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viernes, 9 de marzo de 2012

Capítulo 2



Viernes, 11:06 P.M.

Al terminar su turno, Lali decidió pasar por la cocina para ver a Cande antes de subir a la habitación de Peter. A diferencia de la mayor parte de cocineros —que tendían a ser temperamentales y dramáticos— Cande era extremadamente tranquila y equilibrada. A menos, claro está, que hubiera algún estúpido error en la cocina, en cuyo caso amenazaba con abandonar. Nunca había llegado a cumplir la amenaza; al igual que Lali, amaba su trabajo, presión incluida.

-Cande: Estaba segura de que pasarías por aquí —dijo cuando Lali cogió un taburete para sentarse ante una de las largas mesas de acero inoxidable que ocupaban el centro de la cocina. Empujó un trozo de pastel de chocolate hacia Lali.
-Cande: Te guardé esto.
-Lali: Mmm…. chocolate y sexo en la misma noche —bromeó mientras le rugía el estómago— Me voy a acostumbrar mal.
-Cande: Y hablando de tu niño bonito y sus compañeros de equipo, todos han cenado bistec —reveló— Supongo que si tirase un trozo de carne cruda en medio del comedor, lucharían por él como lobos.
-Lali: No es algo que me gustaría presenciar —observó con compasión cómo Cande bostezaba y se frotaba los ojos— ¿Cansada?
-Cande: Exhausta. Además de Las Águilas, tenemos una estrella de rock británico que es tonto importante y a todo su séquito en el hotel. Hace aproximadamente dos horas, ha ordenado una Mars Bar frita. Cuando le he llamado para decirle que era difícil encontrar Mars Bar pero que podía intentarlo con Snicker Bar, ha amenazado con tirarse por la ventana.
Lali bajó el tenedor.
-Lali: ¿Qué has hecho?
-Cande: ¿Qué crees que he hecho? Le he dicho que tuviera una feliz caída. No lo ha hecho por supuesto. Pero ojalá lo hubiese hecho.
-Lali: Sos mala.
-Cande: Eh, ya me conoces: siempre intento ser amable. Pero no tengo paciencia con esa clase de divismos de las estrellas, ya lo sabes… Y como si eso no fuera suficientemente malo, tenemos quince chicos de Bangladesh  y todos son vegetarianos. Y tengo la boda de los Dalmau  el domingo —Cande encorvó los hombros— Me voy a pegar un tiro!
-Lali: Oh, vamos. Te encanta todo esto.
Cande sonrió avergonzada.
-Cande: Cierto —Reprimió otro bostezo— Voy a dormir en el hotel esta noche para poder empezar a organizar esa boda tan lujosa mañana a primera hora —Al igual que Lali, Cande no tenía ataduras y nadie la esperaba en casa— Las Águilas han perdido, ¿lo sabías? Lo he oído por la radio.
-Lali: ¿Han perdido? —no se lo podía creer. Llevaban tres años ganando en Chicago.
Cande cogió el tenedor de Lali, robándole un trozo de pastel.
-Cande: ¿Has pensado alguna vez en tener un novio de verdad? Ya sabes, uno de esos con el que podrías pasar un buen rato los otros 364 días del año.
-Lali: Lo he intentado —asintió— Pero no he conocido a nadie que me guste de verdad.
Era cierto. Gracias a su trabajo, Lali había conocido y salido con montones de hombres. Muchos habían sido atractivos y la mayoría ricos: hombres de negocios de alto standing que solían tener a las mujeres a sus pies en cuanto abrían la boca. Pero Lali no era fácil de impresionar. Prefería sustancia a dinero y humor a materialismo. Tal vez fueran sus orígenes rurales; de lo que estaba segura era que necesitaba un hombre al que le importara más mantener una relación de verdad que presumir de Rolex.
Cande cambió de tema.
-Cande: ¿Pasarás la noche con el jugador de rugby?
-Lali: Normalmente lo hago.
-Cande: No dejes que te atrape Mariano cuando salgas de su habitación por la mañana.
-Lali: No lo hará.
-Cande: Podría hacerlo. Ese tipo vive en el hotel, ya lo sabes.
Mariano Torre, el nuevo gerente del hotel, que había llegado de Nueva York cuando el anterior se había ido a Los Ángeles al aceptar un empleo más lucrativo. Cande lo odiaba. Como jefecillo neurótico, Mariano tenía tendencia a meter la nariz donde nadie lo llamaba, o sea, en la cocina de Cande. Pero Lali se llevaba bien con él.
-Lali: Si me lo encuentro, le diré que me he quedado a pasar la noche por la nieve.
Cande suspiró.
-Cande: No bromees sobre eso, dicen…
-Lali: … que podríamos tener un metro de nieve esta noche —terminó por ella. Una de las cosas que había aprendido era que, como los agricultores, todos los habitantes de Chicago pronosticaban el tiempo. En Nebraska, a todos les preocupaba el maíz en verano. En Chicago era la nieve en invierno.
-Cande: Sólo por eso podría coger los trastos y mudarme a Key West —Le dio a Lali una palmadita cariñosa en el hombro y se despidió de ella— Diviértete.
-Lali: Lo intentaré —prometió, comiéndose el último trozo de la tarta de chocolate. Sonrió. Cuando llegara Peter Lanzani, la diversión estaría asegurada.

Sábado, 12:12 A. M.

Acostada en la cama de la habitación de Peter, Lali recordó cómo se habían conocido. Ella estaba a punto de terminar su turno cuando él y sus compañeros irrumpieron en el vestíbulo, exuberantes tras haberle dado una paliza al equipo de Chicago. Peter le decía a quién quisiera escuchar cómo lo habían reclutado, cómo acababa de jugar su primer partido con ellos y cómo, gracias a él, lo habían ganado. Finalmente, la exuberancia dio paso al cansancio y uno por uno, sus compañeros fueron yéndose a sus habitaciones. Pero no Peter. Él se acercó a la recepción.

-Peter: Hola —había dicho— necesito que me despierten justo a las 7:13 de la mañana.
Lali señaló el extremo del mostrador.
-Lali: Ahí se ocuparán de eso, señor.
-Peter: No, no me entiendes. Ellos me despertarán a las 7:15, a las 7:14 o a las 7:16. Pero tengo que despertarme exactamente a las 7:13 los días de partido.
Lali parpadeó, mientras pensaba: Este tío está buenísimo, pero caramba, está chiflado.
Al parecer Peter supo interpretar su mirada.
-Peter: Deja que te lo explique —dijo pacientemente— Hoy me he despertado exactamente a las 7:13 y hemos ganado el partido. Si queremos ganar mañana, tengo que despertarme otra vez exactamente a las 7:13. ¿Entendes?
Lali asintió con la cabeza, fascinada.
-Lali: Sí. Sos supersticioso.
-Peter: Todos los capitanes de rugby somos supersticiosos —le informó. Como era el primer portero que conocía, le creyó.
-Lali: Me aseguraré de que te despierten exactamente a las 7:13 —prometió.
Peter pareció agradecido.
-Peter: Una cosa más. Estoy en el quinto piso, y necesito que me des una habitación en el tercer piso.
-Lali: Deja que adivine. Anoche tu habitación estaba en el tercer piso.
Peter sonrió haciendo que el corazón de Lali se detuviera.
-Peter: Lo has entendido.
Lali señaló de nuevo el extremo del mostrador.
-Lali: Ahí pueden arreglar el cambio de habitación.

Desapareció, sólo para regresar al vestíbulo diez minutos más tarde, afirmando que no entendía cómo iba la radio. Ella estaba a punto de salir de trabajar, así que se ofreció para ir con él a su habitación y enseñárselo. Cuando llegaron se dio cuenta de que había sido todo una treta ya que dos coca-colas light esperaban abiertas sobre la mesa de al lado de la ventana.
-Peter: Ya sé que no es champán, pero tenía la esperanza de que celebraras conmigo la victoria de esta noche —explicó tímidamente. Lali aceptó. No era un comportamiento habitual en ella, pero eso sólo lo hacía más excitante. De donde ella venía, las únicas emociones habían sido perseguir a las vacas y tumbar buzones. Se sintió halagada de que la hubiera elegido a ella para celebrarlo.
Cogió las riendas de la conversación, hablando con Peter sólo de trabajo. Estaba segura de que si se enteraba de que había aprendido a conducir un tractor antes que un coche no estaría tan impresionado con su uniforme, su conocimiento de la ciudad ni toda su eficiencia profesional. Desempeñaba un papel ante él y le gustaba. Cuando finalmente Peter le pidió que pasara la noche con él, se mostró de acuerdo, agradeciendo que, ya por la mañana, quedaran para repetirlo al año siguiente y que estuvieran de acuerdo en no compartir información personal.

Sus recuerdos se evaporaron cuando entró Peter. Normalmente llevaba vaqueros descoloridos y un suéter azul de cuello redondo. Pero se dio cuenta de que esta noche llevaba uno de color óxido.
-Peter: Hola —dijo él abatido.
-Lali: Hola —Ella se enderezó, doblando las piernas bajo el cuerpo— ¿Dónde está tu jersey azul?
-Peter: Sólo me lo pongo cuando ganamos contra Chicago. Esta noche hemos perdido. Ha sido culpa mía —se lamentó— Bueno, en realidad ha sido culpa tuya.
-Lali: ¿Qué?
-Peter: Estaba pensando en ti en vez de en el partido y me he distraído por completo —Negó con la cabeza— No está bien. No está nada bien.

Lali no estaba segura de qué hacer. Normalmente cuando Peter llegaba a la habitación saltaba feliz sobre la cama presumiendo de la victoria de Las Águilas y le hacía el amor apasionadamente. Esa noche tenía la cabeza hundida entre en las manos.
-Lali: Humm… ¿Quieres que me vaya? —ofreció.
Peter alzó lentamente la cabeza y la miró sorprendido.
-Peter: ¿Quieres irte?
-Lali: No. Pero es que pareces disgustado.
-Peter: Estoy disgustado. Hemos perdido. Pero estoy seguro de que puedes ayudarme a superarlo —Se acercó a ella, plantándole un suave beso en la boca.
Fue un beso hambriento, ardiente y real.
-Peter: Llevo pensando en esto todo el año —susurró él presionando la frente contra la de ella.
Lali suspiró.
-Lali: Yo también.
-Peter: Siento haberte echado la culpa de la derrota de esta noche. No es cierto lo que he dicho ¿Me perdonas?
-Lali: Está bien.
Al segundo siguiente se estaban besando. Al cabo de un minuto Peter la había levantado de la cama como si fuera ligera como una pluma, para dejarla en el suelo entre sus piernas abiertas. Las manos anchas y firmes subieron hasta los hombros de Lali, metiendo los dedos bajo las solapas de la americana del uniforme. Luego, casi como si fuera un escultor descubriendo amorosamente el velo a una estatua, le quitó lentamente la americana.
Lali se estremeció y cerró los ojos.
-Lali: ¿Cómo es que te gusta que lleve el uniforme? —susurró ella.
-Peter: Me encantan las mujeres de uniforme —contestó deslizando las manos por su cuerpo, sujetándole el trasero y acercándola más a él— Además —añadió mientras las manos le recorrían ahora las costillas y se detenían para acariciar con suavidad el nacimiento de los pechos— me gusta verte con esta ropa tan conservadora sabiendo la adorable y sexy gatita que hay debajo.
Lali se rió.
-Peter: ¿Qué te parece tan gracioso? —preguntó subiendo las manos hacia el cuello.
-Lali: Nadie me había llamado antes gatita sexy —admitió— No soy así.
-Peter: Lo sos conmigo. —dejó quietas las manos. La áspera piel de las yemas de los dedos era un seductor contraste con la suavidad de la garganta de Dulce. Cuanto más la acariciaba, más anhelaba ella que le desabotonara la blusa. Quería sentir aquellas manos en los pechos. Y también quería allí la boca, allí y en todas partes.

Cuando Peter empezó a desabrocharle la blusa, Lali ya palpitaba de deseo. Peter la atormentaba deliberadamente. Abría un botón, luego la besaba en la boca, abría otro, y la besaba en el cuello, una y otra vez, hasta que la blusa de Lali desapareció y ella quedó delante de él con el sujetador gris de encaje que había escogido para la ocasión. Se estremeció involuntariamente cuando la acarició en las costillas con las manos, excitándose aún más ante la sensación de calor que la recorrió cuando las cálidas yemas de los dedos empezaron a juguetear con sus pezones a través del encaje. Lali extendió los brazos hacia atrás y con un movimiento de la muñeca izquierda desenganchó los broches del sujetador. Levantando la boca, Peter le quitó el sujetador y lo lanzó hacia atrás, donde aterrizó encima de una de las lámparas.
-Peter: Que bien sabes —gimió llevándose el pezón izquierdo a la boca.

Lali se arqueó contra él, mientras las chispas relampagueaban por su cuerpo y las piernas se le convertían en gelatina. Puso las manos sobre el pelo de Peter y enterró los dedos profundamente entre sus rizos, gimiendo mientras él le chupaba los pechos. No podía creer que hubiera pasado un año sin ese placer, ese deleite. Empezó a temblar, despacio al principio y luego con más violencia según se acercaba más al borde. Y justo cuando estaba casi allí, Peter levantó la cabeza y se rió con maldad.
-Peter: Debería descansar —bostezó él.
-Lali: Sobre mi cadáver —gruñó, empujándolo contra la cama y subiendo encima de él. Le daba igual que no hubiera terminado de desnudarla. Quería sentir su piel. Frenética, comenzó a quitarle el suéter, besando el cuerpo esculpido que había debajo. Peter jadeó y esbozó una sonrisa de placer. Incorporándose sobre la cama, se quitó el suéter y lo tiró al suelo.
-Peter: ¿Mejor?
-Lali: Mucho mejor.
Lali lo besó en el cuello, luego en la mandíbula antes de plantarle la boca con fuerza sobre el pecho. Dibujó un recorrido con la boca desde la clavícula hasta la cinturilla de los vaqueros. Cuanto más excitado estaba Peter, más caliente estaba ella. Estaba duro. Duro y preparado. Lali se arrodilló para desabrocharle los vaqueros.
-Peter: Oh, no, no lo hagas —jadeó. Con una gracia que le asombró, la puso de espaldas y reanudó la tarea que había abandonado.
-Peter: Esta falda sobra —declaró. Lali levantó las caderas para que pudiera abrir la cremallera trasera. Le observó bajar la falda, con especial cuidado al pasarla suavemente por las caderas. No se oyó ningún sonido cuando cayó sobre la alfombra. Lali se dejó caer sobre la cama previendo lo que podía pasar. Peter bajó la cabeza para besarle los huesos de las caderas antes de quitarle las medias y lanzarlas también al suelo. El calor de la habitación los envolvió, calentando aún más el cuerpo ya ardiente de Lali. Peter estaba ahora acostado a su lado y la miraba con tal ternura que Lali contuvo el aliento. ¡Eh, caballero!, yo creía que esto era sólo lujuria, quiso decir. En ese momento se dio cuenta de algo: Peter Lanzani podría mirarla de la manera que le diera la gana que a ella le encantaría.
-Lali: ¿Y ahora qué? —susurró, entrecerrando los ojos.
-Peter: Ahora torturaré a mi gatita sexy hasta que me suplique.
Lali tragó. Se quedó sin respiración cuando Peter comenzó a frotarle lentamente sobre la seda de las bragas. La dulce fricción de esa mano era como una flecha apuntando directamente a su corazón. Se sintió ávida, cuanto más la tocaba, más quería que la tocara. La mano de Peter se movía cada vez más rápido mientras una oleada de placer la envolvía.

Finalmente, Lali no pudo soportarlo más. Gritando, se dejó llevar, cayendo sobre el precipicio al dejar volar su cuerpo. No había nada mejor que eso. Nada. Excepto…
Lali abrió los ojos, atrapando a Peter observándola con avidez. Sonriendo ampliamente con picardía, ella se movió para agarrarlo.
-Lali: Supongo que debería darte las gracias —suspiró.
La risa de Peter sonó ronca.
-Peter: Pero que educada sos.
-Lali: Mi madre me enseñó buenos modales —Girándose para quedar frente a él, empezó a tirar impaciente de la cremallera de los vaqueros.
-Peter: Paciencia —Ayudándola, se quitó los vaqueros y se deshizo de ellos, pero antes sacó un condón del bolsillo trasero. Por fin, sin los pantalones, tomó a Lali entre los brazos, abrazándola con fuerza. Ella lo sintió tensarse y eso hizo que sus propias caderas se mecieran involuntariamente. El movimiento pareció enardecer a Peter.
-Peter: Te deseo —gruño en su oído.
Esas palabras tenían el poder de hacer que Lali se derritiese.
-Lali: Dilo otra vez —ordenó entre jadeos.
-Peter: Yo… —la besó en el cuello—… te… —le dio un ardiente lametón en el lóbulo de la oreja—… deseo.
-Lali: Pues acá estoy —lo desafió.
Peter sonrió, alejándose de ella sólo un momento para ocuparse de la protección. Cuando terminó, la colocó sobre él para que quedara a horcajadas rodeándole las caderas. Subió las manos para acariciarle los pechos, provocándole otra vez un deseo que la dejó en llamas. Estoy a punto de volver a caer por el precipicio, pensó Lali febrilmente. Pero esta vez sería incluso mejor. Esta vez arrastraría a Peter con ella.

Se alzó y lo introdujo en su cuerpo, oprimiéndolo con fuerza. Peter lanzó un largo y lento gemido de apreciación, moviendo las manos para cogerla con suavidad por las caderas. Lali se inclinó hacia delante para rozarle los labios con los suyos, apoyándole las manos en los hombros mientras empezaba a moverse lentamente sobre él, arriba y abajo. Si iba a pasar otro año antes de tener a Peter Lanzani en su cama otra vez, quería saborearlo. Se movió lentamente, con deliberación, aumentando el ritmo poco a poco, casi infinitesimalmente. A Peter no pareció importarle, su cara estaba relajada y feliz. Y cuanto más rápido se movía ella, más feliz parecía él.

Lali estaba ahora muy cerca de correrse. Lo miró a los ojos y por un momento se sintió inmovilizada por la intensidad de la mirada de Peter. Se dio cuenta de golpe de que nunca apagaban las luces al hacer el amor, ni tampoco cerraban los ojos. Se miraban el uno al otro, comunicándose en un silencioso lenguaje que decía: Esto es nuestro y de nadie más. Es nuestro y sabemos valorarlo. Ni una vez en todas sus citas anuales, habían apartado la mirada del otro. Jadeando con fuerza, Lali se enderezó, enlazando sus manos con las de él, moviéndose sobre Peter con abandono. Le gustaba el asombro que destellaba en sus ojos cuando parpadeaba, aturdido. Lali gimió, sintiendo espasmos de placer en todo el cuerpo cuando las lenguas bailaron su propia danza. El tiempo se detuvo, sólo había espacio para aquello, su placer secreto. Se dejó ir otra vez, su cuerpo emprendió el vuelo cuando Peter corcoveó y con gozoso y último jadeo, se estremeció alcanzando el clímax justo después de ella. Sólo entonces, cuando los dos quedaron saciados, cerraron finalmente los ojos.

Continuará...

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Les dejo cap largo y hot! :O
-Vivu: Jajaja si esta nove comienza con "acción" y después... vamos viendo...

Besossssss a todasss :)

22 comentarios:

  1. Hot hot!!
    me encangto sjldknsa
    maaaaas! :D

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  2. hot hot hot!!
    se encantan Lali y Peter!! jaja

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  3. más nove por favor!
    me encanta!

    :)

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  4. mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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  5. me encanto...




    MAS NOVE

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  6. No que capitulo se esta assi ahora imagine despues...

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  7. Dani hace un maraton plis besos genia..

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  8. K buen apoyo se tienen Lali y Cande.Peter y Lali no andan calientes,sino "ARDIENTES",jajaja.

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  9. Van directo a la acción no les interesa nada mas, y que esperan este día con ansias, entre ellos hay mas que una atracción quiero ver como sigue su romance ... encanto la novela.

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  10. va a tener mucha accion estes dias que van a estar juntos?? jaja

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  11. Apaaa, estos chicos si que están hot!!! Espero el sgte. cap!!

    @jeissymori

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  12. jajaja Empenzaron antes,eh! jajaja
    Mas noveeee
    @porLali_ITALIA

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  13. AAAAA BUEEENOOOO!! ME ENCANTOOO EL COMIENZO!! ASIII SIN MAS!!1 JAJAJAAJA!!! ME ENCANTOOOOO!! QUIERO MASSSSS POR FAAA!! BESOS

    FATY****

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  14. Muy bueno!Creo q después esto no les alcanzará y veremos qué hacen...

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