Capítulo TREINTA

— ¿¡Dónde está ella!? — Fueron las primeras palabras de Peter a Cande, en el momento en que había llegado a casa de sus padres en Kensington. Él había ido inmediatamente después de abandonar a Belén — ¿Quién es ella? 

Su cuñada parecía impresionada por su furia. 

—Cande: Por favor, no te dirijas a mí de esa forma. ¿De qué estás hablando? 

—Peter: ¿Belén ponía las cartas directamente en tu mano, o alguien más te las daba? 

—Cande: Oh. — lo miró serena. Sentada en el sofá de sala, tomó un aro de aguja pequeña y examinó un parche de bordado.— Así que finalmente te has dado cuenta de que Belén no te escribió. ¿Que la delato? 

—Peter: El hecho de que ella sabía el contenido de mis cartas, pero nada de lo que ha enviado. — Peter estaba sobre ella, ceñudo. — Fue una de tus amigas, ¿no? Dime cuál es. 

—Cande: No puedo confirmar nada. 

—Peter: Fue Lali Espósito parte de esto? 

Cande entorno los ojos. 

—Cande: ¿Por qué Lali querría participar en algo como esto? 

—Peter: La venganza. Porque dije una vez que ella pertenecía a los establos. 

—Cande: Tú negaste haber dicho eso. 

—Peter: ¡Has dicho que lo dije! Ajusta el aro hacia abajo, o te juro que lo envuelvo alrededor de tu garganta. Entiende algo, Candela. Estoy marcado desde el cuello hasta los pies. He recibido un disparo, apuñalado con bayonetas, golpeado por la metralla, y tratado por médicos tan borracho que apenas podía mantenerse sobre mis pies. — hizo una pausa salvaje. —Y ninguna de esas heridas me dolió tanto como ésta. 

—Cande: Lo siento — dijo en un tono apagado. — Nunca habría estado de acuerdo si pensara que esto te causaría infelicidad. Comenzó como un acto de bondad. Al menos eso es lo que creo. 

—Peter: ¿Bondad? — le repugnaba la idea de que había sido visto como objeto de lástima. — ¿Por qué en nombre de Dios ayudaste a alguien que me engaña? 

—Cande: Yo apenas era consciente de ello — estalló. — Estaba medio muerta por el cuidado de Vico, no comía, ni dormía y estaba agotada. No pensé mucho en ello, aparte de decidir que no te hacia daño el que alguien te escribiera. 

—Peter: ¡Y lo hizo, carajo! 

—Peter: Tú querías creer que era Belén. — acusó a ella. — De lo contrario habría sido obvio que ella no era la autora de las cartas. 

—Peter: Estaba en medio de una guerra sangrienta. No tuve tiempo de examinar los participios y preposiciones mientras transportaba mi culo fuera de las trincheras… 

Fue interrumpido por una voz desde la puerta. 

— Cande — Fue uno de sus altos y fornidos hermanos, Gavin. Se inclinó por negligencia contra el marco, dándole una mirada de advertencia a Peter. — Uno no puede dejar de oírlos a ustedes peleando por toda la casa. ¿Necesitas ayuda? 

—Cande: No, gracias — dijo con firmeza: — Puedo manejar esto por mi cuenta, Gavin. 

Su hermano sonrió levemente. 

— En realidad, me estaba dirigiendo a Lanzani. 

—Cande: Él no necesita ayuda, o bien — dijo con gran dignidad. — Por favor, espera solo unos minutos, Gavin. Tenemos algo importante que resolver. 

— Muy bien. Pero no me voy a ir muy lejos. 

Suspirando, Cande miró a su hermano sobre protector y volvió su atención a Peter. 

Él le dirigió una dura mirada. 

—Peter: Quiero un nombre. 

—Cande: Sólo si me juras que no le harás daño a ella. 

—Peter: Te lo juro. 

—Cande: Jura sobre la tumba de Vico. — insistió. 

Reino el silencio. 

—Cande: Lo sabía — dijo con gravedad —.Si no puedo confiar en que no le harás daño, no puedo decirte quién es. 

—Peter: ¿Está casada? — Una nota ronca había entrado en su voz. 

—Cande: No. 

—Peter: ¿Está en Hampshire?

Cande dudó antes de darle un gesto cauteloso. 

—Peter: Dile que la voy a encontrar — dijo amenazante — Y que lo lamentara cuando lo haga.— En el tenso silencio, se fue hasta el umbral y miró por encima del hombro.— Mientras tanto, puedes ser la primera en felicitarme — dijo. – Belén y yo estamos casi prometidos. 

Cande lo miró con el rostro ceniciento. 

—Cande: Peter... ¿qué tipo de juego estas jugando? 

—Peter: Ya lo verás — fue su fría respuesta. – Tu y tu misteriosa amiga disfrútenlo, que a ambas les gusta jugar. 

Continuará...

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bueno bueno... se q esperaban laliter!

pero ahora a ya se saben cositas... NO SE PUEDEN PERDER LOS SIGUIENTES CAPS

hay muchoooo laliter ;)