Capítulo 61

Pablo envió a una de las empleadas de los Martínez para que ayudase a Lali a cuidar de Peter. Lali, sin embargo, apenas se alejaba de la cama: no quería dejar a su marido al cuidado de una persona extraña. Apenas comía ni dormía, pero ¿cómo iba a dormir sabiendo que hora tras hora su marido se alejaba de su lado?

De vez en cuando, daba la impresión de que Peter rememoraba su estancia en el campo de prisioneros de Governor's Island durante la guerra. Cuando ocurrió por primera vez, Lali estaba retirando una compresa de su frente. Bajó la vista y se encontró con su mirada helada. Su corazón dio un brinco, pues parecía haberla reconocido.

—Peter: Agua —susurró. Ella colocó una mano bajo su cabeza para darle de beber. Peter bebió con ansia y después chasqueó la lengua con desagrado, como si le hubiese dado veneno—. Merecemos algo más que... esta porquería —espetó—. No importa el bando... no somos... animales. —Aturdida, apartó el vaso y retrocedió asustada por el tono de su voz. Peter se estremecía de forma incontrolable—. No hay mantas... lo ves... esos hombres están muriendo. Maldito yanqui... te has llevado nuestra comida y... la has vendido para llenarte los bolsillos... solo nos has dejado grasa y ternilla...

Creía que estaba en una prisión de la Unión.

—Peter: Papel... —murmuró. Papel.

—Lali: ¿Qué pasa con el papel? —preguntó creyendo que se refería al papel del Examiner.

—Peter: Más. Lo racionaré.... Te pagaré.

Estaba pidiendo papel para escribir. Para dejar constancia de lo que había escrito durante la guerra. Al ver que no cesaba, Lali empezó a llorar.

—Lali: Peter —dijo mientras las lágrimas le caían por las mejillas—, soy yo... Lali. Te amo. ¿No me ves? ¿No me conoces?

El sonido de su llanto llegó hasta oídos de su marido, y él se quedó quieto durante unos segundos, confundido.

—Peter: No —dijo—. No llores.

—Lali: No puedo evitarlo...

—Peter: Por favor, Nina. Haré cualquier cosa por ti. No te vayas. Nina... tú sabes lo mucho que te necesito. No lo hagas...

Lali palideció, se sintió como si le hubiesen golpeado en el estómago. Nina de nuevo. El dolor que transmitía la voz de Peter le llegó al corazón. Fue en busca de un trapo seco y se enjugó las lágrimas.

—Peter: Mamá, tengo diecisiete años... —murmuró suavemente—. Ahora ya soy un hombre. Ya sé lo que crees... mamá pero la amo. —De repente, lanzó una seca risotada—. Es tan hermosa. No puedes negármelo... no puedes...

A Lali le dolió el corazón cuando se inclinó hacia él y colocó una compresa húmeda sobre su frente.

—Peter: Nina... —Se quitó la compresa y agarró a Lali por la muñeca—. Maldita seas. No lo amas... Dios... —Apretó con más fuerza hasta que ella dio un tirón y liberó su brazo. El cuerpo de Peter al completo dio un respingo, y se echó a llorar, llevándose la mano a la sien lentamente—. No he venido aquí a hacerte daño. Jamás te haría daño.

Dios todopoderoso, pensó aturdida Lali, ayúdame a sobrellevar esto.

—Señora Lanzani, el señor Martínez ha venido a verla.

Lali dejó de lavarle la cara a su marido y alargó el brazo en busca de una toalla para secarle. La enfermera que Pablo le había enviado se había pasado toda la noche junto a la cama de Peter.

—Lali: Tendré que cambiarme de vestido —murmuró, echando un vistazo a su indumentaria. Estaba cansada, y podía notar los mechones de pelo que colgaban sobre su cuello y su cara.

—Ha dicho que solo le robaría unos minutos, que quería comentarle algo —dijo Bess—. Algo sobre el periódico.

—Lali: Entonces supongo que no tengo tiempo para cambiarme. Encuéntrame un peine, date prisa.

Sin demasiado entusiasmo, Lali se esforzó por mantener su cabello bajo control y tener un aspecto algo más presentable; después, bajó al salón. Pablo se puso en pie en cuanto ella entró en la estancia. Llevaba un traje negro, e iba elegante y aseado. Lali se sintió extrañamente reconfortada por el mero hecho de verlo. Parecía tan sano y enérgico que su presencia parecía disminuir el aura de pesadilla que flotaba en la casa. Su rostro no se alteró al verla.

—Pablo: Lamento molestarla.

Ella asintió.

—Pablo: ¿Ha habido algún cambio? —preguntó.

—Lali: No. Ningún cambio.

—Pablo: Alguien de su familia debería estar aquí con usted. ¿Quiere que envíe a buscar a alguien?

—Lali: No tengo a nadie excepto mi padre. Y él no puede ayudarme. Él solo... se sentiría incómodo, y yo... no quiero verlo ahora. —Lali se preguntó si malinterpretaría su negativa. Tal vez no estuviese bien que no quisiese tener a su padre a su lado, y en ese caso no debería haberle expresado sus sentimientos a Pablo.

Pensó en Lucas, tan contento y concentrado en su negocio, con su cabeza plateada inclinada sobre los libros de cuentas. A su padre nunca le había gustado lidiar con emociones profundas, ya fuesen suyas o de otra persona. Nunca había sabido qué hacer cuando ella lloraba. Siempre le había gustado la parte práctica del ser padre, el dar consejos y algún que otro discursito, el darle dinero y dejarle meter la mano de vez en cuando en el tarro de los caramelos si se había comportado bien. No sabría cómo ayudarla en una situación así.

Lali se aclaró la garganta.

—Lali: Bess me ha dicho que quería comentarme algo sobre el periódico.

—Pablo: Sí. Había un artículo sobre la Oficina Estatal del Trabajo que Peter se había traído a casa para echarle un vistazo. ¿Tiene alguna idea de dónde pudo dejarlo?

—Lali: Debería estar en su escritorio. Si espera aquí, iré a ver si lo encuentro.

—Pablo: Se lo agradecería.

Continuará...

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Hola chicas! :D

empezamos la maratón???

+15 +NOVE

-Lucia14: la RE intriga!! jaja Lu agarrate no te imaginás los caps de hoy!!! ;)

-Amanda: Perdón por no enviarte las noves! lo q pasa es que a veces soy un poquit... MUY dormida!! jeje asi q lo siento mucho, ahora te mando las noves. En cuanto a los de el código promocional, juro q no sé que es eso. Yo sabía q solo tenes q registrarte y listo! :S SI ALGUIEN PUDO DESCARGAR ALGUNA NOVE SIN NINGÚN PROBLEMA, XFA QUE NOS EXPLIQUE ¿COMO HIZO?? :D 

-Lucia GM: Bienvenida!! espero que te este gustando la nove!! ^-^