Tras llegar a casa, Lali se sentó a solas en el salón.
No podía pensar con claridad. Tenía la mirada clavada en
la pared y rememoró de forma aleatoria diferentes instantes de lo que había
sucedido; una y otra vez. Preparó el almuerzo mecánicamente y puso la mesa,
enjugándose el incansable flujo de lágrimas que corría por sus mejillas.
Lucas Espósito subió la escalera de un modo inusualmente
silencioso, como si temiese enfrentarse a ella tanto como ella temía
enfrentarse a él.
—Lali: ¿Cómo ha ido en la tienda? —preguntó con voz
trémula. La sensación de irrealidad lo envolvía todo. ¿Cómo iban a poder hablar
de las cosas cotidianas cuando la vida al completo se había puesto patas
arriba?
—Lucas: Bastante flojo —respondió su padre sentándose a
la mesa con un largo suspiro.
Ella lo observó comer, consciente de que si engullía un
solo bocado se le revolverían las tripas.
Finalmente, Lucas dejó el tenedor en la mesa y la miró
con firmeza.
—Lucas: Sabiendo lo que sientes por Benjamín, podría
haber esperado algo así de cualquier chica menos de ti. Y... —Su expresión
mostraba desconcierto y embarazo— No es solo lo que has hecho, sino que toda la
gente del pueblo estaba a pocos metros de distancia. —Lali asintió y se cubrió
los ojos con una mano, incapaz de sostener durante más tiempo la mirada de su
padre—. Me sorprende tu actuación, no la de ese hombre —prosiguió Lucas con voz
cansada—. Todos saben lo que ese sudista piensa de las mujeres del Norte. Por
descontado, se ha aprovechado de ti. No es que sea un mal hombre, a pesar de
ser sudista, pero ha cometido las mismas faltas.
—Lali: Debe hab…
—Lucas: Déjame hablar—la interrumpió. Ella le obedeció al
instante, bajando la vista hasta el plato y cruzando los brazos—. El señor
Brooks pasó por la tienda esta mañana. Me dijo que su mujer y su hija no
comprarán aquí mientras tú trabajes tras el mostrador, porque no quiere que
seas una mala influencia para ella. Y otras personas sienten lo mismo, Lali...
—Lali: No volveré a trabajar en la tienda.
—Lucas: Seguirán presionándome. El negocio no volverá a
ir bien hasta que te cases y vuelvas a ser una mujer respetable.
—Lali: ¡No tienen derecho a juzgarme!
—Lucas: Eso es cierto. Pero van a hacerlo igualmente. Y
lo de hoy, Lali, me ha hecho tanto daño a mí y a la tienda como a tu propia
reputación.
—Lali: Me odia, ¿verdad? —susurró deseando en ese momento
ser de nuevo una niña, deseando que su padre pudiese hacer desaparecer todos
sus problemas como había hecho en el pasado.
—Lucas: No te odio. Me has decepcionado. Pero lo que más
me preocupa es qué vas a hacer ahora. Aunque Benjamín siguiese queriéndote, su
familia nunca te aceptaría. Tienen muy en cuenta las cuestiones relativas a la
reputación.
—Lali: Está bien —dijo apesadumbrada— Seré una vieja
solterona como Abigail Amadeo. Viviré aquí con usted.
—Lucas: Lali... —Durante un segundo, dio la impresión de
no saber qué decir. Se aclaró la garganta—. Si te quedas conmigo, el negocio
irá a peor. No podría hacer frente a semejantes pérdidas.
—Lali: ¿Habla usted en serio? —preguntó levantándose de
la mesa con renovada energía y enjugándose los ojos con un deje de rabia—. ¿Tan
malo es lo que he hecho? ¿Tan terrible? —Él no respondió. No mostraba expresión
alguna. Se le marcaban las arrugas junto a la boca y la nariz. Lali volvió a
sentarse. Estaba utilizando la tienda como excusa. Su rechazo ante lo que había
hecho era tan grande que no quería volver a verla. No deseaba seguir al lado de
una hija con semejante reputación. Jamás se había sentido tan sola—. Me está
diciendo que no puedo quedarme con usted —dijo—. Entonces ¿dónde... qué... qué
voy a hacer?
—Lucas: Intentaremos que alguien de la familia de tu
madre en Nueva York se haga cargo de ti, aunque lo dudo mucho. Cortó la relación
con su familia cuando se casó conmigo. O bien podrías vivir con tu tío y tu tía
en Connecticut.
—Lali: Oh, no —exclamó negando con la cabeza— No puede
ser. Y yo les tengo aprecio... pero son... tan estrictos. —Apartó la vista
cuando su padre la miró con aire reprobador.
—Lucas: No habrías hecho lo que has hecho si hubieses
sido educada de un modo más estricto —dijo—. Me equivoqué mimándote tanto.
Ahora lo sé.
—Lucas: Cabe otra posibilidad —dijo, pero se tomó un
tiempo hasta decir lo que tenía pensado—. Podrías casarte con el señor Lanzani.
Lali se dio la vuelta y miró a su padre presa del
asombro.
—Lali: ¿Qué?
—Lucas: Vino a verme hará unas dos horas para pedirte en
matrimonio.
—Lali: ¿Dejaría usted... que me casara con él?
—Lucas: Dijo que cuidaría de ti. Y yo le creo.
Se quedó sin aliento. Durante un instante, le asaltó toda
la feliz expectación de ser la esposa de Benjamín Amadeo.
—Lali: No quiero hacerlo —dijo con un deje de pánico en
la voz—. No puede usted obligarme a casarme con él, no puede forzarme...
—Lucas: Por supuesto que no —respondió.
—Lali: Entonces, dígale que no. No quiero volver a oír
hablar de él. Dígale que no quiero ser su esposa y que nunca lo seré...
—Lucas: Le dije que esperaríamos unos días antes de darle
una respuesta. Espera, Lali, y recapacita acerca de lo que vas a hacer. Creo
que no te imaginas cómo van a ser las cosas para ti a partir de ahora.
La noticia se extendió por todo el pueblo en menos de
doce horas.
Fuese o no su mejor amiga, al parecer Mery no pudo mantener
la boca cerrada. Lali se escondió en casa, pues cada vez que había salido había
tenido que enfrentarse a miradas frías o curiosas o, lo que era peor,
compasivas. No supo una palabra de Benjamín, y pasó unas cuantas noches en vela
preguntándose qué pensaría de ella.
Después de una semana, su padre le dio un largo discurso
sobre el tomar una decisión. A pesar de que era una noche inusualmente fría,
Lali salió de casa sin chal ni gorro. Antes de poder detenerse a pensar qué
estaba haciendo, se encontró en la escalinata que llevaba a la puerta principal
del hogar de los Amadeo.
Nancy, la criada, la acompañó hasta el salón. Lali se
sentó a esperar rodeada de muebles de caoba. Tenía la mirada fija en la puerta
cerrada, tras la cual pudo escuchar los murmullos de los miembros de la
familia. Finalmente, apareció Benjamín, cerrando la puerta con fuerza tras él.
A Lali le reconfortó de algún modo comprobar que estaba tan pálido y tenso como
ella.
—Lali: Tenía que venir —dijo con voz temblorosa—. Tenía
que hablar contigo.
Benjamín se sentó en el otro extremo del sofá, con la
espalda recta.
—Benja: Tú me conoces muy bien —murmuró él—. Supongo que
sabes cómo me siento.
—Lali: Benjamín —susurró ella agarrotada por el miedo—,
es fácil amar a alguien en los buenos tiempos, cuando todo va bien y no hay
problemas... Pero el amor auténtico... el que yo creo que compartimos... el
amor auténtico está ahí cuando uno lo necesita de verdad, cuando todo es...
horrible y... Fue un terrible error, y lo lamento muchísimo. Haré todo lo que
tú me digas, sea lo que sea, durante el resto de mi vida... Por favor, por
favor, perdóname... —Suplicó con aquella voz rota, extraña, hasta que sintió
las manos de Benjamín sobre sus hombros. Ella sollozó e intentó apoyarse contra
su cuerpo para liberarse un poco del peso que sentía en su interior... Pero él
no aflojó la tensión de sus brazos y la mantuvo a distancia.
—Benja: Lo siento por lo que nos hiciste y por lo que te
has hecho a ti misma. Pero no deseo casarme contigo por lástima, y eso es todo
lo que siento por ti ahora. Te amaba, pues pensaba que eras... cierta clase de
persona. Pero no quiero a la mujer en que te has convertido. Lo siento.
Incluso a pesar del dolor, captó el matiz definitivo que
tenían sus palabras. No discutirían. No habría perdón.
Muy despacio, Lali se apartó de él y se puso en pie sobre
sus temblorosas piernas. Él también se puso en pie y se inclinó hacia ella al
verla balancearse.
—Lali: No me toques —dijo. Ambos parecieron sorprenderse
ante el tono fiero de su voz—. Quédate con tu lástima. —Mantuvo el equilibrio y
se apartó de él, después salió de la casa como alma que lleva el diablo.
Solo tenía un lugar al que ir.
Capítulo 24
Cuando llegó a la casa de Peter montada en una pequeña
yegua que su padre le había regalado mucho tiempo atrás, él la estaba esperando
en la puerta. No parecía sorprendido de verla, y no hizo comentario alguno por
el hecho de que viniese sola.
Entró en la casa y se sentó en una silla frente al fuego.
Llevaba consigo su desesperación, la vergüenza y el tormento por el que había
tenido que pasar durante la última semana. Peter se sentó frente a ella. Sintió
su mirada, calculadora y tranquila; ella alzó el rostro desafiante.
En tan solo una semana habían tenido lugar cambios
espectaculares en su interior, cambios que podrían haber ocupado toda una vida
de no haberse cruzado con él. Su aspecto infantil se había esfumado para verse
reemplazado por algo mucho más impresionante.
—Lali: Me gustaría beber algo —dijo apreciando que a su
voz ya no le faltaba el aliento. Se sentía mejor, como si el haber ido hasta
allí le hubiese devuelto el control que había perdido.
Peter regresó al poco con un vaso de whisky. Lali dio un
trago y rodeó el vaso con los dedos mientras el licor descendía por su
garganta.
—Lali: El pueblo al completo me ha hecho el vacío esta
semana—dijo con amargura. Dio otro trago y tosió—. Todos mis conocidos se las
han ingeniado para cortar la relación conmigo de un modo u otro. Mi padre me
dijo que no podía seguir viviendo con él. El negocio... ya sabes a lo que me
refiero. —No mencionó a Benjamín. El hecho de que estuviese allí dejaba a las
claras la posición de Benjamín—. En una ocasión me dijiste que el infierno era
un lugar frío. Tenías razón.
Peter permaneció en silencio. Agarró el atizador y colocó
un tronco en el fuego. No mostraba expresión alguna. Sabía que en algún lugar
bajo la superficie de Lali debía de haber una tremenda reserva de ira, en gran
medida dirigida hacia su persona. Si ese era el caso, sabía que ella se negaría
a aceptar su ayuda. Pero ambos sabían, como lo sabían todos los demás, que él
era su única posibilidad.
Él quería tenerla, Dios, cómo lo deseaba, pero no de ese
modo; no quería su odio. Tragó saliva. Le costaba trabajo aceptar que, una vez
más, para obtener lo que quería tendría que pasar por un amargo trance.
—Lali: He pensado en tu propuesta de matrimonio
—prosiguió— Es gracioso, ¿no te parece?, que tú hayas sido el único en este
pueblo dispuesto a salvar los últimos retazos de mi respetabilidad, dado que
contribuíste en gran medida a arruinarla. Si la propuesta sigue en pie, la
acepto… Así pues, ¿estás dispuesto a seguir adelante? —le preguntó.
Peter recapacitó durante unos segundos que a ella le
parecieron una eternidad.
—Peter: Solo si vas vestida de blanco.
—Lali: Oh, yo lo intentaré —dijo con pesadumbre—. Estoy
en mi derecho... aunque todo el mundo dirá que un color rojo sangre sería más
apropiado.
—Peter: La... —dijo muy despacio buscando su mirada—. Vas
a entregarte al hombre que ha arruinado tu vida.
—Lali: No mereces todas las culpas —dijo tras unos
segundos de pausa. Después acabó el whisky, que le había ayudado un poco a
deshacer el nudo que tenía en la garganta, y añadió fríamente—: Después de
todo, yo no me opuse precisamente, ¿verdad? Esa es mi parte de carga, el resto
puedes quedártelo tú.
—Peter: No creo en cargas de por vida... ni en martirios
—los ojos le brillaron con malicia.
Lali sintió un pinchazo de incomodidad. Miró al fondo de
su vaso. Intentó imaginar cómo sería el futuro con él, toda una vida sin
escapatoria, pero no pudo entrever nada excepto una vaga oscuridad. Entonces se
dijo que el futuro ya no le importaba.
—Lali: Me gustaría tomar otra copa.
—Peter: No, cariño. Ahora voy a llevarte a casa, antes de
que te emborraches y después no recuerdes de lo que hemos estado hablando.
—Lali: Soy una mujer adulta. Puedo decidir lo que quiero
hacer y lo que no, y si no deseas una esposa como yo, entonces olvida esta
conversación, porque yo cumpliré lo que...
—Peter: Shhhh. —Le tomó el vaso de las manos y la ayudó a
ponerse en pie, de un modo ligero y extrañamente tranquilizador. No sabía por
qué, pero Lali tenía la impresión de que él entendía palabra por palabra lo que
ella tenía en mente—. No tires por tierra todas las reglas a la vez, cariño...
hazlo de una en una. Podrás hacer lo que te dé la gana después de casados. Por
el momento, voy a llevarte a casa.
—Lali: Porque yo quiero —le corrigió encrespada, aunque
también exhausta—, no porque tú me lo digas.
—Peter: Sí, lo sé —le dijo con amabilidad encaminándose a
la puerta.
Ella se lo había dicho para molestarlo, pero en ese
momento le pareció que no se lo tomaba a mal. Peter era la única persona en el
mundo que no la miraba de un modo cortante y crítico, la única que no sonreía
tontamente o no se alegraba de su caída en desgracia. Fuera o no la causa
importaba poco en esos momentos. El hecho era que él sabía la verdad, y era
reconfortante que alguien la creyese.
—Lali: Oh, Dios mío... —murmuró sacudiendo la cabeza—.
Voy a ser la esposa de un confederado. Los Espósito jamás lo aceptarán.
—Peter: Cariño —dijo con mucha calma, y sus blancos
dientes relucieron con una sonrisa—, eso no es ni la mitad de negativo que el
hecho de que yo me case con una yanqui.
—Lali: No tienes planeado volver a tu tierra, ¿verdad? Yo
no quiero irme. Una de las razones por las que me caso contigo es que quiero
quedarme aquí; tienes que saberlo.
—Peter: No. Nunca volveré. Y esa es una promesa que no
romperé jamás.
Continuará...
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Que pesado me cae Benja en esta novela!
HOLAAAAA chicas!! como van??
aghhhhh! mañana lunes! :S
espero que les gusten los caps
no se preocupen desde ahora todo se irá acomodando ;)
BESOS y MUCHASSSSS GRACIAS POR SUS FIRMITASSSSSS!!
me encantaaaaaa quiero mas!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMás más más más más más más más más
ResponderEliminarMASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
ResponderEliminarNOVEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE
ResponderEliminarME ENCANTAAAAA, MAS NOVE POR FAAAAS!
ResponderEliminarMAS NOVEE, MAS NOVEE, MAS NOVEE
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ResponderEliminarA
ResponderEliminarB U E N I S I M O!! Haay el papa de lali se paso de lali como la va a correr! Que bueno qe siempre puede contar con peter! *-*
ResponderEliminarme encantaa la novee!! :DD
@mf_lazaro
maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarNooooo Daniiii no nos abandoness qe te extrañamos!!!!! ♥
ResponderEliminarMAS NOVEE, MAS NOVEE, MAS NOVEE
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ResponderEliminarNO ME DEJES ASIIIII TE LO RUEGOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO POR FASS!!
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Nunca qe ponia quien era(? jajajajaja @LuciaVega14
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Daniiiiiiii one tash!?!?!?! jajajajajaja ♥
ResponderEliminarYo te suplique qedate aqui yo no se que haria si ti, no creo soportarlo... mira que sino apareces te canto Reik(? JAJAJAJAJAJ
ResponderEliminarotrooo porfiss!!
ResponderEliminarmas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas
ResponderEliminarn
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pone mas porfaaaaaaa
ResponderEliminarEeee acepto, espero qe todo vaya mejor y la verdad benjamin es un hombre frio!!
ResponderEliminarEspeero mas :)
Besoo
Arii
@AriadnaAyelen
No vas a subir mas???? @_maroly_
ResponderEliminarAAAA QUE BASURASSSSSSSSSS
ResponderEliminarPEROBUENO LALITER ESTA JUNTO PEROOO
LALI CUANDO SE DARACUENTA QUE LO AMA A EL MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS
CASAMIENTO!
ResponderEliminarY el amor llegó a él.
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