Lali entró en la tahona por la puerta trasera,
contrayendo el rostro al oír el tintineo de la campanilla sobre su cabeza. En
el día a día, no le prestaba ninguna atención, pero en ese momento,
considerando que llegaba tarde, el ruido hizo que diera un respingo y rogara
porque sus padres no la hubieran oído.
Una vez, cuando tenía dieciséis años, Euge
había quedado con un novio en el jardín de atrás, pero su padre los había
descubierto. El novio fue echado de allí con cajas destempladas, Euge
castigada, y, copiando el sistema de la entrada de la tienda, su padre había
colocado esa campanilla en la puerta de atrás, para que sus hijas no pudieran
burlarlos. Así, mientras su madre se encargaba de la puerta delantera, su padre
podía, desde la cocina, estar al tanto de si alguien entraba o salía por
detrás.
Cerró la puerta tras de sí lo más silenciosamente que
pudo, contrayendo de nuevo el rostro al oír otra vez el tintineo de la campana,
y miró su reloj de pulsera. Rochi debía estar ya en el despacho repasando los
libros de cuentas y actualizando los archivos de los suministros. Quería hablar
con ella antes de hablar con sus padres, como le había dicho a Peter, pero no
se atrevió a entrar a verla en ese momento, y pasó de largo por delante de la
puerta cerrada.
Cuando llegó a la puerta de vaivén que daba a la zona de
detrás del mostrador, la abrió una rendija para asomar un poco la cabeza. Había
una larga cola de clientes. Su madre estaba atendiendo a una mujer en el
extremo del mostrador, mientras que su tía, que debía haberse tomado el día
libre para echarles una mano, estaba preparando un pedido. Billy, el nuevo
dependiente que habían contratado, estaba sirviendo un par de cafés a unos
señores sentados en las mesitas junto a los ventanales.
Se preguntó dónde estaría Gastón, y recordó lo que le
había dicho Rochi de que su grupo y él iban a ir a Los Ángeles a grabar una
prueba de un posible disco. Probablemente habría llamado para decir que no
podía ir a trabajar y estaría haciendo las maletas para su viaje. Estupendo. Su
madre estaría de un humor de perros: había un montón de trabajo por hacer, Gastón
no estaba, y ella llegaba tarde. Al menos la tía Gime, que era una santa, había
ido a echar una mano, pensó. Aprovechando un momento en que su madre estaba
mirando para otro lado, abrió la puerta y salió, apresurándose a ponerse el
delantal.
-Emi: Lali —la llamó su madre con voz áspera al
verla—¿Dónde te habías metido?
-Lali: Lo siento, yo... —balbució.
-Emi: No importa —la cortó su madre con un vaivén de la
mano— Ya hablaré yo luego contigo. Ve atendiendo a la señora Green mientras yo
acabo de envolver los buñuelos de este caballero.
En ese momento se oyó un estruendo en la cocina, seguido
de varios improperios, y Emilia sacudió la cabeza.
-Emi: Hoy este hombre no se aguanta ni él —farfulló.
-Gime: Iré a hablar con él —dijo, guiñándole un ojo a Lali
al pasar junto a ella.
Lali tragó saliva. No parecía el mejor día para tener una
charla padre hija, pero se lo había prometido a Peter y lo haría.
Pasaron al menos veinte minutos antes de que empezara a
vaciarse un poco la tahona. Cuando sólo quedaron dos clientes, ambos sentados y
atendidos, y su madre y su tía estaban en la cocina con su padre, Lali supo que
tenía que aprovechar el momento para ir a hablar con Rochi.
-Lali: Billy, ocúpate del mostrador —le dijo al nuevo
dependiente— Ahora vuelvo.
Iba a darse la vuelta para dirigirse a la trastienda,
cuando oyó la campanilla de la puerta de entrada, y vio aparecer a Peter.
«¡No!», quiso gritarle, «no tenías que venir todavía!». Se debatió entre
lanzarse a sus brazos o echarlo de allí, y cuando avanzó hacia ella y rodeó el
mostrador, el corazón le dio un vuelco. Por un momento creyó que iba a besarla,
pero no lo hizo, sólo la miró y sonrió, y Lali se derritió.
Miró en derredor para asegurarse de que nadie estaba
mirándolos, y cuando hubo comprobado que así era, lo agarró de la manga y lo
arrastró con ella al pasillo de la trastienda.
-Lali: Peter, ¿qué...?
Antes de que pudiera acabar la pregunta los labios de él
se posaron sobre los suyos, y durante un instante se olvidó de dónde estaban y
le respondió con fervor.
-Lali: No deberías estar aquí —le dijo sin aliento cuando
logró recobrar la razón y se separó de él.
-Peter: Lo sé —respondió él suspirando y metiéndose las
manos en los bolsillos— pero no he podido evitarlo, quería verte.
A pesar de su nerviosismo, Lali no pudo evitar reprimir
la sonrisa que pugnaba por aflorar a sus labios.
-Lali: Pues has escogido un mal momento —le susurró— No
sé exactamente qué pasa, pero mi padre está de un humor de mil demonios esta
mañana.
-Peter: Por qué no vamos a hablar con él? Tú y yo, los
dos juntos.
-Lali: Peter, ¿no has oído lo que acabo de decirte? No tenes
idea de cómo se pone mi padre cuando...
—Lali.
La áspera voz de su padre detrás de ellos hizo que el
corazón de Lali se parara. Despacio, muy despacio, se volvió hacia él, y la
expresión de ira en su rostro hizo que se le helara la sangre en las venas.
Nicolás lanzó una mirada a Peter.
-Nicolás: ¡Usted!, ¡aquí! —exclamó, como indignado.
-Peter: Sí, señor —dijo, rodeando a Lali y dirigiéndose
hacia él— Disculpe que me presente de...
Pero Lali lo detuvo, agarrándolo por la manga de la
chaqueta.
-Lali: Peter, no tenes que...
-Peter: Está bien, tranquila —le dijo él asintiendo con
la cabeza— Teníamos que haber hecho esto mucho antes. Por favor, señor Espósito,
vayamos a un sitio donde podamos hablar.
Su padre le lanzó una mirada de puro odio, pero le dijo
que lo siguiera. Con el corazón desbocado, Lali lo siguió con Peter hasta la
cocina, donde estaban su madre y Gime, que obviamente habían dejado lo que
estuvieran haciendo, porque ambas estaban secándose las manos en sendos trapos,
y los miraron expectantes cuando entraron.
-Lali: Papá... —comenzó.
-Nicolás: Cállate, Lali —la interrumpió su padre,
señalándola con un dedo— esto no es asunto tuyo.
¿Que no era asunto suyo? Demasiado sorprendida como para
responder, Lali se quedó mirándolo patidifusa.
-Nicolás: ¿Estuvo usted con mi hija anoche? —exigió saber
su padre, mirando a Peter.
-Peter: Sí, señor.
-Emi: Nicolás, por Dios, contén tu temperamento —le rogó
su esposa— deberíamos discutir esto calmadamente.
-Nicolás: «¿Calmadamente?» —repitió despectivo— ¿Cómo
quieres que me calme cuando nuestra hija ha pasado la noche con este hombre?
-Peter: Con todos los respetos, señor —dijo sin levantar
la voz— querría decirle que...
-Lali: Por favor, Peter, no —intervino mirándolo— déjame
explicarlo a mí.
-Nicolás: Cómo pretendes dar explicaciones por tu hermana?
—le espetó su padre irritado— Cuando aparezca ya me encargaré yo de que me las
dé.
¿Cuando aparezca? A Lali le llevó un instante comprender
qué estaba pasando allí. Estaban hablando de Rochi, no de ella. Pero, ¿qué
quería decir con eso de «cuando aparezca»?
-Lali: ¿Rochi no ha llegado? —inquirió.
Peter la miró contrariado, y a Emilia le temblaba el
labio inferior cuando contestó.
-Emi: No volvió a casa anoche, y esta mañana no ha venido
a trabajar. Ni siquiera ha llamado.
Lali miró a su padre, que tenía los brazos cruzados sobre
el pecho, a su madre, al borde de las lágrimas, y luego a su tía, que tenía
cara de circunstancias.
-Lali: Esto es increíble —murmuró poniendo los ojos en
blanco y suspirando— Mamá, papá, Rocío está bien pero no ha pasado la noche con
Peter.
-Nicolás: El mismo acaba de admitirlo —gritó su padre,
señalando a Peter con un dedo acusador— Exijo saber dónde está mi hija —le dijo
mirándolo furioso.
—Está aquí, conmigo.
Todos se volvieron al oír la voz de Gastón. Estaba de pie
frente a la puerta de la cocina, con el brazo alrededor de la cintura de Rochi.
-Gas: Ha pasado la noche conmigo, no con él —aclaró,
mirando a Nicolás a los ojos.
Oh—oh... Lali escuchó a su madre emitir un gemido
ahogado, llevándose la mano a la boca, mientras el rostro de su padre se ponía
rojo de ira y los ojos parecían salírsele de las órbitas. De un momento a otro
iba a explotar.
-Rochi: Nos casamos —les anunció, radiante de felicidad,
levantando la mano izquierda para mostrarles un anillo de oro en su dedo
anular— Ahora soy la señora de Gastón Dalmau.
Las palabras de Rochi parecieron aspirar todo el aire de
la habitación. Nadie dijo nada, nadie se movió.
-Gas: Amo a su hija —le dijo al señor y la señora Espósito,
para mirar después a Rachel y sonreír— y ella me ama. Quiero pasar el resto de
mi vida junto a ella.
-Rochi: Por favor, alégrense por nosotros —les pidió con
ojos llorosos— Por favor.
Con el aliento contenido, Lali esperó a que sus padres
dijeran algo, cualquier cosa, pero todavía no se les había pasado el shock.
Seguían allí plantados, inmóviles, con los ojos abiertos como platos.
Su tía Gime fue la primera en reaccionar, acercándose a
Rachel y a Gastón para abrazarlos.
-Gime: Que sean muy felices, y tengan salud y muchos
hijos —les deseó con una sonrisa.
-Rochi: Ah, ésa es otra noticia que tenemos que darles
—dijo, mirando a sus padres tímidamente— Vamos a tener un bebé.
Su madre volvió a proferir un gemido ahogado, llevándose
esa vez la mano al pecho, mientras que su padre estaba ya casi violeta.
Lali, por su parte, estaba atónita. ¿Un bebé? ¿Rocío iba
a tener un bebé? Olvidando a sus padres por un momento, se acercó a su hermana
y su cuñado y los abrazó emocionada.
-Lali: Pero, ¿cuándo...?
-Rochi: No estuve segura hasta ayer —contestó secándose
las lágrimas— Por eso no te había dicho nada, y anoche, cuando te dejé con Peter
y yo me fui con Gastón...
-Nicolás: ¡Un momento! —bramó su padre— ¡Todo el mundo
quieto y callado ahora mismo!
Todos se quedaron inmóviles y en silencio.
Con los puños en las caderas, Nicolás atravesó la cocina
a grandes zancadas y se detuvo frente a Rochi, mirándola con los ojos
entornados.
-Nicolás: Vos te casaste con Gastón y van a tener un
bebé.
Rochi asintió vacilante, y su padre se volvió hacia Lali.
-Nicolás: Y vos pasaste la noche con este hombre... —dijo
señalando a Peter y mirándolo furioso.
Lali tragó saliva y asintió con la cabeza. Un músculo de
la mandíbula de Nicolás se contrajo. Se volvió lentamente hacia su esposa y le
preguntó:
-Nicolás: ¿Cómo ha podido pasar esto?
—¿Qué es lo que ha pasado?
Euge, que acababa de entrar por la puerta trasera de la
cocina, era quien había hablado. Paseó la vista por las caras de todos, se fijó
en que Rochi y Gastón estaban abrazados el uno al otro, enarcó una ceja, y dijo:
-Euge: Oh, eso ha pasado.
Y entonces, tan calmadamente que asustó a
todo el mundo, Nicolás se quitó el delantal y salió de la cocina. Durante al
menos diez segundos nadie habló ni dijo nada, hasta que finalmente la tía Gime
dejó escapar un suspiro y dijo:
-Gime: Bueno, yo diría que se lo ha tomado bastante bien,
considerando las circunstancias.
-Emi: ¡Mi pequeña...! —exclamó, los ojos llenos de
lágrimas, corriendo con los brazos abiertos hacia Rochi— Mi Rocío va a hacerme
abuela...
Y de pronto estaba abrazando a todo el mundo. Cuando
llegó frente a Peter iba a hacer otro tanto, pero al agarrarlo por los brazos
se quedó mirándolo con los labios fruncidos, antes de suspirar, encogerse de
hombros, y abrazarlo también.
-Lali: Peter —le dijo tocándole el brazo cuando su madre
lo hubo soltado— Voy a hablar con mi padre.
-Peter: Voy contigo.
-Lali: No, por favor. Creo que será mejor que lo haga
sola.
Peter suspiró, pero asintió.
-Peter: De acuerdo. Estaré aquí al lado, en nuestro
«cuartel general».
Lali sonrió y se dirigió a la puerta.
Continuará...
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así empezamos la maratón!!! ^-^
+20 firmitas y subo el siguiente!!
subiiiii maas :D
ResponderEliminarotroooo
ResponderEliminarpri
ResponderEliminartienes twitter
ResponderEliminarmas mas mas
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ResponderEliminarnoveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
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ResponderEliminarotro :D
ResponderEliminarmas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminaraaaaaaaa me muero estubo buenisimos el capitulo otro otro una consulta esta nove tiene un aire como que va a terminar pronto es cortita cuantos capitulos tiene
ResponderEliminarotro porfii
ResponderEliminarme encanta la nove
ResponderEliminarAme el capii
ResponderEliminarmas !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!11
ResponderEliminarme re sorprendió que rochi y gas hallan confesado todo
ResponderEliminarQUIERO OTRO CAP !!!
ResponderEliminarME GUSTO MUCHO
ya quiero ver la reaccion de nico jajjajajaj
ResponderEliminary wooow no me esperaba a rochi embarazda
ResponderEliminarEs un buen indicio q nicolas no mato nadie ni se murio de ataque!
ResponderEliminarMás nove!
ResponderEliminarmas cap !!!
ResponderEliminarque dira nico?
no me imaginaba a rochi embarazadaaaaaa! pero igual que sea muy feliz, que le dira nico a lali, y pete un divino ayudandola en todo
ResponderEliminarpor favor sube mas!! ya hay mas de 20 frimas!°! necesito otro capituloooooooooooooooo!!
ResponderEliminarGas y Rochi ,con un par d ... los enfrentaron.Lali ,quiere hacerlo sola.
ResponderEliminarSubí otro, ¡está buenísimo! :D
ResponderEliminarLlegué tarde para las 20 pero obvio quiero el prox.A Nico le va a dar un ataque!Re lindo cap!
ResponderEliminarMas nove!!! el papa de las chicas se dio cuenta que sus nenas crecieron y eso le pego mal...
ResponderEliminarNove, nove, nove!!!!
ResponderEliminarmaaaas
ResponderEliminarMe encanto lo de Rochi! No lo puedo creer! QUe bueno, q felicidad!
ResponderEliminarMe fascino este cap!
Besos
@vagomi
PD: Siempre llego tarde a los maratones :S jajaja
POr cierto me encanto el cosito ese que tienes al final del blog que dice Be: The best, cute, Beautiful...
Que enredo se armo pero todo se aclaro sin que le diera un infarto al senor esposito.
ResponderEliminarjaja pense q en cualquier momento le daba un paro a nico jaja todas juntas!
ResponderEliminarmass novee
genial el cap!!
me encnta
ResponderEliminar