Capítulo CINCUENTA y NUEVE

Después de traer a Lali a su habitación, Peter pidió unas cubetas de agua caliente, un baño de asiento, y una botella de champán. E insistió en lavarla, a pesar de sus protestas y remilgos. 

—Lali: No puedo sentarme aquí — protestó ella, montada sobre entre la tina de metal y agachada sobre si misma con cuidado – Y si me permites, soy perfectamente capaz de hacerlo yo misma. 

Peter fue a la cómoda, donde había champagne sobre una bandeja de plata y dos copas de cristal acanalado. Sirvió un vaso para ella, y se lo llevo. 

—Peter: Esto te mantendrá ocupada. 

Bebiendo un sorbo de la fresca burbujeante, Lali se echó hacia atrás para mirarlo. 

—Lali: Nunca he bebido champán en la tarde — dijo. — Y ciertamente nunca de baño a esta hora. No dejes que me ahogue, ¿quieres? 

—Peter: No te puedes ahogar en un baño de asiento, amor. — se arrodilló junto a la bañera, con el torso desnudo y elegante. — Y no, no voy a dejar que nada te suceda. Tengo planes para ti — Aplicó jabón a una esponja, y más a sus manos, y comenzó a bañarla. 

Ella no había sido lavada por cualquier persona desde que había sido una niña pequeña. Le dio una curiosa sensación de seguridad. Echándose hacia atrás, sin hacer nada tocó uno de sus antebrazos, arrastrando sus dedos a través de una espuma de jabón. La esponja dibujó sobre ella poco a poco, los hombros y los pechos, las piernas y los pliegues detrás de las rodillas. 

Él empezó a limpiar más íntimamente, y todo sentido de seguridad se desvaneció cuando sintió que sus dedos se deslizaron dentro de ella. Soltó una exclamación y aflojo la mano que sostenía la copa. 

—Peter: No dejes caer el cristal — murmuró, con la mano aún entre sus muslos. 

Lali casi se atragantó con su próximo trago de champán. 

—Lali: Eso es malo — dijo ella, con los ojos medio cerrados cuando su dedo explorador encontró un lugar sensible en su interior. 

—Peter: Bebe el champán — dijo con suavidad. 

Dio otro sorbo, mientras que su contacto le provoco remolinos sutiles. Lali quedó sin aliento. 

—Lali: No puedo tragar cuando haces eso — dijo con impotencia, sosteniendo la copa. 

Su mirada la estaba acariciando. 

—Peter: Comparte eso conmigo. 

Con esfuerzo dirigió el vaso a los labios y le dio un trago, mientras él la seguía acariciando y burlándose de ella bajo el agua. Su boca se unió a la suya, el beso llevaba el sabor dulce de champán. Su lengua se retorcía en formas que la hacían retumbar el corazón. 

—Peter: Ahora bebe el resto — susurró. Ella le lanzó una mirada aturdida, sus caderas empiezan a subir y bajar por su propia voluntad, batiendo el agua caliente nublada de jabón. Estaba tan caliente, dentro y fuera, su cuerpo dolorido por el placer retenido. 

–Peter: Termínatelo. — le pidió. 

Un último sorbo convulsivo, y luego el vidrio fue removido de su mano. Peter la besó de nuevo, su brazo se deslizo debajo de su cuello. 

Un frustrado suspiro se le escapó cuando sus dedos se retiraron, y él la ayudó a salir de la bañera. Estaba tan debilitada que apenas podía soportarlo, con las rodillas amenazando con doblarse. La secó de manera eficiente, y mantuvo un brazo de apoyo a la espalda mientras la llevó a la cama. 

Se tendió a su lado, acunándola en sus brazos, y comenzó a besarla y acariciarla. Miraba su lado desnudo, con la mano pasando ligeramente sobre la gran contusión púrpura de su caída de la mañana. 

—Lali: No es nada — dijo. — Casi siempre tengo algo golpeado o rayado. 

La información no pareció tranquilizarlo. Torció la boca, y negó con la cabeza. 

—Peter: Quédate aquí — dijo. — Vuelvo en un momento. 

La instrucción era totalmente innecesaria. Lali no tenía ninguna intención de moverse. Se arrastró hasta las almohadas, dejando que su mejilla de se posara en el relleno cubierto de lino. Suspiró y hasta se sintió adormecida, Peter se reunió con ella en la cama. 

Sus manos se posaron en la cadera, le aplico algún tipo de ungüento con un olor fuerte a base de hierbas. 

—Lali: Oh, eso huele bien. ¿Qué es? 

—Peter: Un Linimento de aceite de clavo. — frotaba el bálsamo con cuidado en su moretón. — Mi hermano y yo fuimos tratados con esto durante nuestra infancia. 

—Lali: Sé de algunas de sus aventuras. Vico nos lo contó a Cande y a mí. Cuando ustedes se robaron el pastel de ciruela antes de la cena... y el momento en que se atrevio a saltar de la rama de un árbol y se rompio el brazo... Vico dijo que era incapaz de rechazar un desafío. Que era fácil hacer algo que simplemente diciendo que no podría. 

—Peter: Yo era un idiota — dijo con tristeza. 

—Lali: Gamberro fue la palabra que empleo. 

—Peter: La tomo de mi padre. 

—Lali: Tu no, en realidad. Al menos, no según Vico. Él dijo que era injusto que te hayan siempre comparado con tu padre, cuando en realidad no eras como él. – Lali sintió sus manos fuertes y suaves frotándola con el bálsamo en sus músculos tensos, el toque de aceite de clavo causaba una leve sensación de enfriamiento de la piel. 

—Peter: Vico siempre trataba de ver lo bueno en todos — murmuró. — A veces él veia lo que quería y no lo que realmente estaba allí. 

Lali frunció el ceño mientras trabajaba en los músculos de sus hombros, aliviando la tensión en la suavidad. 

—Lali: Yo creo que eres una persona maravillosa. 

—Peter: No te hagas ilusiones acerca de mí. Casándote conmigo, vas a tener que poner a mal tiempo buena cara. No entiendes en la situación que estamos. 

—Lali: Tienes razón. — arqueada en la dicha cuando daba un masaje a los músculos a ambos lados de la columna vertebral. — A cualquier mujer le doy lástima, estando en esta situación. 

—Peter: Una cosa es pasar una tarde en la cama conmigo- dijo oscuro. – Y otra experimentar la vida del día a día con un loco. 

—Lali: Sé todo sobre la vida con lunáticos. Soy una Espósito. — Lali, suspiró de placer mientras sus manos trabajaban en los lugares bajos en la espalda. Su cuerpo estaba relajado y le hormigueaba, sus moretones y dolores los había olvidado. Lo miro por encima del hombro, dio la vuelta y se arrastró hasta donde Peter estaba arrodillado en el colchón. Él se había puesto una bata de terciopelo, cubriendo una tentadora de carne bronceada. Con los brazos alrededor de su cuello, lo besó. 

Peter rodó a su lado, la envolvió con sus brazos con su ardiente mirada fija en ella. 

—Peter: Eres tan hermosa — le susurró. — Podría quedarme así contigo para siempre. 

Lali lo considero, mirando su rostro arrogantemente guapo, el brillo de desafío en sus ojos. Puso su boca cerca del oído.

—Lali: Te quiero — susurró, recuperando el ritmo. — Te amo. 

Peter aplico más fuerza en su abrazo, olvidando los años de anhelo en su angustia. Y ella continuó murmurando a su oído, prometiendo amor, seguridad, nuevos sueños para reemplazar a los rotos. 

Promesas para siempre.  

Continuará...

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Último capítulo de hoy! :D

espero q les gustara la maratón! 

los caps fueron... algo subiditos de tono...

MAÑANA continuamos!!!

BESOS ENORMES

bye linduras :D