BIENVENID@S - YA PODÉS DESCARGAR EL NUEVO BONUS "El Camino Del Sol" - Twitter @Fics_Laliter - Correo: Ficslaliter123@gmail.com

domingo, 8 de abril de 2012

Capítulo 5



Con un vaso de plástico de café en la mano, Peter se bajó del coche a la mañana siguiente, e inspiró los aromas que salían de la tahona a esas horas tan tempranas. Era obvio que, aunque las luces de la tienda no estaban todavía encendidas, ni el cartel de abierto colgado en la puerta, Nicolás Espósito llevaba ya rato trabajando en su horno.

Peter se detuvo en la acera desierta y miró hacia arriba, hacia el apartamento de Gimena Espósito, del que, según le había explicado Rocío, estaba cuidando Lali. Se veía una suave luz en la ventana del dormitorio. Se preguntó si ya se habría ido a trabajar, o si aún estaría allí arriba. Tenía la sensación de que aún estaba allí. No sabría explicarlo, pero era la misma sensación que había experimentado el día anterior, estando de pie en esa misma acera, hablando con el tipo de la empresa que les había alquilado los muebles y el material de oficina. Las persianas venecianas habían estado entrecerradas, y no podía decir que la hubiera visto, pero sí había intuido que estaba allí por una especie de cosquilleo en la nuca. «Es lo más raro que me ha pasado en la vida», pensó, riéndose de sí mismo.

Abrió la puerta del local y entró, encendió las luces y miró en derredor. La gente de Miller había llevado diez escritorios, archivadores, sillas... esa mañana les instalarían las líneas telefónicas, y a primera hora de la tarde llevarían los ordenadores. En la parte trasera había decidido que irían dos despachos, uno para Melody, y otro para él.

Con lo brazos en jarras, se quedó escuchando el silencio en medio del salón, que pronto se llenaría de voluntarios y familiares. Se oyó un crujido en el piso de arriba, y Peter subió la cabeza hacia el techo. De modo que, como había intuido, sí estaba en el apartamento, pensó con una sonrisa. Se apoyó en un escritorio, y dio un sorbo a su café. ¿Acabaría de levantarse en ese momento?, se preguntó. Su mente conjuró una imagen de sábanas revueltas, despeinados cabellos entre dorados y castaños, y ojos soñolientos. La sola idea lo excitó. ¿Sería de las que dormían con un pijama de algodón, o de las que preferían un camisón de seda? O quizá durmiera desnuda, se dijo esbozando una sonrisa lobuna, sintiendo que se acrecentaba su excitación.

Tal vez después de todo debiera dar gracias porque la noche anterior hubiese rehusado su oferta de ir a comer algo con él. Aquella chica era una auténtica distracción, y eso era algo que no podía permitirse en esos momentos. Claro que, pensó escuchando sus pisadas, ¿qué había de malo en soñar? Tomó otro sorbo de café. Nada, nada en absoluto.

Una figura en movimiento fuera, en la calle, captó la atención de Peter, que giró el rostro hacia el ventanal. Por delante del local pasaba en ese momento un joven rubio que reconoció al dependiente de la tahona, y momentos después Peter oyó por la rejilla de la ventilación en el techo el ruido del timbre de una puerta. No había ido a la tahona, sino al apartamento de la tía de Lali. ¿No era un poco temprano para ir de visita?, se preguntó Peter frunciendo el entrecejo.

Oyó pasos, el ruido de una puerta abriéndose y cerrándose, voces, pasos otra vez... Peter trató de recordar la disposición del apartamento. ¿Se dirigían al salón, o al dormitorio? Apartándose del escritorio en el que estaba apoyado, se acercó al respiradero y aguzó el oído. Aunque era imposible entender todo lo que decían, sí logró captar fragmentos de la conversación.
—No puedo seguir así... —decía la voz del dependiente.
Lali: Gastón, por favor, ten paciencia; estoy segura de que podremos...
Gas: . . .sido paciente y nada ha cambiado...
Se oyeron pisadas en una y otra dirección. El dependiente debía estar caminando arriba y abajo exasperado.
-Lali: ...una solución. Te lo prometo.
¿Una solución a qué? Peter sintió deseos de gritarles que hablaran más alto.
-Gas: Voy a decírselo —masculló el dependiente, lleno de frustración— Estamos enamorados; tendrán que aceptarlo.
Peter se quedó de piedra. ¡¿Lali y el dependiente... enamorados?! El respiradero estaba demasiado alto, y por un momento consideró la posibilidad de acercar una silla y subirse encima, pero le pareció algo extremo, y además, ¿cómo podría explicarlo si entrara alguien y lo encontrara allí encaramado, con la oreja pegada a la rejilla?
Gas: . . .irme a trabajar ahora —estaba diciendo en ese momento—… no voy a rendirme.

Volvieron a oírse pasos, una puerta, y después volvió a hacerse el silencio. Confundido, Peter se quedó mirando un buen rato el respiradero. Allí había algo que no le cuadraba. «Tonterías. Ya lo has oído, Lali no está libre, así que olvídate de ella», le dijo una voz en su mente. Y aun así... Diablos, ¿por qué le costaba tanto hacerse a la idea de que Lali pudiera estar enamorada del dependiente de la tahona? ¿Por lo que creía que había visto el día anterior en sus ojos?, ¿por lo que había sentido al tomar su mano en la suya?

Con el ceño fruncido apuró el café, estrujó el vaso de plástico y lo tiró a una papelera. Quizá sencillamente no quería creerlo porque se había hecho ilusiones respecto a ella. Claro que, si verdaderamente estaba enamorada de aquel tipo, ¿por qué no le había dicho directamente que estaba saliendo con alguien cuando la invitó a salir a cenar algo con él la noche anterior?

En fin, debería alegrarse de que no estuviese libre, porque sólo hacía un día que se conocían, y ya había perdido demasiado tiempo pensando en ella. Tenía cien mil cosas por hacer si quería que el centro de operaciones de campaña estuviese listo para el día siguiente.

--

Durante toda la mañana, la campanilla de la puerta de la tahona no había dejado de sonar. En ese momento, y no eran ni las once, había una cola de seis clientes, y casi todas las mesas estaban ocupadas. Además, se les habían acabado los donuts, las bayonesas prácticamente también, y sólo quedaban unas barras de su famoso pan de cereales. Sin embargo, el motivo de semejante afluencia de público aquella mañana, no eran los productos de la tahona, pensó Lali mientras llenaba de crema azul una manga pastelera, sino el cotilleo.
—Debes estar feliz, Emilia —le estaba diciendo una clienta del barrio a su madre— imagínate, ¡tener en el bloque de al lado el centro de Operaciones de la campaña de Lanzani! —le dijo a una amiga y vecina que tenía al lado.
—Ayer leí en el periódico que ha prometido que por lo que a él respecta será una campaña limpia y libre de escándalos —intervino otra clienta mientras le tendía a Emilia un par de billetes— ¡Ah, queda tan poca gente honrada en el mundo!
-Emi: Yo de política no entiendo ni me interesa —respondió con indiferencia— pero serán buenos inquilinos.
—Si claro! —dijo una de las clientas enarcando una ceja— y supongo que tampoco te interesará que ese local vaya a reunir a los hijos y sobrinos de Lanzani, junto a otros de los solteros más cotizados de la ciudad.
Emilia se encogió de hombros, sus labios se curvaron lentamente en una sonrisa, y se inclinó sobre el mostrador.
-Emi: Como peces en un barril —les dijo moviendo las cejas.
Y las tres mujeres se echaron a reír.
Lali apretó demasiado la manga pastelera, llenando de crema azul la tarta rectangular que acababa de escarchar. Maldiciendo entre dientes, alcanzó una espátula, y retiró la crema.
—Ayer vi a Rochi en la calle hablando con Peter Lanzani—le dijo la primera clienta a su madre con una mirada maliciosa.

Lali echó un vistazo por el rabillo del ojo hacia Gastón, que estaba sirviendo un café con leche. Cada vez que se había mencionado el nombre de Peter aquella mañana, y no habían sido pocas, lo había visto contraer la mandíbula. Quería decirle que Peter no era una amenaza para él, pero estaba segura de que no la creería.

En fin, tenía la esperanza de que poco a poco la novedad fuera pasando, y todos los chismosos del barrio encontrarían otro tema de conversación. Claro que, considerando que el objeto del chismorreo, eran nada menos que los Lanzani, parecía dudoso que eso fuera a ocurrir pronto.

Mientras su madre y las dos clientas seguían parloteando, Lali se obligó a concentrarse de nuevo en el «¡Feliz cumpleaños, Randy!» que tenía que escribir en la tarta con la manga.
—Todos esos hombres tan apuestos... ¡Ah, si yo tuviera diez años menos...! —suspiró la clienta.
—Si tuvieras diez años menos seguirías siendo demasiado mayor para esas cosas —se rió su amiga.
—No seas insolente —farfulló la otra fingiéndose ofendida— Además, no estaba pensando en los jóvenes, sino en Juan Lanzani —dijo con una mirada soñadora— Un guapo viudo en sus cincuenta... Estoy segura de que debe sentirse muy solo.
—No te engañes, los hombres ricos, guapos y poderosos nunca están solos. Aburridos quizá, pero no solos.

Lali, que estaba escribiendo la eñe de cumpleaños en ese momento, se quedó inmóvil. ¿Sería esa la razón por la que Peter la había invitado a cenar con él la noche anterior?, ¿porque estaba aburrido? La verdad era que decir que ella era distinta de las mujeres con las que solía salir sería decir poco. Las chicas de clase alta y las arribistas atractivas estaban más en su línea, mujeres con nombres como Caroline, o Blair, o... ¿cómo se llamaba aquella con la que salía en una foto de una revista del corazón que había leído la semana anterior? Ah, sí, recordó esbozando una sonrisa maliciosa: Mitzi.

Como había dicho la clienta, los hombres guapos, ricos y poderosos nunca estaban solos. Probablemente Peter salía con docenas de mujeres. Lali se reprendió mentalmente por estar perdiendo el tiempo pensando en él. Con quién saliera o dejara de salir no le importaba en absoluto.

Después de que se marchara del apartamento de su tía la noche anterior lo había visto atravesar la calle y comprar una pizza en D’mores. Y más tarde, cuando ella ya se había acostado, lo oyó moviendo muebles y trastos en el piso de abajo. Hizo todo lo posible por concentrarse en la novela de misterio que estaba leyendo, pero no podía dejar de preguntarse qué habría pasado si hubiera aceptado su invitación a cenar.
-Lali: ¿Qué iba a pasar? —farfulló— Sólo quería una hamburguesa...
-Emi: Has dicho algo, Lali? —inquirió su madre, volviéndose hacia ella.
-Lali: No —se apresuró a contestar ella— no he dicho nada.

Cuando su madre giró de nuevo la cabeza hacia las clientas, Lali sacudió la cabeza. ¿Cómo podía ser tan ilusa? Seguro que Peter Lanzani ya ni se acordaba de su nombre, pero allí estaba ella, pensando en él. Acabó de escribir la ese con la manga, y se irguió para ver el resultado. ¡Feliz Cumpleños, Randy! «¿Cumpleños?». Estupendo. Frunciendo el ceño, volvió a tomar la espátula para arreglar el error, y añadió más escarchado a la superficie de la tarta para que no se notara la corrección. Se concentró para que quedara bien, y ya tenía todas las letras escritas e iba a poner el punto sobre la exclamación del final, cuando se oyó la campanilla de la puerta y se le ocurrió levantar la cabeza.

Era Peter quien acababa de llegar. Sus miradas se encontraron, y aunque sólo fue un instante, a ella le pareció que fueran minutos, horas. Y, aunque se hubiera declarado un incendio en ese momento y la rodearan las llamas, se habría quedado allí plantada, incapaz de moverse. Peter esbozó una media sonrisa, haciendo que el corazón le diera un vuelco.. y que apretara la mano en torno a la manga pastelera, espurreando crema azul por toda la superficie de la tarta. Sintió deseos de llorar. Todas las cabezas se habían vuelto hacia el recién llegado, y todas las conversaciones se habían interrumpido, y cuando comenzó a avanzar hacia el mostrador, fue como si alguien hubiese tendido una alfombra roja a sus pies y hubiese hecho a todo el mundo apartarse.

Y cuando sonrió y dio los buenos días, a las mujeres que había en la tienda sólo les faltó desmayarse. Claro que, con ese aire de suprema confianza en sí mismo, su porte, su presencia, y su atractivo, no había fémina que pudiese resistírsele.

Excepto ella, por supuesto.

Continuará...

-------------------------------
Siento postear tan tarde pero el internet esta loquito y no pude mas temprano!!
bueno hoy hay MINI maratón!! 
+15 firmas y + nove

Vivu jaja encerio?? bueno no se preocupen que a mi no me detienen ni los días festivos!! y más que escritora yo sería subidora!! jaja ;)  Jacky lo que pasa es que a mi no me gusta que una nove tarde mucho! y trato de subirles lo más seguido que puedo ^-^ que bueno que te gustaron las anteriores noves espero que suceda lo mismo con esta!! abril que oso!! jaja sos una genia!! Ana Carol don't worry!! comenta cuando puedas!! :D  katy ♥ holaaa!! bienvenida! gracias por leer las noves! espero esta te guste esta nove como las otras! :) 

25 comentarios:

  1. a noooooooooooooooooooooo
    esta con gaston :/

    ResponderEliminar
  2. masssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  3. noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

    ResponderEliminar
  4. masssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  5. noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

    ResponderEliminar
  6. jajajaj estoy segura que gaston esta con rochi

    ResponderEliminar
  7. pobre lali, no ha podido decorar bien

    ResponderEliminar
  8. espero que peter no note lo mucho que la afecta

    ResponderEliminar
  9. asajfjlads; yo misma siento verguenza al pensar que peter va a notarlo, al igual que me paso ayer cuando lali lo espiaba a el

    ResponderEliminar
  10. Otro otro!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    leti

    ResponderEliminar
  11. Me encanta el efecto q tiene cada uno en el otro,y cómo se niegan a ello,JAJA

    ResponderEliminar
  12. Pobre d Gas,celoso d k todos digan k Rocio hablo con Peter.Peter,escuchando,jjaja,la conversacion entrecortada ,le dio a entender otra cosa y parece k le molesto.Lali en las nubes con la tarta.

    ResponderEliminar