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martes, 12 de marzo de 2013

Capítulo TREINTA y TRES



Y de alguna manera Peter se encontró a sí mismo yendo con Lali, a través del hall de entrada y a lo largo de un pasillo forrado con fotos. Albert caminaba después de ellos sin hacer ruido. Lali soltó su brazo al entrar en un comedor lleno de luz de velas abundantes. La mesa estaba cargada de plata, cristal, y una gran cantidad de alimentos. 

Reconoció a Gastón, lord Ramsay, su esposa, Riera y Eugenia. El muchacho de cabello oscuro, Mateo también estaba en la mesa. 

Deteniéndose en el umbral, se inclinó y dijo incómodamente . 
—Peter: Perdon. Me limitaré al vino. 
—Lali: He invitado al capitán Lanzani a unirse a nosotros — anunció — Él no quiere hablar. No le hagan preguntas directas a menos que sea absolutamente necesario. 
El resto de la familia recibió este pronunciamiento poco ortodoxo, sin inmutarse. Un lacayo se apresuro para establecer un lugar para él. 
—Gas: Adelante, Lanzani — dijo con amabilidad — Amamos a los huéspedes silenciosos que nos permite hablar más. Así que puede sentarse y no decir nada. 
—Anna: Espero que usted pueda soportarlo — agregó con una sonrisa – Y no termine impresionado por nuestro ingenio e inteligencia. 
—Peter: Voy a tratar de añadir algo a la conversación —aventuró— si se me ocurre algo relevante. 
—Nico: Que nunca nos detendrá — comentó. Peter tomó una silla vacía al lado de Mateo. Un plato lleno de viandas y una copa de vino habían sido puestos delante de él. 

No fue hasta que comenzó a comer, que dio cuenta de lo hambriento que estaba. Mientras devoraba las patatas al horno, ostras ahumadas envueltas en crujiente bacon, la familia hablaba de política, negocios inmobiliarios, y reflexionaban sobre lo que sucedía en Stony Cross. 

Mateo se comportaba como un adulto en miniatura. Escuchó con respeto a la conversación, de vez en cuando hacia preguntas que eran contestadas de inmediato por los demás. 

Según la información de Peter, era muy raro que un niño se sentara en la mesa. La mayoría de las familias de clase alta seguían la costumbre de mandar a los niños a comer solos en el cuarto de juegos. 

—Peter: ¿Siempre cenas con el resto de la familia? – le pregunto en voz baja. 
—Mateo: La mayoría de las veces – respondió en voz baja – Algunas veces hablo con la boca llena o juego con las patatas. 
—Peter: No hagas eso — le aseguró con gravedad. 
—Mateo: Y tu no debes alimentar a Albert incluso si el te lo ruega. Tía Lali dice que sólo la alimentación normal es buena para él. 
Peter miró a su perro, que estaba reclinado plácidamente en la esquina. 
—Euge: Capitán Lanzani — preguntó, observando la dirección de su mirada— ¿Qué le parece el cambio de Albert? 
—Peter: Casi irreconocible. Me preguntaba si sería posible poder traerlo del campo de batalla a una vida pacífica aquí — miró a Lali, y añadió con gravedad — Estoy en deuda contigo. 
Lali se puso de mil colores y sonrió mirando su plato. 
—Lali: No, en absoluto. 
—Euge: Mi hermana siempre ha tenido una notable habilidad con los animales. Me he preguntado muchas veces qué pasaría si a Lali se le metiera a la cabeza reformar a un hombre. 
Gastón sonrió. 
—Gas: Propongo que encontremos a uno en realidad indignante, un gandul amoral, podemos dárselo a Lali. Ella lo tendrá marcando el paso dentro de quince días. 
—Lali: No tengo ningún deseo de reformar bípedos — dijo— ¡Cuatro patas son el mínimo absoluto! Además, Nico me ha prohibido poner más animales en el granero. 
—Gas: ¿Con el tamaño de ese granero? — preguntó — ¿No decimos que esta convertido ya en una habitación? 
—Nico: Uno tiene que trazar la línea en alguna parte — dijo — Tuve que hacerlo después de la mula. 
Peter miró a Lali alerta. 
—Peter: ¿Tienes una mula? 
—Lali: No – respondió ella. Tal vez no era más que un truco de la luz, pero el color parecía salir de su cara. — No es nada. Es decir, sí, tengo una mula. Pero no me gusta hablar de ella. 
—Mateo: A mí si me gusta hablar de ella — se ofreció inocentemente — Héctor es una mula muy bonita pero tiene una espalda débil y está deforme. Nadie lo quería después de su nacimiento, por lo que la tía Lali fue con el Sr. Caird y dijo… 
—Peter: ¿Su nombre es Héctor? – le pregunto con la mirada clavada en Lali. 

Ella no contestó. 

Una extraña sensación corrió a través del cuerpo de Peter. Sentía cada movimiento de su respiración, cada pulso de sangre en las venas. 
—Peter: ¿Su padre pertenece al Sr. Mawdsley? — se preguntó. 
—Mateo: ¿Cómo lo sabes? 
La respuesta de Peter fue muy suave. 
—Peter: Alguien me conto al respecto.— Al levantar la copa de vino, Peter arrancó su mirada de la cara de Lali. No la miró por el resto de la comida. No podía, perdería todo el autocontrol. 

Continuará...

aii noo! :S
+15 COMENTS!!!

21 comentarios:

  1. Más!!! Cada vez más cerca de la verdad!!! Como reaccionará peter?? Más!!!

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  2. quierooo masss aca en italia es tardeeee y quierooo leer el èroximo caaaap

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    1. guau!!está nove es internacional!! Jaja que lindo italia!! me encantaría conocerla!!! saludos desde cba arg :)

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  3. maaaas!!! :) amo está historia!!!!

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  4. MAS NOVE ouououou por una parte no quiero leer por que va a acabar mal (espero que me equivoce)y por otro lado me muero por leer la otra parte estoy eha un lio


    Arantxa

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  5. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa jajajaja

    me encanta

    mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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  6. Ya sabe con total seguridad k fue Lali la autora d las cartas.

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  7. CHAN CHAN CHAN CHANNN!!! SE VA A ENOJAR! :| @LuciaVega14

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