Lali: La mayoría de las madres les dirían a sus hijas que tuviesen cuidado con hombres como Peter Lanzani —farfulló bajando la vista a la gata, que se había sentado en un rincón y estaba lavándose— pero mi madre ya está planeando una boda.
Sabía que no estaba bien espiar a la gente, se dijo mientras observaba a Peter, que estaba mirando su reloj en ese momento, pero si él no la veía, ¿qué había de malo en ello? Y, justo en ese momento, Peter alzó la cabeza. Maldiciendo entre dientes, Lali se apresuró a apartarse de la ventana, rogando por que no hubiera podido verla a través de la persiana veneciana entreabierta.
-Lali: Esto me pasa por ser tan curiosa —le dijo a la gata.
Y, resistiendo el impulso de volver a la ventana, se dirigió al cuarto de baño. Se quitó la ropa, y se metió en la ducha, dejando que el agua caliente disipara las tensiones del día que se le habían acumulado en los hombros y el cuello.
Después de todo sólo sería un año, se dijo. Podía resistir ese tiempo. «¡Pues claro que resistiré!», se dijo con firmeza mentalmente. En sólo doce meses Peter Lanzani se marcharía, y el local sería al fin suyo. Aquel pensamiento la animó inmensamente, y después de envolverse en un albornoz y secarse el pelo, se puso la ropa más cómoda que tenía, unos vaqueros gastados que adoraba y una camiseta rosa de algodón. Aquella noche iba a ir con Rochi a ver una película, y eso la ayudaría a olvidarse de aquel hombre.

Antes de meterse en la ducha había dejado tirados en el salón sus botines de cuero marrones, y había uno que no encontraba. ¡Ah, allí estaba, caído bajo la mesa que había junto al sillón! Cuando se agachó para alcanzarlo, le pareció oír voces a través de la rejilla de ventilación que había en la parte baja de la pared, justo al lado del sillón. Eran voces de hombres; debían ser la gente de la empresa que estaba llevándole a Peter Lanzani los muebles de oficina. Se puso de rodillas para poder oír mejor. Estaban diciendo algo sobre cambiar una mesa de ángulo. «¿No has aprendido la lección, Lali?», se reprendió, «no está bien espiar». Iba a levantarse, cuando oyó que hablaban de una «tía rubia buenísima de la tahona», y hacían un comentario de lo más grosero sobre la «delantera» que tenía. Al instante supo que se referían a Euge, y le hirvió la sangre de tal modo por que hablaran en un tono tan burdo de su hermana, que se inclinó hacia delante y les gritó:
-Lali: ¡Hey, ustedes! ¡Los de ahí abajo!
Hubo un silencio.
-Lali: Sí, les habló a ustedes! ¡si se atreven a volver a hablar así de...!
—Lali, ¿qué haces?
La voz de su hermana Rocío a sus espaldas la sobresaltó, y levantó la cabeza, dándose un buen golpe con la mesa. Maldijo entre dientes, frotándose el cuero cabelludo, y gateó de espaldas para salir de allí debajo.
-Lali: Rochi, por amor de Dios —farfulló poniéndose de pie— Al menos podías haber...
Se quedó de piedra en el sitio. Al lado de su hermana estaba Peter Lanzani. «Dios, que sea una pesadilla, que sea una pesadilla...», rogó mentalmente.
-Lali: Em... estaba... estaba buscando mi zapato —balbució, enseñándoselo y calzándoselo.
Peter estaba reprimiendo una sonrisilla a duras penas.
-Rochi: El señor Lanzani necesita la llave del cuadro de conmutadores de la luz —dijo carraspeando.
-Peter: Peter, por favor —la corrigió él, esbozando una sonrisa.
Rochi se sonrojó y apartó la vista, mientras que Lali sintió deseos de darle un puntapié para hacer desaparecer esa odiosa sonrisa encantadora de su cara.
-Lali: Creo que está en la cocina —dijo agarrando a su hermana por el brazo— Ven, ayúdame a buscarla.
Y antes de que su hermana pudiera decir nada, la arrastró tras de sí.
Sin embargo, no fue a la cocina donde la llevó, sino al cuarto de la plancha, que estaba un poco más lejos del salón, y cerró la puerta.
-Lali: Cómo no me has avisado antes de subir con él? —le preguntó irritada a su hermana, sin soltarle el brazo.
-Rochi: Lo hice, llamé por teléfono, pero no contestabas —respondió Rachel mordiéndose el labio inferior. Debía haber sido cuando estaba en la ducha, pensó Lali— Lo siento mucho, Lali, de verdad. ¿Hice algo malo?
Lali se sintió avergonzada, y le soltó el brazo.
-Lali: Perdona, Ro —murmuró con un suspiro— Es que estoy un poco disgustada porque me haya quitado el local, eso es todo. Y me pone enferma que papá y mamá sigan tratándome como a una nena.
-Rochi: Al menos mamá no está buscándote marido todo el tiempo —replicó, y los ojos se le llenaron de lágrimas— ¿Por qué no puedo casarme con quien yo quiera?
-Lali: No te pongas así, mujer, ya verás cómo lograremos arreglarlo. Tienen que entender que ya no somos niñas.
-Rochi: No sé —musitó— yo no soy tan fuerte como tú, ni tan independiente como Euge; soy incapaz de enfrentarme a nuestros padres, no sé decir que no.
-Lali: Pues entonces tendrás que aprender —contestó dándole un abrazo— Y ahora olvídate de eso, esta noche vamos a salir por ahí a divertirnos y...
Pero Rochi movió la cabeza y dio un paso atrás.
-Rochi: No puedo... no puedo salir esta noche, La.
-Lali: Rochi, si es por lo de...
-Rochi: No quiero hablar de ello —dijo levantando una mano y volviendo a mover la cabeza— Por favor —le suplicó, sin poder contener las lágrimas.
-Lali: Oh, vamos, Ro, no llores. Escucha...
-Rochi: Lo siento, de verdad que lo siento... Tengo que irme...

Rochi se secó las mejillas con el dorso de la mano y salió del cuarto de la plancha, abandonando el apartamento por la puerta trasera. Llena de frustración, Lali iba a seguirla, pero en ese momento recordó que Peter Lanzani estaba esperando la llave. La tomó de un panel de llaves que había en la pared, e inspirando profundamente para calmar sus nervios, volvió al salón. Encontró a Peter observando las fotografías que decoraban la pared, con Delilah paseándose por entre sus piernas. «Gata traidora», pensó Lali frunciendo los labios.

-Peter: Son unas fotografías magníficas —murmuró cuando Lali llegó junto a él— Tu tía verdaderamente tiene talento, La que más me gusta es ésta en la que estás sentada junto al estanque del jardín, leyendo un libro —dijo señalando una en blanco y negro— ¿Cuántos años tenías?
-Lali: Dieciocho, creo —respondió ella algo azorada. Se sentía rara mirando unas fotos tan personales con un hombre al que apenas conocía, sobre todo tratándose de fotos de su tía, que parecían captar el alma de las personas— A mi tía le encanta hacernos fotos cuando no estamos mirando. Nos trae locos a todos —añadió. Para distraer su atención de la foto de ella, le señaló otra— Esta es mi tía.
-Peter: Es una mujer muy hermosa.
Y era cierto. Con su cabello castaño y sus rasgos magiares, aún a sus cuarenta y ocho años Gimena Espósito tenía a los hombres a sus pies.
-Peter: No hay duda de que se parecen —dijo pensativo.
Lali tuvo que hacer un esfuerzo para no poner los ojos en blanco y decirle: «por favor!».
-Lali: No nos parecemos en nada —replicó.
-Peter: Claro que sí —insistió, volviéndose hacia ella y estudiando su rostro— El mismo pelo, los mismos ojos, la misma boca...
Lali sintió que el pulso se le aceleraba. ¡Dios, como la irritaba ser tan vulnerable al encanto de aquel hombre! Trabajando en la tahona había tratado con dos o tres hombres de negocios, que la habían fascinado por su elegancia y su seguridad en sí mismos, y con alguno había habido un intercambio de miradas ingenuo y de sonrisas, pero nada más. Incluso se había estado citando con uno de ellos, a escondidas de sus padres naturalmente, pero no había sido nada serio, ni ella lo había querido llevar más lejos. Con Peter, en cambio, algo le decía que, si se dejaba engatusar por su galantería, lo que sucedería entre ellos no sería precisamente un romance ingenuo e inofensivo.

-Lali: Creo que habías venido por esta llave —le dijo tendiéndosela.
-Peter: ¿Tenés hambre?
-Lali: ¿Qué?
-Peter: ¿Tenés hambre? —repitió él— Voy a salir por una hamburguesa.
Desde luego no podía decirse que no fuera directo, se dijo Lali.
-Lali: Ya hice planes —respondió. Y el que se hubieran estropeado no era asunto suyo— Pero gracias de todos modos.
Una de las comisuras de los labios de Peter se arqueó hacia arriba, y tomó la llave.
-Peter: Hasta mañana entonces... La.

La joven se quedó mirando la puerta con el ceño fruncido después de que Peter saliera del apartamento. ¿Cómo podía saber su diminutivo? No recordaba que Rochi la hubiese llamado así delante de él... A menos que... Abrió los ojos espantada y se giró hacia el sillón. ¡Dios, aquella rejilla de ventilación conectaba con la del cuarto de la plancha! Dejó escapar un gemido de frustración y cerró los ojos. ¿Habría oído su conversación con Rochi? Si las había oído debía saber que le había mentido cuando la había invitado a salir a cenar.

Bueno, ¿y qué si las había oído? Se cruzó de brazos y apretó los labios. No le iría mal enterarse de que todavía quedaban mujeres en Buenos Aires a las que no podía llevarse al huerto con esa maldita sonrisa suya. «Estás siendo ridícula», se dijo a sí misma, «te había invitado a comer una hamburguesa, nada más. Nadie llamaría a eso una cita, por amor de Dios». Sí, estaba llevando las cosas al extremo, razón de más para guardar las distancias. 

Lo había conocido el día anterior, y ya estaba poniendo su mundo patas arriba.

Continuará...

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Les dejo cap!!! ^-^

23 comentarios:

  1. Me encanta,cada nove q termina pienso com la prox no me voy a poder enganchar y por suerte eso nunca sucede...son una mejor q otra.Grax por subir,por el fin de semana largo de semana santa hay abstinencia de escritoras,JAJA1 y las lectors estamos como locas,JAJA

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  2. Masss nove, xfa! ;DD

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  3. Me alegra que subas caps muy seguido!:D (no que otras nos hacen sufrir y mas con semana santa ;c)
    cada una de tus novelas me encanta y esta se ve que tmb me va a encantar... <3
    -Jacky, Mexico

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  4. LALI no perdia oportinidad para observar a PETER.

    ROCHI pobre ojala LALI le ayude a salir adelante.

    PETER siempre erncuentrala a LALI en una situacion onesperada para ella y el oslo sonrie.

    ME ENCANTO EL CAP
    +++++++++++++++++++++++++++++++++

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  5. jajajaja genial el cap, me encanto
    kiero otroooooooooooo
    beso

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  6. "gata traidora" ajajaja Lali hasta celos del animal ajajaja!
    LALITER <3

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  7. hay pobre de lali jaja cada cosa que hace se convierte en un oso :P lo unico que te puedo decir es que a mi me pasao lo mismo los primeros dias que mis amigos supieron de uqein me gustaba por que ellos me hablaban y empezaban a decir cosas y eso se convertia en oso :P

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  8. Ajajajaja me encanto!!Pobre Lali!!!
    Fresy07

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  9. ay pobre rochi
    me encantò todo
    mas noveee

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  10. Ni la gata se pudo resistir a los encantos de Lanzani! ajajaja
    mas nove!

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  11. AIAIAª!!ESPERO EL PROXIMOO!! ME ESTAA GSTANDO MUCHO ESTA NOVELA! UN BESITOOOOOO

    FATY****

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  12. Desculpame, no comente lis otros caps pq no tenia internet! Pero me encanta la nove! ... Que paso con rochi??? :(

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  13. Me encantóo el cap! Me mató lo de la "gata traidora" jajaja. Pobre Rochi. Todas tus noves son lo más.
    Espero el sgte. cap!

    @jeissymori

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  14. hace unas semanas encontré este blog y lo ame!
    ya leí 4 de las noves que haz subido y ahora empece a leer esta, cada vez que tengo un momento libre leo un cap de las noves... es que es difícil no obsesionarse con estas cosas..
    espero el prox capitulo!
    besos!♥

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  15. Todo el cap ,perfecto,pero me quedo con la ultima frase.Lo habia conocido el dia anterior,y ya estaba poniendo su mundo patas arriba.Y lo k te espera!!!!.

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  16. Maraton !!!!!
    Lo espero

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