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lunes, 9 de abril de 2012

Capítulo 9



El sábado por la tarde, cuando hubo acabado su turno y hubieron cerrado la tahona, Lali subió las escaleras al apartamento de su tía. Llevaba todo el día soñando con una noche tranquila. Primero se daría un baño relajante de burbujas con velas aromáticas y una copa de vino blanco, después se pondría su ropa más cómoda, y se pondría a leer la novela de misterio que había empezado hacía dos semanas. Y después, con un poco de suerte, quizá pudiera dormir un poco, en vez de pasarse toda la noche dando vueltas en la cama pensando en Peter. Todavía le ardían las mejillas al recordar lo que le había dicho la noche anterior antes de volver dentro: «yo no te lo he pedido».

Increíblemente había conseguido sobrevivir el resto de la tarde, e incluso había logrado esbozar una sonrisa y que no le temblara la voz cuando su madre la llevó a rastras a conocer a Juan Lanzani. Había sido como conocer al Peter del futuro: los mismos ojos verdes de mirada penetrante el mismo pelo tupido color castaño, el mismo encanto personal... Como Peter, exudaba confianza en sí mismo y masculinidad, y, también al igual que le ocurría a Peter, las mujeres, ya fueran jóvenes o no, no podían quitarle los ojos de encima.

Entonces, de pronto, Lali comprendió por qué Peter no le había pedido que se acostara con él: porque no le hacía falta pedírselo. Podía tener a la mujer que quisiera, y cuando quisiera. Ella no era una femme fatale, y aunque tenía un éxito aceptable con los hombres, no caían precisamente a sus pies como moscas, así que, ¿por qué podría estar interesado Peter en ella?

Mientras se hacía esa pregunta por enésima vez, introdujo la llave en la cerradura, abrió la puerta del apartamento de su tía, y al pasar al salón sus sueños de una noche tranquila se esfumaron.
-Rochi: ¡Lali, al fin llegas! —exclamó sonriente dándole un efusivo abrazo— ¡No te vas a creer lo que ha hecho Euge!
Su hermana mayor estaba sentada en el sofá con las piernas cruzadas y los brazos extendidos sobre el respaldo, haciendo que los viejos vaqueros y la camiseta blanca que llevaba puestos parecieran ropa de alta costura, y tenía una sonrisa muy ufana en los labios.
-Rochi: Ha conseguido una actuación esta noche en Steam para el grupo de Gas! —chilló saltando excitada.
Lali miró a Rochi boquiabierta, y luego a Euge.
-Lali: En Steam? ¿Cómo? —inquirió. Steam era uno de los clubs nocturnos más exclusivos de la ciudad.
Euge encogió un hombro, como si aquello no fuera nada, pero la sonrisa no se borró de sus labios.
-Euge: El grupo que iba a actuar esta noche tuvo que cancelar ayer el contrato porque su cantante está afónica, y el dueño del local me debía un favor, así que...
-Lali: ¿Qué clase de favor? —inquirió escamada, enarcando una ceja.
-Euge: No la clase de favor que estás pensando, tesoro —dijo, riéndose y ladeando la cabeza— Estuve saliendo casi un mes con él... hasta que descubrí que se traía un doble juego con su novia y conmigo. Cuando le amenacé con decírselo, salió lloriqueando como un niño, pidiéndome que no lo hiciera porque estaba muy enamorado de ella, y me juró que no volvería a engañarla. Me dio lástima, así que no le dije nada, pero cuando me enteré de que le había fallado el grupo que iba a tocar esta noche, se me ocurrió que podía hacer algo por Gastón. En fin, ya sabes, favor por favor.
-Lali: Vaya —murmuró— ¿Así que el muy idiota estaba engañando a...?
-Rochi: ¿Podríamos discutir la vida sentimental de Euge en otro momento? —la interrumpió, agarrándola de la mano y haciéndola sentarse entre Euge y ella en el sofá— ¡Tenemos que pensar qué nos vamos a poner! —dijo dando un gritito de excitación, como si fuera tina adolescente.
-Lali: »¿Nos vamos?» —repitió mirándola de reojo.
-Rochi: Le he dicho a Gastón que iríamos las tres —contestó— Además, hoy es sábado: noche de bingo —añadió moviendo las cejas y sonriendo maliciosa.
Los sábados por la noche sus padres se iban a jugar al bingo, y ellas podían hacer lo que quisieran. Adiós a sus sueños de una noche tranquila, se dijo Lali.
-Rochi: Imagínatelo! —exclamó, que seguía en una nube— ¡mi Gastón, cantando en el escenario de Steam! Tenes que venir, Lali.
La felicidad de su hermana ablandó a Lali.
-Lali: Pues claro que iré —le dijo con una sonrisa afectuosa— no me lo perdería por nada.
-Rochi: ¡Son las mejores hermanas del mundo! —exclamó riendo y abrazándolas a las dos.

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Los sábados por la noche era casi imposible entrar en Steam si uno no tenía contactos o había reservado una mesa en el elegante restaurante del segundo piso. A menos, claro, que tu apellido fuera Lanzani.
—¿Va a cenar esta noche, señor Lanzani? —le preguntó el maître a Peter— ¿o prefiere una mesa en el bar?
-Peter: He quedado con mí hermano en el bar. No sé si habrá llegado ya.
—Oh, sí, señor, llegó hace unos diez minutos —respondió el maître—. Sígame, por favor, le indicaré.

Preguntándose por qué Vico lo habría citado allí aquella noche, Peter siguió al maître por unas escaleras de madera oscura que bajaban al piso inferior, donde estaba el bar, una pequeña pista de baile, y una zona con mesitas bajas.
Por los altavoces sonaba en ese momento una canción de Bonnie Raitt, y algunos clientes bailaban al son de la música mientras otros tomaban una copa o charlaban en la barra o sentados.

El maître le señaló la mesa donde estaba Vico esperándolo, y Peter se dirigió allí. Se saludaron, y mientras Peter tomaba asiento, Vico le pidió a una camarera que pasaba una cerveza para su hermano y otro whisky para él.
-Peter: Bueno —dijo— ¿vas a decirme por qué estamos aquí?
-Vico: Nos ha invitado Euge.
-Peter: ¿Euge Espósito? —inquirió frunciendo el entrecejo.
-Vico: Sí, ya sabes —contestó con una sonrisa divertida— la hermana de la chica que «no está en el menú».
-Peter: ¿Cuándo hablaste con ella?
-Vico: La llamé esta mañana a la tahona para saber si tenía planes para esta noche. Me dijo que iba a venir aquí, y me dijo que me pasara y nos veríamos.
-Peter: Pero antes has dicho que nos había invitado. ¿Qué tengo yo que ver en esto?
-Vico: Me dijo que Lali vendría con ella —respondió con una sonrisa lobuna— Ya sabía yo que eso te interesaría... —murmuró riéndose al ver que Peter se erguía en el asiento y escudriñaba la sala en busca de Lali.

No la veía por ninguna parte: ni en la barra, ni en las mesas, ni en la pista de baile, pero cuando su mirada pasó por el escenario, vio salir por una puerta lateral a Rocío, seguida de Euge, y en último lugar a Lali. Llevaba un vestido chino azul oscuro con bordados en plata que abrazaba su esbelta figura y le otorgaba aún más elegancia. El cuello era alto y cerrado, la falda le quedaba por debajo de las rodillas, y, aunque cortas, tenía mangas, nada que debiera haber hecho que se le disparara el pulso y le aturdiese la mente, pero así fue.

Sin perderla de vista, observó a las tres hermanas apresurarse a tomar asiento en una mesita justo frente al escenario cuando el pinchadiscos anunció que Controversy, el grupo que actuaría aquella noche, saldría a escena en cinco minutos.

Controversy... ¿No era aquel el nombre del grupo en el que le había dicho Lali que tocaba Gastón? Ese debía ser el motivo por el que estaban allí. La camarera les llevó lo que habían pedido, y brindando con Vico, Peter se recostó en el asiento a esperar a que empezara el espectáculo.

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-Lali: Relájate, Ro —le dijo a su hermana, acercándole un vaso de agua con hielo— y respira, por amor de Dios. A Gastón no le ayudará en nada que te desmayes cuando salga al escenario.
-Rochi: Tenes razón, lo siento —respondió su hermana, que no podía parar de manosear el amuleto de la suerte que se había llevado— pero, ¿lo vieron?, ¿no les parece que estaba guapísimo? Dios, estoy nerviosísima...
Euge puso los ojos en blanco.
-Euge: Sí, estaba muy guapo y todo va a salir perfectamente —asintió con voz cansina. Acababan de estar entre bastidores, deseándole suerte a él y a sus compañeros— Anda, tómate un sorbo de agua antes de que te dé algo.
Rochi iba a alcanzar el vaso, pero justo en ese momento el pinchadiscos anunció al grupo, y los cinco componentes salieron al escenario entre los aplausos y silbidos del público. Ocuparon su lugar, y el batería golpeó sus baquetas al tiempo que decía: «Uno, dos... un, dos, tres, cuatro!».
Comenzó un solo de guitarra acústica, con notas agudas y prolongadas, y el batería se le unió poco después. El sonido era un estilo blues sureño de ritmo rápido. El bajo y el teclado hicieron su entrada en ese momento, poniendo a la gente en pie y haciendo que algunos se animaran a ir a la pista de baile. Gastón se acercó al micrófono y empezó a cantar: «Dime por qué...».

Su voz resonó en la sala, una voz profunda, llena de ricos matices, especial, que hablaba de engaños, mentiras, amores perdidos, y penas. El público enloqueció. ¿Aquel era Gastón?, pensó Lali sorprendida. Nunca lo había oído cantar, y no había imaginado que pudiera ser tan bueno. La gente bailaba al ritmo de la música, y pronto ella misma se encontró moviéndose. Eran más que buenos, eran increíbles.

La sala entera rompió en aplausos y vítores cuando acabó la canción, y Rochi agarró la mano de Lali y se la apretó.
-Rochi: Verdad que son fantásticos?, ¿verdad que sí?—le gritó por encima de todo el griterío, aplausos, y silbidos, dando botes en el sitio.
Riendo, Lali abrazó a su hermana.
-Euge: Voy a saludar a alguien —les dijo en voz alta, inclinándose hacia delante para que la oyesen— Enseguida vuelvo.
Cuando el público se hubo calmado, Gastón y su grupo comenzaron a tocar otra canción, ésta más lenta, sobre un amor imposible, y la pista de baile se llenó de parejas que bailaban abrazadas. Con lágrimas de emoción en los ojos, Rochi se inclinó hacia delante en su silla, y mantuvo la mirada en Gastón mientras cantaba. Lali no podía explicarse cómo podía ser que el grupo no hubiera recibido todavía una oferta para grabar con alguna compañía discográfica, aunque sabía que era un negocio donde había mucha competencia. Deseó de corazón que aquella se convirtiese en la ocasión de Gastón y sus compañeros de hacer sus sueños realidad.

Una mano se posó sobre su hombro en ese momento, haciendo a Lali volverse. Un hombre joven con un pendiente en la oreja, aproximadamente un metro ochenta, y pelo castaño estaba allí de pie.
—¿Bailas?
Lali vaciló. Se suponía que había salido a divertirse, estaba en un club nocturno, y el tipo que quería sacarla a bailar parecía agradable y no estaba mal del todo. ¿Por qué entonces tenía tan poco interés?
-Lali: Em...
—Lo siento, amigo, pero la chica está conmigo.

Continuará… 

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Perdónnnnn les hago esperar mucho jaja
justo tiene que llegar mi mamá!! 
que una no puede estar en la compu sin que la molesten con ordenar su cuarto!!! >:/

vamos con un cap más!!
+ 30 y les subo el último de la maratón!!!

40 comentarios:

  1. AIIII, OTROOOOO, ME ENCANTOOO

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  2. Si!!!! Más nove!!! Vamos con peter marcando su territorio!!!

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  3. mas novela pliss que intriga tengo

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  4. Nooooooo como los dejas en esaparteee es lo mejor xD

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  5. Otro capituloooo jajjaja peter no se aguanto jejejjeejje

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  6. jajaja se me hace que alguien con celos se acerco :P jaja me encanta, quiero ver como reaciona lali y el jaja
    rochi toda nerviosa y contenta <3
    no por que ultimo nonnonoon masssss

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  7. 31!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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  8. Quiero YA ver la reaccion de lali :D

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  9. Y vamos por el prox,lástima q no te podamos ayudar a ordenar via internet,tendríamos q inventar un programita,JAJA

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  10. ajaja no lo puedes dejar ahiii porqueeeeeeeeeee

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  11. Queremos otro capitulo !!! nos lo merecemos... estamos a full con las firmas!!

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  12. Las tres hermanas a una,como los mosqueteros.Peter esta loquito x la chica k no esta en el menu,jajaja.

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  13. huyy jaja! muero si peter dijo eso ultimmooo
    mass novee

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