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miércoles, 21 de marzo de 2012

Capítulo 23



Lali cortó unas lilas fragantes de un frondoso arbusto situado en las lindes del jardín de Wesley Manor, la casa solariega de las afueras de Londres que había sido su hogar durante las últimas tres semanas. Intentó concentrarse en su tarea para no hacerse un corte en los dedos, pero le resultaba casi imposible.

Habían pasado tres semanas desde su enfrentamiento con Peter.

Tres semanas desde que la había enviado allí para apartarla de su lado sin darle otra cosa que una nota escueta: «Si tuvieras una visión, o cuando sepas si estás encinta, comunícamelo de inmediato». Sin embargo, durante esas tres semanas no había tenido una sola visión... No había sentido más que una gran pesadumbre. Y todavía no sabía si estaba encinta. Cada noche se acostaba en su cama, sola, llena de ansiedad, con las manos sobre el vientre, intentando percibir si una criatura estaba creciendo en su interior, pero no veía más que oscuridad, una negrura inexorable.

Habían sido las tres semanas más largas y más solitarias de su vida.

Por otro lado, la alternativa de habitar bajo el mismo techo que Peter, viéndole todos los días, intentando ocultar su sufrimiento y sosteniendo la mentira que había inventado, le habría resultado imposible. Se encontraba mucho mejor donde estaba.

Aun así, la angustia que la acompañaba a todas partes no daba señales de remitir. Trataba de mantenerse ocupada, distraer su mente para no torturarse preguntándose qué estaría haciendo él. O con quién estaría haciéndolo. Sin embargo, por más flores que cortara, por más agua de lilas que destilara, por más horas que pasara leyendo o vagando por los jardines, nada mitigaba el dolor que atenazaba su corazón. Intentaba consolarse recordándose que sus actos habían ahorrado a Peter el tormento de perder a una hija y el infortunio de un matrimonio casto, pero nada podía borrar la aflicción que la embargaba cada vez que visualizaba el rostro de su marido.

Una imagen de Peter le vino a la mente helándole la sangre. Recordó cómo la había fulminado con la mirada durante los últimos momentos que estuvieron juntos, con una expresión de odio implacable. Los ojos se le arrasaron en lágrimas y se las enjugó impacientemente con las manos enguantadas. Se había prometido que no lloraría ese día. ¿Cuánto tardaría en ser capaz de pasar un día entero sin llorar? Estuvo a punto de soltar una carcajada. Dios santo, ¿cuánto tardaría en ser capaz de pasar al menos una hora sin llorar?

—Ahí estás! —Oyó la voz de Agustín a su espalda— Euge casi te había dado por perdida.

El desánimo se apoderó de ella, y rápidamente se secó los ojos. Adoptó la expresión más alegre que le fue posible, se volvió y le sonrió a su cuñado, que se acercaba por el sendero.

Al verle la cara, Agustín casi se detuvo en seco. Maldición, Lali había estado llorando otra vez. A pesar de su sonrisa, sus ojos enrojecidos delataban las noches en vela que había pasado y su profunda tristeza.

Agustín sintió un arrebato de rabia. ¿Qué diablos ocurría con su hermano? ¿Es que Peter no se daba cuenta de lo abatida que estaba? No, por supuesto que no; él se hallaba en Londres. Hacía tres semanas le había pedido a Giovanni que acompañase a Lali, Euge y su madre a Wesley Manor con instrucciones de no regresar a Bradford Hall hasta que se resolviese el caso de la muerte del alguacil.

Pero Agustín sabía que algo marchaba muy mal entre su hermano y Lali. Había visitado a Peter el día anterior y, por el rato que pasaron juntos, dedujo que éste se encontraba tan abatido como Lali, o incluso más. Jamás había visto a Peter de peor humor.

En cuanto a Lali, nunca había visto a una persona tan alicaída y desconsolada como ella. Le parecía una bella flor que alguien se hubiese olvidado de regar y que empezaba a languidecer y marchitarse. Bueno, pues estaba harto de eso. Lo que mantenía a Peter y a Lali separados, fuera lo que fuese, debía terminar.
Fingiendo no fijarse en sus ojos llorosos, hizo una reverencia formal y exagerada.
-Agus: Estás preciosa, Lali —Sin darle oportunidad de contestar, la tomó del brazo y echó a andar por el sendero— Debemos darnos prisa, el coche de viajeros sale dentro de... —hizo un cálculo rápido de lo que tardarían Euge y su madre en hacer las maletas— dos horas —Sabía que las dos se pondrían frenéticas cuando se lo dijese, pero las situaciones desesperadas requerían medidas desesperadas— No está bien que pospongamos la diversión.
-Lali: ¿Coche de viajeros? ¿Diversión? ¿De qué estás hablando?
-Agus: Pues de nuestra excursión a Londres. ¿Es que Euge no te ha dicho nada? —La miró con disimulo y advirtió que palidecía.
-Lali: No. Yo... no tengo ganas de ir a Londres.
-Agus: Tonterías. Claro que tienes ganas. Pasar demasiados días a solas en el campo resulta agobiante. Iremos al teatro, saldremos de tiendas, visitaremos museos...
-Lali: Agustín. —Se detuvo y se soltó de su brazo.
-Agus: ¿Sí?
-Lali: Aunque agradezco la invitación, me temo que no puedo acompañarlos. Espero que lo pasen bien.
Agustín se preguntó si ella era consciente de lo desconsoladora que resultaba su tristeza. Y adivinó la razón de su negativa a ir a Londres: el zoquete de su hermano. Suspiró y sacudió la cabeza.
-Agus: Es una pena que no quieras venir. La casa enorme y vacía de la ciudad no será lo mismo sin ti.
-Lali: ¿Vacía? —preguntó ella con el entrecejo fruncido.
-Agus: Claro, porque Peter se ha ido a su finca de Surrey para la... esto... la inspección anual de las cosechas. Seguro que te ha hablado de ello.
¿La inspección anual de las cosechas? Agustín estuvo a punto de poner los ojos en blanco al pensar en la absurda excusa que acababa de inventar.
-Lali: Me temo que olvidó mencionarlo.
Sacudiendo la cabeza, Agustín emitió un resoplido de disgusto.
-Agus: Típico de mi hermano mayor. Siempre olvida estas cosas.
-Lali: ¿Cuánto tiempo estará en Surrey?
-Agus: Oh, al menos quince días —mintió con cara de palo— Lo pasaremos de maravilla. Además, Euge pondrá el grito en el cielo si no vienes. Te necesita desesperadamente como acompañante para ir de compras, pues los gustos de nuestra madre son demasiado sobrios. Además, me ahorrarás la deprimente perspectiva de no tener a nadie con quien conversar excepto mi madre y mi hermana —Hizo una mueca de fingido espanto— ¿Lo ves? Sencillamente tienes que venir.
De inmediato notó que ella estaba considerando seriamente su propuesta y se sintió aliviado al ver en sus labios algo que parecía una sonrisa auténtica. Un esbozo de sonrisa, pero auténtica de todos modos.
-Lali: De acuerdo. Quizás un viaje a Londres suponga un agradable cambio de aires. Gracias, Agustín.
-Agus: Es un placer.
-Lali: Supongo que lo mejor será que vaya a hacer las maletas.
-Agus: Es una idea excelente. Ve a prepararte, yo vendré enseguida.

La observó alejarse y aguardó a que se perdiese de vista en el laberinto. Cuando estuvo seguro de que no podía verlo, saltó por encima de un seto de una manera muy impropia de un lord, cosa que le habría provocado un desmayo a su madre, y echó a correr a toda prisa hacia la entrada lateral de la casa.

Debía informar a Eugenia y a su madre de su inminente viaje a Londres.

--

¿Estaba embarazada?

Peter, sentado en su estudio, contemplando el fuego de la chimenea con su cuarta copa de brandy en la mano, intentaba en vano ahuyentar de su mente la pregunta que lo atormentaba desde hacía tres semanas. Nicolás se encontraba de pie junto a la repisa de la chimenea, contándole algo sobre los últimos cotilleos que había oído en White's, pero Peter no lo escuchaba. Después de varias copas más, sin duda dejaría de oír la voz de su amigo por completo. Tal vez dejaría también de sentir.
Había pasado esas tres semanas siguiendo el rastro de dos soldados que habían servido en el ejército con Pablo pero, tal como habían declarado hacía un año, los dos le dijeron que lo habían visto, como a tantos otros ese día, caer en la batalla. También había esperado recibir más instrucciones por parte del chantajista, pero no le llegaron. ¿Por qué el hombre no había intentado cobrarle las cinco mil libras que le exigía? Si Lali estuviese allí, tal vez podría...

Desechó el pensamiento, pero era demasiado tarde. Ella estaba grabada a fuego en su mente y, por más que intentaba no hacerse esa pregunta, la incertidumbre lo reconcomía por dentro: ¿estaría embarazada? Aguardaba la respuesta con ansia y también con miedo. Si lo estaba, tendría un hijo suyo... un hijo destinado a morir antes de tener la oportunidad de disfrutar de la vida. Si Lali no estaba encinta, su matrimonio habría acabado. Una risa amarga brotó de su garganta.

Maldición, pasara lo que pasase, su matrimonio había llegado a su fin.

Apuró el contenido de la copa, se levantó y se acercó a las licoreras de cristal posadas en la mesita junto a las ventanas que daban a la calle. Se sirvió un brandy doble y descorrió la cortina.

Las verdes praderas de Hyde Park se extendían al otro lado de la calle, y una hilera de carruajes desfilaba por sus caminos. Caballeros y damas de elegante atuendo paseaban a la luz de la tarde, con sonrisas que parecían de alegría en el rostro.

Sonrisas de alegría. Una imagen de Lali riendo apareció ante sus ojos, y se bebió la mitad de su copa de un trago. Demonios, ¿cuánto tiempo habría de pasar antes de que ella dejase de ocupar todos los rincones de su cerebro, antes de que su ira y su dolor remitiesen? ¿Cuánto tardaría en ser capaz de respirar sin que le doliese el pecho a causa de esa pérdida? ¿Cuándo dejaría de odiarla por haberle desgarrado el corazón, y cuándo dejaría de odiarse a sí mismo por permitírselo? Maldita sea, ¿cuándo dejaría de amarla?

No conocía la respuesta, pero, por todos los cielos, esperaba que otro brandy acelerase el proceso. Alzó la copa para llevársela a los labios, pero se detuvo al ver que un carruaje negro y lustroso tirado por cuatro hermosos caballos zainos se acercaba, «Diablos —pensó— parece uno de mis coches.» Al inclinarse hacia la ventana, avistó el inconfundible emblema de los Bradford grabado en la puerta de ébano lacado.

¡Maldición! Sin duda era Agustín, que volvía para fastidiarlo. Había soportado la compañía de su hermano el día anterior y no tenía ningunas ganas de repetir la experiencia.

-Nico: ¿Algo te ha llamado la atención ahí fuera? —le preguntó, yendo a colocarse a su lado junto a las licoreras— ¿No es ése uno de tus carruajes?
-Peter: Me temo que sí. Al parecer mi hermano ha decidido hacerme otra de sus visitas inesperadas.
El coche se detuvo frente a la casa, y un criado abrió la portezuela. La madre de Peter se apeó.
-Peter: ¿Qué hace ella aquí? —preguntó.
Sin duda habría venido para ir de compras. De pronto se quedó paralizado y se le hizo un nudo en el estómago. ¿Sería posible que su madre o Agustín le trajesen un mensaje de Lali? No bien se le hubo ocurrido esa perturbadora posibilidad, nada menos que Lali bajó del carruaje. Peter apretó con tanta fuerza la copa que el cristal delicadamente tallado se le clavó en la piel.

-Peter: Maldita sea, ¿qué está haciendo ella aquí? —gruñó, al tiempo que mil dudas se agolpaban en su cabeza.
¿Sabía ya si estaba embarazada? Sólo habían transcurrido tres semanas. Si ella lo tenía claro tan pronto era seguramente porque no lo estaba, ¿o sí? ¿Acaso su presencia se debía a que había tenido otra visión sobre Pablo? Miró por la ventana, conteniendo el impulso de pegar la nariz al vidrio como un niño delante del escaparate de una tienda de golosinas, ansioso por contemplada mejor.

Llevaba un vestido de viaje verde azulado con un sombrero a juego. Unos rizos color castaño enmarcaban su rostro, y él se acordó de inmediato del tacto de su suave cabello entre los dedos. Incluso desde lejos alcanzó a ver sus oscuras ojeras, señal de que había pasado noches en vela.

El criado extendió el brazo hacia el interior del carruaje y ayudó a Euge a apearse.
-Nico: ¿Qué demonios está haciendo ella aquí? —preguntó bruscamente, apartando a Peter de la ventana para no perder detalle.
Peter dirigió a su amigo una mirada sorprendida.
-Peter: Es mi hermana. ¿Y por qué razón no debería estar aquí? Además, ya conoces a mi familia. Se desplaza en manada, como los lobos. Te apuesto lo que quieras a que mi hermano está a punto de hacer una de sus apariciones triunfales.

Como si hubiese estado esperando esta señal, Agustín salió del carruaje con una enorme sonrisa en la cara. ¡Maldición! ¿Qué se traía entre manos esta vez? ¿Y por qué había venido Lali en lugar de mandarle un mensaje? Peter se apartó de la ventana, posó bruscamente la copa sobre la mesa y se dirigió con furia hacia la puerta.

--

-Emi: ¡Peter, qué grata sorpresa!— Al oír estas palabras de su suegra, Lali se volvió rápidamente. Allí, bajando a grandes zancadas hacia el vestíbulo, con el cuerpo tenso de ira, estaba su marido.

La invadió una gran consternación. Cielo santo, ¿por qué se encontraba él allí? ¿No se había marchado a Surrey?
Permaneció inmóvil, con los ojos clavados en él, intentando reprimir la oleada de cariño y añoranza que la asaltó, pero fue inútil. Dios, lo había echado tanto de menos... Pero la expresión de Peter no dejaba lugar a dudas de que él no la había echado de menos. De hecho, cuando llegó al vestíbulo, hizo caso omiso de ella.

Se inclinó y aceptó un beso de su madre.
-Peter: No los esperaba —dijo con rabia contenida— Todo va bien, espero.
-Emi: Oh, sí —dijo la viuda con una sonrisa— Lali, Eugenia y yo estábamos deseando ir de tiendas, y Agustín se ha ofrecido amablemente a acompañarnos a la ciudad.
Peter fulminó a su hermano con la mirada, achicando los ojos.
-Peter: Qué detalle por tu parte, Agustín.
La sonrisa de Agustín podría haber iluminado la habitación entera.
-Agus: Oh, no es molestia en absoluto. Siempre es un placer viajar en un carruaje repleto de damas encantadoras.
Peter miró a Eugenia enarcando una ceja.
-Peter: ¿No recorristeis bastantes tiendas cuando estuvisteis aquí hace unas semanas?
Una carcajada alegre escapó de los labios de Euge.
-Euge: ¡Oh, Peter, qué divertido eres! Deberías saber que una mujer nunca se cansa de ir de compras.

Lali estaba soportando el terrible bochorno que le producía aquella situación. Su marido ni siquiera parecía haber reparado en su presencia. Se impuso un silencio incómodo. Ella sintió que se sonrojaba y sólo deseó que la tierra la tragara. Pero justo cuando creía que Peter se alejaría de allí sin saludarla, él se volvió y la miró fijamente.

La furia glacial que irradiaban sus ojos grises la heló hasta la médula. Y aunque tenía la mirada clavada en ella parecía más bien que la traspasara sin verla, como si en realidad su esposa no estuviese allí. Todas las esperanzas que Lali había alimentado de que el tiempo suavizase el trato que Peter le daba se truncaron al ver esa mirada. ¿Cómo diablos iba ella a sobrevivir a esa visita? Si ya el mero hecho de no estar con él, de atormentarse recordando lo que había perdido, suponía un suplicio insoportable... La expresión con que su esposo la contemplaba, sin asomo de cariño ni de afecto, le provocaba un dolor que le debilitaba las piernas.

Pero había hecho lo que debía. Lo mejor para él. Decidida a no dejar que percibiese su sufrimiento interior, esbozó una sonrisa forzada.
-Lali: Hola, Peter.
Él tensó los músculos de la mandíbula.
-Peter: Lali.
Ella intentó humedecerse los resecos labios, pero también se le había secado la boca.
-Lali: Yo... creía que habías ido a Surrey.
La expresión gélida de Peter habría podido extinguir un incendio.
-Peter: ¿A Surrey?
-Lali: Sí, a la inspección anual de las cosechas...
Su voz se apagó hasta dar paso a un silencio embarazoso e insufrible, mientras él la miraba con fijeza.
-Peter: ¿Tienes algo que decirme?
La escueta pregunta resonó en el vestíbulo. Lali sintió el peso de las miradas de los demás, que observaban su tenso intercambio de palabras. La humillación la embargó, y si sus piernas hubiesen cooperado con ella habría salido corriendo de esa casa.
-Lali: No —murmuró— Nada.

Nicolás interrumpió esa violenta conversación al aparecer en el vestíbulo. Saludó a todos, pero Lali notó que se inclinaba rígidamente ante Euge y que ésta no lo miraba a los ojos al responder a su saludo.
-Peter: Quisiera cruzar dos palabras contigo en mi estudio, Agustín —dijo en una voz repleta de amenaza.
-Agus: Por supuesto —respondió— En cuanto me haya instalado en...
-Peter: Ahora.
Sin una palabra más, Peter giró sobre sus talones y echó a andar por el pasillo.

Todos se quedaron callados. Finalmente, la viuda carraspeó.
-Emi: ¡Vaya! ¿No es... estupendo? Agustín, por lo visto Peter desea hablar contigo.
-Agus: ¿Ah sí? No me había fijado.
Tras despedirse con una reverencia llena de desenvoltura, se alejó con toda calma por el pasillo por el que Peter acababa de marcharse.

Su madre se volvió hacia los demás, que permanecían en absoluto silencio, y dijo con una sonrisa que cabría calificar de desesperada:
-Emi: Van a hablar. ¿No es... estupendo? Estoy convencida de que será una visita maravillosa.
-Euge: Maravillosa —repitió, mirando en todas direcciones excepto en la de Nicolás.
-Nico: Deliciosa —convino en un tono lúgubre.
-Lali: Fantástica —dijo, con un hilillo de voz. Esperaba poder sobrevivir a ella.

Continuará…

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Se que muchas odian a Lali y a mí en este momento, pero tranquilas todo se va a solucionar como dice Vivu "a la larga o a la corta" todo se soluciona! :) vagomi y si! un poquito más de sufrimiento hay pero, no creo que lleguen a las lágrimas... HappinessLIP Aleny a menos de que seas mui sensible (como yo) CHARI uff!! me salvé estaba a un paso de la hoguera yo!! jaja gracias a que te descargaste, y el bebé tomaba chocolatada que lindo en 20 días sabemos el sexo!! ^-^  Me parece que el cap causó mucho estragos fresy07 Gioia estás sufriendo nooooooo, Mary ☮ que la deje loca!! vale que tiene el corazón roto!!! chicas tal mal están las cosas!!! pero pronto se van a arreglar!!... me gustaría saber el nombre de ca_amorlaliter pero si no, no hay problema!! :)  

Besoss y espero que tengan un lindo día!  

38 comentarios:

  1. mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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  2. massssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

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  3. noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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  4. Hay no pobre lali :(!!!
    Gracias igualmente :)!!

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  5. maaasssssss noveeeeeeeeeeee, ya quiero que se reconcilien yaaaaaaaaa. Luz

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  6. que tension se respira en el ambiente!! espero el proximoo!! besos

    faty****

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  7. Entiendo a Lali, ninguno de los dos tiene la culpa. Supongo que ver a su hijo morir no debe ser nada fàcil, ademàs ella està pensando en Peter! Pero los capitulos son demasiado tristes!! Yo tambien quiero la reconciliaciòn!!

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  8. La inspección anual de cosechas?
    agustín es un mentiroso!

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  9. Vamos mejorando de a poco, no me gusta q se traten tan secos. Espero el próximo y que todo ya se arregle, no creo aguantar mucho mas así je!
    @vale_cadenas

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  10. no se me imagino toda la escena es super triste. Igual el verdadero amor debe triunfar ante la adversidad.
    Sube más nove a ver si pasa más ligero tanta tristeza de ellos jajajajajja

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  11. cuantos caps tiene la nove??
    desculpame si pregunto pero quiero calcular cuanto tiempo voy a estar triste con la nove :(

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  12. ay nooo,quiero que todo se resuelva PRONTO jajaja
    mas noveeeeeeee
    besos
    @porLali_ITALIA

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  13. holaaaaaaa,
    soy una nueva lectora, encontre tu nove y ya la lei completaaaaaaa

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  14. me encantaaaaaaaaaa

    necesitooooo mas capis y k se reconcilien prontooooooooooooooooooo

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  15. me gustaria que pitt se arrepienta de como se esta comportando con lali, se que ella actuo mal pero eso no le da derechoo a tratarla como un perro.

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  16. porfaaa subes mas nove!1 no sabes lo que senti cuando lali le dijo a peter que se queria divorciar!! y ojala benjamin aparesca y se lleve a lali y pasi peter reaccione y luche por lo que quiere!

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  17. esta novela me esta matando cada vez mas pobre de los dos se aman pero su orgullo vale mas espero que pronto se arregle las cosa no me gusta ver asi a lali y a peter como estan

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  18. Este capitulo casi me deja sin palabras pobre de lali quiero masssssss nove hoy que eatoy re aburida por que hay tormenta aqui y no hay mucho que hacer. Chiki_87

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  19. Me encanto! Pero pobre Lali y Peter! Todo lo que estan sufriendo!

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  20. Porque mierda tienen que sufrir tanto?
    Mas Nove!!!
    @sarapinyana

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  21. hay no agus se mete en lo que no importa y en vez de ayudar creo que empiora la vida de los 2

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  22. No la odio a Lali xq la entiendo y no te odio a vos, odio al escritor pero entiendo que tiene q haber drama en la novela aunque no puedo evitar ponerme triste por ellos! pensar que muchas personas les pasa lo mismo, piensan saber lo q las otras personas sienten y piensan pero es todo lo contrario y tal vez jamas sepan la verdad...
    aunque como esto es una novela espero que haya un final feliz xq sino ahi si que estas al horno eh!
    un beso
    Juli♥

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  23. Yo no la odio a lali, me da mucha pena,y creo q cualquiera q hubiera tenido una visión como la de ella hubiera reaccionado de manera semejante,creo q los dos están sufriendo mucho,ojalá pronto logren encontrar una solución,porque su amor es muy puro.

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  24. Los dos están sufriendo y es triste quiero que se reconcilien...
    MAS NOVE!!!!!!!!

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  25. maaaaaaaaaaaas quiero que peter ame denuevo a lali y que esten juntitos y que lali este embarazada

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  26. nos tienes tristes!! lo estamos pasando mal

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  27. queremos saber si esta embarazada

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  28. NO ODIAMOS A LALI.TE ODIAMOS A TI.....¡¡¡¡¡¡¡¡

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  29. Si Peter se mostrase mas amable con Lali ,y no con tanto desprecio,quizas Lali recapacitaria en su decision,fue solo,su primera vision d futuro ,y quizas no la sabe controlar o interpretar.Yo me inclino x k no la supo interpretar,y k no tuvo la vision completa.

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