Capítulo 14

Lali: ¿Qué pasa, Peter?

Lali lo miraba con los ojos llenos de preocupación. Una preocupación auténtica, no fingida.

-Peter: Nada, hermosa, no me pasa nada.

-Lali: ¿Es que no queres tener más hijos?

Él inclinó a un lado la cabeza.

-Peter: La verdad es que no lo había pensado.

-Lali: ¿No lo hemos hablado nunca? Yo no estoy segura del todo, pero creo que me gustaría tener más de uno.

Peter se levantó para darle un beso en la frente.

-Peter: Es mejor que no nos preocupemos de eso ahora. Tenemos mucho tiempo. Además, primero tenes que casarte conmigo. Vamos a esperar a que nazca el niño antes de tener familia numerosa.

Una preciosa y cautivadora sonrisa iluminó el rostro de Lali, dejándolo sin aliento.

-Lali: Eso suena muy bien.

-Peter: ¿Qué?

-Lali: Lo de tener familia numerosa. Saber que tú y yo vamos a formar una familia significa mucho para mí. A veces me siento tan sola… como si siempre hubiera estado sola.

-Peter: No estás sola —dijo él, acariciando su pelo— Me tenes a mí, tenes a nuestro hijo.

Era una promesa. Y una promesa que no lamentó hacer. Una parte de él se preguntaba por qué se comprometía con una mujer que le había hecho tanto daño… pero una mujer a la que no podía arrancar de sus brazos.

-Peter: Deberías descansar —suspiró, pulsando un timbre— Voy a llamar a Emilia para que te acompañe a la habitación…

-Lali: Estoy más que descansada. El paseo por la playa ha sido muy refrescante.

-Peter: Pero podrías tumbarte un rato. No sería poco razonable, ¿no te parece? Yo tengo que terminar algunas cosas aquí y luego cenaremos juntos.

Lali asintió con la cabeza mientras salía del estudio. Y en el pasillo se encontró con Emi.

-Emi: ¿Queres subir a la habitación?

-Lali: ¡Si Peter vuelve a decirme que descanse voy a asfixiarlo con una almohada!

-Emi: Te entiendo. ¿Quieres tomar una taza de té en la terraza? —rió la enfermera.

-Lali: Ah, sí, eso suena mucho mejor.

-Emi: Espero que no te importe que el doctor Torre tome el té con nosotras —dijo entonces, poniéndose un poco colorada.

-Lali: No, claro que no —sonrió, dejándose caer sobre una de las sillas del jardín.

Mientras la enfermera iba a la cocina, ella se quedó pensativa. Cada vez que Peter daba un paso adelante y se mostraba cariñoso con ella, luego daba un paso atrás. Estaba convencida de que Emi y el doctor Mariano estaban allí más como una barrera entre los dos que para cuidar de ella.

Nada en su supuesta relación con aquel hombre tenía sentido. Si pudiera recordar… si pudiera preguntarle a alguien. ¿De verdad había estado tan encerrada en aquella relación que no tenía ni un solo amigo? Era de locos.

-Emi: Parece como si llevaras el peso del mundo sobre los hombros —oyó su voz a su lado.

-Lali: No, no me pasa nada. Estaba pensando.

El doctor Mariano apareció un segundo después y, a pesar de sus preocupaciones, Lali no pudo evitar una sonrisa al mirar a la pareja. Evidentemente estaban tonteando y era agradable ver a alguien tan feliz. Ella daría lo que fuera por disfrutar de un momento de paz.

Suspirando, tomó su taza y se la llevó a los labios mientras miraba el jardín. Tal vez esperaba demasiado en tan poco tiempo, se dijo. Pero tantas cosas se resolverían si recordase algo…

En cualquier caso, no iba a ocurrir un milagro de repente. Y debía haber alguna manera de romper las defensas de Peter. Sólo tenía que encontrarla.

Continuará…